CALMA Y TEMPESTAD

   

¿Crees que podrás dormir por las noches en un camastro a la espera de lo que sucederá?

¿Ver como el barco se precipita hacia los fondos coralinos en mitad de una fuerte tempestad, cuando no ver como la proa de la nave se hunde de tal modo bajo el embravecido mar que tienes la certeza de que vas a morir?

Y si sobrevives a todo ello, ¿Crees que podrás enfrentarte al hecho de estar al otro lado de la espada de un sucio y salvaje pirata, mientras te hecha su pegajoso, caliente y húmedo aliento al cuello?

¿Crees que podrás enfrentarte a todo aún sabiendo que puede que esta sea tu última aventura y puedes perecer en ella?

¿Crees que pese a todo podrás guardar la calma y echarle una  mano a una compañera de ser necesario para salvarle la vida sin poner la tuya en peligro?

De ser así, ¡¡¡BIENVENIDA A BORDO!!!

 

¿Y tu que me dices marinero?, ¿Crees que tendrás agallas para enfrentarte a  un grupo de salvajes audaces y osadas piratas?

¡¡¡Te desafío, veamos de que pasta estás hecho!!!

Te espero con mis mujeres en el “Ana  María Diosa Del Mar”.

LA AVENTURA COMIENZA… AHORA                  

 

 

               CALMA Y TEMPESTAD

                    Autora: ANA MARÍA  GRANDE 

 

                                         

 

Aquella noche, Ana María, se asomaba a la ventana abierta de su viejo dormitorio, atraída por el gran estruendo que provocaban los numerosos rayos  y relámpagos que furiosamente y sin cesar caían sobre el bosque que había situado a cien metros de su casa materna, en tanto miraba en lontananza intentando divisar en el horizonte la línea que separaba el cielo del mar.

En ese momento, una gran pantera negra, pese a sus grandes y fuertes patas entró clandestina y sigilosamente en la habitación de Ana María.

Ella, al sentir su presencia tras de si, la saludó con un amable y semi somnoliento- Buenas noches Ébano-.

Aquel magnífico animal con un suave rugido le devolvió el saludo al tiempo que se colocaba a su izquierda para, al igual que ella, observar a través de la ventana abierta aquél tenebroso y estremecedor espectáculo de la naturaleza que a ambas tanto las relajaba.

-¿También tu lo echas de menos, verdad?- Le inquirió Ana María a su felina amiga con un deje de dulce añoranza en la voz, en tanto le acariciaba la cabeza dulcemente a lo que Ébano respondió con un constante y mimoso ronroneo.

Jerome, que llevaba ya un rato observando a su hermana desde la puerta la intentó consolar diciéndole-No te preocupes ya verás como “La Rosa De Los Vientos” estará pronto lista y dentro de nada podréis volver todas a haceros a la mar-.

Ella, se giró hacia su hermano mayor y perdiendo los estribos lo acusó a modo de reproche- Llevas diciéndome lo mismo, una semana, dos días, 5 horas, 25 minutos y 13 segundos ¿Y sabes qué? ¡Ya no aguanto más!-.

Dicho esto, Ana María, se colocó su sombrero pirata, su capa y a posteriori saltó por la ventana de su dormitorio en el segundo piso para a continuación caer magistralmente agachada con una rodilla hincada sobre el ahora césped mojado y las manos apoyadas sobre este.

Acto seguido e instintivamente, Ana María, miró hacia la ventana de su dormitorio desde donde la contemplaba Jerome en silencio con el rostro severo, en tanto Ébano observaba de hito en hito a ambos hermanos al tiempo que parecía pensar- “Que curiosos son los cachorros humanos”-.

 

Si bien cierto era que Jerome desde niño había adquirido algunos conocimientos occidentales, nunca dejó de ser un indio comanche de pura raza, de lo cual se encargó su nueva familia de cultivar desde que Tara y César  decidieran adoptarlo 32 años atrás con 8 años, la misma edad que entonces contaba su primogénito Imán.

En la actualidad, en Jerome se delataba más que nunca los rasgos propios de su raza como eran unos grandes y audaces ojos negros, una ondulada y media melena azabache, los duros rasgos de su tez morena que al igual que su fornido pecho se hallaban curtidos por el sol y como no las habilidades que más destacaban en él eran las de ser un diestro jinete, llegando a montar a pelo puras sangres salvajes.

Fiero, inquieto e intrépido guerrero en la lucha era en la vida diaria y personal muy familiar y tranquilo y adoraba la convivencia en armonía con la naturaleza, hecho que demostró entre otros dedicándose a la medicina natural más allá de donde llegaban sus colegas.

Si bien cierto era que era el hijo único del jefe de su tribu no era menos cierto que no destacaba con la familia española que lo había adoptado a los 8 años, dos años más tarde de que toda su familia muriera accidentalmente al comer carne envenenada de un magnifico ejemplar de ciervo, así como lo orgulloso que todos sin excepción se habían sentido siempre de que él formase parte de sus vidas.

 

Sin perder un solo segundo más, Ana María, echó a correr como alma que lleva al diablo ataviada con un blanco y ajustado corsé de largas y bombachas mangas abiertas a los lados desde el hombro hasta el puño donde se volvía a cerrar de nuevo, unos largos, negros y abombachados pantalones cuya cintura se rodeaba por un rojo fajín de terciopelo el cual no hacían más que embellecer su perfecta y esculpida figura, acompañados de los típicos botines de pirata y la mano derecha colocada sobre la empuñadura de elaborada en finas filigranas de oro que su abuela le  regaló cuando le pasó a ella el testigo de Diosa Del Mar.

Una vez Ana María se adentró en el sotobosque, oyó el crujido de una pequeña rama que parecía provenir de un gran roble que se hallaba en frente suya y gracias a los fuertes entrenamientos de su hermano Jerome desde que era niña y por la experiencia adquirida durante muchos años que la enseñó a distinguir los avisos de próximos ataques enemigos al sonido inocente y furtivo del crujir de una pequeña hoja seca al ser aplastada por la pisada de un animal.

Ella rápida como el viento, acabó con sus tres adversarios de distinta manera Sun para eso era pirata, aunque en este caso lo hizo también para salvar la vida.

Una vez todo acabó, ella, se concentró al máximo para realizar el siguiente conjuro –Deseo mandar a cada uno de estos despreciables seres cuya vida esta noche he arrancado al lugar que verdaderamente a cada uno de ellos le corresponde-.

Acto seguido todos los signos de muerte y violencia desaparecieron reinando de nuevo la calma, rota de vez en cuando por algún que otro relámpago de una tormenta que se alejaba  a pasos agigantados, tras lo cual  Ana María, volvió a su casa materna triunfante.

 

Esa noche Jerome dolido le comenta a su padre- Le voy a pedir a Ana María que se vista de mujer para recibir a nuestro invitado-.

-Esa no es la actitud Jerome-Le advierte su padre con cautela y cuando ve entrar a su hija en el salón donde se encuentran él y Jerome con suma dulzura le pide- Cielo estás preciosa con todo lo que te pongas, pero ¿Te importaría cambiar el uniforme de trabajo por otro atuendo? Esta noche tenemos visita y no quisiera que se sintiera intimidado-.

-Claro papá, me doy una ducha rápida y enseguida estaré lista-Le asegura Ana María a su padre, tras lo cual le da un dulce beso en la mejilla.

-Gracias cariño, eres un tesoro-Le agradece su padre.

-Encima de la cama tienes un regalito de mi parte, espero que te guste y te lo pongas.

Iahitza tu también tienes una caja con un regalo mío y

Junto a este hay una carta con la letra de la abuela por lo que se ve ha estado aquí-Le informaba Jerome humildemente.

-Gracias por anticipado hermanito-Le dice Iahitza a su hermano y dado lo mucho que le gustaban los regalos de él, subió presurosa y loca de contenta las escaleras hasta llegar a su cuarto donde encima de su cama vio una caja cuadrada y junto a esta un sobre alargado en cuyo lugar del destinatario rezaba con historiada letra negra escrita en tinta negra  PARA  LA  DIOSA  DEL MAR , sellado con un sello de color  ámbar  propio de una diosa y firmado con una marca de agua en la que rezaba “ANA  MARIA  DIOSA   DEL  MAR “.

Muy cuidadosamente Iahitza, abrió  con un abre cartas de puño elaborado de plata que le había regalado su hermano Imán el sobre teniendo cuidado de no romper el sello y en su interior encontró una carta del mismo puño y letra que la persona que había escrito el sobre en finas letras doradas. Dicha carta rezaba del siguiente modo:

 

Cuida bien mi legado ya que este tesoro vale su peso en oro.

Tus mayores enemigos deben ser siempre los ladrones en general y la justicia en particular.

Tu única ley la del mar que tú misma dictaras.

Tu código de honor el de los piratas que no bucaneros ni filibusteros.

Tu música el rumor de las olas y la brisa del mar.

Tu meta conquistar con juicio y valor el mayor y más legendario de los tesoros.

Tus mejores armas tu valor, tu audacia y tu inteligencia.

Tu verdadera pasión, disfrutar de todos los tesoros y maravillas que te ofrece el mar sin olvidar jamás hacer ostentación y honor  al titulo que ahora posees y te pertenece de “DIOSA DEL MAR”.

Te deseo toda una eternidad de ilimitados abordajes, alegrías  y felicidad y recuerda siempre algo muy importante: No son solo oro y joyas los tesoros que te trae el mar.

 

Junto a dicha carta había adjunta la foto de un galeón pirata del siglo XVI   en cuyo reverso rezaba la siguiente nota: este curioso legado ha pasado en secreto de generación en generación de la misma familia de albaceas con el cometido de proteger y custodiar dicho legado sobre con su propia vida si ello fuera preciso así como hacer un seguimiento completo de la vida de las futuras generaciones de las descendientes de “la diosa del mar” desde el momento de su concepción.

 

-¡¡¡Guau!!!-Exclamó Iahitza, al ver el legado que su abuela le dejaba en vida para que siguiera dignamente sus pasos

Una vez reaccionó abrió la caja cuadrada que seguía sobre la cama envuelta en papel de regalo y con un gran lazo rojo en cuyo interior descubrió un precioso vestido rosa de raso  cuya falda estaba compuesta por distintos velos de diferentes tonos rosas a juego con unos zapatos y unas hombreras de plumas a juego con el vestido.

-Gracias Jerome, es precioso-Exclamó ella voz en grito para ser oída por su hermano.

-No es necesario que grites, estoy aquí-Le anunció  Jerome apoyado en el quicio de la puerta.

-¿De dónde lo has sacado? Nunca había visto nada igual-Quiso saber Yahitza maravillada.

-Pedí que lo hicieran expresamente para ti-Le comunicó Jerome orgulloso.

-Gracias hermanito, eres el mejor-le aseguró ella en tanto le daba un dulce beso en la mejilla.

-Me alegro de haber hecho algo bien-Repuso él recordando su pelea anterior con Ana María.

-Siento haberme enfadado tanto contigo antes Jerome, es que tenía el mono de la piratería y bueno…- Trató de disculparse ella.

-Supongo que a tus ojos puede parecer que me lo estoy tomando con demasiada calma, pero te aseguro que no es así, es que quiero que vaya tan bien y sea tan perfecto que no paro de hacerle retoques y mejoras-Le explicaba él ampliamente.

-La verdad es que Imán y tu siempre me habéis ayudado mucho a prepararme en cuanto a la piratería se refiere y os estoy tremendamente agradecida, pero también es verdad que me he dado cuenta que conmigo os habéis volcado más que con Ana María y siempre me he preguntado por qué –Quiso saber curiosa a la par que interesada.

-Sí, ¿Por qué?-Le preguntó Ana María que pasaba por allí  algo molesta a Jerome.

-Pasa Ana María has llegado en el momento oportuno sentaos las dos en la cama que esta historia os incumbe a las dos-Les pidió él a las gemelas en tanto se sentaba en el suelo en frente de ellas y con las piernas cruzadas.

Una vez acomodados los tres comenzó su narración-  Aunque en un primer momento todos pensamos que la elegida sería Ana María pronto esta idea quedó descartada al descubrir que para ella la piratería era sólo un juego más.

En cambio para ti Yahitza, la piratería siempre ha sido algo tan serio o más que un asunto de estado, razón por la cual antes de un abordaje siempre te veíamos tremendamente reflexiva y meditando cautelosamente todos y cada uno de los pasos valorando en todo momento los pros y los contras de tus futuras acciones cubriéndote así las espaldas al 100% de forma de no ser nunca atrapada ni herida y evitando todo tipo de bajas y pérdidas- hizo un inciso tras el cual con la mejor de  sus sonrisas les sugirió en tanto se levantaba de un salto-Y ahora chicas creo que ya va siendo hora de que empecemos a prepararnos todos para cuando venga nuestra visita que estará ya al caer-.

-¡Buena idea!-Exclamó Yahitza, tras lo cual entró a ducharse a toda prisa.

Ana María molesta le inquirió a su hermano-¿Se puede saber por qué nunca tienes esos detalles conmigo?-.

-¿Qué no tengo detalles contigo?-Repitió Jerome, tras lo cual empezó a recordarle-¿Y qué me dices de los masajes deportivos que a diario te doy después de cada entrenamiento? Por no hablar de los líos de los que siempre te ando sacando que si no fuese por mí a más de uno habrías liquidado ya sin necesidad de usar la piratería como excusa-.

-Sí, pero no me has regalado ningún vestido como ese-Protestó ella mimosa.

-Será, porque ese es un modelo exclusivo encargado especialmente para Yahitza, pero si miras sobre tu cama, puede que te lleves una sorpresa-Le explicó él.

-Ven vamos a verlo-Le pidió su hermana en tanto lo cogía de la mano arrastrándolo tras de sí.

-¿Pero por que tendré unas hermanas tan impulsivas? ¿Por qué no os pereceréis un poco más a la dulce e inocente Luna?-Bromeaba Jerome en tanto se dejaba arrastrar.

Ana María se frenó en seco, tras lo cual inquisitiva comenzó a preguntarle-

¿Qué Luna? ¿Nuestra querida hermanita pequeña? ¿La misma que de niña y no tan niña hacia votos a morderte para que pasaran a ella parte de tus poderes? No fastidies Jerome-Le inquirió la menor de las gemelas fingiendo estar indignada.

No tardaron más de dos minutos en llegar al cuarto de Ana María y tan solo unos segundos en que ella abriese la caja que había sobre su cama y descubriese dentro un vestido largo de tirantes rojo y de seda, tras lo cual exclamó-Es precioso Jerome, mil gracias-.

-Espero poder ir ahora a mi habitación a cambiarme, que  desde que habéis hecho vosotras acto de aparición en casa me tenéis secuestrado y no me dejáis parar-Protestó entre risas Jerome.

 

Transcurrida una media hora ya se encontraban todos sentados en el salón y en tanto Yahitza elegantemente tomaba asiento, su padre le presentaba a su invitado- Cariño, este es el Doctor en medicina natural  Samuel Bennet  y amigo de tu hermano Jerome-.

Ella cuando con una amable sonrisa levanta la vista y lo ve a él  al tiempo que sus rasgos se endurecen su mirada se vuelve felina y lo señala con el dedo increpándolo-Tuuuu-.

-Tuuuu-Le contestó él de igual modo.

Imán intentando aguantar la risa en vano les inquiere-¿Os canecíais ya?-.

Cabe decir que desde que Yahitza viera a su invitado, todos los cubiertos comenzaron a volar hacia él mientras este hacía verdaderos esfuerzos por evitarlos todos.

Al contemplar esta escena, Jerome contestó a la pregunta que su hermano acababa de formular-Pues yo diría que sí-Tras lo cual todos excepto César y los  dos interesados se echaron a reír.

 

                                                                          CAPÍTULO UNO

 

 

-¡Chico cuidado con ese cajón que la mercancía que trae ese cargamento vale una fortuna!- Le advirtió un rudo y tosco patrón de mediana edad desde el muelle 26 a un joven marinero de unos 30 años que en ese momento con la ayuda de una fuerte y gruesa maroma bajaba el último cajón de más de 80 kilos de peso de la popa del “Lionel”, uno de los más vetustos y seguros buques mercantes cuya intachable reputación siempre lo precedía, razón por la que siempre tenía las puertas abiertas en todos y cada uno de los muelles donde deseara atracar, hasta que por asalto de unos piratas en alta mar donde se hallaba la valiosa mercancía que durante la última semana se había visto obligado a transportar y de la cual a su llegada al puerto de Palma de Mallorca lo acababan de liberar.

 

Ana María, al salir por la escotilla y ver a su hermana sobre la cubierta de popa con  un pie apoyado en la regala y mirando hacia tierra con aspecto reflexivo, resolvió cruzar la cubierta del galeón pirata que su gemela la capitana del barco había heredado recientemente de su abuela cuyo pretencioso nombre de  Ana María Diosa Del Mar, le concedía a su hermana el mismo nombre de guerra de este.

Una vez cruzó la cubierta en línea recta, con paso firme y decidido se colocó junto a su hermana y sin más preámbulos le preguntó a su gemela dispuesta a averiguar lo que al parecer tanto le preocupaba-¿Qué sucede Iahitza?-.

-Presagio que cuando lleguemos al muelle y desembarquemos tendremos problemas-Le hizo saber Iahitza a su hermana con la vista aún ausente.

El rostro serio y preocupado de Ana María al oír aquellas palabras con un peligroso y resplandeciente brillo en la profunda mirada de sus grandes y oscuros ojos negros, así como una amplia y maliciosa sonrisa en sus carnosos y sedosos labios rojos, de repente se tornó sumamente seductor e hipnotizador propio de su carácter indomable, resuelto y aventurero a la par que con una pregunta retórica le decía- En ese caso, ¿A que esperamos?- tras lo cual alzando la voz comenzó a ordenar- ¡Levad anclas, izad las velas, 180º a estribor!-.

Una vez el “Ana María Diosa Del Mar”  atracó en el muelle 26 de Palma de Mallorca tras el “Lionel” las temidas gemelas no tardaron más de 5 minutos en desembarcar y pisar suelo mallorquín permaneciendo siempre a la expectativa, agudizando su sexto sentido y con la mano sobre la empuñadura de sus respectivas espadas a la par que  miraban atentas en derredor intuyendo el peligro.

En cuestión de segundos, de cada una de los doce cajones provenientes del “Lionel”  comenzaron ha salir  sangrientos y fieros piratas y antes de que las gemelas pudieran reaccionar y ante su asombro se vieron rodeadas, pero lejos de amedrentarse, ellas, intrépidas, raudas y audaces espalda con espalda comenzaron a enfrentarse a todos ellos sin importarles que las superasen en número.

 

El primero en atacar a Ana María fue un sujeto de avanzada edad de largas melenas y barbas blancas, de aspecto escuálido y desaliñado y con un brillo letal en sus pequeños y claros ojos azules, en tanto corría hacía ella a gran velocidad  blandiendo su vieja espada en la mano derecha dispuesta a darle muerte por la espalda y a traición solo como los cobardes saben hacer.

Ana María, permitió que su enemigo se confiara haciéndole creer que  en efecto la iba ha pillar desprevenida y cuando consideró que lo tenía justo donde quería, a la velocidad de la luz desenvainó su espada con la mano izquierda y de un ágil movimiento,  dobló la pierna izquierda hacia atrás para mantenerse en pie y derrotar a su enemigo sobre una tabla de pinchos.

Una vez acabada la ardua batalla, ambas gemelas  volvieron al Ana María diosa del mar

Acto seguido, con la mano derecha, Ana María recuperaba su espada que hasta el momento se había sostenido en el aíre para a continuación tras una ágil y magistral movimiento entra en su funda.

Iahitza aparece de pie sobre un cajón de 5  metros de alto con las rodillas flexionadas y en posición de ataque.

Sin perder un solo segundo y ante la mirada aterrorizada  de  su próxima víctima que se encontraba frente a ella paralizada de terror, la menor de las gemelas extrae un cuchillo de doble hoja cubierto por afiladas puntas de acero, regalo de su hermana gemela y capitana del “Ana María Diosa Del Mar”  por su último cumpleaños, que no tuvo tiempo de probar con sus adversarios, ya que huían muertos de  miedo.

Cabe decir, que Ana María poseía una espada de ojo de tigre la cual, poseía efecto boomerang así como cualidades mágicas.

Tras volver ambas hermanas de nuevo armadas al sitio en el que inicialmente habían ocupado comenzaron con el recuento jocoso de sus numerosas víctimas por parte de Iahitza- ¿Has visto como ha quedado ese? Has estado a punto de hacerle un piercing en la nariz-.

A pesar de saber que su hermana estaba bromeando, Ana María añadió a su comentario gravemente preocupada- Si, estoy perdiendo puntería con el puñal, debería practicar más, apuntaba recto en medio de la frente y le he dado entre cruzado entre la nariz y el ojo-.

-Pues me encanta ese nuevo estilo tuyo hermanita, yo que tu me apresuraría a patentarlo antes de que alguien se te adelante y te lo robe-Le aseguró Iahitza sabiendo que un comentario como ese la animaría.

-Dime hermanita ¿Esto es siempre tan aburrido?-Quiso saber Ana María más animada a la par que relajada.

-Solo si nos enfrentamos a los tripulantes de ese buque y esta vez no me apetecía dejarlos vivir tranquilos- Le explicó Iahitza a su gemela.

-Eso es hermanita nunca pierdas esa chulería tan propia de ti y que tanto te caracteriza- Le aconsejó Ana María a su hermana ya más animada tras lo cual  lo pensó brevemente y opinó-Si, la verdad es que ahora que lo pienso esos tripulantes” eran más lentos que el caballo del malo-.

Mientras seguían observando el número de bajas Yahitza le comentó a su gemela-Por lo que veo al de la daga lo has atravesado como a una vulgar aceituna-.

-Mira quien habló que tú has empezado esta batalla atravesando a un vejete como a un vulgar pinchito-Contraatacó Ana María.

-Si lo dices por el viejo decrépito del capitán…-Se intentó defender Yahitza entre risas por aquella simpática observación.

-… ¿El capitán?, ¿Ese era el capitán? Alucinante, parecía más bien un triste naufrago- Comentó  Ana María interrumpiéndola asombrada ante tal descubrimiento, tras lo cual ambas gemelas se miraron a los ojos y rompieron a reír en sonoras carcajadas.

De repente, Ana María con una mirada salvaje y felina, lanzó un grito de guerra en tanto blandía su espada, tras lo cual de un rápido y ágil giro se colocó frente a un nuevo adversario que le venía por la espalda con el que mantuvo una ardua y encarnizada lucha a vida o muerte durante el breve espacio de media hora.

Yahitza  que los estuvo observando en todo momento, cuando aquella encarnizada lucha tocó a su fin con la muerte del incauto pirata, le dio su veredicto a su hermana- Magistral la forma de sortear los cadáveres que siembran el suelo sin perder el equilibrio en ningún momento, ni la espada y lo que es más sin recibir un solo rasguño de tu adversario-.

-Por favor estás tratando con una profesional-Se vanaglorió Ana María al  tiempo que envainaba orgullosa su espada.

-…Y esa mirada tan salvaje y felina y ese grito de guerra…no lo había visto en mi vida, pero te aseguro que da verdaderos escalofríos, me siento orgullosa, sigue así- La felicitó nuevamente su gemela.

-Entonces, ¿Puede decirse que he aprobado el examen?- Quiso saber emocionada la menor de las gemelas.

-Sí y con matrícula de honor, ahora ya estás preparada de verdad para tu primer abordaje-Le comunicó Yahitza orgullosa como profesora pero ante todo como hermana.

-Estoy impaciente por que eso pase- Le declaró Ana María exultante de felicidad.

 

Eran las 12:45 del medio día de un caluroso  domingo de mayo del  5010 cuando la tripulación  del “Ana María Diosa Del Mar” al completo se personaban ante su capitana en el puerto mallorquín.

-No fastidies, no me digas que nos hemos perdido toda la diversión por no llegar a la hora acordada- Exclamó Alexandra o Alex como le gustaba que la llamasen siempre sedienta de hombres y de acción.

 

La sociedad en general parecía coincidir en lo contradictorio de su carácter hombreriego, salvaje y  aventurero con sus largos y sedosos cabellos dorados que parecían haber atrapado todos y cada uno de los rayos de sol tan deslumbrantes como sus ojos color añil y sus exuberantes encantos nada ocultos ya que parecían tener establecido que una chica con aquel físico debía ser en todos los aspectos todo dulzura, en pocas palabras UN ANGEL.

 

Yahitza, tras observar cómo llegaban sus mujeres en tropel, a medio vestir y veinte minutos tarde al punto de reunión les reprochó severamente- Si y esta vez no ha sido precisamente por 5 minutos-.

-Compréndelo mujer hace 3 meses que estábamos en alta mar sin ver un hombre. La mayoría necesitábamos anoche divertirnos y saciar nuestros deseos más primitivos- Le explicó humildemente la barwoman a su capitana buscando su perdón.

-Aquí lo que la “literata”  quiere decir es que como era de esperar anoche todas nosotras cometimos todo tipo de excesos y ninguna de nosotras se acostó precisamente temprano, dicho sea de paso algunas ni nos acordamos de dormir

¿Verdad Ana María?, con lo cual es perfectamente comprensible que a última hora nos hayamos quedado dormidas, aunque no creo que nos hayamos retrasado más de 15 minutos si no fuese porque hemos tenido como siempre que esperar a Claire que ha tenido que aprovechar hasta el último momento para ejercer el oficio más antiguo del mundo-Le comunicó Lena amplia y detalladamente a su capitana.

 

La morena de ondulada y larga melena castaña de tez morena cuyos ojos semi rasgados y tan negros como la noche a la par que su esbelto cuerpo, sus andares sigilosos y su 1´63 cm de estatura junto a su formación de mujer policía la convertían de día en la perfecta arma de guerra y por la noche en una auténtica y seductora mujer- pantera cuyas víctimas se contaban a pares

 

-¿Quién es ahora la “Literata” “Chivata”?- le reprochaba Alex enfadada a la ex policía.

 Iahitza conociendo el buen juicio de Lena, pero sabiendo que Alex tampoco estaba exenta de razón intentó poner orden en todo aquel embrollo- Está bien pero dejadlo ya, parecéis niñas de colegio.

Lo único que quiero es que quede claro que en vuestro tiempo libre sois muy dueñas de hacer con vuestras vidas lo que queráis siempre  y cuando eso no afecte a vuestro trabajo, vuestra  labor y vuestra capacidad de razonar, pero en el mar yo soy la capitana y no pienso consentir ningún motín a bordo ni que mis decisiones sean cuestionadas por ninguna de vosotras ¿Estamos?

Así que espero que esta sea la última vez…-.

A ninguna de sus mujeres se le ocurrió poner objeción alguna, la mayoría asustadas, pues nunca habían visto mostrarse a Yahitza tan inflexible se limitaron a guardar silencio y a agachar la cabeza en señal de obediencia y arrepentimiento.

La única en atreverse a desafiar a su capitana fue Claire que llegaba en ese momento con una pícara sonrisa a la par que  le explicaba brevemente a modo de discreta disculpa-He pasado la noche con un joven conde en una preciosa villa-

 

La pelirroja cuyos ojos eran de un azul tan intenso como el mismo mar Caribe los cuales contrastaba con su larga y lisa melena tan roja como el  fuego del mismísimo infierno despuntando a la cara resaltando así sus rasgados ojos de gata así como sus exóticos rasgos que nada tenían que envidiar a sus vertiginosas y bien torneadas piernas de escándalo y un cuerpo nacido para el pecado.

Antes de enrolarse en el “Ana María Diosa Del Mar”   trabajaba como ladrona de guante blanco y aunque no era un caso muy normal fue reclutada por el abuelo de las gemelas cuando trataba de robarle a este unos gemelos de diamantes con forma de estrellas que su mujer le regaló el día que le pidió matrimonio con la advertencia de que si volvía a intentar robar en aquella familia lamentaría el haber nacido.

Ella decidió abandonar aquel botín y aceptó aquel nuevo trabajo sin dudar, pero su vocación era tal que en su tiempo libre aún seguía ejerciendo su antiguo oficio.

 

-Creí que ahora trabajabas para mí- La reprendió severamente Iahitza.

-Y así es esto es solo puro placer, además mirar que collar de plata y rubíes he conseguido, no me digas que no vale un tesoro-Asintió Claire en tanto mostraba el collar en su mano y presumía de sus actividades lucrativas.

-¿Eso te lo ha regalado el conde?- Preguntó atónita Ana María. 

-No mujer, esto es por cortesía de la caja fuerte-Negó Claire.

-Sea como fuere la próxima quien llegue tan solo un minuto tarde se las tendrá que ingeniar para subir a bordo ya que el  “Ana María Diosa Del Mar” zarpará sin ella y una vez a bordo será severamente castigada- Les advirtió su capitana cada vez más severa.

-No sé como lo habréis pasado vosotras, pero yo me he divertido de lo lindo luchando contra todos estos piratas-Intervino Ana María intentando llevar la conversación por otros derroteros.

Y funcionó.

-Sí, aunque solo duró unos segundos ya que a mi hermanita se le ocurrió ir a lo fácil- Bromeó Yahitza también cansada de seguir siendo tan estricta con sus mujeres, puesto que las comprendía demasiado bien como amiga, compañera e incluso como capitana.

-Te debe parecer muy fácil luchar contra todos esos mugrientos piratas al mismo tiempo, muy bien luchemos a tu estilo la una contra la otra ¿que te parece?-La retó su gemela aguantando una pequeña risita a la par que presumiendo de su hazaña.

-En guardia- Exclamó Yahitza ni corta ni perezosa aceptando el reto de su hermana a la par que desenvainando su espada.

-¡Que sois hermanas!- Les recordó alarmada Lena.

-No te preocupes mujer, que para ellas esto es un ejercicio más- La intentó tranquilizar Alex, en tanto observaba sin perder detalle como las gemelas con una mano a la espalda y la otra empuñando sus respectivas espadas cuyas hojas estaba tan bien afiladas que relucían con el ardiente sol de la mañana, luchaban encarnizadamente a la par que relajadas, pues a la vista estaba que para ellas aquello no era otra cosa que un juego de niñas.

-Sí, pero es que los juegos de estas hermanas…-Añadió Lena pasándolo francamente mal en aquel momento y de repente como si hubiese recordado algo urgente, con expresión grave en su bello rostro les anunció-Yahitza, Ana María, cuando veníamos corriendo hacía aquí…-.

-…Parecía que huíais de la policía- Intervino su capitana sin dejar de prestar atención a lo que estaba haciendo.

-Y así fue, conseguimos despistarlos, pero no creo que tarden ya mucho en aparecer por aquí- Prosiguió explicándole Lena.

-Me los imagino como a ratones tratando de salir de un laberinto chocando sin parar unos contra otros-Bromeó Ana María sin dejar de luchar.

Ante ese comentario todas sin excepción prorrumpieron en sonoras carcajadas.

Lena que pese a todo procuraba ser la más sensata en aquel momento sugirió- Creo que lo más conveniente será que embarquemos antes de que lleguen si no queremos que nos atrapen-.

-Tiene razón oigo pasos a lo lejos, deben de ir ya por el muelle número 13 y por el tono de sus voces están seguros de poder atraparnos esta vez, pobres desgraciados- Les informó ampliamente su capitana.

-Lógico Yahitza, solo los hombres son tan ingenuos como para creerse que todos ellos pueden ser más listos que una sola de nosotras, que desperdicio de neuronas-Opinó Claire con la triste opinión que le merecían la mayoría de los hombres al respecto.

-¿Tu qué opinas hermana?-Quiso saber Yahitza ya que a su criterio su gemela llevaba mucho rato callada y eso solo podía significar una cosa…

-Que seleccionando a cien de los más inteligentes lograríamos juntar entre todos esos UNA sola neurona tonta-Contestó Ana María con gran sarcasmo tras los cual todas rieron a grandes risotadas.

Una vez la tripulación del “Ana María Diosa Del Mar”  precedidas de su capitana y la segunda de abordo se encontraban a bordo de dicho galeón ocupando cada una su puesto cuando Iahitza con alegre algarabía ordenó- ¡Levad anclas!-.

Tras cumplir la orden recibida Alex se cuadró ante su capitana haciéndole saber sonriente- Todo listo para zarpar mi capitana-.

-Girad 180º  a babor y una cuarta a barlovento- Ordenó Iahitza a posteriori.

Acto seguido el cuerpo de policía al completo de Palma de Mallorca se personaba en el muelle número 26 en tanto Yahitza con toda su tripulación al completo a cien metros de ellos huía tranquilamente en el mítico galeón pirata a la par que desde la cubierta de estribor se despedía burlona con la mano al tiempo que les aseguraba- Adiós agentes como siempre fue un placer- Dicho esto hizo una reverencia a la antigua usanza.

 

Era la primera vez que los agentes mallorquines se encontraban cara a cara con la temible y audaz pirata y su tripulación, pero lejos de aprovechar quizá la única posibilidad que les brindase el destino de detenerlas, al contemplar el reguero de sangre y muertos que yacían en el suelo a su paso y sobre todo al observar como ellas no se habían hecho ni el más mínimo arañazo y aún mantenían intacto el sentido del humor sin el más mínimo remordimiento por lo que habían hecho, se amedrentaron y todos sin excepción alguna se quedaron paralizados de terror, pues hasta el presente ni el más maduro y experimentado de los agentes se había dado cuenta de que tratándose de Yahitza y sus mujeres era más fácil hablar en la oficina o en “La Taberna”  delante de una jarra bien fría de cerveza de sus hazañas que enfrentarse a ellas, quizá porque a buen seguro conocían cual era su “modus operandis” y sabían que en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo las posibilidades de sobrevivir eran prácticamente inexistentes, a los hechos se remitían. En su mentalidad de hombres no comprendían que una mujer pudiera albergar en su interior tanta fuerza, odio, coraje, frialdad, audacia y maestría incluso más que el más rudo de los hombres, aunque por supuesto su ego masculino jamás les permitiría aceptarlo delante de ninguna mujer, ni siquiera de la suya propia, quizá por eso también sus respectivas mujeres por una razón o por otra las admirasen en secreto.

 

 

-Soy “La Diosa Del Mar” y no recibo órdenes de nadie, ¿Entendido? ¡DE NADIE! –Proclamó voz en grito Iahitza a su hermana llegando a resonar su voz desde su camarote hasta la cubierta del barco razón por la que la tripulación del “Ana María Diosa Del Mar” al completo interrumpieron sus tareas cotidianas para apostar entre la presunta pelea de las dos hermanas como si de un salón de juego se tratara.

Claire fue la primera en iniciar las apuestas -Apuesto 80 euros a que Ana María le da su merecido a nuestra capitana-.

-Lo dudo Yahitza no es de las que se dejan derrotar fácilmente ni por un sangriento pirata ni por su hermana.

Me juego la paga de un mes a que luchan a espada y la vencedora es Yahitza –Intervino Lena fervientemente.

-Los veo y subo 80 euros más de mi próxima paga-Añadió Alicia dejándose llevar por su lado ludópata.

-Lo cual me recuerda que hoy es día de paga- Exclamó Alex lanzándole a cada una un pequeño saco de ante marrón claro con su correspondiente paga.

-¿Y tu apuesta a cuanto asciende?-Quiso saber Alicia maliciosa dirigiéndose a Alex.

-Yo no entro en ese juego, demasiado bien conozco a las gemelas como para saber que la sangre no llegará al río-Fue la tranquila respuesta de Alex.

-Te tienes que mojar Alex y decantarte por una y hacer tu apuesta como hemos hecho todas.

Porque seáis amigas de la infancia eso no te da inmunidad-Se mal entonó Alicia con ella intentando conseguir su propósito.

-¿No te parece que has dicho demasiadas ys en una sola frase?, si hay algo de  cierto en lo dicho es que somos amigas de  la infancia y os puedo asegurar que jamás apostaría contra ninguna de las dos-Le contestó Alex con una sonrisa en los labios a la par que con gran parsimonia sabiendo que eso desquiciaría a Alicia.

 

Curiosamente en aquel momento las dos hermanas se disponían a salir y al ser testigos de cómo sus mujeres intentaban enriquecerse a su costa se lanzaron una mirada cómplice en tanto Yahitza parecía estar rodeada de un halo maligno.

Ana María como su gemela que era parecía leer su pensamiento lo cual demostró al contestarle-Que demonios, al fin y al cabo somos piratas ¿No?-

Ambas gemelas tras prepararse en el camarote de Yahitza irrumpieron repentinamente en la cubierta del barco luchando la una contra la otra con un odio cerval  alertando así a la tripulación en pleno, pues pese a sus apuestas ninguna esperaba que luchasen como furiosas y auténticas piratas cuyo código del honor parecía haber caído en el olvido así como el parentesco que las unía.

¿O…quizás no?

-Me vengaré por la ofensa recibida-Proclamó Yahitza en tanto luchaba fervientemente y sin cesar.

-¿Se ha ofendido la “damita”?-Se burló jocosamente Ana María.

-¿Eso es todo lo que sabes hacer? Luchas e insultas como un hombre-La atacó verbalmente Yahitza a la par que con su espada.

-A mí nadie me llama hombre y sale indemne-La amenazó Ana María revolviéndose contra ella.

-¡Que sois hermanas!-Intervino asustada Alicia.

-¿Se lo tenías que recordar?-Le inquirió Alex a modo de pregunta retórica.

-Te matare, maldita hija de puta-La amenazó Yahitza, al recordar el parentesco que las unía a la par que poniéndola contra las cuerdas.

-Pierdes fuerza por la boca-Se reveló Ana María sin dejar de luchar y zafándose de ser acorralada en el último instante.

-¿Ves lo que has hecho?, ¿No podías estar calladita por una vez?-Le reprochó duramente Alex a Alicia.

 

Un sudor frío y constante brotaba de la bronceada frente de la rubia marinera a la par que un terror psicológico se apoderaba de ella llegando a tener la absoluta certeza de ser ella la culpable de que la segunda de abordo estuviera a punto de perder la vida a manos de su capitana y si se descubría que ella de un modo u otro había estado incriminada las consecuencias que eso supondría para ella en el mejor de los casos si tenía la oportunidad de apelar al buen corazón de Yahitza, lo cual no era muy probable, le otorgaría una muerte dolorosa, lenta y agónica.

 

-Ya te puedes preparar porque voy a hacer picadillo de mini pirata-La amenaza Ana María, tras lo cual da un giro de 180º posteriormente vuelven a chocar sus espadas.

-Sigue soñando “hermanita”  porque te voy a matar, voy a beber de tu sangre y voy a echar tu cuerpo a los tiburones hasta que de ti no quede nada-Contestó furiosa a sus amenazas Iahitza luchando con más fuerza y coraje hasta situarse ambas en la popa del buque reinando por un momento un pesado silencio que a toda la tripulación se le antojó como eterno.

En ese momento Alex asomó la cabeza y con una sonrisa de complicidad

a una de sus mejores amigas de la infancia-Felicidades Ana María, ha sido una excelente lucha, como siempre, me atrevería a decir que la mejor-.

-Gracias Alex, pero yo soy Iahitza- Le aseguró esta en un susurro, tras lo cual le guiñó un ojo.

-Entonces…-Creyó adivinar Alex.

-Exacto- Le confirmó Iahitza.

-Anda bonita que me has dejado a la altura del betún-Le reprochó Ana María a su gemela molesta.

 -Lo siento me ha salido del alma, pero no te preocupes, todo a su debido tiempo-La trató de tranquilizar Iahitza.

Mediante una voltereta y una sincronización perfectas, ambas hermanas con sus espadas bien afiladas y desenvainadas reaparecieron ante todas sus mujeres dejándolas estupefactas, pero no tanto como cuando su capitana las asaltó amenazándolas con su espada al grito de-Dadme todo lo que llevéis encima y no quiero trucos, se que hoy es día de paga y tenéis los bolsillos llenos-.

-¡Obedeced si no queréis perder la vida!-Ordenó Ana María con voz de mandato.

Una vez todas le entregaron sus respectivas sacas de ante con el dinero, sin atreverse a protestar, Ana María dirigiendo su espada a Claire le inquirió -¿Qué hay de ese collar tuyo que ganaste en tu último asalto? , ¿Cómo lo llamaste “un pequeño tesoro”?-.

-El…co…llar-Tartamudeó Claire blanquecina viendo peligrar el fruto de su último trabajo que tampoco le había costado conseguir y del que se sentía más orgullosa que de ningún otro.

-La bolsa o la vida, como se suele decir vulgarmente-Se jactó Ana María de su debilidad al tiempo que la apremiaba con una gran seguridad en sí misma y una chulería innata en  ella.

A posteriori  las hermanas Grande Guerrero le entregaron el botín a Alex para que lo contara todo, tras lo cual Iahitza decidió confesar-Muy bien chicas,  una vez  hecha la puesta en escena y de haberos asaltado tal y como vosotras pensáis hacer en cierto modo con nosotras debo confesaros que no soy Ana María sino Iahitza vuestra capitana y la auténtica Diosa Del Mar.

La verdadera Ana María es la profesional que me ha suplantado-.

Ana María por su parte se limitó a hacer una reverencia a la antigua usanza en tanto se quedaban todas boquiabiertas y en cuanto a Alicia se cayó desplomada en el suelo.  

-Divídelo en tres partes iguales y prepárate a repartir el botín-Ordenó  alegremente Iahitza a su mejor amiga.

-¡A la orden mi capitana!-Exclamó Alex de igual modo.

-En cuanto al collar será integro para mí, ya que yo soy la capitana y fue ganado en horas laborales-Anunció Iahitza firmemente.

Ya repartido el botín las gemelas en un momento que se retiraron dejando sola a Alex, esta se vio rodeada por el resto de sus compañeras que sin compasión comenzaron a asaltarla a preguntas.

-Entonces…tú fuiste su cómplice en todo momento ¿Cómo has podido?- Exclamó Lena indignada.

-Sí, así es, aunque debo reconocer que incluso yo con el cambio de vestuario llegué a perderme y a no saber quién era quién-Confesó tranquila a la par que descaradamente Alex.

-Oye Alex y siendo tu su amiga de la infancia sabrás quien las a enseñado a luchar de ese modo ¿Verdad?-Le inquirió Claire sumamente intrigada.

-Pues sí, fue un hombre-Fue la clara y a la par enigmática respuesta de Alex.

Alicia una vez recuperada se levantó y se acercó al grupo de mujeres que rodeaba a Alex, en tanto se acariciaba su maltrecha y dolorida nuca a  la par que repetía sumamente extrañada-¿Un hombre?-.

-Eso he dicho-Asintió Alex.

-¿Y ellas lo sabían?-Le inquirió curiosa a la par que ignorante Claire.

-¿Cómo que si lo sabían? Y tanto, de hecho lo adoran, como yo, y desde niñas le pidieron que les enseñaran a utilizar la espada y a ser tan diestras con ella como él-Comenzó a descubrirles poco a poco Alex.

-Y es…-La animó a seguir la pelirroja de ojos azules de gata realmente intrigada y cada vez más metida en el relato de su compañera y amiga.

-Su hermano Imán, por supuesto-Concluyó Alex, tras lo cual gritó tras ver como Claire se arrojaba por la borda-¡Mujer al agua!-.

Acto seguido Ana María hizo acto de aparición y echó el  lazo por la borda agarrando a Claire por un tobillo, aunque no pudo evitar que parte de su cuerpo recibiera un buen remojón, en tanto Alex le susurraba divertida- Y eso que aún no les he contado que las tácticas de guerra las aportaba Jerome-.

Iahitza que para entonces ya estaba reunida con sus mujeres al oír un golpe seco detrás de ella se giró bruscamente y entre risas le preguntó a Alex-¿Cómo es que Alicia se ha vuelto a desmayar?-.

Alex se encogió de hombros en tanto no dejaba de reír.

-Podías haberte dado un poco más de prisa, por tu culpa me he puesto hecha una sopa-Le reprochó Claire a Ana María cuando volvió a estar a bordo.

Ana María atónita ante tal desfachatez pues nadie la había empujado a que saltara la retó con descaro-¿Probamos otra vez a ver qué pasa?-.

Claire que no era estúpida y no le apetecía quedarse en el agua y más de media hora en remojo antes de que alguien decidiera dejar de observarla para ayudarla como pasó dos años antes en circunstancias semejantes optó por callarse.

En la actualidad  a fecha 6-7-5015 al observar Claire un brillo desafiante en la mirada de Ana María recordó que entonces había sido su capitana quien la había mirado de forma felina y desafiante  y ahora al observar de nuevo a Ana María comprendió el comentario que Alex le hizo en ese momento cuando le dijo-Has tenido mucha suerte-.

 

Todas sabían que Yahitza, jamás dejaría en la estacada a ninguna de sus mujeres aunque tuviera que jugarse la vida para ello, pero nadie olvidaba que en el fondo su capitana era un ser felino y vengativo lleno de desconfianza y maldad razón por la cual se había ganado con creces su título de “Diosa Del Mar”

 

Claire intentando disimular el miedo que su capitana en ese momento le profería dirigiéndose a ella le inquirió-Me preguntaba cuando piensas devolverme mi collar ya que parece que tu hermana y tu habéis terminado ya con esta pantomima-.

-Clarita…-Comenzó advirtiéndole felina a la par que burlona su capitana.

-Claire-La corrigió esta severa.

-¡Qué más da!, creo que no lo entiendes, soy una pirata y me he quedado con tu tesoro que bien mirado me pertenece ya que lo ganaste en horas laborales- Le recordó Yahitza intransigente.

Ante tales argumentos y el respeto que le imponía su capitana Claire se quedó blanca como el papel.

-¿Quién demonios te ha enseñado a echar el lazo de semejante manera?-Quiso saber Yahitza, la cual se encontraba de pie junto a su hermana desde hacía largo rato.

-¿De verdad quieres saberlo?-Le inquirió Ana María orgullosa.

Yahitza, dirigiendo primero su mirada a Alicia que para variar seguía inconsciente y luego a Claire que aún bajo el sofocante sol de principios de julio seguía ofuscada y empapada hasta la cintura no pudo evitar recordar la espontánea hazaña de esta última por lo que le contestó a su hermana entre risas-Si lo digo temo que me quedaré sin mujeres-.

-¡Mujer al agua!-Gritó nuevamente Alex

-¿De quién se trata esta vez Alex?-Se interesó Yahitza.

-De nuestra segunda de abordo-Le informó esta aguantando la risa.

-Como sigamos así no vamos a ganar para salvavidas-Bromeó Yahitza, pero al ver como su hermana se alejaba nadando en lontananza echó a correr por la cubierta de babor y al llegar al final se hizo bocina con las manos y comenzó a gritarle-Pero Ana María ¿Dónde vas?-.

-A recuperar a Julián-Le contestó ella mientras se alejaba nadando.

-Pero cómo vas a abandonar el barco insensata que eres mi segunda de abordo-

Le gritó nuevamente Yahitza recordándola esta vez sus deberes.

-Tu deberías entenderlo mejor que nadie hermana-Intervino Ana María apelando a su corazón sin dejar nunca de nadar.

-Y digo yo ¿No llegaría antes en el galeón?- Opinó sabiamente Alex.

-Es inútil decirle nada, como se le meta algo en la cabeza…-Exclamó resignada  Iahitza , tras lo cual cambió su actitud despreocupada por otra mucho más severa a la par que estricta, para a continuación comenzar a dar órdenes-Hasta que mi hermana vuelva, Alex será mi segunda de a bordo y no pienso permitir ninguna insubordinación-.    

-A la orden mi capitana-Le contestó Alex tras cuadrarse.

Irina tu además de ocupar la función que ya tenías ocuparas el puesto de Alex- Prosiguió Yahitza en cuanto la vio.

-Lys tu tráeme un cubo de agua inmediatamente-Concluyó Yahitza por el momento.

-¡A la orden mi capitana!-Contestaron al unísono el arma de doble filo del “Ana María Diosa Del Mar” o como a ellas mismas les gustaba denominarse “unas artistas del crimen”.

 

Lys e Irina eran dos siamesas cuyos ondulados y largos cabellos color trigo, junto a sus grandes ojos tan limpios y azules dignos del cielo más puro y claro, así como sus aniñadas caras y sus finas caderas les conferían el aspecto de dos ángeles recién caídos del cielo, ocultando en todo momento su gran habilidad con las armas blancas, en tanto vestían un vestido de gala  y la maestría sobre todo para cometer el crimen perfecto y salir impunes de la escena del crimen  sin que a ellas le salpicase en otras palabras Irina y Lis serían capaces de cometer el asesinato más atroz en una embajada, disfrutar del  baile, la cena y jamás nadie abría sospechado de dos criaturas tan encantadoras a las que han  estado viendo en todo momento.

La única diferencia que las separaba es que de las dos Irina era la más cruel.

 

Yahitza, tomó entre sus manos el cubo de madera y le arrojó su contenido de golpe a la cara de Alicia, tras lo cual le aseveró-Se acabó la hora de la siesta.

En ese momento Alicia atónita abrió los ojos sin saber muy bien donde se encontraba.

Yahitza, una vez se hubo deshecho del cubo, desenvainó su espada y apuntando con la afilada punta de su espada en la garganta de la ahora incauta Alicia prosiguió-Confiesa marinera de agua dulce quien eres en realidad y qué demonios estás haciendo a bordo de mi galeón pirata y más vale que digas la verdad por que como ves a mi me cuesta muy poco hacerte perder la cabeza, por así decirlo-.

-¿Dónde está Ana María?-Quiso saber la insensata muerta de miedo.

-Aquí quien hace las preguntas soy yo, así que ya puedes empezar a contar todo lo que quiero saber y mucho cuidado con mentirme si no quieres que te separe la cabeza del resto del cuerpo-Le aseveró Yahitza de tal modo que sus amigas y compañeras de aventuras sintieron miedo de sus amenazas.

-Soy…soy…-Comenzó dubitativa Alicia

 -Es para hoy-La apremiaba severa Yahitza, en tanto le acercaba más la espada a la garganta.

-Soy rica.

Mi padre es el propietario del Banco Oliver S.A. y si me tratáis bien os pagará mucho dinero por mi rescate-Le confesó finalmente Alicia con las piernas temblando.

-Se nos ha enrolado una pija-Exclamó asombrada la capitana, tras lo cual burlándose de la susodicha le dijo-En cuanto lleguemos a puerto te vas derechita a seguir asaltando a los “honrados”  trabajadores del banco de “papá”  y si quieres unas vacaciones gratis ¿Por qué no te vas al yate de “papá”  con el mayordomo sirviéndote cócteles molotov?-.

-Porque mi padre es un soso que hace seis meses dio orden de que en la mesa de Black Jack  se jugase con dinero falso y a Henry solo le está permitido darme zumos y bebidas sin alcohol, en cambio vosotras tenéis tesoros de verdad y bebéis bebidas con mucho alcohol-  Protestó Alicia, tras lo cual admiró al menos la imagen que ella tenía de la piratería.

-Lo que hay que oír; pija, ludópata y alcohólica, sino tiene desperdicio la nena- Se burló nuevamente Yahitza de Alicia, tras lo cual se puso muy seria y la amenazó severamente- Escúchame bien reina de tu casa, en cuanto desembárquemos quiero que te vayas y desaparezcas de este barco y de mi vista para siempre ¿Entendido?-.

Alicia desenvainó su espada y se enfrentó a ella-Si nos amotinamos podemos vencerla somos muchas y ella solo una-.

-¿Eso es un motín?-Le inquirió con expresión divertida Yahitza

-Si así es-Le aseguró Alicia, tras lo cual prosiguió dirigiéndose a Claire-

Claire, tú podrías recuperar tu collar que tanto te ha costado conseguir-.

-Habla por ti, en un abrir y cerrar de ojos puedo conseguir otro mejor y solo por puro placer, pero esta vez me aseguraré de que entra en mis horas libres para no perderlo de nuevo-Le aseguró ella con desdén.

-Alex ¿Tu qué me dices? a ti te ha quitado tu rango-Prosiguió Alicia buscando aliadas.  

-Sí, para ascenderme-Añadió esta en tanto el resto de la tripulación la ignoraba descaradamente.

-Vaya estás sola y ahora ¿Qué vas a hacer?-La increpó Yahitza

-Sé cómo manejar la espada, he visto cien películas de Errol Flynn- Le aseguró esta mientras movía su espada en círculos.

Yahitza chocó su espada contra la de su adversaria desarmandola, tras lo cual le dijo por último-Vaya parece que cien películas de un absurdo y ridículo tipo con bigotillo no han sido suficientes para que aprendieras el noble arte de la esgrima-Dicho esto fijó su vista en dos de sus mujeres más fuertes a las que les ordenó-Claire, Elena prended a la damita y tirarla por la borda.

 

Ana María agazapada tras una estatua modernista frente a las dependencias policiales portuarias de reciente inauguración le preguntó a su hermana cuando la vio colocarse junto a ella-¿Qué demonios hacéis aquí?

Os hacía camino de casa-.

-Tanto tiempo fuera del mar te ha debido hacer perder la chaveta. Nuestro sitio está aquí contigo ayudándote en tu misión-Fue la respuesta de Yahitza habida de emociones fuertes y de acción.

-Gracias hermana no me esperaba menos de ti-Repuso Ana María con gran satisfacción.

-Ya estoy  aquí chicas, Alex se encargará de mantener a raya a la tripulación y dará la orden de asalto si las cosas se ponen feas-Les informó Lena colocándose a la izquierda de Ana María.

-¿Ha sucedido algo importante en mi ausencia-Quiso saber la segunda de a bordo del “Ana María Diosa Del Mar” .

-Un intento de motín por parte de Alicia hasta que dí orden de que la arrojaran por la borda-Le resumió brevemente Iahitza.

-Tratándose de ti me extraña que no la hayas arrojado a los tiburones-Le dijo su hermana preciándose de conocerla muy bien.

-Me ofendes sabes que siempre he sido fiel defensora de los animales y no lo querría envenenar, además con lo pija que es en caso de que hubiera tiburones en Mallorca y la devorarán no me imagino a ninguno mirando a su posible víctima y diciéndole “Prepárate maja por qué vas a ser pasto de los tiburones ósea, te lo juro por Snoopy de verdad”-Bromeó Yahitza intentando hacer reír a su hermana.

-Sí y como parece que la nena pertenece a ese selecto club de “Alcohólicos No Anónimos y Muy Orgullosos de Serlo” luego se iría el tiburón haciendo eses y cantando “Costas las de “levanteeee playas las de Lloret”-.

Añadió Lena muy perspicaz.

-¿Os queréis callar? Que nos van a descubrir-Las reprendió Ana María entre risas.

-Creí que ibas a decir que pertenecía al “club de los jóvenes castores”-Añadió Yahitza sin poder reprimirse.

-No quiero oír ni una palabra más u os mando derechitas a casa-Proclamó Ana María  viéndose rodeada por las dos mujeres y poniéndose más seria.

Yahitza tomándose la nueva misión más en serio con el rostro y la voz grave le preguntó a su hermana-¿Cuándo entramos en acción?-.  

-Cuando ese centinela desaparezca de la puerta-Fue la sabía respuesta de Ana María.

 

Julian Duncan era el hijo menor del gran empresario y famoso hombre de negocios Roberto Duncan y aunque él había adquirido la misma habilidad que su padre para los negocios un 21 de octubre decidió ingresar en la academia de policía a raíz de que el destino el 11 de de marzo de aquel mismo año le asestó un duro golpe al ser testigo, junto a su hermano mayor Roberto de cómo su madre poco a poco se dormía de una angina de pecho complicada con una fuerte neumonía sin que nadie pudiera hacer nada por arrancarla de las garras de la muerte.

Aquella mañana tras el fallecimiento de la dulce madre de ambos, Roberto salió de la habitación del hospital y se juró no llorar y pagarle a la vida con la misma moneda, en tanto Julian más sensible  lloraba desconsoladamente sobre el cuerpo de su madre.

Aunque el joven Julian se graduó en la academia de policía con los más altos honores y su conducta como agente era intachable desde el día que ingreso en el cuerpo de policía de Palma de Mallorca y conoció al amargado y estresado capitán  que le había tocado en suerte, supo que solo por ser hijo de quien era estaba en su punto de mira esperando que cometiera el más mínimo error para abrirle un expediente y expulsarlo del cuerpo de policía de Palma de Mallorca, por eso cuando aquella mañana se subió de nuevo al coche patrulla de camino al muelle donde se encontraban las temidas piratas y recibió la orden de que no saliera del coche apartándolo así del caso supo que tras dos años de servicio había llegado el temido y fatídico día para él y el feliz día para su capitán.

Una vez en el departamento con la ayuda de algunos compañeros, el agente Duncan se hacía con una copia de los archivos que se guardaban en el ordenador central del caso “Diosa del Mar  compañeros que estaban al tanto de lo que podría suceder y le brindaron todo su apoyo.

-Que se personen todos los agentes que hayan salido esta mañana a la misión “Diosa del Mar” en mi despacho inmediatamente-Vociferó malhumorado el capitán Rosales desde la puerta de su despacho, tras lo cual se oyó un sonoro portazo tras de sí.

-“Tan solo 20 minutos como mucho después de que nosotros llegáramos lo sabía”-Pensó Julian para sí y mientras sus compañeros lo cubrían  colocándose delante de él, tomó la precaución de hacer una llamada de teléfono desde la comisaría a su hermano- Rob,¿Puedes pasar a por mí? que esto me parece que se va a poner feo, pero que muy feo-.

-Claro en seguida estoy ahí-Dicho esto Roberto Duncan cambió de marcha con una sonrisa malévola, pasó de tercera a primera, bruscamente le dio un giro al volante de 360º y pisó el acelerador hasta llegar a 350 km/h en su nuevo deportivo aerodinámico y exclusivo modelo Galena creado por y para él.

-¿Dónde demonios está agente Duncan? Mueva su tierno culo hasta aquí inmediatamente-Le ordenó el Capitán Rosales al joven agente cada vez más exasperado ante lo que se le antojaba como una interminable espera.

Aún así Julian decidió tomárselo con calma pues dado que sabía lo que le esperaba no pensaba ponérselo nada fácil.

Una vez ambos hombres se quedaron a solas en el despacho del capitán Rosales, tras echar éste al resto de agentes para poderse explayar a sus anchas con Julian comenzó vociferándole- Agente Duncan no solo es usted un inepto y un incompetente sino que es además una vergüenza para el cuerpo en general y para esta comisaría en particular no solo dejando escapar a dos criminales de las más buscadas sino que a aprovechado su uniforme para darse el lote con una de ellas comprometiendo así  el buen nombre de esta comisaría por lo que le voy a abrir un expediente que se le va a caer el pelo-.

Julian tras escuchar con fingida y absoluta serenidad aquellas injurias de igual modo le inquirió- ¿Ha terminado ya?-.

-Si- Fue la breve y atónita respuesta de su superior ante tanta calma.

Fue entonces cuando el joven Julian montó en cólera y exteriorizó toda la rabia que llevaba dentro- Todo eso son calumnias e injurias y usted lo sabe para empezar usted fue el primero de dejarme fuera del caso “Diosa del Mar”  por lo cual aunque las hubiera tenido sentadas a mi lado no las podía haber detenido, como segundo punto creo que cierto capitán cuando se ha visto delante de esas dos piratas se ha cagado en los pantalones y para terminar no es de su incumbencia con quien me acuesto o me levanto pero no por eso me voy a quedar con las ganas de decir que es usted tan ignorante que esas hermanas jamás se verían atraídas por un uniforme de policía…-

-…Los tipos como usted me enferman ¿Y sabe por que? –Lo interrumpió su capitán muy irónico a la par que confiado.

-Si, por que con nosotros a su alrededor debería comportarse como un profesional cosa que no es y así queda como el incompetente que realmente es.

Por mi puede abrirme todos los expedientes que quiera y metérselo por donde le quepan que yo por mi parte pienso presentar una demanda por acoso psicológico y ahora me voy porque aquí empieza a oler a podrido-Prosiguió Julian cada vez más encolerizado, tras lo cual el Capitán Rosales le exigió más encolerizado si cabe-Entregue la placa y la pistola Agente Duncan-.

-Todo un honor-Repuso este tras lo cual le arrojó ambos objetos a la cara y sin decir ni una palabra más salió de allí.

Una vez en el exterior Julian respiró aire puro y se sintió como si se hubiera quitado un gran peso de encima.

-Gracias por venir a recogerme Rob-Le dijo sinceramente su hermano en tanto entraba en el coche con aspecto cansado.

-No hay problema hermano, me pillaba de camino-Le aseguró Roberto con gran orgullo y confianza en si mismo.

-Cuando dices que te pillaba de camino es que venías a 500 km/h tras girar en lo más prohibido ¿No?-Le indagó Julian con absoluta seguridad.

-No hombre solo he venido a 350 km/hora , ese honor lo he dejado para estrenarlo contigo, es decir si  no te arrugas-Le retó Roberto, tras lo cual quiso saber curioso-¿Qué es eso que se iba a poner tan feo hermanito?-.

-Le he dicho al incompetente de mi ex capitán lo inútil que es y lo que pienso de él y finalmente le arrojé a la cara mi placa y mi arma-Le resumió Julian en un instante.

-Me sorprendes Julian, eso es lo que se espera de mi no de ti, me siento orgulloso-Se sorprendió gratamente Roberto.

-¿Bueno, a que esperas para pisar a fondo el acelerador?-Lo incitó su hermano mostrando su lado más atrevido harto de tanta prudencia y obediencia.

 

                            CAPÍTULO TRES

 

-¡Que se nos escapa!-Exclamó Ana María al ver entrar a su idílico amor en un extraño vehículo marca  Galena, tras lo cual las tres mujeres tomaron un taxi por asalto que circulaba por la zona ignorante a todo cuanto sucedía a su alrededor.

Una vez en su interior Ana María le pidió con cierta urgencia-Siga a ese coche-.

El taxista un hombre sencillo y de mediana edad se quedó tan atónito al ver como las famosas, intrépidas y audaces piratas se habían subido tan fácilmente a su taxi que cuando pudo reaccionar finalmente exclamó-Cuando cuente esto en la peña no se lo van a creer.

Y yo que creía que estas cosas solo sucedían en las películas y en las novelas-

-Pues si pisa a fondo el acelerador aún puede ser más emocionante-Le propuso Ana María impaciente en tanto adelantaba el cuerpo hacia delante para hacerse oír mejor.

-Lo que tu digas belleza-Fue la simpática contestación de Sebastián, en tanto hacia lo solicitado, tras lo cual quiso saber el buen hombre-¿Podrían decirme a quien perseguimos señoritas?-.

-A un antiguo y verdadero amor de mi hermana-Le explicitó algo sarcástica Iahitza.

-Sin coñas Iahitza que nos conocemos-La previno mirándola con desconfianza Ana María.

Lena con suma amabilidad intentó poner paz entre las hermanas diciendo- Vamos chicas no os sulfuréis-.

-¡Cállate Lena!-Le ordenaron las gemelas al unísono en tanto se giraban hacia ella y la miraban como dos fieras a punto de devorar a su presa.

Sin poder aguantar más la tentación, Sebastián, mientras conducía al límite cogió con la mano derecha la radio para comunicar con uno de sus compañeros

-Manué, Manué aquí er Sebastián nunca te imaginarias a quien llevo en mi taxi-.

-¿Al duque de Sevilla?-Se burló Manuel de su compañero andaluz.

-Mejor son la Ana María, La Lena y la Iahitza y vamo en una persecusión de un coshe mu moderno por un asunto de amorío-Le informó este con mucho misterio.

-Deja el Valdepeñas Sebastián que eso va a ser tu ruina-Le aconsejaba Manuel.

Las tres mujeres al escuchar la conversación se echaron a reír a carcajadas.

Cuando llegaron a su destino, el coche se paró ante una magnifica verja dorada a través de la cual se podían contemplar los jardines más bellos e idílicos pertenecientes a aquella gran mansión.

-Si cuando estén en Palma de Mallorca necesitan los servicios de un taxista pregunten por “Sebastián el de la peña”-Se ofreció este en tanto le entregaba su tarjeta a Lena.

-Así lo haremos “Sebas” ¿Verdad chicas?-Le prometió Lena muy contenta con los servicios prestados.

-¿Cuánto te debemos Sebastián?-Quiso saber impaciente por pagarle y re encontrarse con su viejo amor cuanto antes.

Al ver el lujo y la magneficiencia que mostraba tanto el jardín como la mansión a la que pertenecía, Iahitza exclamó asombrada- Me parece estar en casa-.

En tanto Sebastian hacía un gesto de negación rotunda con la mano a la par que le contestaba-No, no señorita faltaría más ha sido un placer traerlas, pero si me pudiera hacer una foto con ustedes y me la pudieran firmar…-.

-Eso está hecho-Dicho esto se hicieron los tres la típica foto con el taxi de fondo con una maquina de revelado automático tras lo cual  las tres la firmaron personalmente “Con Cariño Para Sebastián y Su Familia.

-Cuando le cuente esto a María y a los niños no se lo van a creer-Se alejó diciendo Sebastián como loco de contento.

 

-¡Me habéis seguido!-Se sorprendió gratamente Julian  un joven de 31 años, ojos color azul cielo, pelo negro y corto, delgado, de porte elegante y de 1´70 de estatura dirigiéndose a Ana María cuando ambos se quedaron en la suite del ático de este.

-A duras penas, ese coche corre a la velocidad de la luz, parece sacado del mismo infierno-Repuso Ana María con cierta timidez algo impropio de ella.

-Casi aciertas lo ha fabricado mi hermano Roberto-Le contestó Julian.

-Puede decirse que mi hermana mayor tampoco es un ángel-Bromeó Ana María.

-Harían una buena pareja ¿No crees?- Le inquirió Julian con intenciones de  hacer de celestino.

-No se tu pero a mi si me sorprende mi hermana intentando hacer de casamentera me mata- Exclamó Ana María tras lo cual volvió a romper a reír.

-Pero no estamos aquí para buscarle una cita a nuestros hermanos así que ¿Por qué no nos dejamos de tantos rodeos y comenzamos a hablar de nosotros?-Le propuso Julian con dulzura en tanto le cogía las manos.

-Sí, será lo mejor-Asintió ella en tanto intentaba zafarse de él.

Él sorprendido a la par que apenado por aquella inesperada reacción quiso saber-¿Sucede algo?, ¿A caso hay otro?-

-Demasiado tiempo Julian, y me temo que si que aunque siempre he tratado de engañarme a mi misma siempre ha habido otro es una locura, pero así es- Le declaró Ana María.

-No lo sientas nadie manda en el corazón, además me hayas querido mucho o poco, en el tiempo que hemos estado juntos, te aseguro que he sido el hombre más feliz del mundo-Le declaró Julian humilde a la par que sincero.

 

-¿De dónde has sacado este coche? ¿Del mismísimo infierno?- Quiso saber Iahitza en tanto  examinaba con detenimiento el “Galena”.

-Pues casi, por que ha salido hoy mismo de mi taller, fabricado por mí y nunca me he tenido por un ángel, la verdad- Le confesó Roberto orgulloso de su rebeldía a la par que presumía de poseer un gran ingenio.

-¿Qué combustible utilizas, Roberto?- Quiso saber interesada Iahitza.

-Mis amigos me llaman Rob, en cuanto al combustible que utilizo es agua- Le explicó Roberto sonriente a su nueva amiga.

-¿Agua?- Repitió Iahitza extrañada.

-Sí, eso he dicho, de todos modos ten en cuenta que estamos en el año 5015  y lo que era pura ciencia ficción hace un siglo es una realidad latente hoy día-

Prosiguió animado Roberto.

-Es cierto pero para que corra así le habrás tenido que colocar el motor de un cohete espacial o algo así-Le rebatió ella pensativa.

-Vaya veo que no eres ninguna ignorante y que sabes de lo que hablas-Exclamó Roberto gratamente sorprendido.

-Aunque te suene a propaganda para amas de casa ¿No has pensado en que la cal del agua podría estropear el motor del coche?-Quiso saber Iahitza a modo de una simpática pregunta.

-Así es mi querida amiga, pero está todo pensado por este auto original de diseño aerodinámico solo funciona con agua de pozo y por si eso fuera poco tenemos junto al depósito del  agua un aparatito muy majo que sirve para filtrar la cal del agua o cualquier tipo de impurezas-Le explicó él bromeando a la par que imitando a la cursi y masculina voz radiofónica de moda, mientras Iahitza al escuchar su perfecta imitación de esta creía morirse de la risa.

-Chico, tu eres un genio-Lo alabó ella cuando por fin pudo parar de reír.

-Antes de nacer mi hermano pequeño Julian, mi madre y yo utilizábamos la buhardilla para realizar todo tipo de experimentos.

Mi madre si era una científica de verdad, de hecho, había conseguido convertir la buhardilla en un laboratorio.

Todos los días, hasta que nació Julian, subíamos y  me enseñaba a realizar pequeños inventos…y esa es mi historia-Rememoró con dulzura Rob sin poder reprimir que dos grandes lágrimas le cayeran por el rostro.

-¿Sabes Rob? Tú y yo somos muy parecidos-Le confesó Iahitza con una bonita sonrisa en su rostro.

-¿Sabes Iahitza?, me has gustado desde el primer momento quizá por que cuando has visto el coche no has hecho como la mayoría de las mujeres que conozco que directamente se fijan más en el modelo del coche y en su  estética, que en el coche en sí y sobre todo no has hecho algo que me enferma; hacer como que me escuchan  cuando les hablo cuando se nota que ni si quiera están prestando atención a lo que digo, tu no, tu desde el primer momento te has interesado en la conversación y has participado en ella-Le confió Roberto no mostrándose el tipo duro y rebelde en que se había propuesto convertirse tras la muerte de su madre sino en el hombre tranquilo y noble que realmente era, pero cuando se comenzó a dar cuenta de que se estaba ablandando le preguntó intentando cambiar el tema-¿Qué crees que estarán haciendo nuestros respectivos hermanos?-.

-Tratándose de Ana María cualquier cosa, aunque sea lo que sea es inútil que le preguntes más tarde a tu hermano, dudo que recuerde algo…-Fue la respuesta despreocupada  de Iahitza, tras lo cual quiso saber-Necesito preguntarte algo acerca del combustible o se que acabaré por explotar-.

-Dispara-Respondió  Roberto dándole su consentimiento.

-Si te pones así…pero que conste que por esta vez pensaba dialogar pacíficamente-Dicho esto Iahitza rápida como el rayo desenfundó una pistola de arzón como las que usaban los piratas de antaño y lo apuntó directamente al corazón.

Roberto al verse apuntado y sorprendido que no asustado por aquella hermosa mujer a la que apenas conocía se echó a reír en tanto le decía- Mujer  que era metafóricamente hablando-.

-Haberlo dicho antes, yo creía que preferías morir y llevarte tu secreto a la tumba antes que revelárselo a nadie-.

-Bueno digamos que Julian y tu sois las únicas personas que no me importa que estén al tanto de mis descubrimientos, ¿Qué es eso que tanto te intriga?-

Le aseguró Rob a Iahitza.

-Si antes de probar con agua probaste con un combustible normal- Le preguntó por fin Iahitza.

-Sí, desde luego, pero como mucho iba a 300 km/h- Le explicó Rob a Iahitza.

-Sí, vamos lo que vulgarmente se suele llamar “ir pisando huevos”- Rió Iahitza divertida.

 

Jerome se encontraba dando un paseo a solas, cabizbajo e inmerso en sus pensamientos cuando las alegres e incesantes risas de una de sus hermanas que enseguida reconoció lo sacaron de su ensimismamiento  y sin gustarle la imagen que estaba presenciando con paso firme se acercó a ella y le advirtió en tono severo- Iahitza, la compañía de Roberto es una mala compañía-.

-Valga la redundancia-Se burló Iahitza de su hermano, tras lo cual añadió a la par que echaba la cabeza hacia tras y levantaba las manos en un gesto cómico- Habló san Jerónimo de todos los santos-.

-No fastidies Jerome que tu y yo nos conocimos en el aula de castigo en el último curso de secundaria- Le recordó Roberto sonriente y desenfadadamente.

-¿Y qué hicieron este par de angelitos para que se cometiera semejante injusticia con ellos?-Quiso saber ella bromista.

-Lo mío fue por restauración de un viejo edificio o lo que la antipática de la señorita Esperanza se empeñó en llamar “Destrucción de la propiedad  escolar” en cuanto a tu hermano lo pillaron haciendo una hoguera en clase con una mesa y aunque nunca cumplió sus castigos, ese día  decidió pasarse por el aula de castigo a ver que se cocía en esa famosa aula con la que siempre nos amenazaban a los más gamberros y en un descuido de la “mis” me dijo “Tu sígueme”  lo hice y desde entonces no nos hemos separado-Le explicó Rob a Iahitza detalladamente haciendo alarde de una extraordinaria memoria.

-¿Y cuál era ese aula tan temible?, ¿El cuarto oscuro de los ratones?-Le inquirió Iahitza irónica.

-No, la clase de matemáticas-Le aclaró Rob a su joven y nueva amiga.

-Acojonante-Repuso esta al respecto.

-Escucha señorita te recuerdo que soy tu hermano mayor y cuando te digo las cosas son por tu bien-Le reprendió Jerome aún conociéndola y sabiendo que si había terceras personas de por medio y la trataba como a una niña la estaría ofendiendo sin saber que esta vez sería él  quien recibiese una importante lección que nunca olvidaría.

-Aquí tu amigo el peligroso está acusado de hacer una pintada en la valla de la escuela y mi hermano “El Brujo” de crear la ilusión de que iba a incendiar la clase, en cambio yo he comenzado el día junto a Ana María matando a la tripulación del “Tritón” al completo, hemos asaltado a todas mis mujeres y para terminar nos hemos subido a un taxi que iba a 80 km/h en el cual veníamos a toda velocidad siguiendo el Galena de Rob, así que deja de tratarme como si fuera una amapola que se va a deshojar a la menor caricia, por que creo que os he demostrado con creces a todos que soy capaz de cuidar perfectamente de mi misma sin la menor ayuda de ningún hombre-Le narró Iahitza con ojos de fuego y en tono de reproche.

-La verdad que uno con una mujer así  a su lado se siente hasta más seguro- Añadió Rob intentando aguantar la risa a la par que relajando la tensión que había entre los dos hermanos.

-Ana María ¿Volvemos al barco?-Le propuso Iahitza a su gemela malhumorada.

-Volved Lena y tú, yo tengo que quedarme aquí hablando con Jerome que yo ya me las ingeniaré para volver-Le contestó Ana María.

-Toma tu conduces-Le dijo Rob a Iahitza en tanto le tiraba las llaves de su “Galena”

-¿Hablas en serio?-Quiso saber ella emocionada.

-Desde luego-Asintió él, tras lo cual antes de partir dirigiéndose a Ana María  interesado quiso saber-¿Cómo está mi hermano?-.

-Estoy bien, pero algo mareado-Repuso este saliendo por la puerta principal de la mansión, tras lo cual dubitativo quiso saber- ¿Pero quién es toda esta gente que no conozco?-.

-El indio es un viejo amigo del instituto, la que está en frente suya por raro que parezca es una de sus hermanas que además es pirata…-Le explicaba Rob a Julian.

-¿Hermanos?, ¿Pirata? Hay que mareo si hasta empiezo a ver doble- Se lamentó el pobre Julian interrumpiendo a su hermano.

-Tranquilo hermano no ves doble es que son gemelas, aunque creo que no sería una mala idea que fueras a tu cuarto a descansar un rato- Lo tranquilizó su hermano.

 

Iban en el “Galena” a 500 km/h camino del “Ana María Diosa Del Mar”  cuando Yahitza con mirada maliciosa le inquirió  a Roberto- ¿Crees que es este el mejor momento para decirte que no se conducir?-.

En el momento que Iahitza cambiaba de marcha para girar a la izquierda, Roberto le contestó-Ya lo creo, no sabes esa confesión lo que me sube la adrenalina-.

 

                        CAPÍTULO CUATRO

 

-¿Qué demonios has hecho Ana María?-Comenzó acusándola Jerome.

-¿Qué pasa, es que no le ha gustado al “brujo”  el trato recibido?- La inquirió sarcástica Ana María con una pregunta retórica.

Ni que decir tiene que Ana María solo llamaba a su hermano por el mote que de niño le pusieron en el colegio cuando empezó a utilizar la magia para vengarse de todos aquellos que se burlaban de él o lo trataban mal por ser de raza comanche cuando se enfadaba con él aunque dicho sea de paso así también lo llamaban quienes más lo respetaban.

-¿No lo encuentra digno de su idiosincrasia?-Prosiguió ensañándose Ana María con él.

-¿En qué has convertido a nuestra hermana maldita pirata? Ella siempre ha tenido mucho carácter, pero era incapaz de matar una mosca, ni mucho menos de llevar a cabo las actividades delictivas que habéis llevado a cabo al parecer conjuntamente en el día de hoy, como tampoco me ha gustado la furia y el fuego que he visto en su mirada, mientras me lo contaba- Le siguió acusando sin más contemplaciones y lleno de ira Jerome. 

La voz de Ana María se volvió tan fría como la muerte y en ella se desató una cólera que ni la furia de los 7 mares unida al fuego del mismísimo infierno tenía a su lado parangón-¿Iahitza? ¿”La Diosa Del  Mar”? Vamos hermanito abre los ojos de una vez que nuestra hermana no es el ser inocente que pretendes creer, en cuanto a su reacción contigo será porque estamos hartas de que un mequetrefe como tú nos esté ridiculizando siempre que descubre que estamos con un chico que nos gusta.

 Solo por tener 8 años más que nosotras y tener más poderes ya te crees con derecho a ser  juez y verdugo nuestro y ese es un derecho que jamás tendrás.

Te lo advierto, conmigo no valen los piropos fáciles, yo no soy Luna y ahora prepárate por que te reto a un duelo a muerte-. 

-Quizá me haya extralimitado en mis funciones como hermano mayor pero es porque os quiero y me preocupo por vosotras.

Si me he equivocado es porque soy humano y como tal acepto mis errores-Se disculpó con completa humildad Jerome, tras lo cual de igual modo añadió en tanto bajaba con una mano la espada de su hermana-…En cuanto a tu reto no necesitas ninguna espada para atravesarme el corazón, de eso ya te encargas tu solita con tu indiferencia-.

Ella considerablemente más relajada haciéndose la ofendida quiso saber-¿Qué quieres decir?-.

-Vamos Ana María que si tienes algo es que no eres precisamente tonta-Le rebatió Jerome.

-Ni un pelo de tonta, pero quiero oírtelo decir de tus propios labios-Fue la propuesta de su hermana.

-Que te quiero Ana María.

De hecho tú fuiste la razón principal cuando te vi por primera vez en el vientre de nuestra madre de que decidiera quedarme en vuestra familia y creo que eso es algo que siempre has sabido-.

Le explicó Jerome rememorando los recuerdos más felices de su infancia y luchando inútilmente contra los que no lo eran tanto ya que estaban unidos estrechamente.

-Yo siempre creí que te habías quedado por que habías encontrado una familia que te quería  y en lo que a nosotros se refiere desde que nací, enseguida me dí cuenta que había una comunicación muy especial entre nosotros, pero yo siempre lo interpreté que iba por el camino de la magia y la brujería, nunca más allá…claro que así se explican muchas cosas-.Le corrigió en cierto modo Ana María medio dolida,pues a pesar de lo evidente que era la adopción de Jerome, para ellos siempre había sido uno más y él parecía sentirse feliz y a gusto en su casa con la familia que entre todos habían formado pero ahora…

-Oye conozco los pensamientos que invaden ahora mismo tu cabeza y te aseguro que nada ha cambiado, es solo…-Comenzó tranquilizándola Jerome al tiempo que dulcemente le acariciaba los brazos.

-¿Si?-Le inquirió ella esperando una respuesta.

-Que ahora eres una mujer y te veo con otros ojos y también me gustaría saber si me ves tú a mi del mismo modo-Concluyó Jerome con la misma dulzura inicial con la que había empezado.

-Será mejor que te sientes-Le recomendó Ana María del mismo modo.

-¿Qué quieres decir?-Quiso saber Jerome temiéndose lo peor.

-¿Tu te acuerdas de Amanda una niña de 13 años y finos cabellos dorados?- Le contestó Ana María con otra pregunta.

Jerome decidió seguir su consejo por lo que se sentó en una gran piedra azul ornamental, tras lo cual ella se aposentó a su lado y clavó la espada en la tierra, entre sus piernas para acto seguido comenzar con su relato-Como recordarás Iahitza y yo cumplíamos aquel día 7 años y tras abrir los regalos durante la fiesta, mientras bailaban nuestros hermanos y todos nuestros amigos, yo me di cuenta de que faltabas tu así que ni corta ni perezosa salí en tu busca cuando…

 

Tú que entonces contabas 13 años aprovechando que la fiesta se encontraba en todo su apogeo  y creyendo que nadie te echaría en falta te escabulliste para dar un romántico paseo por el embarcadero con la joven más popular del colegio.

-Dime Jerome como es vivir en un sitio tan…rústico como este-Quiso saber Amanda acostumbrada a vivir en la ciudad rodeada de grandes lujos y todo tipo de gente que la sirviera a todas horas.

-Me encanta vivir en pleno corazón de la montaña y respirar aire puro, si te refieres a eso-Le contestaste tu feliz dejando hablar a tu espíritu comanche.

-Suena tan…idílico-Añadió despectiva Amanda.

Al contemplar aquella escena escondida tras un seto verde yo rabiosa a la par que dolida lancé el siguiente conjuro-Que la niña de los cabellos de oro se vea atraída hacia el agua y que sea su propio reflejo quien la atrape en una ciénaga de barro y lodo y que al limpiarlas sus mejillas sean rojas como una manzana a causa de un brote de varicela, que la lengua se le hinche como si le hubiesen picado 10 avispas y sus labios gordos se llenen de heridas-.

Recuerdo como en ese momento, Amanda se asomó al agua limpia y clara del lago a contemplar su espléndida imagen cuando  su propio reflejo la atrapó tirando de ella una y otra vez como de un hilo invisible y poderoso se tratara hasta caer finalmente al lago y comenzar a sumergirse.

Tu, como todo un caballero, al ver el apuro en el que se encontraba tu chica le tendiste una mano y tiraste fuertemente de ella hasta sacarla del agua y una vez lo conseguiste, ella histérica comenzó a gritarte-Suéltame maldito indio salvaje, nunca debí acceder a venir contigo hasta estos sitios tan inhóspitos y siniestros a los que me has traído-.

-¿Qué?-Inquiriste tu incrédulo sin dar crédito a tus oídos.

 Justo en ese momento sin saber de dónde ni como por arte de magia salió un enjambre de avispas que se cegaron con su boca, dos de las cuales le picaron en la lengua y una planta acuática le causó una alergia en los labios en tanto ella con su lengua de trapo intentaba despotricar echándote a ti la culpa de lo que había pasado-Zucio meztizo te voy a aruinar la vida voy a hace que tu vida zocial ce quede en pañalez-.

-Calla de una vez eres una niñata pija e insegura que no sabe lo que quiere-Le ordenaste tras lo cual le lanzaste el siguiente conjuro-A tu casa volando como un pájaro regresaras y de allí hasta los 21 años con desconfianza e inseguridad jamás saldrás-.

-Maldito y sucio embustero, me dijiste que por nada del mundo te perderías mi séptimo cumpleaños y ahora te encuentro con una rubia superficial que desprecia nuestra casa y a nuestra familia.

A partir de ahora aléjate de mi sucio mentiroso, porque para mí has muerto- Te proferí yo dolida.

 

-Durante aquel mes y medio que se me hizo eterno, aprendí lo difícil que era recuperar de nuevo tu confianza,…

 

-¿Qué tal tu día Ani?-Te volví a preguntar tras sentarme en la mesa frente a ti a la hora de comer sin obtener de tu parte respuesta alguna como venía ya sucediendo en los últimos 15 días, tras lo cual entregándote uno de los últimos regalos que te compré te dije- Pese a ir en contra de mis principios me he gastado mi paga íntegra en hacerte los más caros y bonitos regalos y aunque sé que no has abierto ninguno de los regalos anteriores que te he hecho pues en su lugar solo he conseguido de ti tu indiferencia y tu desprecio, tengo la esperanza de que hoy eso cambie y es que tu sabes que yo haría cualquier cosa con tal de conseguir tu perdón-.

Pese a aquella declaración que te hice con el corazón en un puño, tú me giraste la cara y le preguntaste a Mamá-Mamá ya he terminado de comer ¿Me puedo ir a mi cuarto a jugar con mis muñecas?-

-Me gustaría que antes de irte hablases con tu hermano cariño-Te pidió mamá con dulzura.

-Imán ¿Te importa si hablamos más tarde?-Le pediste con la mejor de tus sonrisas a Imán.

-Ana creo que mamá se refiere a nuestro hermano Jerome-Te dijo él  a la par que te hacía un gesto con la cabeza para que hablases conmigo.

Tú te burlaste de su consejo diciéndole- ¿Nuestro hermano Jerome? pareces hablando un sacerdote Imán-Tras lo cual te marchaste a tu habitación como si nada pasara.

Hay algo que no sabes y es que casualmente pasaba yo por allí cuando mamá entró en tu habitación para hablar contigo yo llegué justo en el momento que ella paciente a la par que dulce quería saber-¿Por qué no perdonas a tu hermano cariño?-.

-No se lo merece-Le contestaste tu rotunda.

-¿No crees que estás siendo muy dura con él?, Jerome siempre ha sido tu hermano favorito y siempre habéis estado muy unidos, ¿No crees que ya es hora de dejar de castigarlo? El pobre lo está pasando fatal y a mí me duele veros así- Te insistía mamá dolida.

-Déjame sola no quiero hablar más de eso-Le pediste tu muy enfadada.

 

Pero lo que más me dolió de todo  fue una noche  que todos se fueron a dormir y cuando parecía que nosotros nos íbamos a quedar viendo una de las películas que más nos gustaban a solas….

 

-Ya faltan solo 5 minutos para la película que querías ver Ana-Te decía Imán sonriente.

-Sí, ¿Tu también la ves a ver?-Le inquiriste tu feliz.

-No, cariño yo me voy a la cama a dormir, buenas noches-Te contestó él en tanto se ponía en pie dispuesto a retirarse.

-Si te acuestas yo también me voy a la cama, no me gusta ver la tele sola-Le pediste tu sonriendo, tras lo cual cogiste tu osito de peluche del que nunca te separabas y te fuiste a dormir.

 

Desde el día siguiente era raro el mediodía que no me encerraba en mi cuarto a llorar en silencio-Le narró Jerome amplia y detalladamente con todo el dolor de su corazón.

-¿Y crees que yo no lo estaba pasando mal?-Le inquirió Ana María a su hermano.

-Entonces, ¿Por qué todo aquello?-Quiso saber él extrañado.

-Porque quería hacerte sufrir todo lo que tú me habías hecho sufrir a mí.

¿Es que no lo entiendes? Yo era la niña más feliz del mundo el día que me prometiste que por nada del mundo faltarías a mi séptimo cumpleaños, por que tu eras mi hermano favorito y luego veo que rompes tu promesa por irte con una zorra que se había acostado con todos los guaperas del último curso.

Me partiste el corazón-Le explicó ella rememorando aquella dolorosa escena tan lejana en el tiempo y tan cercana en su memoria.

-Y tu cuando me dijiste que yo para ti había muerto me rompiste el alma en mil pedazos, entonces me di cuenta que para mi tú eras más importante que cualquier mujer porque tú y yo estábamos predestinados a estar juntos-Reflexionó Jerome.

-Y yo era demasiado pequeña para entender aquel extraño sentimiento que afloraba en mi interior-Fue la poética respuesta de Ana María.

-¿Celos tal vez? –Quiso saber él con una sonrisa llena de esperanza.

-Es posible-Murmuró en un susurro Ana María haciéndose la interesante.

-Y entonces es cuando comenzaste a salir con Julian hasta ahora-Concluyó él.

-Si, así es-Asintió ella.

-Solo quiero saber si ahora sientes lo mismo por mi-Insistió una vez más Jerome.

 -Sí, desde luego, tu veras como lo arreglamos, pero yo no estoy quiero renunciar a mi hermano favorito, no estoy dispuesta a ello-Le declaró Ana María en tanto se fundía en un fuerte abrazo con él, tras lo cual hizo un breve inciso y dulcemente añadió-Quizá tantos años después no tenga importancia, pero ¿Recuerdas aquel pequeño osito de peluche blanco del que  nunca me separaba?-.

 Jerome asintió con la cabeza sin dejar de abrazarla, tras lo cual ella le aseguró-Pues era uno de tus regalos de aquellos que supuestamente nunca abrí-.

-¿En serio?-Le inquirió él con la felicidad inundando sus severos rasgos comanches.

-Desde luego, tener aquel osito cerca de mi era algo simbólico era como tenerte siempre cerca de mi corazón-Le declaró abiertamente Ana María.

A pesar de lo feliz que estaba Jerome ante tal declaración, de repente una duda le asaltó la cabeza y celoso quiso saber-Si todo eso es cierto ¿Qué hacías ahora con Julian? Creo que ahora tengo derecho a saberlo-.

-Romper con él –Fue la breve respuesta de ella.

-Dime que jamás lo quisiste-Le solicitó él celoso recordando tiempos pasados

-No puedo hacer eso Jerome, si lo hiciera, estaríamos empezando una bonita relación con mentiras y no quiero que nunca halla secretos entre nosotros.

Claro que lo quise, pero aunque parezca irónico por muy bien que el  siempre me tratara y por mucho que me quisiera lo nuestro jamás funcionó porque mientras a ti te quería como hombre a él solo le quería y le quiero con el cariño propio que hay entre dos hermanos-Le aclaró ella dulcemente en tanto le rodeaba el cuello con los brazos, tras lo cual se besaron apasionadamente en los labios.

Ana María tras sentir a través de sus bravos y apasionados besos su fuego comanche exclamó- Guau, como sois los comanches-.

Él sin dejar de abrazarla, echó la cabeza hacia atrás a la par que reía feliz por los acontecimientos recientemente acaecidos.

Ella durante un rato lo contempló dichosa, tras lo cual le propuso un poco preocupada-Oye cariño, ¿Te importa que mantengamos esta nueva relación nuestra en secreto hasta que descubramos cómo contárselo a nuestra familia?

-Me parece bien, aunque va a ser complicado amarte como hombre sin perderte como hermana-Aceptó Jerome más sereno a la par que convencido 

-En cuanto a no renunciar a nuestra relación de hermanos se me ocurre que todas las dudas y problemas que nos surjan como  pareja solucionarlas como hermanos ¿Qué te parece?-Le propuso ella pensativa.

-Tu idea es un poco complicada, pero podemos intentar llevarla a cabo, de hecho creo que ya lo estamos haciendo…-Fue su respuesta, tras lo cual preocupado le hizo saber-A mi quien más me preocupan son papá y mamá, la verdad, ellos me dieron una familia y un hogar cuando yo llevaba casi un año intentando escapar de un siniestro lugar que pretendían hacer pasar por un “hogar infantil”  donde a excepción de dos o tres niños que tuvieron las suerte de ser enseguida adoptados, todos sin excepción; es decir la directora y los posibles padres de acogida me repudiaban por mi raza y yo a ellos por la suya y su despreciable forma de tratarme, pero mamá con su dulzura y paciencia desde el primer momento y poco a poco me hizo cambiar de opinión, en cuanto a papá pensé en un primer momento que no me aceptaba por lo serio que estaba , aunque agradecía que me respetara.

Yo me empeñé en ponerle las cosas difíciles a mamá y le dije que por las noches quería acampar en el jardín y dormir allí.

Ella, se limitó a asentir y a darme su aprobación junto con una buena manta para que no pasara frío.

Una vez instalado en mi nueva “habitación”  y a medida que iba pasando la noche recibí la visita de papá pidiéndome perdón por no haberme dado la bienvenida que merecía pero según dijo estaba preocupado por Imán ya que a él nadie le había consultado si quería tener un nuevo hermano.

Imán estaba escondido detrás de papá, cuando de pronto asomó la cabeza y cargado con un saco y una manta que abultaban más que él me preguntó si podía pasar la noche conmigo a lo que yo asentí.

Lo que más me llamó aquella noche la atención fue el interés que aquel niño blanco demostraba tener en las costumbres de mi pueblo y la verdad me encantaba que aquel niño y yo fuéramos a ser hermanos-.

-En realidad los dos lo tenemos igual de difícil. Esto no es como cuando de niños hacíamos una travesura y mamá nos cubría-Lo intentó tranquilizar ella.

-¡Menuda travesura! Por primera vez en mi vida, Ani, estoy asustado, no quiero volver a perder a mi familia y a encontrarme solo en la vida-Le confesó Jerome sin poder evitar que dos grandes lágrimas le bañaran su hermoso rostro.

Acto seguido Ana María sin perder más tiempo, lo estrechó con suma dulzura entre sus brazos y lo tranquilizó susurrándole del mismo modo al oído- No temas cariño, te prometo que pase lo que pase, a partir de ahora no volverás a perder a tu familia ni volverás a estar solo-.

-Se me hace tan raro que me llames cariño…-Exclamó él con dulzura, tras lo cual del mismo modo le rogó con los ojos empañados en lágrimas necesitado de amor y afecto- Ani, prométeme que a partir de ahora se acabó lo de “un amor en cada puerto” –

-Si eso te deja más tranquilo, te lo prometo pero yo nunca he tenido un amor en cada puerto, esa es nuestra querida Diosa del Mar, yo no podría ya que es a ti a quien siempre he querido de verdad-Le declaró ella sinceramente a la par que completamente enamorada en tanto entrelazaba sus largos cabellos azabaches entre sus finos dedos.

Acto seguido él, radiante viendo el futuro que se le presentaba con ella a su lado la tomó de la cintura alzándola del suelo al tiempo que echaba la cabeza hacía atrás y reía feliz.

En aquel momento, un Ferrari rojo se detenía ante la puerta de la mansión de Julian del cual bajó una elegante mujer de cabellos dorados, ojos tan azules como el mismo cielo que muy decidida se acercó a nosotros en tanto humildemente nos solicitaba-Perdón necesito ayuda mi coche no va y…-

De repente su bronceado rostro al vernos más de cerca se tornó blanco en tanto gritaba histérica-Son “el brujo” y la loca de su hermana-

-Vaya Mandy veo que aún nos recuerdas-Exclamó entre risas Jerome en tanto volvía a dejar en el suelo a su amada.

-No me llamo Mandy, mi nombre es Amanda-Le recordó ella a él como hiciera en el pasado tantas veces con las gemelas.

-¿Me recuerdas Mandy? La última vez no tuvimos ocasión de hablar ¿Te gustó el hechizo que te hice? Ya sabes heridas en los labios, la lengua hinchada  por las avispas…-Le recordó malintencionadamente Ana María en tanto se acurrucaba sensualmente en el pecho de Jerome.  

-Fuiste tú-Comenzó diciendo ella y al ver lo cada vez más provocativa que se ponía Ana María escandalizada comenzó a gritar-Sois hermanos, eso es un cesto, eso es un cesto-.

-¿Que dice ésta loca de un cesto?-exclamó Jerome entre risas a la par que cada vez más encantado con la actitud que Ana María tenía para con él.

-Creo que aquí la pija ignorante quiere decir que al ser hermanos y estar juntos estamos cometiendo incesto-Le aclaró ella divertida

-Por si no te has dado cuenta no somos de la misma raza-Le aclaró Jerome a Amanda.

-Para nada-Añadió con recochineo Ana María.

Amanda al ver el fuego que había en los ojos de los dos amantes cuando hablaban con ella y sobre todo cuando se acariciaban salió huyendo de allí como alma que lleva al diablo en tanto hacía aspavientos con los brazos.

Las risas de ambos entre mezcladas con algún que otro beso dieron lugar a que ella exclamase animada-“Después de perdidos al río”-, tras lo cual echó a correr hacia este seguida de Jerome donde tuvieron una tórrida aventura.

 

-¡Ana María y Jerome a la vista!-Gritó desde su puesto de vigía Alex.

-Alex, reina, tú como siempre dando alegrías-Refunfuñó entre bromas Yahitza.

-Ni  que hubiera gritado mujer al agua-Bromeo a modo de protesta y entre risas Alex.

-Sinceramente lo hubiese preferido-Le dijo Iahitza mientras detenidamente seguía con la mirada y el semblante serio los juegos que se traían Jerome y Ana María por el solitario muelle de camino al galeón.

-Oh, oh, Yahitza ya vuelve a estar poseída por esa mirada felina-Le comentaba Lena a Claire, tras lo cual dirigiéndose a su capitana le explicó- Como decirte esto sin que te enfades, te tenemos miedo Yahitza, todas nosotras últimamente no sabemos lo que ha pasado, pero  te vuelves un ser salvaje e inhóspito-.

-Si, incluso algunas de nosotras hemos comentado que en ciertas ocasiones tienes una mirada tan felina que no pareces ni humana-Añadió Claire con su siempre voz seductora para concluir.

-Esto es un motín, muy bien pues en guardia os tendréis que enfrentar conmigo, solo espero que hayáis hecho testamento por qué no pienso dejar títere con cabeza-Amenazó Yahitza a todas y cada una de las allí presentes con una mirada felina y una sonrisa malévola, tras lo cual desenvainó su espada con gran pericia y a la velocidad de la luz a la par que con irónica sugerencia les proponía-Vamos chicas, animaos, ¿A quién le apetece morir primero?-.

 

-¿Es que no puedo faltar ni un minuto?, En cuanto me voy un momento fuera mira la que se monta, ¡Ni más ni menos que un motín a bordo!- Protestaba indignada Ana María observando desde el muelle toda aquella reyerta.

-Dejala, Ani, que disfrute del que posiblemente sea su primer y último motín en mucho tiempo, al fin y al cabo sus mujeres están perfectamente cualificadas para luchar y defenderse de nuestra hermana ¿O a caso no tienes confianza en ellas?-La detuvo permisivo Jerome a la par que acariciaba sus brazos sucesivamente de arriba a bajo         

-Este no es el mejor momento Jerome-Trató de pararlo ella poseída por un gran placer e intentando distraerse para no sucumbir a sus encantos lo cual ya había hecho en parte, tras lo cual le comentó  a su amado- Supongo que tienes razón y que tendrán el cuidado suficiente para que mientras que dure su pequeña campaña no se vaya el galeón de la abuela a pique-.

-Así me gusta Ani, que ante todo te preocupes de la seguridad de tus compañeras-Bromeaba Jerome.

-Tú no has visto a Yahitza luchar ¿Verdad?, todo lo que encuentra a su alrededor es arrasado y hecho un solar-Se defendió molesta Ana María.

-Lo dicho-Insistió Jerome, tras lo cual hizo una breve pausa y añadió mientras observaba como luchaba la mayor de las gemelas- Con lo bien que se lo está pasando la pobre y la mala noticia que le voy a tener que dar en breve-.

-¡Pero abrase visto caradura! ¿y yo que?¿O a caso te crees que yo no le voy a dar una mala noticia?-Exclamó indignada Ana María.

-Si, pero a ti te perdonara antes por ser su gemela, yo en cambio soy la terrible figura del hermano mayor-Expresó Jerome en un gesto cómico.

-Vete a hacer el indio a la pradera Jerome- Le dijo su hermana como cada vez que se hartaba de sus patochadas.

 

Las mujeres de Yahitza comenzaron atacándola por parejas.

La primera corrió hacia ella blandiendo su espada en una mano a la par que lanzaban un grito de guerra furioso y al unísono dispuestas a derrotarla, dicha pareja la conformaban Sonia y Rebeca dos de sus mejores mujeres que no se atrevían a demostrar su verdadero potencial con ella por miedo a represalias, en tanto Iahitza sin moverse de donde se encontraba tumbó un barril mediano y casi vacío de agua que había a su derecha lo echó a rodar con el pie derecho y las arrolló a la primera dejándolas fuera de juego como dos fichas de dominó, en tanto gritaban las insensatas-Ahahah-.

-Vamos chicas, ¿De verdad me lo vais a poner tan fácil? se  que sabéis hacerlo mejor, demostradme que he contratado de verdad a las mejores y más bravas piratas y no aún grupo de niños llorones de teta-Les increpaba furiosa  Iahitza, tras lo cual derrotó a la segunda pareja de piratas que siguiendo una táctica distinta a sus compañeras cruzando sus respectivas espadas a la altura del pecho a la par que con mirada atenta y sigilosa vigilaban los movimientos de Yahitza.

 Esta movió un trozo de cuerda ante sus ojos haciéndolo chasquear en dos ocasiones a consecuencia perdieron cada una  su espada y a posteriori se acercó con una triple voltereta cogió sus armas al vuelo.

Las cruzó velozmente ante sus ojos y por último dejó a Lis inconsciente tras arrojarla de una patada contra la vela del palo mayor y a su angelical siamesa

 Irina dado que lo tenía en frente y a muy corta distancia no pudo resistir la tentación de romperle una botella de ron en la cabeza que había sobre un tonel a su lado.

-Hagámoslo más interesante ahora todas las que quedáis contra mi-Propuso Yahitza  animada por la descarga de adrenalina que para ella suponía verse en vuelta en tal reyerta.

Ninguna de ellas quería demostrar su valía con la espada, pero después de ver el estado tan lamentable en que habían quedado sus compañeras no tuvieron más remedio que desenvainar sus espadas y defenderse de verdad.

-Que somos tus amigas Iahitza- Le recordó Lena en tanto las espadas brillaban al alzarse al cielo resplandeciendo del color oro del sol y del chasquido que Iahitza formó al chocar su espada contra la de sus compañeras saltaron chispas de fuego.

Estas se quedaron tan atónitas que finalmente exclamaron-¡Qué demonios...!-.

Yahitza, lanzó hacia al sol su espada, esta hizo una triple voltereta y se envainó limpiamente en su cinto de plata labrado a mano.

Con todas desarmadas y reunidas a la capitana, no le costó mucho echarles el lazo en tanto les prometió- Tranquilas tan solo os pasaré por la quilla-.

                   

                                                                                         CAPÍTULO CINCO

 

Quien conociera de niñas a las gemelas sabía que de Ana María se podía decir que era una niña traviesa y al igual que su padre y sus hermanos reírse con sus ocurrencias o al igual que su madre y su gemela adivinar en que desembocaría todo aquello, no así de Yahitza, que parecía tener una doble personalidad. Era como otro ser que vivía en su interior, sentía al mismo tiempo que ella, pero emociones muy distintas como podía ser estar furiosa con alguien e interiormente sentir una gran sonrisa de complacencia o llorar de pena y al mismo tiempo sentir una gran paz interior que no dejaba traspasar el dolor y los problemas, aunque era plenamente consciente de lo que ocurría a su alrededor.

“¿Quien era  pues Yahitza?”  Es una pregunta que se hacía todo el mundo que la conocía tarde o temprano, aunque ninguno estaba al tanto de esta descripción mental que ella tenía de sí misma y ahora al disfrutar de verdad de verse metida en solitario en el fragor de la batalla era como si aquel misterioso ser y ella sintiesen de la misma forma, por primera vez en su vida se podía decir que Yahitza se sentía VIVA.

-Con ayuda divina arriba voy a subir a estas traviesas chiquillas para pasarlas por la quilla-Conjuró espontáneamente Yahitza, tras lo cual quedaron todas colgadas de la quilla boca abajo.

-No está mal para ser mi primer y propio conjuro-Se felicitó Yahitza, tras lo cual rompió a reír al antojársele como un grupo de bacalaos metidos en salazón y puestos a secar al sol.

      

  Cuando por fin Ana María volvió a subir a bordo del  “Ana María Diosa Del Mar” al verlo tan desértico extrañada agudizó el oído ya que le pareció oír a lo lejos a sus bravas compañeras pidiéndole ayuda

-Socorro Ana María, socorrooo que tu hermana se ha vuelto loca…-Gritaban estas indefensas.

Ana María sin más demora, se colocó en jarras frente a su hermana y exigente quiso saber-¿Qué demonios has hecho Yahitza?-.

Ante la pregunta de su gemela Yahitza, con una sonrisa de picardía a la par que con gran orgullo señaló con el dedo índice hacia el cielo.

 Cuando Jerome y Ana María dirigieron sus miradas hacia el lugar indicado y vieron a toda la tripulación amarrada por los pies y colgando cabeza abajo, en tanto trataban de zafarse en vano, él sin esperarse aquello rompió a reír en sonoras carcajadas, en tanto Ana María ignorante a la par que indignada le exigía saber a su hermana-, Pero ¿Qué demonios ha pasado aquí?-.

-Me regalaron los oídos y yo a cambio me quise divertir un rato a su costa y si a eso le añadimos que me tenía que montar un numerito para llamar su atención para que ninguna pudiera ver como mi hermano “mayor” Jerome cogía por la cintura a nuestra hermana mientras ambos llegabais con los ojos llenos de estrellas…  

 -He tu como que tu hermano, Jerome también es mi hermano ¿Sabes?- le inquirió Ana María furiosa.

-Pues quién lo diría bonita. Deberíais andar con más cuidado al menos hasta que papá y mamá lo sepan-Le reprochó irónicamente Yahitza.

Jerome una vez pudo parar de reír intentó llevar aquella conversación que se le antojó como borrascosa a mejor puerto en tanto le preguntaba a la mayor de las gemelas-Las has subido a todas ahí arriba con ayuda mágica ¿Verdad?-.

-¿Cómo si no?-Le contestó ella con una pregunta retórica.

-Pues de la misma forma las vas a bajar-Le solicitó Jerome al ver la cara de pocos amigos de Ana María.

-¿No puedo acabar el trabajo?-Le inquirió ella zalamera.

-No, no puedes-Le contestó su hermano paciente.

-Si no les va a pasar nada, solo se van a dar un buen chapuzón-Insistía ella tratando de convencerles por todos los medios.

Jerome que se encontraba junto a sus dos hermanas, él mejor que nadie podía observar la hecatombe que estaba a punto de pasar si no iba con cuidado en su misión por lo que paciente le aconsejó a Yahitza-Será mejor que inviertas el hechizo hermana-.

-Con ayuda divina el lazo desharé…para soltar a estas traviesas chiquillas y al agua caerán desde la quilla-Conjuró ella con mirada maléfica en tanto iba avanzando en su hechizo, tras lo cual se apresuró a añadir en tanto intentaba ocultar una pequeña risita de satisfacción- A mi no se me puede reprochar nada como es el primer hechizo propio que hago…-.

-El segundo-La corrigió Ana María malhumorada, en tanto la tripulación del “Ana María Diosa Del Mar” se daba el chapuzón prometido.

-Muy hábil Yahitza, muy hábil- La alabó su hermano, tras lo cual  hizo una breve pausa y en tanto le tendía la mano con su acostumbrada amabilidad exclamó- Y ahora a casa-.

Acostumbrados a utilizar la magia desde niños Yahitza le contestó a su hermano-Vosotros volved por el método tradicional que mis mujeres  y yo volveremos a bordo del “Ana María Diosa Del Mar”-.

-Tengo poder suficiente para poder regresar todas a bordo del galeón de la abuela en un abrir y cerrar de ojos-Se ofreció solícito Jerome.

-No gracias, prefiero que volvamos como siempre mecidas por las olas sintiendo el rugir del mar bajo nuestros pies y a merced de una fuerte y despiadada tormenta-Fue la alegre contestación de Yahitza.

-En ese caso te entretendríais más de la cuenta hermana y el lunes empiezas a estudiar arte dramático en la escuela de Imán, además mañana es el día del padre y le prometimos a papá estar todos allí-Le recordaba dulcemente Jerome, en tanto ella le daba la espalda dirigiéndose directamente al puente de mando.

 

Una vez a bordo la tripulación del  “Ana María Diosa Del Mar” al completo y aún empapadas hasta los huesos se cuadraban ante su capitana que severamente las reprendía-Jamás creí que pudiera decir  esto de ninguna de vosotras, pero me avergüenzo.

Habéis luchado contra mí sin aguantar ni media hora, de hecho algunas solo os habéis mantenido en pie unos segundos-.

-Teníamos miedo de enfrentarnos a ti-Se atrevió Claire a confesar.

-¿Disculpa?, Nosotras jamás hemos tenido miedo de nada, ni de nadie, hemos luchado contra auténticos sicarios y jamás he oído salir la palabra “miedo” de la boca de ninguna de mis mujeres, ni antes ni después de un abordaje o un enfrentamiento- La interrumpió Yahitza recordándoles a todas las innumerables y sangrientas batallas vividas contra mugrientos y salvajes piratas.

-Sí, pero de todos modos no es lo mismo enfrentarnos a cien de esos sangrientos piratas que luchar contra ti que entre otras cosas juegas sucio- Razonó Lena.

-¿Y si llegan a ser unos piratas que nos intentan abordar en mi lugar que les decimos? “Oye o nos abordas limpiamente o ya os podéis ir a vuestra cueva porque a nosotras el juego sucio no nos gusta”-Le preguntó su capitana irónicamente harta de tanta tontería, tras lo cual hizo una breve pausa y añadió sintiendo en las venas el calor de la batalla-Quiero que a partir de ahora seáis más combativas, como yo si es preciso, pero necesito que deis lo mejor de vosotras pues en breve zarparemos al mar Caribe y los piratas de allí no son los peleles con los que estamos acostumbradas a luchar o al menos esa es la fama que tienen.

De cualquier modo me gustaría que como siempre nos pillase bien preparadas para que no tengamos que lamentar ninguna baja y como no aprovechar la fama de esos desgraciados para no dejar títere con cabeza, pues si lo consiguiéramos nuestra fama de  temerarias e invencible se multiplicaría por el infinito y entonces si seríamos intocables-

-Quisiera romper una lanza a favor de Yahitza-Comenzó diciendo Alex muy seriamente, tras lo cual se colocó al lado de su capitana y mirando al resto de sus compañeras prosiguió-Coincido con vosotras en que al luchar contra nosotras nuestra capitana parecía estar poseída por el mismo diablo y reconozco que a mí también me ha hecho pasar auténtico miedo, pero Yahitza jamás ha olvidado a quien se enfrentaba la prueba es que todas seguimos vivas y con un buen chapuzón eso sí, pero todas conocéis también como yo a nuestra capitana para saber que digo la verdad y que ella jamás pondría nuestras vidas en peligro-.

-Ahora bajad todas a cambiaros antes de que cojáis una pulmonía. En 15 minutos os quiero de vuelta.

Tu quédate aquí Alex que quiero hablar contigo-.

-Tú dirás-Fue la respuesta de la siempre atenta Alex.

-Tú que eres objetiva de verdad, mientras luchaba contra vosotras ¿Qué viste en mi?-Quiso saber Yahitza interesada.

-La verdad, en tus ojos vi sed de venganza y la necesidad de matar y en tu lucha deseos de libertad-Le contestó Alex objetiva a la par que consternada.

 

Jerome se quedó  mirando a Ana María como pidiéndole su aprobación y esta asintió con la cabeza al tiempo que le decía-¡Hazlo!-.

De repente se produjo un pequeño temblor en el galeón que lo hizo temblar.

-¿Qué sucede?-Gritó alarmada Iahitza pensando que había un maremoto.

-Hola cariño llegáis a tiempo para comer-La saludó su padre desde el otro lado del lago.

-Papá ¿Qué haces ahí?-Le preguntó Iahitza a César negándose a aceptar como había llegado hasta allí.

-Estoy dando un paseo mientras vuestra madre acaba de hacer la comida-Le contestó su padre alegremente.

-Serás capullo…-Insultó Yahitza a Jerome en tanto iba hacia él.

-Menudo día llevo, si es que hay días que es mejor no levantarse-Exclamó cómicamente Jerome pensando en todos los enfrentamientos que había tenido ese día con la mayor de las gemelas.

-Déjalo en paz Yahitza, aunque sea un hombre es tu hermano no el enemigo-Le aseveró Ana María voz en grito en tanto desenvainaba su espada.

-Tu cállate vendida, que ya estoy harta de que vayas por ahí creyéndote “La Diosa Del Mar” aquí la única “Diosa Del Mar” que hay soy yo que te quede claro ¿Estamos?-La cortó llena de ira Yahitza en tanto hacia lo propio.

-Si bonita eso es algo que todas sabemos ya que parece que  nunca te cansas de repetirlo.

Sé que a veces Jerome se pasa de protector, pero es normal, es nuestro hermano mayor y nosotras tenemos que aprender a perdonarlo-La intentó hacer razonar Ana María exasperada.

-¿Como hiciste tu cuando se perdió nuestro séptimo cumpleaños?-Le inquirió su gemela hurgando en la herida.

-Eso es un golpe bajo incluso para ti hermana-La increpó Jerome enfadado.

-Déjala Jerome está tan metida en su papel de “Diosa Del Mar” que se ha olvidado de ser humana y de que pase lo que pase su familia es la única que siempre estará a su lado-Le dijo ella a Jerome con auténtico desdén.

Jerome viendo que iban a comenzar a luchar atrajo hacia si a Ana María y mediante un halo de magia se transportaron a tierra firme.

Una vez llegaron a su destino, con la vista Jerome le pidió a su hermana que lo siguiera discretamente a las cuadras para hablar tranquilamente.

Ella así lo interpreto y no tardó en seguirlo.

Luna se hallaba practicando nuevas técnicas de vuelo, cuando vio a lo lejos a su hermano indio y emocionada ya que hacía tiempo que no lo veía exclamó-¡Jerome!-.

A posteriori echó a correr tras él  y cuando por fin llegó a las cuadras entró clandestinamente y se ocultó tras una bala de paja para darle una sorpresa a su hermano cuando de repente…

 

Ana María entró en la cuadra buscando despistada a su hermano con la mirada cuando este al verla la llamó-Ana María aquí-.

Ella echó a correr hacia él y cuando llegó se refugió en sus brazos.

-Gracias por defenderme antes, pero no quiero que te enfrentes a Yahitza no estás preparada para ello, además no olvides que sois hermanas-Le pidió él en tanto la arropaba entre sus brazos.

-Si yo no lo olvido, pero me parece que ella no me perdona que tu y yo seamos algo más que hermanos-Le contestó ella pesarosa.

-Yo soy tan culpable como tu-La intentó conformar él y acto seguido se besaron larga, apasionada y dulcemente en los labios. 

 

-A…la-Exclamó atónita al presenciar aquella escena la joven Luna, tras lo cual salió corriendo a hurtadillas de allí camino de su casa buscando a su madre.

Una vez en la cocina Luna le dijo a su madre-Mamá he visto a Ana María y a Jerome besándose en los labios-.

-Cariño, tu hermana y Jerome están predestinados a estar juntos-Le contestó su madre con dulzura.

-¿Desde cuándo lo sabes?-Quiso saber sorprendida Luna.

-Desde que adoptamos a Jerome y por primera vez puso su mano sobre mi vientre, lo que no sabía es cuando empezaría su historia.

No le cuentes nada de esto a nadie y déjalo que sean ellos quien lo cuenten cuando noten que están preparados-Le respondió su madre sin perder un ápice de su dulzura y de tranquilidad.

-Estoy hecha un lío, ¿No se supone que todos somos hermanos?-Quiso saber confusa Luna.

-Y como a tales os hemos criado, pero en estos casos puede suceder que dos hermanos que no llevan la misma sangre se enamoren y si eso pasa nosotros no somos quien para separarlos, no se puede luchar contra el corazón cariño- Le explicaba con paciencia su madre.

-Ah vale-asintió finalmente Luna despreocupada tras lo cual se fue hacia el comedor en el momento en que su padre entraba en casa.

-Hola princesa, ¿Sabes donde están tus hermanos?-Quiso saber su padre interesado.

-Por ahí andan-Fue la breve respuesta de Luna que por primera vez en su vida había decidido hacerle caso a su madre.

César encaminó sus pasos hacia la cocina donde al llegar y ver allí a su mujer con los últimos preparativos de la comida le dio un dulce beso en la mejilla, tras lo cual le confesó-¿Sabes Tara? me siento feliz al tener a todos nuestros hijos reunidos de nuevo en casa-.

-También yo mi amor-Le aseguró su dulce esposa, tras lo cual le robó un beso costumbre que tenían desde que eran novios y que dicho sea de paso a él le encantaba.

A posteriori César comenzó a poner la mesa con la ayuda de su hija Luna.

 

Una vez todos sentados en la mesa ocupando los mismos sitios que en antaño César radiante comenzó a preguntarles a sus hijos-Bueno que me contáis ¿Hay algo de nuevo en vuestras vidas?-.

Yahitza a la que aún le duraba el enfado comenzó diciendo-A mi todo me iba bien hasta que mi hermano el indio me puso en evidencia delante de Roberto y utilizando sus poderes me trajo a traición hasta aquí cuando le dije claramente que vendría en el galeón por mi cuenta-.

-Deja ya de atacar a Jerome Yahitza, si él te trajo es porque yo se lo pedí- Le trató de parar los pies su gemela.

-¡¡¡Traidora!!!-Le increpó Yahitza a su gemela.

-Ya estamos como en los viejos tiempos-Le decía César a Tara, tras lo cual con la paciencia que lo caracterizaba comenzó diciéndole a su hijo-Para empezar Jerome tu hermana tiene ya 34 años y sabe muy bien como defenderse sobre todo de los hombres así que deja ya de ser tan sobre protector con ella cuando esté con un hombre-hizo una pausa y dirigiéndose ahora a la mayor de las gemelas le explicó-Yahitza y tu entiende que Jerome es tu hermano mayor y es normal que intente protegerte de todo mal-.

Yahitza rebelde le contestó a su padre-También Imán es mi hermano mayor, de hecho los dos tienen la misma edad y no es una mosca cojonera como Jerome-.

-Lo que te han llamado hermano-Le dijo entre risas Imán a su hermano

 -Déjala papá ella es la “Diosa Del Mar”  y no recibe órdenes de nadie ¿Verdad hermanita?-La provocó Ana María con cierto rin tintín.

-Ya estoy harta de ti Ana María, no te pienso pasar ni una más-La amenazó Iahitza en tanto intentaba desenvainar su espada.

Por primera vez Jerome con el rostro serió intentó poner orden voz en grito-  Ya está bien las dos, estoy harto de que me uséis como escusa para enfrentaros la una a la otra-hizo una breve pausa y dirigiéndose más calmado a su madre en tanto se levantaba de la mesa y cogía su plato le pidió-Mamá con tu permiso me voy a comer fuera-.

-Claro cariño-Asintió su madre.

-Espera Jerome, me voy contigo, no quiero ser yo quien pague ahora los platos rotos-Le pidió Imán a su hermano en tanto cogía su plato y se iba tras de él.

-Lo dicho que hemos vuelto a los viejos tiempos-Le decía César resignado a su esposa.

-A mi no me dejéis a solas con estas dos-Les decía Luna a sus hermanos en tanto iba tras ellos.

-No me voy a batir en duelo contigo, no merece la pena-Rechazó Ana María con desprecio a la par que con indiferencia a su gemela y acto seguido se reunió con sus hermanos en el jardín.

-Eh tu espera-Le exigió Yahitza a Ana María en tanto hacia lo propio.

-Todos juntos de nuevo bajo el mismo techo y otra vez nos han dejado solos-

Le comentaba César a su esposa.

-Pues ya sabes lo que toca-Le dijo esta.

Ni cinco minutos tardaron en estar todos reunidos de nuevo y comiendo en el jardín.

Jerome atónito miro a un lado y a otro y cuando se vio rodeado de nuevo por toda su familia se echó a reír al tiempo que decía-Será posible…-.

 

Tras la comida unos se fueron a echar la siesta y otros seguían de tertulia mientras que Jerome y Ana María  paseaban tranquila y relajadamente por el embarcadero.

-No vuelvas a hacerme eso-Le dijo Ana María a Jerome dolida.

-¿A que te refieres?-Quiso saber él algo despistado.

-A gritarme cuando trato de defenderte o tendré que darle la razón a Iahitza en lo de que eres un capullo y créeme es lo último que me gustaría-Fue la contestación de ella.

En ese momento Jerome le confesó en tanto le acariciaba los brazos-Perdóname Ani, creo que no llevo tan bien como pensaba el tener nuestra relación en secreto, a veces pienso que te avergüenzas de ella y no quieres que nadie lo sepa y entonces me enfado y hago tonterías como las de antes cuando no me arrepiento de que seamos hermanos.

Ya lo se somos hermanos y eso es algo que no podemos cambiar y complicado de entender incluso para nosotros pero necesito hacerlo público de una vez si no quiero volverme loco-.

 -También yo lo necesito, pero me gustaría que antes de eso hablásemos tranquilamente del tema entre nosotros para que a la hora de hacerlo oficial pueda quedar todo claro y evitar las pegas y dudas que vienen con el típico “no lo sé” o  “con el tiempo ya se verá”.-Aceptó ella más calmada y alegre,

-¿Qué te parece si empezamos por prometer que estaremos eternamente juntos?-Le sugirió él.

-Me parece perfecto-Le aseguró ella en tanto se echaba en sus brazos olvidándose de que no estaban totalmente solos.

-Ya que tenemos claro que vamos a estar juntos para siempre necesitaremos una casa propia en la que vivir ya que somos familia numerosa y viviendo con nuestros padres no tendremos mucha intimidad sobre todo con la cotilla de nuestra hermanita Luna-Reflexionó Jerome en tanto la abrazaba y tras pensarlo un poco le dijo-Voy a construir una cabaña de madera para los dos ¿Qué te parece?-.

-Me encantará estrenarla a solas contigo, de hecho ahora mismo pienso que si paso más tiempo con mi novio que con mi hermano favorito no me va a importar, aunque no por ello voy a renunciar a él-Le declaró ella encantada con aquella idea tan romántica que había tenido su amado.

-Eres encantadora Ani, de verdad que si-Le aseguraba él feliz de tenerla entre sus brazos y de que ella estuviese de acuerdo con él y a posteriori –le preguntó-¿Algo más?-.

-Sí, hay una duda que no para de rondarme por la cabeza, me dijiste que antes de nacer ya estabas enamorado de mi ¿Como sabes que cuando pusiste la mano en el vientre de mamá era yo y no Iahitza la que puso su mano sobre la tuya?- Quiso saber ella curiosa

-Acabas de contestar a tu propia pregunta princesa-Le aseguró él enigmático.

-No entiendo- Exclamó ella dudosa.

-Yo nunca dije que tu mano y la mía se juntasen ¿Verdad?-Fue la misteriosa respuesta de él.

-Entonces…-Comenzó a decir ella emocionada.

-Exacto, tú y yo entonces ya sabíamos que estábamos predestinados a estar juntos-Concluyó Jerome.

-¿Y cuándo dices que lo vamos a hacer público?-fue la respuesta de ella.

-¿Que tal mañana?-Le sugirió él espontáneamente.

-¿Por qué esperar tanto?- Le contestó ella impaciente.

-Déjales respirar princesa, sobre todo a Yahitza que está muy estresada, ten en cuenta que ella lo ha descubierto de pronto y no sabe cómo reaccionar ante tal noticia, además aunque yo siempre haya sido tu hermano favorito ella y tu siempre habéis estado muy unidas y si incluso te has dado junto a ella a la piratería y ahora con este repentino cambio siente que la vas abandonar sino lo has hecho ya.

En mi opinión deberías ir a hablar con ella cuanto antes, pero prométeme que la sangre no llegará al río que os temo-Le explicó ampliamente Jerome.

-Umm al río, que recuerdos-Exclamó ella con sumo placer.

-No me provoques Ani que no soy de piedra y ya habrá tiempo para eso, ahora hazme caso y ves a hablar con nuestra hermana-Le aconsejaba paciente Jerome.

-Como gustes-Asintió finalmente ella dándose por vencida pues conocía lo suficientemente bien a Jerome para saber que si tomaba una decisión la llevaría a cabo con todas sus consecuencias.

 

Yahitza se hallaba en su habitación tumbada en la cama leyendo un libro cuando de repente su gemela asomó la cabeza y le hizo saber- Antes de que desenvaines tu espada me gustaría entrar ha hablar pacíficamente contigo-.

-Pasa-La invitó su hermana más relajada en tanto dejaba el libro a un lado.

-Yahitza quiero que sepas que aunque la relación que hay ahora entre Jerome y yo sea distinta lo que hay entre nosotras no tiene por que cambiar, de hecho yo pienso seguir siendo tu gemela y tu segunda de abordo…a menos que decidas ascenderme a capitana-Le explicó tranquilamente ella.

Yahitza, rió al tiempo que le aseguraba-Me parece todo estupendo hermanita, pero no cuentes con mi puesto en el “Diosa Del Mar”-.

-¿Así de fácil?, ¿Ya está todo arreglado?-Le inquirió asombrada Ana María a su hermana.

-Yo no soy Julian-Le contestó Yahitza.

-¿Y qué pinta ahora Julian en todo esto?-Quiso saber Ana María intrigada.

-Que hay que estar o ciego o ser muy ignorante para no ver lo evidente-Le explico ella a  su gemela.

-Necesito una siesta con urgencia, porque no entiendo nada-Opinó Ana María tras lo cual se fue de camino a su cuarto, en tanto Yahitza volvía a retomar su lectura.

 

Cuando por fin Ana María llegó a su habitación para su sorpresa allí la esperaba Jerome tumbado en la cama.

-¿Qué haces tú aquí?-Le preguntó Ana María a Jerome a modo de susurro en tanto cerraba la puerta.

-Sabía que tarde o temprano pasarías por aquí y aquí te estaba esperando y a menos que me mandes a hacer el indio a la pradera aquí me quedo-Le informó él de igual modo.

-¿Te ha visto alguien entrar?-Quiso saber ella curiosa.

-Cállate y ven a dormir-Le pidió Jerome consciente de que aquel comentario no había sido hecho con ninguna malicia.

Ella sin hacerse más de rogar, echo a correr a la cama para reunirse con él y a posteriori se quedó dormida y acurrucada entre sus brazos.

 

-Que silencio y que paz, ¿Seguirán nuestros hijos vivos?- Le comentó César a su esposa.

-Es la hora de la siesta cariño ¿Qué esperabas?-Repuso bromista Tara.

-Me encanta el jaleo y la animación que hay en casa cuando están  aquí  todos nuestros hijos, pero ¿Es que siempre tiene que haber alguna pelea entre alguno de ellos?-Expresaba él sufrido marido de Tara, Cesar y padre de todos sus hijos.

-Estoy de acuerdo contigo cielo, pero son cinco y cuando hay tantos es raro que no haya alguno que esté discutiendo, además no hay de qué preocuparse sabes que la sangre nunca ha llegado al río-Lo tranquilizaba Tara.

-Me siento tan feliz de que seas mi esposa y de tenerte siempre a mi lado que me parece que nunca hago demasiado para corresponderte como mereces-Le declaraba él en tanto le apartaba un mechón de pelo de su moreno y a la par suave rostro.

-Ya lo hiciste en su día, de hecho si ahora estoy aquí es gracias a ti, ¿No recuerdas?-Le rememoró su esposa eternamente agradecida.

 

                          

 

                                                                                            CAPÍTULO SEIS

 

Eran las primeras vacaciones de Navidad que el matrimonio formado por César y Tara con su hijo de 8 años las celebraban con Jack y Terry unos amigos de la universidad que ese año habían decidido pasar en Valencia.

 

Jack en el físico se parecía mucho a César: era moreno de ojos verdes, 1´83, pelo negro. Ondulado y cortado a media melena, porte elegante, pero a diferencia de César tenía la mirada propia de un ser traicionero, era ambicioso y codiciaba los elementos ajenos que hacían felices a los demás y en este caso siempre había sido y sería  Tara, la joven esposa de César y la relación que el matrimonio mantenía sin importarle si quiera que tuviesen un hijo de 8 años ni que en la actualidad ella se encontrase en avanzado estado de gestación.

Mientras que César tenía la mirada limpia y pura y lo único que codiciaba era mantener la paz y felicidad que tenía desde que de niños conoció a Tara, la cual en la actualidad iba en aumento con su hijo Imán de 8 años, vivo retrato de él en todos los aspectos y el próximo nacimiento no muy lejano de sus dos gemelas.

Terry en contra de lo que se pudiera pensar dada su amistad con Jack era un chico noble, sincero y alguien en quien siempre se podía confiar.

A pesar del éxito que tenía entre el sector femenino dado que era delgado, alto, moreno y con los ojos azules no había nada que deseara más que tener una relación como la de sus amigos de la cual sobre todo en la actualidad sentía una gran envidia, una gran envidia sana.

 

Eran ya las 8 de la noche cuando Tara se encontraba con el pequeño Imán en el salón, acabando de arreglar la chimenea y de ponerlo todo a punto para la inminente llegada de Papá Noel  cuando de repente sonó el timbre.

-Ya voy yo a abrir-Le anunció Imán a su madre procurando cuidar en todo lo posible de ella.

 

Desde el momento que su padre tuvo una conversación de hombre a hombre con él  tras saber por su esposa que estaba nuevamente embarazada en la cual le explicó-Imán en mi ausencia tu serás siempre el hombre de la casa y cuando yo no esté cuidarás siempre de tu madre ya que dentro de 9 meses tendrá un bebé y ahora nos necesita para cuidarla más que nunca-.

Ni que decir tiene que tan pendiente estuvo el pequeño Imán de su madre que el primero en enterarse de que no era un bebé sino dos niñas gemelas a la par que la dulce Tara, fue él y fue entonces él quien se sentó en el salón a hablar con su padre diciéndole-Prepárate papá porque lo que mamá va a tener no es otro hermanito sino dos niñas gemelas que por lo que parece van a ser muy guerreras-.

César riendo le contestó a su hijo-La que nos ha caído hijo y además por partida doble-.

 

-Espera  Imán que aún no sabemos quién es-Trató de frenarlo su madre ya que desde que se quedara en estado y viera lo dulce y encantador que era su hijo temía que algún día le pasara algo.

Imán tras abrir la puerta y ver a Jack que traía un pesado regalo en las manos y a Terry con una botella de vino del mejor volvió su mirada de nuevo a Jack y sin molestarse en disimular dirigiéndose a su madre le dijo-Mamá este hombre no me gusta nada-.

-Que rico-Añadió Jack en tanto le revolvía el pelo algo que Imán detestaba que le hicieran.

-Hola Imán ¿Cómo te va la vida colega?-Lo saludó Terry alegremente.

-Todo bien, me alegro de que estas navidades las pases con nosotros-Le hizo saber el pequeño

-¿Ya lo tienes todo preparado para la  llegada de Papá Noel?-Quiso saber Terry interesado.

-Sí, mamá  y yo acabamos de colgar ahora los calcetines en la chimenea-Le contestó orgulloso del trabajo realizado.

-Disculpa Tara no recordaba que estabas en estado sino habría traído otra cosa-Se excusó Terry al ver el estado en el que se encontraba su amiga.

-No pasa nada Terry, de todos modos yo siempre como con agua-Le hizo saber Tara.

-¿Y César donde está?-Le inquirió intrigado Terry al ver que no estaba con ella ya que sabía que los dos eran inseparables.

-Aquí estoy Terry-Dijo César asomando la cabeza por la puerta de la cocina llevando un delantal y un gorro de cocinero.

-Ya veo que hoy te ha tocado a ti preparar la cena.-Le comentó su amigo, tras lo cual le preguntó ¿Dónde dejo el vino?-.

-Ponlo en el frigorífico, para que esté fresco para más tarde-Le contestó César en tanto le daba los últimos toques a la cena antes de servirla.

 

Al mismo tiempo Jack  siguió a la salita de estar a Tara donde le dio su regalo en tanto le decía- Tara este es mi regalo de Navidad para ti, hace 3 meses que lo acabé y aunque le han salido muchos compradores lo he guardado especialmente para ti-.

Tara tomó aquel pesado regalo en sus manos y cuando lo desenvolvió para su sorpresa era un busto de bronce de Jack, tras lo cual exclamó- Vaya es muy… original-.

-Así me recordaras siempre-Le dijo él con su voz más seductora a la par que le intentaba coger la mano.

-Cuando yo digo que este tío no me gusta…-Exclamó Imán a modo de susurro en tanto le ponía la zancadilla a Jack tras lo cual este tropezó cayendo de bruces en el suelo.

-Escúchame bien pequeño monstruo…-Comenzó amenazándole Jack al pequeño Imán en tanto lo cogía del cuello del jersey aprovechando que Tara estaba de espaldas a ellos dirigiéndose a la chimenea para colocar el famoso busto.

-No, gilipollas, eres tu quien me va a escuchar a mi, puede que tenga 7 años pero no soy tonto y te aseguro que como vuelvas a intentar seducir a mi madre

Te vas a arrepentir de haber nacido-.

En ese momento un rayo furtivo entró por la ventana matando a Tara en el acto.

Imán asustado voz en grito llamó a su padre- Papá, papá es mamá-.

César temiendo lo peor salió corriendo a socorrer a su esposa y al verla tirada en el suelo la cogió en sus brazos cuidadosamente.

 Al pasar por el lado de Jack, este acarició fugazmente el vientre de Tara

En ese momento unos ojos felinos se abrieron en la oscuridad  y Jack  se desplomó en el suelo y dejó de respirar.

César ajeno a todo lo que no fuese su mujer se encaminó hacia su dormitorio y allí se encerró con el cuerpo sin vida de su mujer tras depositarla en la cama con sumo cuidado.

 

Imán que pasaba por allí cuando su madre haciendo alarde de una memoria extraordinaria le narraba a su padre la historia de su pasado la interrumpió comentándole- Maldito cabrón…, siempre he pensado que alguien vengó tu muerte y ojala supiera quién es para agradecérselo eternamente-.

Yahitza que llegó justo en el momento que su hermano hacia este comentario le dijo con una sonrisa maligna-De nada  hermano, fue un placer-.

-¿Fuiste tú Yahitza?-Le inquirió el curioso, aunque nada extrañado.

-Desde luego, ¿A caso lo dudabais?-Le contestó ella con otra pregunta, tras lo cual  Imán, su padre y su madre la rodearon y la comenzaron a abrazar y a besar.

-Yo también os quiero pero dejarme respirar un poco o me vais a ahogar- Les pidió ella feliz recordando todas las veces que en antaño había pasado por esa misma situación.

Jerome y Ana María ajenos a todo llegaron al salón cogidos de la mano cuando al presenciar aquella escena él le comentó a ella-Vaya hombre para una vez que nos decidimos a hacerlo público y lo tenemos que volver a retrasar-.

-¿Otra vez?-Le inquirió ella con cara de desesperación pues no veía el momento de deshacerse de la carga de que su relación dejase de ser un secreto para poder actuar con total libertad.

-No sé lo que habrá pasado, pero está claro que este momento es el de Iahitza y no es justo que se lo chafemos-La trató de hacer razonar Jerome.

-Está bien, lo dejaremos para mañana…-Aceptó resignada que no conforme Ana María.

-Por qué no continuas con tu historia mamá, me fascinan esas historias vuestras del pasado-Le propuso Yahitza tras lo cual ella prosiguió en tanto sus 5 hijos se sentaban arremolinados a su alrededor.

 

-César abre-Le pidió Terry al ver tan consternado a su amigo por la muerte de su adorable mujer temiendo que fuese a hacer alguna locura.

-Shshshsh está durmiendo-Musitó él.

-Está muerta César ya no se puede hacer nada-Le intentó aclarar Terry.

-No, solo tiene los ojos cerrados por que está muy cansada, la pobrecilla ha hecho tantas cosas hoy que necesita descansar-Dijo él entre desvaríos.

-Ábreme César-le pidió nuevamente Terry a su amigo.

-No, que me queréis separar de ella y eso jamás lo permitiré-Se negó con la voz desgarrada él.

-No eres consciente de la realidad  César, por doloroso que resulte debes aceptar que está muerta y cuanto antes lo aceptes mejor será para ti.

He llamado a un médico para que te trate no tardará en llegar, pero tienes que abrirnos para poder entrar-Insistía Terry en hacerlo reaccionar.

-Ni hablar me queréis separar de mi mujer y eso jamás lo consentiré-Seguía repitiendo él.

-Déjame a mi tío Terry-Le solicitó el joven Imán con una madurez pese a su corta edad que a este le asombró sobremanera

-Imán…-Comenzó a decirle Terry.

-Déjame tío, a mi me abrirá-Le insistió hasta convencerlo Imán y a posteriori se colocó detrás de la puerta al tiempo que le pedía a su padre-Papá ábreme que quiero estar con mamá y contigo-.

-¿Eres tu Imán?-Le inquirió su padre algo más sosegado y repuesto al oír la voz de su hijo.

-Si papá-Le contestó este con asombrosa serenidad.

A posteriori su padre se abrió con gran cautela y tiró del pequeño brazo de su hijo haciéndolo entrar rápidamente, tras lo cual volvió a echar el cerrojo.

Aunque en el momento en que Imán se disponía a entrar Terry lo habría tenido muy fácil para empujar la puerta y entrar fue él quien al ver fugazmente a Tara muerta y tumbada en la cama y la viva imagen de la desesperación reflejada en la cara de César cuando él reaccionó pensando que como dijeran ellos en sus votos matrimoniales “ni la muerte los podía separar “ lo que era una verdadera locura es que ha aquel matrimonio tuviera que romper su promesa ya que entonces todos estarían perdidos: Tara muerta, César perdería la razón e Imán la inocencia y la humanidad por lo que le habló nuevamente a su amigo retomando aquella conversación desde aquella nueva perspectiva-Imán tienes razón nadie os podrá separar jamás-.

-¿Entonces reconoces que ella no esta muerta, que solo está cansada?-Le inquirió persistente César a su amigo.

-No, César, se que está muerta y creo que tu en el fondo también lo sabes pero lo he estado meditando y creo que os puedo ayudar-Le aseguró Terry totalmente convencido.

-¿Cómo?-Quiso saber César más calmado desde el otro lado de la puerta.

-Por lo pronto coge a tu mujer y a tu hijo e iros de aquí antes de que empiece a aparecer la gente, puedes coger mi coche que es más rápido que el tuyo.

Cuando lleguéis a vuestro destino avisadme y sin más demora partiré hacia allí con ayuda ¿De acuerdo?-Le propuso Terry volviendo a ser el buen amigo que siempre había sido.

En ese momento César asomó la cabeza con timidez y con los ojos nublados por  las lágrimas en tanto le preguntaba-¿De verdad no me engañas?-.

-De verdad, pero ahora haz que lo te he dicho e iros no podemos perder ni un segundo más se lo debemos a Tara y a esas niñas que aún no han nacido- Le aseguraba él.

 César sin más dilación volvió a tomar a su mujer con sumo cuidado entre sus brazos en tanto le decía-Vamos cariño, nos vamos de aquí-

Tras  lo cual  Terry se sacó las llaves de su deportivo del bolsillo y a la par que se las entregaba a Imán les ofreció-Tomad coged mi coche que es más rápido que el vuestro-.

En el momento que ellos salían de allí  llegaba el doctor un hombre de mediana edad, gordito, bajito y canoso que con su afabilidad  acostumbrada le anunció a Terry-Soy el médico ¿Dónde están los pacientes?-.

-Yo soy quien le ha llamado, pero me equivoqué, perdone las molestias doctor –Rectificó Terry y a modo de disculpa le dio un generoso fajo de billetes en tanto le decía-Le ruego acepte este dinero para comprarle algo bonito a su mujer y sus hijos por haberlo molestado una noche tan señalada y feliz Navidad -.

El bueno del doctor sin dar crédito a lo que le estaba ocurriendo tardo un poco en reaccionar y cuando por fin lo hizo le contestó a este-No es necesario pero  muchas gracias, no sabía cómo decirle a mi mujer y mis hijos que este año no tendrían regalo de Navidad y usted acaba de salvar mis navidades, feliz navidad-.

Una vez volvió a quedarse a solas  Terry cogió una gran maleta de viaje de sus amigos donde se apresuró a guardar tantas cosas como pudo y una vez llena cogió la mochila del colegio de su sobrino Imán donde guardó cartillas del médico y de escolaridad de Imán, pasaportes, documento nacional de identidad de toda la familia, cartillas y documentos bancarios, las escrituras de todas sus posesiones e incluso todas las fotos y ecografías que encontró encima de la cama de matrimonio para a posteriori cargarlo todo en el maletero del coche de César  y emprender rumbo a cumplir su promesa la cual comenzó con una llamada desde el teléfono al coche de César- ¿Priscila? Si soy yo Terry, preciso urgentemente de tu ayuda-.

-¿Sabes que fechas son?-Se oyó una voz femenina al otro lado del teléfono.

-Sí y también que hace una noche de perros, pero créeme si no fuera una urgencia no te molestaría, además te gratificaré generosamente, ya me conoces- Le insistía él sin darse fácilmente por vencido.

-Hazme un breve resumen de la situación-Le pidió ella finalmente.

-Hará una media hora una amiga mía a muerto fulminada por un rayo su marido y su hijo van con ella en mi nuevo coche hacia las afueras te mando por fax una foto de la casa para que la puedas localizar-Le resumió él.

Ella a la par que recibía el fax le preguntó-¿Son gente sana?-

-Completamente-Fue la respuesta de él.

-¿Y cuanto tiempo dices que lleva ella muerta?-Quiso saber ella temiendo lo peor.

-Media hora-Le repitió él.

-Voy volando para allá, no podemos perder ni un minuto más-Le informó ella a modo de despedida

 

Aquella noche llovía pesadamente cuando César y su familia iban ya a mitad de camino en el gran bólido de Terry a toda velocidad aun dentro del límite permitido en tanto él le informaba a su esposa-Ya no nos falta mucho para llegar cariño, tan sólo una hora que en este coche será como media.

Por fin podremos estrenar la casa que he construido con mis propias manos para todos nosotros, incluso habrá sitio para las gemelas ya que en el piso de Valencia íbamos a  estar muy apretados, además es una casa en el campo como siempre hemos soñado donde no nos molestará nadie-

-Papá ¿Por qué no ponemos un poco de música relajante?-Le sugirió el pequeño a su padre.

-Cariño, tenemos que darnos prisa en llegar ya que las carreteras ahora están muy peligrosas y no sería nada extraño que llegasen a cortar alguna, además no creo que el tío Terry tenga ese tipo de música en el coche-Le explicaba César a su pequeño, el cual vencido por el sueño y el cansancio se arrebujó en el asiento trasero y se quedó profundamente dormido.

Cuando por fin llegaron a su destino, había una mujer madura morena de unos 40 años en la puerta de su casa calada hasta los huesos.

César asombrado por aquella visita inesperada se acercó a ella tras lo cual le dijo-¿Quién es usted y que busca en nuestra casa?-

-Imagino que es usted el amigo de Terry que necesita ayuda con su esposa ¿Estoy en lo cierto?-Comenzó diciendo ella.

-Si, supongo que en cierto modo así es-Le contestó César dubitativo.

Sin más preámbulos ella prosiguió contándole el motivo de su visita-Soy una vampiresa y vengo a devolverle la vida a su esposa ¿Dónde está?-

-En el coche con nuestro hijo, no quería sacarla hasta abrir la casa  para evitar que se mojen-Le hizo saber César en tanto abría la puerta de su nuevo hogar.

A posteriori volvió a tomar a su dulce esposa entre sus brazos y se encaminó con ella hasta su casa en tanto despertaba a su hijo-Imán despierta, vamos Imán despierta que ya estamos en casa-.

-¿Ya hemos llegado?-Preguntó el pequeño con voz aun somnolienta.

-Si, cariño-Le oyó decir a su madre.

-¿Mamá?-Le inquirió él extrañado ya que conocía el verdadero estado en el que se encontraba su madre.

Una vez llegaron a casa Priscila le pidió a César -Túmbala en la cama y déjame que la reconozca- y al ver que estaba embarazada puso sus manos sobre el vientre de Tara y añadió-Con el tiempo que ha pasado desde el momento de su muerte, esta mujer era para que estuviera completamente muerta pero las hijas que lleva en su vientre sobre todo una de ellas no lo permitirá y la protegerá de cualquier peligro que la aceche-.

-¿Y usted que sugiere?-Quiso saber interesado César.

-Para estar eternamente juntos y devolverla a la vida yo lo vampirizaré a usted  primero y luego  usted hará lo mismo con ella.

El motivo de vampirizarlo a usted y no ha ella es que es mejor que sea usted quien chupe de su sangre porque eso les mantendrá más unidos ¿Preparado?- Le informó Priscila.

-Preparado-Asintió él mostrando parte de su cuello a la par que cerraba los ojos, mostrando así una confianza ciega en aquella desconocida que le prometía recuperar a su esposa y cumplir su promesa de estar juntos eternamente, en tanto Imán no se separaba de la vera de su madre a la par que la cogía de la mano.

Ya convertido en vampiro Priscila le previno-Ahora sin más demora debes darle 3 mordiscos seguidos a tu esposa, pero nunca más o morirá desangrada-.

Con mucho tacto César se inclinó sobre su mujer e hizo lo propio, tras lo cual  esperó sentado a su lado a que ella reaccionara.

Ni dos minutos más tarde ella bostezó sutilmente y poco a poco abrió los ojos para sorpresa de su marido y de su hijo que no tenían demasiada fe en que aquel “truco” funcionase.

-¿Qué sucede? Solo recuerdo un busto de Jack que el mismo me dio un rayo entrando por la ventana y luego todo negro-.Quiso saber Tara somnolienta en tanto se tocaba la mordedura que su esposo le acababa de hacer

César le resumió brevemente-Por culpa del capullo de Jack has estado unas horas  muerta, pero gracias a esta amiga de Terry ahora somos vampiros y estaremos juntos eternamente-.

 -Le debo la vida ¿Cómo podría pagárselo?-Le dijo agradecido César.

-Solo ocúpense de que la gemela que tiene poderes los desarrolle al máximo- Le hizo prometer ella.

-Se lo prometemos- Le aseguró César.

-Papá yo también quiero ser un vampiro-Le pidió Imán a su padre.

-Cuando seas mayor ya te vampirizaremos, de momento crecerás como mortal al menos hasta que tengas 40 años-Le prometió su padre.

 

-Papá ya tengo casi los 40 y sigo siendo un triste mortal, de hecho la única de todos que es vampiresa es Luna, no es justo al final voy a parecer yo vuestro padre- Le recordó travieso a la par que divertido Imán.

-Eso y nosotras que-Intervinieron al unísono las gemelas.

-O si no yo que solo soy un indio comanche y un poderoso brujo y guerrero- Añadió Jerome sin resignarse a no echar leña al fuego.

-Ahí es nada-Opinó Ana María entre risas.

César, miró a los ojos a su esposa, en tanto telepáticamente le confesaba-Esta si es la época que yo echaba de menos-. 

 

 

                                           

 

                                CAPÍTULO SIETE

 

 

Y por fin llegó el domingo.

Aprovechando que era el día del padre los 5 hijos del matrimonio formado por Tara y César quedaron en reunirse a las 9:00 de la mañana delante del  dormitorio de sus padres, una vez hecho lo cual  entraron en tropel a la par que gritaban al unísono-Feliz día del padre- y a posteriori se revolcaron en la cama entre sus padres.

-¿Pero qué es esto?, Creí que había un terremoto-Exclamó sobresaltado César que aún no se había despertado del todo.

-Que ya no sois niños-Les aseveró su madre entre risas.

-Imán ¿Te importaría apartar tu píe de mi nariz?-Le inquirió Luna a su hermano mayor.

-Ese píe no es mío es de Jerome-Mintió travieso Imán.

-Eso no es cierto, los pies de Jerome están delante de mi cara-Rectificó su madre metiendo cizaña.

-¿Y a mi quien me está tapando el ojo con su mano?-Quiso saber riendo César.

-¿Yahitza, qué duda cabe?-Contestaron todos.

-¿Y yo por que, si puede saberse?-Le inquirió riendo Yahitza a toda su familia.

-Quizá porque tú eres la más pirata de todas-Intervino Jerome sin poder parar de reír.

Tara intentando reponerse para poner orden al fin consiguió decir-Muy bien cada uno a su cuarto a vestirse y en 5 minutos  os quiero ver a todos en el salón-.

Tan rápido como entraron los cinco hermanos salieron cada uno a hacer lo que su madre les había pedido y 10 minutos más tarde se hallaban todos esperando impacientemente a Jerome y Ana María los cuales entraron juntos y cogidos de la mano.

-¿Qué significa esto?-Quiso saber asombrado César.

-Ani y yo tenemos una noticia que daros: ella y yo estamos juntos y nos queremos-Les anunció Jerome con el rostro serio.

-¿Para eso tanto misterio?-Les preguntó Imán riendo.

-¿Ya lo sabíais?-Le preguntó Jerome atónito.

-Yo desde hace unos 20 años-Fue la respuesta de Imán.

-Yo os pillé ayer en las cuadras en pleno beso-Le aclaró Luna a su hermano.

-Yo desde siempre he sabido que estabais predestinados-Les reveló Tara.

-Yo también-Concluyó finalmente Yahitza.

-¿Que pasa es que yo soy el único que no se ha enterado de nada?-Exclamó medio dolido César-

Ana María  indignada les preguntó-¿Queréis decir que todos lo sabíais y nosotros nos hemos estado forzando en ser discretos a la espera de que llegara el momento más oportuno para anunciaros nuestra relación?-

-Menuda discreción hermana, que ayer os pillé infraganti  saliendo la mar de acarameladitos de tu habitación-Le pinchaba Imán a Ana María.

 

Yahitza rompió una lanza a favor de sus hermanos diciendo-Vamos papá no es tan malo al fin y al cabo Jerome y Ana María no llevan la misma sangre y al ser los dos tus hijos no tendrás problemas con tus suegros porque seréis padres y suegros a la vez-.

-Lo acabas de arreglar hermanita-Le dijo bromeando a modo de susurro Imán a Iahitza.

Tara en tanto se sentaba en su regazo trato de convencerlo diciendo-Vamos cariño, Yahitza tiene razón no tendremos que vérnoslas con los temidos suegros por que seremos nosotros  y al ser nuestros hijos que los hemos criado desde pequeños los conocemos demasiado bien para evitarnos la eterna duda de si serán buenos el uno para el otro y si serán felices  porque sabemos a ciencia cierta que si lo son-.

Ante su silencio Tara insistió diciéndole-Vamos cariño, ¿No ves que ellos son felices estando juntos?-

César desde su sillón consternado exclamaba-Menudo día del padre me estáis dando-hizo una pausa tras lo cual dirigiéndose a Jerome le dijo irónico –Y ahora querréis que os ponga una cama de matrimonio para que podáis dormir juntos-.

-No, papá como le he dicho a Ani voy a construir una casa de madera con mis propias manos para que vivamos los dos juntos, mientras que vivamos bajo este techo haremos la misma vida que hemos hecho de solteros pero sin ocultar más tiempo nuestro amor-Le explicó  formalmente Jerome a su padre.

-Eso te honra hijo mío-Le dijo César dándole una palmadita en el hombro a Jerome dándole su aprobación.

Él al entenderlo así y no verse rechazado como hijo le dijo emocionado a su padre-Gracias papá eso supone mucho para mí-.

César más relajado propuso-Bueno ya que parece que está todo arreglado, ¿Que os parece si salimos a desayunar al café celta del casco antiguo para celebrarlo?-.

-Siiiiii-Gritaron todos emocionados al unísono.

 

Eran ya las 10:00 de la mañana cuando por fin se encontraba la familia al completo ocupando casi en su totalidad el pequeño café donde siempre acudían a celebrar todos los eventos familiares y este era el más importante que les había sucedido en mucho tiempo.

 

 

El pequeño café celta estaba situado en la parte más emblemática del casco antiguo de la ciudad databa de finales del siglo xv y estaba lleno de historia y una gran aura de magia y misterio.

 

-¿Qué te apetece desayunar princesa?-Le preguntó Jerome a su dulce amada en tanto la miraba fijamente a los ojos a la par que con la felicidad reflejada en su rostro.

-Sorpréndeme-Le propuso ella de igual modo.

Acto seguido Jerome le robó a su chica un dulce beso en los labios y al creer leer en su mente lo que ella pensaba se justificó diciendo-Tu me pediste que te sorprendiera-Dicho lo cual mientras ella esperaba sentada en la mesa con toda la familia, él se acercó a la barra a pedir.

-La verdad jamás pensé que vería tan bellísima a Ana María ni que los rasgos tan duros de Jerome pudieran cambiar tanto, si no parece ni el mismo-

Confesó feliz César, tras lo cual hizo una pausa y añadió-Yo con lo único que no estoy de acuerdo es con lo de tener que ser suegro de ninguno-.

-Papá…-Protestó Ana María

-Eso es, el padre de ambos para mí los dos sois mis hijos y eso jamás cambiará os pongáis como os pongáis-Le cortó César rotundo a la par que muy orgulloso de sus hijos.

-Gracias papá eres el mejor-Le agradeció la pequeña de las gemelas con una sonrisa de oreja a oreja.

-Si algún día nos casamos…-Comenzó diciendo Ana María

-¿Cómo que si nos casamos? Claro que nos casaremos ¿O a caso lo dudabas?- La interrumpió Jerome, al tiempo que con uno de sus fuertes brazos rodeaba su cintura y la atraía hacia sí.

-Ya sé que nos casaremos, pero era por no adelantar acontecimientos-Se justificó ella en tanto le acariciaba dulcemente su hermoso rostro.

-Ya me dirás como no vamos a adelantar acontecimientos si todos saben que estamos predestinados-Le “reprochaba” él sin soltarla ni un momento.

Justo entonces apareció el camarero, un hombre de mediana edad, trayendo el pedido de aquella mesa en tanto les anunciaba-el joven indio les invita

 

-Bueno capitana ¿Que tal anoche? No sabes lo que te perdiste por no querer bajar a tierra ¿Verdad Ana María?-Les inquirió Nerea a una y otra.

 

La joven de 23 años, iba a las mismas clases que Yahitza desde que ambas se conocieran en cuarto curso hasta acabar el instituto y durante aquel tiempo se hicieron amigas inseparables  compartiendo así sueños, secretos e ilusiones, hasta que un día el padre de Nerea decidió que su hija debía estudiar en la universidad pese a los constantes ruegos de su hija de querer hacerse a la mar.

Durante varios años las amigas no volvieron a verse más, aunque no por ello se olvidaron la una de la otra, de tal modo que un 20 de junio de hacía ya 7 años Iahitza  se acercó con su atuendo de pirata al invernadero donde sabía según sus fuentes que posiblemente hallaría allí a su amiga la bióloga especializada en plantas exóticas tanto marinas como terrestres.

No había cambiado nada desde la última vez que se vieron: Su larga y castaña melena lisa seguía manteniendo sus reflejos cobrizos, sus vivos ojos castaños seguían brillando detrás de sus modernas gafas de vista cansada, sus cuatro o cinco kilos de más en su 1´63 para nada afeaban su bonita y graciosa figura.

Aprovechando que ese día estaban solas Yahitza, se hizo notar proponiéndole –Vengo a reclutarte para servir en el “Ana María Diosa Del Mar”, el galeón es seguro, la paga buena y la aventura está servida, que me dices ¿Aún te interesa?-.

Dado que Nerea provenía de una larga estirpe de grandes marineros llevaba el oficio en la sangre por lo que exclamó al tiempo que se quitaba las gafas con un brillo maligno en sus ojos- Por supuesto que acepto, ahora le voy a demostrar a mi padre que valgo tanto como el más bravo de los marinos y no como el memo de mi hermano-.

-…Mujer ten en cuenta que a tu hermano no le gusta el mar como a ti- Lo defendió Yahitza recordando claramente, como cierto día fue testigo de cómo su padre lo obligaba a que fuese marinero.

- Y no que por ser chica parece que sea una fina y delicada figurita de porcelana que haya que guardar en una urna de cristal  y tratarla con mucho mimo para que no se rompa-Prosiguió Nerea hecha una furia, dicho lo cual ambas amigas se dirigieron al “Ana María Diosa Del Mar”.

 

-Mujer ten en cuenta que son gemelas así que nuestra capitana seguro que tan bien habrá pasado un fin de semana inolvidable-Defendió Eva a Yahitza , aunque esta última tuvo más la sensación de que más que defenderla lo que realmente estaba haciendo era  “echar leña al fuego” .

 

La morena de 1,58 cm cuya corta y lisa melena, al igual que sus ojos era tan negra y brillante como una tranquila noche de verano, de esbelta figura y gran experiencia pese a sus cortos 20 años de edad cuyo trabajo a desarrollar era el de una excelente mecánica la cual fue descubierta de forma casual por Lena, la contramaestre del “Ana María Diosa Del  Mar”  tras lo cual la reclutó utilizando su cargo ya que a su juicio no les vendría mal una mecánica como aquella y además le veía muy buenas dotes como marinera.

 

-Son incontables la veces que he oído alusiones a tu famoso fin de semana ¿Sería mucha molestia que me explicaras que has hecho?-Le inquirió Ana María a Iahitza intrigada.

-Claro, ¿Pero te importaría si vamos a mi camarote y te lo cuento allí?  Necesito descansar con urgencia-.

-Por mí como si lo quieres contar subida a la vela del palo mayor, pero EMPIEZA  de una vez si no quieres que me de algo-La presionó Ana María

-No es justo, ¿Por qué siempre nos tenemos que perder los detalles más jugosos?...-Protestó fastidiada Alex.

-En línea generales…-Intentó Irina chafar el suspense a su capitana en forma de venganza.

-Shshshsh- La calló Yahitza al tiempo que le dedicaba una mirada tan felina que la hizo estremecer.

 

                                                                   CAPITULO 7

 

Una vez en el lujoso camarote de Yahitza, tras cerrar la puerta del mismo y mientras esta se ponía cómoda en su cama comenzó su narración- Todo empezó la noche del viernes por un conjuro fallido-.

-Al grano Iahitza que nos conocemos-la apremiaba Ana María.

-El viernes pasado me casé con Andros y estoy esperando un hijo suyo-Le resumió su gemela brevemente.

En ese momento la puerta del camarote se abría en tanto el resto de la tripulación exclamaba al unísono sorprendida- ¡Comooooo!- Tras lo cual a causa del efecto dominó empezaron a caer una sobre otra obstruyendo así la entrada.

Ana María al observar semejante espectáculo rompió a reír en sonoras carcajadas al tiempo que decía-Que bueno toda la tripulación buscando una lentilla-

-Volved  todas a ocupar vuestros puestos-Ordenó con voz de mandato Iahitza.

-De acuerdo expláyate, pero no olvides contarme los detalles más jugosos-

  Intervino Ana María volviendo a cerrar la puerta y dando por consiguiente al resto de la tripulación con la puerta en las narices.

Yahitza como si nada hubiera pasado prosiguió con su relato-Mi pretensión era conjurar un amuleto griego muy poderoso y en lugar de eso, aparecí en una pequeña isla griega llamada Santorini.

Cuando “llegué” era la tarde noche, el variado colorido de las casas contrastaba notablemente con la ropa oscura de sus gentes y en el aire se respiraba un aroma floral a fiesta popular y a paz que alegraba el espíritu y en medio de todo aquel paraíso destacaba él.

Ambos nos quedamos de píe a tan solo 10 pasos el uno del otro observándonos durante algún tiempo con complacencia y gran deleite para mi: Su cuerpo perfecto estaba tostado por el sol marino, sus profundos ojos negros poseían una gran viveza que lo hacían destacar en su rostro griego de dulces rasgos, aparentaba tener unos 37 años y medía aproximadamente 1 80cm de estatura, su vestimenta de pirata así como su larga melena negra le conferían un aire tremendamente salvaje y sexi.

Aún permanecimos un rato más así hasta que finalmente él se decidió a romper el silencio diciendo….

 

-Jamás podría olvidar esa melena, ni la profundidad de tus ojos-Dicho lo cual reafirmó su declaración con una bonita y dulce sonrisa en los labios.

-¿Nos… conocemos?- Quise saber yo curiosa aún encontrando en él algo tremendamente familiar.

-Mírame bien a la cara.

Fue hace un año, en unas circunstancias muy distintas, tú me salvaste la vida en dos ocasiones…y algo más-Me relató él intentando hacerme recordar

 

-¡Atención naufrago a estribor!- Informó Claire dando la voz desde su puesto de vigía.

-¿Qué hacemos capitana?-Quiso saber Lena en tanto observaba a un joven medio ahogado agarrado a una vieja plancha de madera.

Iahitza mediante su catalejo, le echó un vistazo al joven el cual parecía encontrarse en unas condiciones muy deplorables, tras lo cual miró hacía tierra firme donde vio sobre un majestuoso corcel negro al Conde Ripalda acompañado de su fiel sequito, en tanto proclamaba-Subidlo a bordo, intentaremos salvarle la vida e incluso puede que saquemos algo de provecho de esto, aunque solo sea por joder a ese cabrón de Francisco, además está claro que los enemigos de nuestros enemigos son nuestros amigos-.

-Eva, Inés coged un coy y traer al naufrago a bordo-Ordenó Iahitza.

-Tu Ana María iza la bandera pirata toda entera-Le ordenó Iahitza a su gemela y segunda de abordo ya que anteriormente le había prometido que le cedería a ella el honor de ser quien desafiara a aquel maldito cacique en la primera ocasión que se les presentara.

-¡A la orden mi capitana!-Exclamó efusiva Ana María en tanto se cuadraba, tras lo cual  se apresuró a cumplir la orden recibida.

Una vez el joven y desvalido desconocido estuvo a bordo fue depositado por Eva e  Inés sobre la cubierta de proa, tras lo cual  Yahitza, utilizando sus conocimientos médicos impartidos años atrás por su hermano Jerome comenzó haciéndole el boca a boca.

-Lucía ayúdame a bajarlo hasta mi camarote que voy a tratar de reanimarlo- Le pidió su capitana a la médico oficial del galeón.

Dicho y hecho Lucía sin hacerse de rogar cumplía con la orden recibida.

Una vez el joven naufrago estuvo tumbado boca arriba Lucía se quedó a una distancia prudencial de este mirándolo con la boca abierta y ante la mirada severa de su capitana se justificó diciendo- Yo…traeré toallas limpias-.

-Y yo una jarra con agua caliente-Añadió Gloria, otra joven de 20 años de las mismas características que Lucía e íntima amiga suya, para justificar su repentina aparición allí.

Yahitza furiosa voz en grito les ordenó-Este chico lo que necesita es revivir no parir y vosotras ya estáis sobrando aquí  así que ya subid a cubierta ahora mismo a ocupad vuestros puestos ¡ANDANDO!-.

Al mismo tiempo que las dos amigas resentidas acataban la orden recibida, el joven de corto pelo negro cuyas vestiduras hechas harapos denotaban que lo había pasado francamente mal entre abría por primera vez sus ojos negros y al hacerlo vio ante sí una mujer de larga y rizada melena negra, oscuros grandes y castaños ojos, tan alta como él y pese a la severidad de los rasgos de su tez morena, a su juicio, poseía la sonrisa más bella y dulce del mundo.

Era ni más ni menos que Iahitza.

-He muerto y estoy en el cielo ¿Verdad?, porque tengo la certeza de estar viendo un ángel-Fueron las primeras palabras de él casi en un susurro y con la boca seca.

Iahitza al tiempo que lo ayudaba a incorporarse con una sonrisa cada vez más amplia le daba de beber buena agua fresca en tanto le aseguraba-No siento decepcionarte, pero por ahora sigues en la tierra entre los vivos-.

Él tras acabar de beber le declaraba- En ese caso un ángel  se ha caído del cielo por que si hay algo de lo que no me cabe la más mínima duda es de que eres un ángel con cuerpo de diosa y voz de sirena-.

-Deliras-Le aseguraba ella aunque tremendamente alagada, tras lo cual hizo una breve pausa en tanto lo ayudaba a recostarse de nuevo tras lo cual  añadió       

-Quieto ahí Casanova que aún tienes que reponerte-.

Él, tras admirar como su belleza natural destacaba con su uniforme pirata bromeando le preguntó-¿Es la versión femenina del uniforme pirata?-

-La versión femenina lleva una falda pero para mí el pantalón me resulta mucho más cómodo-Le respondió Iahitza y al observar que ya había recuperado su voz con total normalidad añadió-Muy bien, Quizá puedas decirme mientras te curo como has llegado hasta tan lamentable estado-.

 -No te discuto que esté en un estado de lo más lamentable, incluso penoso diría yo, pero al estar en tus manos me siento en el séptimo cielo, de hecho  ahora si puedo decir que he sido tocado por un ángel-Le hizo saber él con la mejor de sus sonrisas.

-¿Qué tal si empezamos por tu nombre?-Intentó llevar Yahitza la conversación por otros derroteros.

-¿Has oído hablar de un pirata llamado Joey Wallace?- Comenzó preguntándole él con la mejor de sus sonrisas.

-Vagamente -Se sincero ella.

-Pero si soy muy famoso-Exclamó él en forma de protesta, tras lo cual resignado prosiguió-Bueno como te decía yo soy el famoso y temido, o al menos eso creía hasta que te conocí, por lo de famoso lo digo…-.

-…Y  temido por los maridos de las jóvenes burguesas que caían rendidas a tus pies, Casanova-Lo interrumpió ella tomándole el pelo, tras lo cual se disculpó con un sencillo- Perdona sigue-.

-En un descuido de lo más tonto el pasado miércoles los hombres del Conde Ripalda me apresaron y encarcelaron en la más recóndita y húmeda celda del castillo de Bellver –Le resumió él.

-Define un descuido tonto-Le solicitó ella.

-Me hallaba yo después de dos años en casa de mis padres, tienen una pequeña casa en la montaña con dos o tres reses de ganado.

Mi madre, desde que yo era niño hace yogures y cuajadas y a petición mía al segundo día de estar allí iba a hacer unos yogures y yo me ofrecí a ordeñar a la vaca.

Me encontraba en plena faena cuando los esbirros de Francisco me prendieron…

 

El insigne Conde al tener ante él a su nueva e inesperada presa, tras una sonora carcajada les dijo a dos de sus mejores hombres pertenecientes a su guardia personal – Llevad a su excelentísima majestad a sus aposentos y dadle el trato que se merece-.

Acto seguido el joven pirata era encerrado en la más oscura, húmeda y recóndita mazmorra del castillo de Bellver  maniatado a la pared de la prisión con unos gruesos y negros grilletes.

Justo en el momento en que iba a ser azotado apareció en el umbral de la puerta el  Conde Ripalda gritando con voz de mandato-¡No, alto! Ese honor es mío, dejadnos a solas-.

Una vez ambos hombres se quedaron a solas el conde comenzó diciendo muy socarrón-Vaya Joey, parece que después de 8 años de larga espera y saqueando mis naves por fin nos vemos las caras-.

-Que audaz señor conde-Se burló Joey de su raptor.

-Espero que estés cómodo y todo sea de tu agrado-Prosiguió irónicamente el conde.

-Pues no creas conde espalda, el servicio de habitaciones deja mucho que desear-Le comunicó Joey burlón.

-Ripalda, es Ripalda, Conde Ripalda-Lo corrigió él hecho un energúmeno como cuando alguien le gastaba una de aquellas bromas con su aristocrático nombre.

-Pues como te iba diciendo Conde espalda…-Prosiguió Joey sacándole de sus casillas.

-Ripalda es Ripalda-Lo volvió a corregir el conde.

-Pues lo que yo decía Ripalda-Dijo Joy aguantando la risa.

-Por última vez no es Ripalda es Espalda Conde Francisco Espalda-Renegó nuevamente el conde tan fuera de sus casillas que no sabía lo que decía.

 

Francisco era un hombre corpulento de unos 45 ò 50 años aproximadamente, aunque rubio, su pelo cortado perfectamente a navaja era en su mayor parte canoso, medía 1´80 de altura y gracias a las bromas persistentes de Joy sus pequeños ojos azules estaban más sanguinolentos que de costumbre.

En cuanto a su carácter cabe decir que era un hombre irreflexivo, iracundo, autoritario, tirano, despectivo y despiadado, en pocas palabras Francisco Ripalda es lo que se suele denominar “el perfecto cacique”.

 

El conde enrojecido por la cólera tomó impulso con el dorso de su mano para a posteriori golpear fuertemente la mejilla izquierda del osado pirata-Maldito niñato insolente…, ahora me vas a decir donde está “El Rey del Mar” si no quieres que le pase nada malo a tu familia-.

-Allá tu si quieres firmar tu sentencia de muerte, pero luego no me vengas llorando que nos conocemos Paquito- Lo provocó con indiferencia y absoluta osadía él.

Aunque Joey sabía que con su comportamiento era él quien estaba sellando su sentencia de muerte, no era ningún necio y sabía que tarde o temprano el conde acabaría con su vida por lo que no pensaba ponérselo nada fácil y ya que  tenía que morir había elegido  que fuese riéndose de él y llevándose su secreto a la tumba.

Francisco harto de ser el objeto de sus burlas de aquel ladronzuelo insolente e indisciplinado pese a su desventajosa situación le ordenó voz en grito en tanto con toda la fuerza de que era capaz un hombre de su peso y complexión con un sofisticado y candente látigo de siete brazos que mantuvo desde un principio en sus manos comenzó a azotarle cada vez con más fuerza a la par que le decía –Ya basta de tonterías, ¿Dónde está el “Rey del Mar”? contesta perro, ¿Dónde está el “Rey del Mar”?-.

-Lo tenéis ante vos “majestad” – Le contestó Joey con mucho rintintin pesé a los continuos y dolorosos latigazos.

-Tras 13 latigazos más descargados sobre la espalda del joven Joey con una fuerza bestial  por parte del despiadado conde le inquirió presa de una gran cólera-¿Has tenido ya suficiente?¿Me dirás ahora donde escondes el “King Of  The Sea”?-.

Con la espalda sangrante y con sus últimas fuerzas Joey Wallace volvió a desafiar a su verdugo –No sé si lo habré mencionado ya, pero la cesta de frutas deja mucho que desear, está llena de manzanas podridas-.

Poseído por una furia desmedida, Francisco, volvió a fustigar cuatro veces más al joven pirata por su osadía.

Joey sacando fuerzas de flaqueza le dijo con un hilo de voz-Con el respeto que me merecéis…-tras lo cual hizo un gesto muy significativo con el dedo índice de cada mano y acto seguido las fuerzas de su castigado y maltrecho cuerpo lo abandonaron y desfalleció

Iahitza tomó sus manos por las muñecas y fue al colocarle las palmas hacia arriba cuando mejor pudo ver en sus muñecas la marca de los grilletes, tras lo cual con el semblante serio lo miró a la cara y le pidió-Quítate lo que te queda de camisa y date la vuelta-.

Mientras él se deshacía de sus harapos ella quiso saber-¿Cuánto tiempo estuviste encerrado allí y como escapaste?-.

-Unos cuantos días creo, al final perdí la noción del tiempo, en cuanto a cómo escapé fue haciéndome pasar por muerto lo cual no fue nada difícil pues casi fue real, tras lo cual me arrastré con mucho esfuerzo por unas oscuras galerías pero no logro recordar como salí de allí  ni donde conducían y aún menos como fui a parar al mar, supongo que estaba demasiado débil para ser consciente de todos los detalles-Le contó ampliamente él cuanto recordaba.

Una vez se sentó semi desnudo de espaldas a Yahitza, esta colocó sus manos suavemente sobre su espalda al tiempo que le preguntaba-¿Te duele?-

-No te preocupes por eso, he recibido tantos golpes que la espalda se me ha hecho dura y ya ni la siento, solo siento tus manos de terciopelo acariciando mi piel-Le aseguró él.

-Gracias por el cumplido y ahora túmbate boca abajo en la cama que voy a curarte, te advierto que te dolerá bastante pero merecerá la pena-Le advirtió ella con dulzura.

 -Adelante-Le dijo él.

En ese momento, ella, colocó sus manos sobre su espalda a 3 centímetros de distancia y comienza a conjurar-Convoco a los 4 elementos: Agua, tierra, fuego y aire así como a las poderosas fuerzas del universo para sanar las heridas internas y externas de este joven pirata y devolvérselas junto con todo el daño causado multiplicado por el infinito al brazo ejecutor que en su día las causó-.

Un grito ensordecedor y desgarrador salió de la garganta de Joey por espacio de un minuto, mientras Iahitza  en trance llevaba a cabo tan poderoso conjuro.

Transcurrido este tiempo, Joey se pone en pie y se mira en un gran espejo ovalado que hay ante él y admirado exclama-¡Es increíble no me ha quedado ni rastro, eres una fenómeno-.

-Será mejor que te sientes si no te quieres caer-Le aconseja sabiamente ella.

-Pero si nunca me he encontrado mejor que ahora si…-Replica él alegremente alborotado.

Iahitza antes de que sea demasiado tarde y se desplome en el suelo, lo coge por los hombros y le ayuda a tomar asiento.

-Que mareo, gracias, pero no entiendo-Exclamó él atónito.

-Te has quedado débil, suele pasar cuando hay heridas internas graves que deben cicatrizar muy deprisa como es tu caso-Le explica ella detenidamente.

Joey al ver con qué atención y preocupación se observa ella las manos inquieto le pregunta-¿Te sucede algo?-.

-He perdido la fuerza en las manos momentáneamente.

La primera vez que se hace un conjuro muy poderoso siempre hay efectos secundarios, dicho de otro modo es como correr una maratón sin haber entrenado antes vas con tan poco fondo que llegas ahogado y al día siguiente tienes la madre de todas las agujetas- Le explicó amablemente ella.

Él toma sus manos y las masajea al tiempo que le confiesa-Eres el tipo de mujer que no me importaría presentarle a mis padres-.

Yahitza, al tiempo que intentaba retirar sus manos le aseguraba-No sabes lo que dices Joey-.

-Déjame, soy el mejor masajista a este lado del continente, es lo menos que puedo hacer, después de haberme salvado la vida me siento en deuda contigo- le pidió él con suma dulzura.

-No tienes porque, ha sido un verdadero placer-Le asegura ella con la mejor de sus sonrisas. 

-Por mucho que lo niegues Yahitza, eres un sueño de mujer-Insiste él consiguiéndola ruborizar.

-Ni siquiera sabes quién soy-Repuso ella.

-Lo que tu digas “Diosa Del Mar” y por cierto no eres tan fiera como te pintan-Fue la respuesta de él en tanto le guiñaba un ojo.

-Será porque me has conocido  solo en mi faceta de mujer en lugar de la de pirata-Le descubrió ella.

A posteriori él añadió-Puedes llamarme Andros si lo prefieres, de todos modos por el de Joey no me conoces  y así resulta bastante absurdo llamarme por mi nombre de guerra ¿No crees?-.

 -Andros, me gusta es un nombre con mucha fuerza y muy griego-Opinó Iahitza en tanto se sentaba en el gran lecho junto a él tras lo cual le dijo-Como tu médica te recomiendo mucho descanso así como una dieta sana y equilibrada para que te repongas pronto-.

Andros tumbado ahora sobre el grande y amplio lecho quiso saber en tanto la miraba a la cara-¿Qué pasara ahora conmigo?-.

-Mi hermana y yo somos muy supersticiosas en lo que a subir a hombres a bordo se refiere, así que en cuanto estés completamente recuperado te dejaremos en el puerto más cercano para que puedas seguir tu camino-Le explicó sinceramente Yahitza, tras lo cual le aconsejó- Si quieres salvar la vida te recomiendo que nunca digas que estuviste a bordo del “Ana María Diosa Del Mar” y te tratamos bien, porque de lo contrario tarde o temprano llegaría a nuestros oídos y lo mismo que he consentido subirte a bordo y salvarte la vida no dudaría en arrebatártela mucho antes de que pudieras reaccionar, créeme-.

-Sí, las hermanas Grande Guerrero tenéis fama de ser muy intransigentes con los hombres-Asintió pensativo Andros.

Yahitza se quitó un medallón redondo de un material parecido a la  madera pero mucho más ligero que simboliza los 4 elementos para a continuación prenderlo de su cuello en tanto le explicaba-No te quites nunca este amuleto,

Él te protegerá de todo tipo de peligros y si alguna vez me necesitas solo tienes que susurrar mi nombre y allí estaré.

Este medallón tiene una particularidad y es que si alguien intenta robártelo no solo no lo conseguirá sino que además sufrirá  las consecuencias, de hecho tu eres el único que puede hacerlo-Dicho esto cogió ropa limpia de su armario y en tanto se la entregaba le sugirió-Esconde el medallón bajo la camisa, si mi hermana descubre lo que he hecho no habrá conjuro lo suficiente poderoso que nos pueda salvar de su ira-.

-¿Y no correré el peligro de perderlo en una batalla?-Quiso saber curioso Andros.

-Olvide decirte que otra de las particularidades que tiene el medallón  es que cuando se moja o detecta un gran movimiento, se adhiere a la piel como un tatuaje, ah sí y si alguna vez se te cruzan los cables y quieres aprovecharte de la invulnerabilidad que el medallón te proporcionar con el único objetivo de hacer daño sin más no solo te abandonará y volverá a mi sino que además  los peligros de los que fuiste librado hasta entonces volverán furiosamente a ti todos juntos y multiplicados por el infinito hasta causarte una muerte lenta, dolorosa y agónica-Le explicó ella pausada y detalladamente.

-¿Por qué haces esto por mi Yahitza?-Quiso saber el joven Andros con dulzura.

-“Si me haces esa pregunta es porque estás ciego y para eso aún no tengo ningún conjuro que valga”-pensó Yahitza pero en su lugar le contestó- Tienes suerte, me has caído simpático-.

-Tengo mis dudas, ¿Quiénes la verdadera Ana María Diosa Del Mar tu hermana o tu?-.

-Yo, por supuesto, aunque ahora mismo a ti no te lo parezca-Fue la respuesta de Yahitza.

-No creo que a Ana María eso le haga mucha gracia-Le comentó Andros a ella intentando evitar que un pesado e incómodo silencio se hiciera entre ellos.

Yahitza, se encogió de hombros a la par que añadía al respecto-Aquí la que manda soy yo y las demás mientras trabajen para mi están obligadas a acatar mis órdenes-.

En ese momento, Ana María furiosa porque intuía que algo fuera de lo común estaba pasando a sus espaldas abrió bruscamente la puerta del camarote de su hermana y de forma aún más brusca si cabe le exigió a su gemela pese a que su rango era inferior al de esta- Ya está bien de charla Yahitza, sube a cubierta a cumplir con tus funciones-.

-Tras la riña recibida, Andros, se apresuró a defender a su salvadora-Yahitza no merece tal bronca, yo soy el único culpable que se las ha ingeniado para retenerla el mayor tiempo posible-.

-Eso no la exime a ella de culpa-Contestó aireada Ana María.

Una vez ambas hermanas estuvieron en cubierta, Ana  María montando en cólera quiso saber- ¿Cuándo estará listo ese pirata de pacotilla para abandonar la nave?-.

-Como médico y como capitana te diré que al menos 15 días para reponerse de un tumor maligno que le acabo de extirpar y que habría acabado con su vida en 36 horas-Le explicó su hermana con solemne serenidad.

Ana María al escuchar aquella información se  quedó pálida como la luna y a modo de disculpa humildemente se interesó por el estado del paciente-Lo siento, no lo sabía ¿Se lo has dicho ya? ¿Cómo se encuentra?-.

-Se encuentra débil, aunque todo parece indicar que se recuperará bien, en cuanto a si lo sabe, prefiero que permanezca ignorante al respecto, en su lugar le he dicho que tenía heridas internas causadas por el látigo y es preferible que lo siga creyendo así ya que de sospechar la verdad, se obsesionaría y eso solo haría dificultar su recuperación-Le explicó Yahitza como médica naturalista de a bordo.

-Tú sabes que en casos así el tumor no desaparece si no que debe ir a parar a alguien-Le recordó Ana María basándose en las enseñanzas de su hermano Jerome.

-Lo sé y ahora paquito también-Le asegura ella malévola.

-¿Quieeen?- Le interroga Ana María extrañada.

-Así es como llama nuestro nuevo amigo a nuestro “querido”  Conde-Le contestó Yahitza a su gemela.

Las sonoras risas de Ana María se oyeron en todo el galeón y cuando por fin pudo parar de reír le dijo- Esta bien da la orden de que preparen un camarote digno del intrépido y temido Joey Wallace-.       

 -Yo soy la Diosa del Mar y no admito ordenes de nadie- Le aseveró Iahitza a su hermana y ya que se alejaba se dio la vuelta pensativa y le inquirió -Espera un momento ¿Le conoces?-.

-¿Bromeas? Es la pesadilla constante de “paquito”  así como de muchos piratas, lo asombroso es que tú nunca hayas oído hablar de él-Le narraba Ana María a su hermana con auténtica admiración.

-Pues hasta hace un rato no parecía caerte muy bien-Le increpó con desdén Yahitza.

-Me defraudó el saber que lo habían cogido-Le explicó brevemente la segunda de a bordo a su capitana.

-Nunca seas juez ni verdugo de un compañero y menos de uno al que admiras-Le aconsejó muy seria Yahitza.

-A la que sí parece que le gusta Joey especialmente es a ti y no tengas la osadía de negármelo, por que se te nota a la legua-La descubrió Ana María.

-Soy la Diosa Del Mar y no tengo que rendirle cuentas a nadie de lo que haga con mi vida personal-Se limitó a exclamar Yahitza, tras lo cual  desapareció por donde momentos antes había aparecido.

-¿Qué ha sucedido ahí fuera?-Quiso saber él intrigado.

-Nada que no fuera de prever teniendo un hombre a bordo-Contestó sería Yahitza, tras lo cual se sentó en su trono dorado y comenzó a escribir un documento para a posteriori ordenar- Quiero ver en ya a todo el mundo en la cubierta de popa, eso también te incluye a ti Joey-.

Una vez estuvo todo el mundo reunido en el lugar acordado, Iahitza comenzó a decir- Prestad todas atención, porque acabo de escribir unas leyes que en lo sucesivo serán nuestras propias leyes y las únicas que debemos acatar- Dicho esto hizo un inciso y comenzó a leer:

 

  Ley : No traicionar nunca a una compañera o compañero

  Ley: No ser nunca juez ni verdugo de otros piratas.

  Ley: Respetar el código de honor de los piratas

  Ley: No dejar nunca a una compañera en la estacada.

  Ley: Las traidoras o traidores que se amotinen a bordo serán maniatados y pasados por la quilla para ser pasto de los tiburones.

6ª Ley: Tras la captura de un botín la capitana entregará una parte del botín a sus mujeres más medía en caso de lesión grave o mutilación.

7ª Ley: Los enemigos capturados tras recibir su merecido serán pasados por la quilla una y otra vez hasta ser devorados por el temible tiburón tigre, más conocido por “El Gran Tigre”  dado sus 15 metros de longitud y su fama real de indestructible.

8ª Ley: El/la pirata, bucanero, filibustero o civil que ose dañar al “Gran Tigre” será severamente castigado con la pena de muerte.

9ª Ley: En caso de tener que sacarle información a un prisionero/a si este/a se negase a colaborar será colgado y maniatado en un mástil de madera que abran sido colocados en la playa aprovechando la marea baja, bajo la amenaza detallada de todo lo que le sucederá si  se niega a colaborar.

Por su puesto el desdichado/a, recibirá esta amenaza mientras observa con estupor  como sube cada vez más la marea.

10ª Ley: Si pese a todo el preso/a decide llevarse con él su secreto a la tumba su deseo será respetado cumpliéndose así mismo la amenaza.

11ª Ley: Si pese a confesar el/la preso/a hubiera cometido un grave delito y la capitana lo creyese oportuno se le dejaría morir igualmente.

12ª Ley: Quien ose atentar contra la vida de las hermanas Grande Guerrero así como de sus aliadas y/o aliados tendrá los días contados y sufrirá la más lenta, cruel y sanguinaria de las muertes.

13ª Ley: El/la pirata que capture en su tiempo libre uno o varios tesoros tendrá pleno derecho sobre él y si en la captura han intervenido varias personas será repartido a partes iguales o en su defecto como el dueño o dueña lo considere oportuno.

14ª Ley: En caso de que en algún momento alguna compañera o compañero decida abandonar la piratería por otro tipo de vida tendrá total inmunidad por parte de sus compañeras o compañeros.

15ª Ley: En caso de necesidad una ex pirata podrá recibir la ayuda de sus ex compañeros si la capitana lo creyese oportuno y en caso de que quisiera re incorporarse de nuevo a las ordenes de su antigua capitana y su tripulación, pasará primero por un periodo de prueba  para comprobar que sigue siendo digna de tal honor y no ha sido corrompida por  las leyes “legales” y les estén tendiendo una trampa.

Si las pasas será readmitida por su capitana y sus compañeras aunque con un cargo inferior al que ostentaba antes de abandonar y se le dará una fiesta de bienvenida en su honor, en caso contrario, será arrojada al mar donde será pasto de los tiburones.

 

Estas leyes estaban firmadas por Yahitza Grande Guerrero Capitana del “Ana María Diosa Del  Mar”, Ana María Grande Guerrero segunda de a bordo del “Ana María Diosa Del Mar” y finalmente por Joey Wallace Capitán del “King Of The Sea”

 

                                            

                                                                      CAPITLO 8

 

 

-Andros-Exclamé yo a voz de pronto vivamente emocionada.

Él en tanto me estrechaba en sus brazos me reprochaba dulcemente-Si, si mucho Andros, pero si no te llego a llamar habría corrido otro año más sin verte y así sucesivamente, estoy seguro-.

-Lo siento, sé que no es excusa, pero tengo un nombre con mucho peso-Traté de disculparme yo sinceramente.

-¿Es que a caso la Diosa Del Mar no tiene vida personal?-Me inquirió él con dulzura.

-Eso me temo-Me limité a añadir yo con profundo pesar.

-Pues eso va a cambiar princesa-Me declaró alegremente él.

-¿Me lo prometes?-Quiso saber la diosa del mar alegremente alborozada.

-Desde luego-Asintió él, tras lo cual intrigado quiso saber-¿Por qué no me dijiste que estabas enamorada de mi?-.

-Porque eso debías averiguarlo por  ti mismo y tuviste más de 15 días para hacerlo pero nada tú no parecías enterarte de nada-Fue mi respuesta a modo de dulce reproche.

-Pues si no me lo llega a decir mi madre ni me entero. Estaba tan ocupado en que no se me notara que estaba loco por ti por si te lo tomabas a mal que no me di cuenta de que era correspondido-Me confesaba él abiertamente.

-Siento decirte que se te notaba mucho-Le hice saber yo, en tanto paseábamos por las cálidas y blancas calles de Santorini cogidos por la cintura-Y a posteriori le confesé-De no haber estado enamorada de ti habrías estado a bordo el tiempo justo para ver si me servías para destruir a “paquito” y luego te habría dado un coy para que te buscaras la vida-.

Él muy orgulloso me aseguró-Aunque no fue una misión fácil cumplí mi promesa y no le hablé a nadie de que había estado a bordo del “Diosa Del  Mar”  y de lo bien que me habíais tratado todas aunque de no ser por ti dos de tus mujeres literalmente me habrían puesto a parir-.

Acto seguido ambos nos echamos a reír a carcajadas.

-¿Dónde me llevas Andros?-Quise saber yo de repente.

-A la playa-Me contestó brevemente él.

-¿A la playa?-Repetí yo con un bonito rubor en mi rostro preludio de lo que a continuación vendría.

-Sí, ya está todo dispuesto para que nos casemos, tú solo tienes que aceptar-

Me informaba él con un bonito rubor que embellecía aún más su hermoso rostro.

-Sí, quiero-Asentí yo en tanto me perdía en el profundo mar de su mirada.

Una vez llegamos a la playa, para mi sorpresa, nos esperaba allí su familia y Jerome el cual se acercó a mí y me entregó una gran caja cuadrada en tanto me decía-Toma esto es para ti cambiante en el vestidor que yo haré lo propio quien acabe antes esperara al otro-.

 Yo impaciente como siempre, me metí en el vestidor y al abrir aquella caja me quedé boquiabierta al ver un maravilloso vestido blanco vaporoso y largo con finos brocados dorados alrededor del pecho y rodeando los bordes de la falda con unos zapatos a juego y una corona de flores para el pelo.

Ni quince minutos tarde en estar lista y llegar a la orilla de la playa cogida del brazo de Jerome ataviado con sus mejores galas de comanche por un camino de maderas que terminaba justo a la orilla del mar donde ataviado con el más elegante uniforme de pirata me esperaba Andros.

-¡Estás preciosa!-Me susurró Andros al oído maravillado al verme de aquella guisa y a su lado.

-También tu-Le contesté yo de igual modo.

En el cielo caía la puesta de sol  y al mismo tiempo que el sol rojizo quedaba frente a la luna fue cuando un sacerdote pagano recitó sus primeras palabras oficiando aquella improvisada ceremonia-Convoco a los 4 elementos agua, fuego, tierra y aire para que Yahitza y Andros al igual que la luna y el sol como dos amantes enamorados vivan juntos y felices eternamente-.

Acto seguido nos intercambiamos los anillos y nos besamos dulce, larga y apasionadamente en los labios al tiempo que nuestros 4 invitados nos aclamaban con alegre algarabía al ya mítico grito de- ¡Vivan los novios!-.

El banquete lo celebramos en un pequeño mesón propiedad del padre de Andros llamado “La Cueva del Pirata” donde predominan esencialmente  platos típicos griegos y que esa noche fue reservado exclusivamente para nosotros.

 Aunque eran contados los invitados ya que fue una boda intima las emocionadas felicitaciones por parte de estos no parecían tener fin.

-Por los novios que estén siempre juntos y sean eternamente felices-Era el brindis de mi ahora suegro.

-Y por que tengan una vida plena-Añadía entre otros la dulce madre de Andros.

-Salve Diosa Del Mar-Me aclamaba mí recién estrenado marido seguido de nuestros invitados.

A lo que yo le contesté-Salve Rey Del  Mar-También seguido de nuestros invitados tras lo cual antes de que a alguien se le ocurriera un nuevo brindis todos pidieron a coro-Que se besen, que se besen-

A continuación como no podíamos defraudarlos y nunca fuimos ángeles nos besamos larga y apasionadamente en los labios hasta olvidarnos de que no estábamos solos, lo único que nos devolvió a la realidad fue un carraspeo de alguien que trataba de llamar nuestra atención.

Una vez nos separamos le sugerí casi en un susurro-Será mejor que el carmín te lo quites tu solo porque sino yo no respondo-.

-¿Eso es una promesa?-Me inquiría él ilusionado.

-No te quepa la menor duda-Asentí yo muy sugerente.

Más tarde, bajo el incomparable marco de una noche estrellada mientras todos bailaban en la playa alrededor de una hoguera, él me propuso –Se que lo normal sería que nos quedásemos hasta el final, pero ¿Qué te parece si aprovechamos que están todos  entretenidos y nos fugamos? Tengo el  “King Of The Sea” esperando tus ordenes a la vuelta de la esquina-.

-Me parece estupendo, pero me gustaría que el recuerdo de nuestra primera noche de bodas fuese en el  “Ana María Diosa del Mar”-Le contesté yo en tanto le acariciaba su bello rostro.

-Así será princesa-Me aseguraba él, tras lo cual me robó un beso.

Yo saqué de mi bolsillo un conjuro muy útil que mi abuela materna solía utilizar a menudo con mi abuelo y poniéndolo delante de nosotros leímos los dos a un tiempo-Al tiempo y al espacio voy a desafiar para llegar al momento y al lugar donde mi cuerpo y mi mente desean estar-.

No tardamos más de un momento en estar en el camarote de mi galeón pirata donde dimos rienda suelta a una desmedida y salvaje pasión que a pasos agigantados nos desbordaba como un caballo desbocado hasta hacernos perder la razón.

A la mañana siguiente nuestros cuerpos desnudos y unidos en un fuerte abrazo fueron descubiertos por los primeros rayos de sol que traviesos se colaban por la ventana.

-Iahitza-. Me llamó él casi en un susurro en tanto apartaba uno de mis tirabuzones negros de la cara.

-¿Si, mi amor?-Le contesté yo.

-¿Eres real?-Quiso saber él con suma dulzura.

-Tanto como tu-Fue mi respuesta, tras lo cual le di un dulce a la par que sexi beso en la mejilla.

-Hay algo que me intriga desde ayer-Me comunicó él con su suave voz de terciopelo.

-¿Qué es?-Le pregunté yo en tanto me refugiaba en su torso desnudo.

-¿Qué hacías tú cuando yo te llamé?-Me inquirió él acariciándome mi suave, negra, rizada y despeinada melena larga.

-Invocarte-Le dije yo en tanto lo miraba a la cara.

-¿Cómo?-Exclamó él extrañado.

-Sí, verás yo me hallaba invocando un poderoso amuleto griego y de repente aparecí frente a ti. En un principio pensé que había fallado pero una bruja tan poderosa como yo nunca falla, así que si unimos que yo te invocaba en el momento justo que tú me llamabas, tenemos el más poderoso de los conjuros-Le expliqué yo ampliamente.

-Si el del amor-Concluyó él, tras lo cual mis labios lo besaron larga y apasionadamente en tanto su cuerpo lleno de deseo dulce y sensual volvió a poseerme despertando en mí un placer sin límites que me hizo vibrar de amor y pasión, tras lo cual ambos caímos exhaustos.

Transcurridas dos horas él muy seguro de sus palabras auguró-Ahora que estamos casados supongo que puedo presumir de que mi mujer es “La Diosa Del Mar”-.

-Te advierto que tengo muchos enemigos-Lo previne yo con una sonrisa.

-Yo también y a mí tampoco me han atrapado nunca-Me aseguraba él.

-¿Disculpa?-Le inquirí yo recordando las condiciones tan deplorables en las que nos habíamos conocido un año antes.

-Vale, pero solo fue una vez y aunque casi pierdo la vida desde el momento que abrí los ojos y te vi ante mí, supe que todo el calvario por el que había pasado había  merecido la pena-Me aseguró mi marido con total certeza.

-Yo hubiese preferido en otras condiciones, pero bueno-Opiné yo con dulzura.

-Princesa de no ser por ti, ese mismo día sin estar embarazado y siendo imposible dada mi condición de hombre tus mujeres me habrían hecho parir de hecho ya estaban en ello-Me confesó él rememorando ciertos recuerdos del pasado.

Yo en ese momento rompí a reír en sonoras carcajadas en tanto él recostado en la cama me contemplaba feliz con la mejor de sus sonrisas viendo lo relajada y despreocupada que estaba ya que a todas luces se notaba que en ese momento predominaba la Yahitza mujer por encima de la “Diosa Del Mar”.

Cuando por fin pude parar de reír, él me propuso-¿Qué te parecería dar un romántico paseo por la playa de Santorini en la que nos casamos?-

-Mmm-Exclamé yo encantada con aquella idea.

Ambos nos miramos a los ojos y como dos chiquillos en plena travesura que se han leído el pensamiento nos vestimos a toda prisa para partir enseguida.

Andros haciendo  alarde de una memoria extraordinaria recitó en voz alta-  Al tiempo y al espacio voy a desafiar para llegar al momento y al lugar donde mi cuerpo y mi mente desean estar-.

-Andros espera-Le solicité yo viendo como se esfumaba con una sonrisa, cuando en ese momento vi el colgante que le había regalado un año antes sobre la cama me temí lo peor así que con mi espada en una mano y en la otra el colgante me apresuré a recitar el conjuro que me llevaría hasta él

Llegué justo a tiempo de ver cómo era asesinado por el sucio pirata Black Shark  sin que yo pudiese hacer nada por evitarlo.

 

 

Las lágrimas nublaban mis ojos en tanto corría presurosa los cien metros de distancia que me separaba de él, tras lo cual  lo cogí en mis brazos en tanto le preguntaba entre lágrimas-¿Por qué te lo has quitado?, ¿Por qué? El te habría ayudado- .

-Tú lo necesitas más que yo princesa, ahora ya no estás sola-Me contestó él moribundo.

Yo  viendo como lo perdía, intenté prender aquel colgante a su cuello, pero él lo rechazó al tiempo que me aseguraba-No, yo ya no tengo remedio… póntelo tu que ahora tienes que velar por vosotros dos-.

-No hables así Andros, te pondrás bien, ya lo verás-Le prometía yo con los ojos empañados en lágrimas.

Pero a Andros se le cerraban los ojos inexorablemente se le cerraban los ojos  y yo viendo como lo perdía apoyé mi cara sobre su maltrecho corazón y lloré sintiendo como la sangre se escapaba a borbotones de su pecho, en tanto el notaba mis cálidas lágrimas como lo mojaban y ahondaban en su corazón.

Él, siendo consciente de lo poco que le quedaba de vida dedicó su último aliento para declararle a ella-Te quie…ro prin…ce..sa, te quie…-.

Y entonces sus ojos se cerraron para siempre.   

Mis lágrimas después de varias horas llorando sobre su pecho dejaron de brotar para siempre.

Algo pasó en aquel momento, me vi junto a él en otro sitio muy distinto al que estábamos y de repente él comenzó a acariciarme la cabeza en tanto me decía    -No temas mi amor, estoy bien- 

-¿Cómo?-Quise saber yo sin dar crédito a mis oídos.

-No eres la única bruja a la que conozco, también mi madre lo es y de niño conociendo mis aspiraciones piratescas me lanzó un conjuro por si alguna vez me pasaba algo por el estilo que llegase directamente “al otro lado” -.

Yo, a pesar de mi aturdimiento recordé uno de los conjuros que figuraban en el libro de recetas que me había regalado la abuela en mi 13 cumpleaños que rezaba así –“al otro lado entrarás y a la vida eterna pasarás”-aunque he de confesar que aún no había averiguado a que se refería.

Él, al verme tan aturdida, prosiguió explicándome-“El Otro Lado” que es donde ahora nos encontramos es una vida paralela a la “real” donde todos tenemos una segunda oportunidad y cada uno obtiene lo que merece, por ejemplo: Yo estaré aquí siempre vivo y con mi familia, mientras que alguien como Black Shark cuando muera pagará todo el daño que ha hecho en otra vida que nada tiene que ver con la de la buena gente.

Una bruja como tu puede viajar y estar aquí pero nunca más de 24 horas de lo contrario quedarías aquí atrapada y morirías, al igual que yo que no puedo regresar mas de 24h seguidas si no quiero morir y que mi cuerpo quede reducido a cenizas.

Ahora prométeme que solo te centraras en cuidar de nuestro hijo-.

-¿Cómo demonios…?-Comencé yo a decir.

-Yo también tengo algo de brujo, ¿Recuerdas?-.le aseguraba él.

 

 

-Ósea que eres la medio viuda de Joey Wallace y además estás embarazada-

Resumió Ana María una vez que su hermana concluyó su relato.

-Así es-Asintió brevemente Yahitza.

-Opino que deberías hacerle caso a Joey o Andros y dedicarte solo a tu pequeño-Le hizo saber su hermana gemela.

-Los cuerpos de estos piratas bajo el mar perecerán y por más que la busquen la paz eterna  jamás hallaran-Hizo este conjuro Ana María llena de ira.

Tras lo cual se relajó e hizo otro conjuro cerrando los ojos mirando las brillantes estrellas del cielo azul en tanto levitaba- Con mi amado y mi hijo al igual que con mi familia como inmortales viviremos siempre en la tierra juntos-.

Y en este caso Yahitza logró un conjuro efectivo de verdad ya que logró revivir a su  marido y juntos criaron a Andros junior.

 

Transcurrieron 13 años cuando a punto estaban de irse, Ana maría y Jerome cuando pasaron delante de ellos para despedirse y en ese momento les decía Luna- ¿Si vosotros estáis predestinados por qué no puedo estarlo yo con el joven Andros?-.

Tanta rabia tenia Ana María acumulada que le dijo a su hermana menor-Da la casualidad que Jerome sólo se ha criado con nosotros para tener una mejor vida de la que le esperaba y para llegado el momento casarnos.

Mientras, tú eres una loba en celo así que escóndete en tú cueva y déjanos en paz.

El joven Andros murmullaba- muy bien tía esa ha estado bien-

-Andros y tú ves al king off the sea que tenemos un plan para ti-Le ordenaba Jerome.

-Sucios indios-Exclamó Luna resentida.

Cabe decir que Luna voló por los aires de una torta que le dio Ana María, en tanto le decía- Si, indios y a mucha honra pero tú eres la única sucia de la familia que te quede claro-

-Sobre todo ahora-apuntaba Jerome delante de todos.

César rompió el silencio diciendo-Eso quiere decir ...-

-Si,que a todos nos toca rompernos la cabeza pensando en nombre de niña poderosa-.

-Déjate de bobadas, ¿Qué te parece si le llamamos Dalia?-le propuso ella

-Es parte de la naturaleza representa elegancia y dignidad, me gusta-Añadió Jerome

-Vamos al King off The Sea y allí os cuento mi plan-.Les proponía Ana María a Jerome y al joven Andros y llegaron allí por arte de magia.

-Venga tía, dispara-le apremiaba su sobrino.

-Como quieras pero yo venía en son de paz ahora-.Bromeaba ella.

Tu sencillamente síguele el rollo a tu tío Jerome y deja caer mi nombre como quien no quiere la cosa y si después del asalto se entera que estoy embarazada de tú tío Jerome, mejor. Así antes se queda calva jajaja-Le daba instrucciones Ana María a los dos.

 

Una vez treparon por el balcón de la casa de Mandi la cual dormía profundamente, la despertaron revolviendo entre sus joyas, su dinero y sus cuadros, dejando la casa vacía.

-Hola Jerome ¿viniste a llamar mi atención?, ósea-Le inquería la ya madura Amanda.

-Sólo vine en pos de mi mujer y madre de mi hija-.Le informaba él.

-Se perpetúa “la rosa de los vientos” ese barco para ella-.propuso Andros divertido ya que sabía que ese barco al tener mil hechizos y naciendo una bruja blanca sería más poderosa y llevaría a sus padres de cabeza como le pasó a él de bebé.

-¿Y este chico tan guapo quién es?-preguntaba Amanda embelesada por la belleza del joven.

-Se mira pero no se toca- .Le decía él dándole un tortazo en la mano. Tras lo cual hizo una breve pausa y le dijo – Que tu pareces una momia y yo aún estoy a tiempo de que me pasen cosas tan buenas como a mis padres o a mi tía Ana María con Jerome que se han casado y de primeras tendrán una nena y ahora nos vamos-.

Una vez en la calle, Jerome le dijo a su sobrino-cada vez que veamos a alguien en precarias condiciones le damos un billete-.

Andros muy serio asintió con la cabeza y siguió caminando junto a su tío en silencio.

-¿Que pasa por tu cabeza, sobrino?-.Le preguntaba Jerome

-No sé si sirvo para tanto sarcasmo, robo y  jugarme la vida por 4 piedras estoy hecho un lio tío-Le confesaba su sobrino a corazón abierto.

-Mira la piratería es muy arriesgada, es cierto, pero cuando ganas es más que en un trabajo legal y los meses de riqueza compensan los de pérdidas, eso sí los hay.

Solo tienes que temer a los filibusteros que son los ladrones del mar y la ley en general todos esos te robaran todo.

De todos modos haz lo que tu corazón te dicte-.Le aseguraba Jerome.

Él viendo como su tío lo quería ayudar le dio un abrazo al tiempo que le decía -Tío te quiero y voy a probar la piratería antes de retirarme-.

-Que tonto soy, tu tía Ana María y yo hemos decidido por unanimidad que te quedes todo lo robado en el día de hoy, todo menos el mapa-.Le transmitía este mensaje Jerome de parte suya y de su esposa.

-Ah no os preocupéis, el mapa al verlo robado yo  me lo sé con los ojos cerrados, incluso percibí el camino que lleva a isla Cristina y lo he ido memorizando por el camino hasta aquí-. Le aseguraba Andros.

-Muy bien Andros, pero has cometido un error de principiante-Le reprendía Ana María a bordo de “La Rosa de los Vientos”.

-¿Y bien?-Le inquirió él.

-Le has contado al enemigo información esencial-Le aseguraba ella.

-pero vosotros no sois mis enemigos solo mis tíos -Le recordaba Andros.

-¿Que te juegas?-Comenzó provocándole Ana María.

-Parte del tesoro que encuentre-Le decía eufórico él.

-Te veo muy seguro por lo tanto, que sea el cofre del tesoro completo. Le proponía Ana María

-Buena idea, excepto alguna piedra o tiara para vuestra hija como una dote cuando nazca de mi parte-Le narraba Andros a su tía Ana María.

 -Vamos en “La rosa de los vientos” así que  llegaremos antes que él que además es él novato-Apuntaba Ana María furiosa por no poder ejercer la piratería por estar embarazada.

-Estooo...el “Kin of The Sea” ha recibido algunos cambios- Le comunicaba Jerome a sú esposa

Ana María miraba con cara de desconfianza a su marido, tras lo cual lo más relajada que pudo le dijo lo  que pensaba-Tu quieres retirarme de la piratería ¿verdad?, pues no lo haré-.

-Pero Ani puedes perder a la niña-Le decía Jerome con lágrimas en los ojos.

-No seas moñas Jerome, no va a tener siempre 3 días. Llegará el día que sea la dueña de “La Rosa De Los Vientos” y entonces nosotros nos retiraremos-.

-Buen plan y ahora a por el novato-Asintió Jerome.

-¿No me han seguido?, que pardillos-Apuntaba el joven Andros en actitud piratesca

-¿De verdad te creíste que te librarías de nosotros tan fácilmente?, Jerome en esa cueva esta el cofre del tesoro cógelo y tráelo, será para nuestra pequeña-.Asintió hacia su sobrino Ana María con desdén ya que en ese momento era el enemigo y una vez se acabó la aventura regresaron a su casa materna donde tuvieron largas historias que contar y   ceremonias que celebrar dada la tradición familiar


                                                                                                                                                                                                                                                  FIN

                        

                                                                               ANA  MARÍA GRANDE                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   

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