CALMA Y TEMPESTAD
¿Crees que podrás dormir por las noches en
un camastro a la espera de lo que sucederá?
¿Ver como el barco se precipita hacia los
fondos coralinos en mitad de una fuerte tempestad, cuando no ver como la proa
de la nave se hunde de tal modo bajo el embravecido mar que tienes la certeza
de que vas a morir?
Y si sobrevives a todo ello, ¿Crees que
podrás enfrentarte al hecho de estar al otro lado de la espada de un sucio y
salvaje pirata, mientras te hecha su pegajoso, caliente y húmedo aliento al
cuello?
¿Crees que podrás enfrentarte a todo aún
sabiendo que puede que esta sea tu última aventura y puedes perecer en ella?
¿Crees que pese a todo podrás guardar la
calma y echarle una mano a una compañera
de ser necesario para salvarle la vida sin poner la tuya en peligro?
De ser así, ¡¡¡BIENVENIDA A BORDO!!!
¿Y tu que me dices marinero?, ¿Crees que
tendrás agallas para enfrentarte a un
grupo de salvajes audaces y osadas piratas?
¡¡¡Te desafío, veamos de que pasta estás
hecho!!!
Te espero con mis mujeres en el “Ana María Diosa Del Mar”.
LA AVENTURA COMIENZA… AHORA
CALMA Y TEMPESTAD
Autora: ANA MARÍA GRANDE
Aquella noche, Ana María, se asomaba a la ventana abierta de
su viejo dormitorio, atraída por el gran estruendo que provocaban los numerosos
rayos y relámpagos que furiosamente y
sin cesar caían sobre el bosque que había situado a cien metros de su casa
materna, en tanto miraba en lontananza intentando divisar en el horizonte la
línea que separaba el cielo del mar.
En ese momento, una gran pantera negra, pese a sus grandes y
fuertes patas entró clandestina y sigilosamente en la habitación de Ana María.
Ella, al sentir su presencia tras de si, la saludó con un
amable y semi somnoliento- Buenas noches Ébano-.
Aquel magnífico animal con un suave rugido le devolvió el
saludo al tiempo que se colocaba a su izquierda para, al igual que ella,
observar a través de la ventana abierta aquél tenebroso y estremecedor
espectáculo de la naturaleza que a ambas tanto las relajaba.
-¿También tu lo echas de menos, verdad?- Le inquirió Ana
María a su felina amiga con un deje de dulce añoranza en la voz, en tanto le
acariciaba la cabeza dulcemente a lo que Ébano respondió con un constante y
mimoso ronroneo.
Jerome, que llevaba ya un rato observando a su hermana desde
la puerta la intentó consolar diciéndole-No te preocupes ya verás como “La Rosa
De Los Vientos” estará pronto lista y dentro de nada podréis volver todas a
haceros a la mar-.
Ella, se giró hacia su hermano mayor y perdiendo los estribos
lo acusó a modo de reproche- Llevas diciéndome lo mismo, una semana, dos días,
5 horas, 25 minutos y 13 segundos ¿Y sabes qué? ¡Ya no aguanto más!-.
Dicho esto, Ana María, se colocó su sombrero pirata, su capa
y a posteriori saltó por la ventana de su dormitorio en el segundo piso para a
continuación caer magistralmente agachada con una rodilla hincada sobre el
ahora césped mojado y las manos apoyadas sobre este.
Acto seguido e instintivamente, Ana María, miró hacia la
ventana de su dormitorio desde donde la contemplaba Jerome en silencio con el
rostro severo, en tanto Ébano observaba de hito en hito a ambos hermanos al
tiempo que parecía pensar- “Que curiosos son los cachorros humanos”-.
Si bien cierto era que Jerome desde niño había adquirido
algunos conocimientos occidentales, nunca dejó de ser un indio comanche de pura
raza, de lo cual se encargó su nueva familia de cultivar desde que Tara y
César decidieran adoptarlo 32 años atrás
con 8 años, la misma edad que entonces contaba su primogénito Imán.
En la actualidad, en Jerome se delataba más que nunca los
rasgos propios de su raza como eran unos grandes y audaces ojos negros, una
ondulada y media melena azabache, los duros rasgos de su tez morena que al
igual que su fornido pecho se hallaban curtidos por el sol y como no las
habilidades que más destacaban en él eran las de ser un diestro jinete,
llegando a montar a pelo puras sangres salvajes.
Fiero, inquieto e intrépido guerrero en la lucha era en la
vida diaria y personal muy familiar y tranquilo y adoraba la convivencia en
armonía con la naturaleza, hecho que demostró entre otros dedicándose a la
medicina natural más allá de donde llegaban sus colegas.
Si bien cierto era que era el hijo único del jefe de su tribu
no era menos cierto que no destacaba con la familia española que lo había
adoptado a los 8 años, dos años más tarde de que toda su familia muriera
accidentalmente al comer carne envenenada de un magnifico ejemplar de ciervo,
así como lo orgulloso que todos sin excepción se habían sentido siempre de que
él formase parte de sus vidas.
Sin perder un solo segundo más, Ana María, echó a correr como
alma que lleva al diablo ataviada con un blanco y ajustado corsé de largas y
bombachas mangas abiertas a los lados desde el hombro hasta el puño donde se
volvía a cerrar de nuevo, unos largos, negros y abombachados pantalones cuya
cintura se rodeaba por un rojo fajín de terciopelo el cual no hacían más que
embellecer su perfecta y esculpida figura, acompañados de los típicos botines
de pirata y la mano derecha colocada sobre la empuñadura de elaborada en finas
filigranas de oro que su abuela le
regaló cuando le pasó a ella el testigo de Diosa Del Mar.
Una vez Ana María se adentró en el sotobosque, oyó el crujido
de una pequeña rama que parecía provenir de un gran roble que se hallaba en
frente suya y gracias a los fuertes entrenamientos de su hermano Jerome desde
que era niña y por la experiencia adquirida durante muchos años que la enseñó a
distinguir los avisos de próximos ataques enemigos al sonido inocente y furtivo
del crujir de una pequeña hoja seca al ser aplastada por la pisada de un animal.
Ella rápida como el viento, acabó con sus tres adversarios de
distinta manera Sun para eso era pirata, aunque en este caso lo hizo también
para salvar la vida.
Una vez todo acabó, ella, se concentró al máximo para
realizar el siguiente conjuro –Deseo mandar a cada uno de estos despreciables
seres cuya vida esta noche he arrancado al lugar que verdaderamente a cada uno
de ellos le corresponde-.
Acto seguido todos los signos de muerte y violencia
desaparecieron reinando de nuevo la calma, rota de vez en cuando por algún que
otro relámpago de una tormenta que se alejaba
a pasos agigantados, tras lo cual
Ana María, volvió a su casa materna triunfante.
Esa noche Jerome dolido le comenta a su padre- Le voy a pedir
a Ana María que se vista de mujer para recibir a nuestro invitado-.
-Esa no es la actitud Jerome-Le advierte su padre con cautela
y cuando ve entrar a su hija en el salón donde se encuentran él y Jerome con
suma dulzura le pide- Cielo estás preciosa con todo lo que te pongas, pero ¿Te
importaría cambiar el uniforme de trabajo por otro atuendo? Esta noche tenemos
visita y no quisiera que se sintiera intimidado-.
-Claro papá, me doy una ducha rápida y enseguida estaré
lista-Le asegura Ana María a su padre, tras lo cual le da un dulce beso en la
mejilla.
-Gracias cariño, eres un tesoro-Le agradece su padre.
-Encima de la cama tienes un regalito de mi parte, espero que
te guste y te lo pongas.
Iahitza tu también tienes una caja con un regalo mío y
Junto a este hay una carta con la letra de la abuela por lo
que se ve ha estado aquí-Le informaba Jerome humildemente.
-Gracias por anticipado hermanito-Le dice Iahitza a su hermano y dado lo mucho que le gustaban los regalos de él, subió presurosa y loca de contenta las escaleras hasta llegar a su cuarto donde encima de su cama vio una caja cuadrada y junto a esta un sobre alargado en cuyo lugar del destinatario rezaba con historiada letra negra escrita en tinta negra “PARA LA DIOSA DEL MAR “ , sellado con un sello de color ámbar propio de una diosa y firmado con una marca de agua en la que rezaba “ANA MARIA DIOSA DEL MAR “.
Muy cuidadosamente Iahitza, abrió con un abre cartas de puño elaborado de plata
que le había regalado su hermano Imán el sobre teniendo cuidado de no romper el
sello y en su interior encontró una carta del mismo puño y letra que la persona
que había escrito el sobre en finas letras doradas. Dicha carta rezaba del
siguiente modo:
Cuida
bien mi legado ya que este tesoro vale su peso en oro.
Tus
mayores enemigos deben ser siempre los ladrones en general y la justicia en
particular.
Tu
única ley la del mar que tú misma dictaras.
Tu
código de honor el de los piratas que no bucaneros ni filibusteros.
Tu
música el rumor de las olas y la brisa del mar.
Tu
meta conquistar con juicio y valor el mayor y más legendario de los tesoros.
Tus
mejores armas tu valor, tu audacia y tu inteligencia.
Tu verdadera pasión, disfrutar de todos los tesoros y maravillas que te ofrece el mar sin olvidar jamás hacer ostentación y honor al titulo que ahora posees y te pertenece de “DIOSA DEL MAR”.
Te
deseo toda una eternidad de ilimitados abordajes, alegrías y felicidad y recuerda siempre algo muy
importante: No son solo oro y joyas los tesoros que te trae el mar.
Junto a dicha carta había adjunta la foto de un galeón pirata del siglo XVI en cuyo reverso rezaba la siguiente nota: este curioso legado ha pasado en secreto de generación en generación de la misma familia de albaceas con el cometido de proteger y custodiar dicho legado sobre con su propia vida si ello fuera preciso así como hacer un seguimiento completo de la vida de las futuras generaciones de las descendientes de “la diosa del mar” desde el momento de su concepción.
-¡¡¡Guau!!!-Exclamó Iahitza, al ver el legado
que su abuela le dejaba en vida para que siguiera dignamente sus pasos
Una vez reaccionó abrió la caja cuadrada que
seguía sobre la cama envuelta en papel de regalo y con un gran lazo rojo en
cuyo interior descubrió un precioso vestido rosa de raso cuya falda estaba compuesta por distintos
velos de diferentes tonos rosas a juego con unos zapatos y unas hombreras de
plumas a juego con el vestido.
-Gracias Jerome, es precioso-Exclamó ella voz
en grito para ser oída por su hermano.
-No es necesario que grites, estoy aquí-Le
anunció Jerome apoyado en el quicio de
la puerta.
-¿De dónde lo has sacado? Nunca había visto
nada igual-Quiso saber Yahitza maravillada.
-Pedí que lo hicieran expresamente para ti-Le
comunicó Jerome orgulloso.
-Gracias hermanito, eres el mejor-le aseguró
ella en tanto le daba un dulce beso en la mejilla.
-Me alegro de haber hecho algo bien-Repuso él
recordando su pelea anterior con Ana María.
-Siento haberme enfadado tanto contigo antes
Jerome, es que tenía el mono de la piratería y bueno…- Trató de disculparse
ella.
-Supongo que a tus ojos puede parecer que me lo
estoy tomando con demasiada calma, pero te aseguro que no es así, es que quiero
que vaya tan bien y sea tan perfecto que no paro de hacerle retoques y
mejoras-Le explicaba él ampliamente.
-La verdad es que Imán y tu siempre me habéis
ayudado mucho a prepararme en cuanto a la piratería se refiere y os estoy
tremendamente agradecida, pero también es verdad que me he dado cuenta que
conmigo os habéis volcado más que con Ana María y siempre me he preguntado por qué
–Quiso saber curiosa a la par que interesada.
-Sí, ¿Por qué?-Le preguntó Ana María que pasaba
por allí algo molesta a Jerome.
-Pasa Ana María has llegado en el momento
oportuno sentaos las dos en la cama que esta historia os incumbe a las dos-Les
pidió él a las gemelas en tanto se sentaba en el suelo en frente de ellas y con
las piernas cruzadas.
Una vez acomodados los tres comenzó su
narración- Aunque en un primer momento
todos pensamos que la elegida sería Ana María pronto esta idea quedó descartada
al descubrir que para ella la piratería era sólo un juego más.
En cambio para ti Yahitza, la piratería siempre
ha sido algo tan serio o más que un asunto de estado, razón por la cual antes
de un abordaje siempre te veíamos tremendamente reflexiva y meditando
cautelosamente todos y cada uno de los pasos valorando en todo momento los pros
y los contras de tus futuras acciones cubriéndote así las espaldas al 100% de
forma de no ser nunca atrapada ni herida y evitando todo tipo de bajas y
pérdidas- hizo un inciso tras el cual con la mejor de sus sonrisas les sugirió en tanto se
levantaba de un salto-Y ahora chicas creo que ya va siendo hora de que
empecemos a prepararnos todos para cuando venga nuestra visita que estará ya al
caer-.
-¡Buena idea!-Exclamó Yahitza, tras lo cual
entró a ducharse a toda prisa.
Ana María molesta le inquirió a su hermano-¿Se
puede saber por qué nunca tienes esos detalles conmigo?-.
-¿Qué no tengo detalles contigo?-Repitió
Jerome, tras lo cual empezó a recordarle-¿Y qué me dices de los masajes
deportivos que a diario te doy después de cada entrenamiento? Por no hablar de
los líos de los que siempre te ando sacando que si no fuese por mí a más de uno
habrías liquidado ya sin necesidad de usar la piratería como excusa-.
-Sí, pero no me has regalado ningún vestido
como ese-Protestó ella mimosa.
-Será, porque ese es un modelo exclusivo
encargado especialmente para Yahitza, pero si miras sobre tu cama, puede que te
lleves una sorpresa-Le explicó él.
-Ven vamos a verlo-Le pidió su hermana en tanto
lo cogía de la mano arrastrándolo tras de sí.
-¿Pero por que tendré unas hermanas tan
impulsivas? ¿Por qué no os pereceréis un poco más a la dulce e inocente
Luna?-Bromeaba Jerome en tanto se dejaba arrastrar.
Ana María se frenó en seco, tras lo cual inquisitiva
comenzó a preguntarle-
¿Qué Luna? ¿Nuestra querida hermanita pequeña?
¿La misma que de niña y no tan niña hacia votos a morderte para que pasaran a
ella parte de tus poderes? No fastidies Jerome-Le inquirió la menor de las
gemelas fingiendo estar indignada.
No tardaron más de dos minutos en llegar al
cuarto de Ana María y tan solo unos segundos en que ella abriese la caja que
había sobre su cama y descubriese dentro un vestido largo de tirantes rojo y de
seda, tras lo cual exclamó-Es precioso Jerome, mil gracias-.
-Espero poder ir ahora a mi habitación a
cambiarme, que desde que habéis hecho
vosotras acto de aparición en casa me tenéis secuestrado y no me dejáis
parar-Protestó entre risas Jerome.
Transcurrida una media hora ya se encontraban
todos sentados en el salón y en tanto Yahitza elegantemente tomaba asiento, su
padre le presentaba a su invitado- Cariño, este es el Doctor en medicina
natural Samuel Bennet y amigo de tu hermano Jerome-.
Ella cuando con una amable sonrisa levanta la
vista y lo ve a él al tiempo que sus
rasgos se endurecen su mirada se vuelve felina y lo señala con el dedo
increpándolo-Tuuuu-.
-Tuuuu-Le contestó él de igual modo.
Imán intentando aguantar la risa en vano les
inquiere-¿Os canecíais ya?-.
Cabe decir que desde que Yahitza viera a su
invitado, todos los cubiertos comenzaron a volar hacia él mientras este hacía
verdaderos esfuerzos por evitarlos todos.
Al contemplar esta escena, Jerome contestó a la
pregunta que su hermano acababa de formular-Pues yo diría que sí-Tras lo cual
todos excepto César y los dos
interesados se echaron a reír.
CAPÍTULO UNO
-¡Chico cuidado con ese cajón que la mercancía que trae ese cargamento vale una fortuna!- Le advirtió un rudo y tosco patrón de mediana edad desde el muelle 26 a un joven marinero de unos 30 años que en ese momento con la ayuda de una fuerte y gruesa maroma bajaba el último cajón de más de 80 kilos de peso de la popa del “Lionel”, uno de los más vetustos y seguros buques mercantes cuya intachable reputación siempre lo precedía, razón por la que siempre tenía las puertas abiertas en todos y cada uno de los muelles donde deseara atracar, hasta que por asalto de unos piratas en alta mar donde se hallaba la valiosa mercancía que durante la última semana se había visto obligado a transportar y de la cual a su llegada al puerto de Palma de Mallorca lo acababan de liberar.
Ana María, al salir por la escotilla y ver a su hermana sobre la cubierta de popa con un pie apoyado en la regala y mirando hacia tierra con aspecto reflexivo, resolvió cruzar la cubierta del galeón pirata que su gemela la capitana del barco había heredado recientemente de su abuela cuyo pretencioso nombre de Ana María Diosa Del Mar, le concedía a su hermana el mismo nombre de guerra de este.
Una vez cruzó la cubierta en línea recta, con paso firme y
decidido se colocó junto a su hermana y sin más preámbulos le preguntó a su
gemela dispuesta a averiguar lo que al parecer tanto le preocupaba-¿Qué sucede
Iahitza?-.
-Presagio que cuando lleguemos al muelle y desembarquemos
tendremos problemas-Le hizo saber Iahitza a su hermana con la vista aún
ausente.
El rostro serio y preocupado de Ana María al oír aquellas
palabras con un peligroso y resplandeciente brillo en la profunda mirada de sus
grandes y oscuros ojos negros, así como una amplia y maliciosa sonrisa en sus
carnosos y sedosos labios rojos, de repente se tornó sumamente seductor e
hipnotizador propio de su carácter indomable, resuelto y aventurero a la par
que con una pregunta retórica le decía- En ese caso, ¿A que esperamos?- tras lo
cual alzando la voz comenzó a ordenar- ¡Levad anclas, izad las velas, 180º a
estribor!-.
Una vez el “Ana María Diosa Del Mar” atracó en el muelle 26 de Palma de Mallorca
tras el “Lionel” las temidas gemelas no tardaron más de 5 minutos en
desembarcar y pisar suelo mallorquín permaneciendo siempre a la expectativa,
agudizando su sexto sentido y con la mano sobre la empuñadura de sus
respectivas espadas a la par que miraban
atentas en derredor intuyendo el peligro.
En cuestión de segundos, de cada una de los doce cajones
provenientes del “Lionel” comenzaron ha
salir sangrientos y fieros piratas y
antes de que las gemelas pudieran reaccionar y ante su asombro se vieron
rodeadas, pero lejos de amedrentarse, ellas, intrépidas, raudas y audaces
espalda con espalda comenzaron a enfrentarse a todos ellos sin importarles que
las superasen en número.
El primero en atacar a Ana María fue un sujeto de avanzada
edad de largas melenas y barbas blancas, de aspecto escuálido y desaliñado y
con un brillo letal en sus pequeños y claros ojos azules, en tanto corría hacía
ella a gran velocidad blandiendo su
vieja espada en la mano derecha dispuesta a darle muerte por la espalda y a
traición solo como los cobardes saben hacer.
Ana María, permitió que su enemigo se confiara haciéndole
creer que en efecto la iba ha pillar
desprevenida y cuando consideró que lo tenía justo donde quería, a la velocidad
de la luz desenvainó su espada con la mano izquierda y de un ágil movimiento, dobló la pierna izquierda hacia atrás para
mantenerse en pie y derrotar a su enemigo sobre una tabla de pinchos.
Una vez acabada la ardua batalla, ambas gemelas volvieron al Ana María diosa del mar
Acto seguido, con la mano derecha, Ana María recuperaba su
espada que hasta el momento se había sostenido en el aíre para a continuación
tras una ágil y magistral movimiento entra en su funda.
Iahitza aparece de pie sobre un cajón de 5 metros de alto con las rodillas flexionadas y
en posición de ataque.
Sin perder un solo segundo y ante la mirada aterrorizada de su
próxima víctima que se encontraba frente a ella paralizada de terror, la menor
de las gemelas extrae un cuchillo de doble hoja cubierto por afiladas puntas de
acero, regalo de su hermana gemela y capitana del “Ana María Diosa Del
Mar” por su último cumpleaños, que no
tuvo tiempo de probar con sus adversarios, ya que huían muertos de miedo.
Cabe decir, que Ana María poseía una espada de ojo de tigre
la cual, poseía efecto boomerang así como cualidades mágicas.
Tras volver ambas hermanas de nuevo armadas al sitio en el
que inicialmente habían ocupado comenzaron con el recuento jocoso de sus
numerosas víctimas por parte de Iahitza- ¿Has visto como ha quedado ese? Has
estado a punto de hacerle un piercing en la nariz-.
A pesar de saber que su hermana estaba bromeando, Ana María
añadió a su comentario gravemente preocupada- Si, estoy perdiendo puntería con
el puñal, debería practicar más, apuntaba recto en medio de la frente y le he
dado entre cruzado entre la nariz y el ojo-.
-Pues me encanta ese nuevo estilo tuyo hermanita, yo que tu
me apresuraría a patentarlo antes de que alguien se te adelante y te lo robe-Le
aseguró Iahitza sabiendo que un comentario como ese la animaría.
-Dime hermanita ¿Esto es siempre tan aburrido?-Quiso saber
Ana María más animada a la par que relajada.
-Solo si nos enfrentamos a los tripulantes de ese buque y
esta vez no me apetecía dejarlos vivir tranquilos- Le explicó Iahitza a su
gemela.
-Eso es hermanita nunca pierdas esa chulería tan propia de ti
y que tanto te caracteriza- Le aconsejó Ana María a su hermana ya más animada
tras lo cual lo pensó brevemente y
opinó-Si, la verdad es que ahora que lo pienso esos tripulantes” eran más
lentos que el caballo del malo-.
Mientras seguían observando el número de bajas Yahitza le
comentó a su gemela-Por lo que veo al de la daga lo has atravesado como a una
vulgar aceituna-.
-Mira quien habló que tú has empezado esta batalla
atravesando a un vejete como a un vulgar pinchito-Contraatacó Ana María.
-Si lo dices por el viejo decrépito del capitán…-Se intentó
defender Yahitza entre risas por aquella simpática observación.
-… ¿El capitán?, ¿Ese era el capitán? Alucinante, parecía más
bien un triste naufrago- Comentó Ana
María interrumpiéndola asombrada ante tal descubrimiento, tras lo cual ambas
gemelas se miraron a los ojos y rompieron a reír en sonoras carcajadas.
De repente, Ana María con una mirada salvaje y felina, lanzó
un grito de guerra en tanto blandía su espada, tras lo cual de un rápido y ágil
giro se colocó frente a un nuevo adversario que le venía por la espalda con el
que mantuvo una ardua y encarnizada lucha a vida o muerte durante el breve
espacio de media hora.
Yahitza que los estuvo
observando en todo momento, cuando aquella encarnizada lucha tocó a su fin con
la muerte del incauto pirata, le dio su veredicto a su hermana- Magistral la
forma de sortear los cadáveres que siembran el suelo sin perder el equilibrio
en ningún momento, ni la espada y lo que es más sin recibir un solo rasguño de
tu adversario-.
-Por favor estás tratando con una profesional-Se vanaglorió
Ana María al tiempo que envainaba
orgullosa su espada.
-…Y esa mirada tan salvaje y felina y ese grito de guerra…no
lo había visto en mi vida, pero te aseguro que da verdaderos escalofríos, me
siento orgullosa, sigue así- La felicitó nuevamente su gemela.
-Entonces, ¿Puede decirse que he aprobado el examen?- Quiso
saber emocionada la menor de las gemelas.
-Sí y con matrícula de honor, ahora ya estás preparada de
verdad para tu primer abordaje-Le comunicó Yahitza orgullosa como profesora
pero ante todo como hermana.
-Estoy impaciente por que eso pase- Le declaró Ana María
exultante de felicidad.
Eran las 12:45 del medio día de un caluroso domingo de mayo del 5010 cuando la tripulación del “Ana María Diosa Del Mar” al completo se
personaban ante su capitana en el puerto mallorquín.
-No fastidies, no me digas que nos hemos perdido toda la
diversión por no llegar a la hora acordada- Exclamó Alexandra o Alex como le
gustaba que la llamasen siempre sedienta de hombres y de acción.
La sociedad en general parecía coincidir en lo contradictorio
de su carácter hombreriego, salvaje y
aventurero con sus largos y sedosos cabellos dorados que parecían haber
atrapado todos y cada uno de los rayos de sol tan deslumbrantes como sus ojos
color añil y sus exuberantes encantos nada ocultos ya que parecían tener
establecido que una chica con aquel físico debía ser en todos los aspectos todo
dulzura, en pocas palabras UN ANGEL.
Yahitza, tras observar cómo llegaban sus mujeres en tropel, a
medio vestir y veinte minutos tarde al punto de reunión les reprochó
severamente- Si y esta vez no ha sido precisamente por 5 minutos-.
-Compréndelo mujer hace 3 meses que estábamos en alta mar sin
ver un hombre. La mayoría necesitábamos anoche divertirnos y saciar nuestros
deseos más primitivos- Le explicó humildemente la barwoman a su capitana
buscando su perdón.
-Aquí lo que la “literata”
quiere decir es que como era de esperar anoche todas nosotras cometimos
todo tipo de excesos y ninguna de nosotras se acostó precisamente temprano,
dicho sea de paso algunas ni nos acordamos de dormir
¿Verdad Ana María?, con lo cual es perfectamente comprensible
que a última hora nos hayamos quedado dormidas, aunque no creo que nos hayamos
retrasado más de 15 minutos si no fuese porque hemos tenido como siempre que
esperar a Claire que ha tenido que aprovechar hasta el último momento para
ejercer el oficio más antiguo del mundo-Le comunicó Lena amplia y
detalladamente a su capitana.
La morena de ondulada y larga melena castaña de tez morena
cuyos ojos semi rasgados y tan negros como la noche a la par que su esbelto
cuerpo, sus andares sigilosos y su 1´63 cm de estatura junto a su formación de
mujer policía la convertían de día en la perfecta arma de guerra y por la noche
en una auténtica y seductora mujer- pantera cuyas víctimas se contaban a pares
-¿Quién es ahora la “Literata” “Chivata”?- le reprochaba Alex
enfadada a la ex policía.
Iahitza conociendo el
buen juicio de Lena, pero sabiendo que Alex tampoco estaba exenta de razón
intentó poner orden en todo aquel embrollo- Está bien pero dejadlo ya, parecéis
niñas de colegio.
Lo único que quiero es que quede claro que en vuestro tiempo
libre sois muy dueñas de hacer con vuestras vidas lo que queráis siempre y cuando eso no afecte a vuestro trabajo,
vuestra labor y vuestra capacidad de
razonar, pero en el mar yo soy la capitana y no pienso consentir ningún motín a
bordo ni que mis decisiones sean cuestionadas por ninguna de vosotras ¿Estamos?
Así que espero que esta sea la última vez…-.
A ninguna de sus mujeres se le ocurrió poner objeción alguna,
la mayoría asustadas, pues nunca habían visto mostrarse a Yahitza tan
inflexible se limitaron a guardar silencio y a agachar la cabeza en señal de
obediencia y arrepentimiento.
La única en atreverse a desafiar a su capitana fue Claire que
llegaba en ese momento con una pícara sonrisa a la par que le explicaba brevemente a modo de discreta
disculpa-He pasado la noche con un joven conde en una preciosa villa-
La pelirroja cuyos ojos eran de un azul tan intenso como el
mismo mar Caribe los cuales contrastaba con su larga y lisa melena tan roja
como el fuego del mismísimo infierno
despuntando a la cara resaltando así sus rasgados ojos de gata así como sus
exóticos rasgos que nada tenían que envidiar a sus vertiginosas y bien
torneadas piernas de escándalo y un cuerpo nacido para el pecado.
Antes de enrolarse en el “Ana María Diosa Del Mar” trabajaba como ladrona de guante blanco y
aunque no era un caso muy normal fue reclutada por el abuelo de las gemelas
cuando trataba de robarle a este unos gemelos de diamantes con forma de
estrellas que su mujer le regaló el día que le pidió matrimonio con la
advertencia de que si volvía a intentar robar en aquella familia lamentaría el
haber nacido.
Ella decidió abandonar aquel botín y aceptó aquel nuevo
trabajo sin dudar, pero su vocación era tal que en su tiempo libre aún seguía
ejerciendo su antiguo oficio.
-Creí que ahora trabajabas para mí- La reprendió severamente
Iahitza.
-Y así es esto es solo puro placer, además mirar que collar
de plata y rubíes he conseguido, no me digas que no vale un tesoro-Asintió
Claire en tanto mostraba el collar en su mano y presumía de sus actividades
lucrativas.
-¿Eso te lo ha regalado el conde?- Preguntó atónita Ana
María.
-No mujer, esto es por cortesía de la caja fuerte-Negó
Claire.
-Sea como fuere la próxima quien llegue tan solo un minuto
tarde se las tendrá que ingeniar para subir a bordo ya que el “Ana María Diosa Del Mar” zarpará sin ella y
una vez a bordo será severamente castigada- Les advirtió su capitana cada vez
más severa.
-No sé como lo habréis pasado vosotras, pero yo me he
divertido de lo lindo luchando contra todos estos piratas-Intervino Ana María
intentando llevar la conversación por otros derroteros.
Y funcionó.
-Sí, aunque solo duró unos segundos ya que a mi hermanita se
le ocurrió ir a lo fácil- Bromeó Yahitza también cansada de seguir siendo tan
estricta con sus mujeres, puesto que las comprendía demasiado bien como amiga,
compañera e incluso como capitana.
-Te debe parecer muy fácil luchar contra todos esos
mugrientos piratas al mismo tiempo, muy bien luchemos a tu estilo la una contra
la otra ¿que te parece?-La retó su gemela aguantando una pequeña risita a la
par que presumiendo de su hazaña.
-En guardia- Exclamó Yahitza ni corta ni perezosa aceptando
el reto de su hermana a la par que desenvainando su espada.
-¡Que sois hermanas!- Les recordó alarmada Lena.
-No te preocupes mujer, que para ellas esto es un ejercicio
más- La intentó tranquilizar Alex, en tanto observaba sin perder detalle como
las gemelas con una mano a la espalda y la otra empuñando sus respectivas
espadas cuyas hojas estaba tan bien afiladas que relucían con el ardiente sol
de la mañana, luchaban encarnizadamente a la par que relajadas, pues a la vista
estaba que para ellas aquello no era otra cosa que un juego de niñas.
-Sí, pero es que los juegos de estas hermanas…-Añadió Lena
pasándolo francamente mal en aquel momento y de repente como si hubiese
recordado algo urgente, con expresión grave en su bello rostro les
anunció-Yahitza, Ana María, cuando veníamos corriendo hacía aquí…-.
-…Parecía que huíais de la policía- Intervino su capitana sin
dejar de prestar atención a lo que estaba haciendo.
-Y así fue, conseguimos despistarlos, pero no creo que tarden
ya mucho en aparecer por aquí- Prosiguió explicándole Lena.
-Me los imagino como a ratones tratando de salir de un
laberinto chocando sin parar unos contra otros-Bromeó Ana María sin dejar de
luchar.
Ante ese comentario todas sin excepción prorrumpieron en
sonoras carcajadas.
Lena que pese a todo procuraba ser la más sensata en aquel
momento sugirió- Creo que lo más conveniente será que embarquemos antes de que
lleguen si no queremos que nos atrapen-.
-Tiene razón oigo pasos a lo lejos, deben de ir ya por el
muelle número 13 y por el tono de sus voces están seguros de poder atraparnos
esta vez, pobres desgraciados- Les informó ampliamente su capitana.
-Lógico Yahitza, solo los hombres son tan ingenuos como para
creerse que todos ellos pueden ser más listos que una sola de nosotras, que
desperdicio de neuronas-Opinó Claire con la triste opinión que le merecían la
mayoría de los hombres al respecto.
-¿Tu qué opinas hermana?-Quiso saber Yahitza ya que a su
criterio su gemela llevaba mucho rato callada y eso solo podía significar una
cosa…
-Que seleccionando a cien de los más inteligentes lograríamos
juntar entre todos esos UNA sola neurona tonta-Contestó Ana María con gran
sarcasmo tras los cual todas rieron a grandes risotadas.
Una vez la tripulación del “Ana María Diosa Del Mar” precedidas de su capitana y la segunda de
abordo se encontraban a bordo de dicho galeón ocupando cada una su puesto
cuando Iahitza con alegre algarabía ordenó- ¡Levad anclas!-.
Tras cumplir la orden recibida Alex se cuadró ante su
capitana haciéndole saber sonriente- Todo listo para zarpar mi capitana-.
-Girad 180º a babor y
una cuarta a barlovento- Ordenó Iahitza a posteriori.
Acto seguido el cuerpo de policía al completo de Palma de
Mallorca se personaba en el muelle número 26 en tanto Yahitza con toda su
tripulación al completo a cien metros de ellos huía tranquilamente en el mítico
galeón pirata a la par que desde la cubierta de estribor se despedía burlona
con la mano al tiempo que les aseguraba- Adiós agentes como siempre fue un
placer- Dicho esto hizo una reverencia a la antigua usanza.
Era la primera vez que los agentes mallorquines se
encontraban cara a cara con la temible y audaz pirata y su tripulación, pero
lejos de aprovechar quizá la única posibilidad que les brindase el destino de
detenerlas, al contemplar el reguero de sangre y muertos que yacían en el suelo
a su paso y sobre todo al observar como ellas no se habían hecho ni el más
mínimo arañazo y aún mantenían intacto el sentido del humor sin el más mínimo
remordimiento por lo que habían hecho, se amedrentaron y todos sin excepción
alguna se quedaron paralizados de terror, pues hasta el presente ni el más
maduro y experimentado de los agentes se había dado cuenta de que tratándose de
Yahitza y sus mujeres era más fácil hablar en la oficina o en “La Taberna” delante de una jarra bien fría de cerveza de
sus hazañas que enfrentarse a ellas, quizá porque a buen seguro conocían cual
era su “modus operandis” y sabían que en un enfrentamiento cuerpo a cuerpo las
posibilidades de sobrevivir eran prácticamente inexistentes, a los hechos se
remitían. En su mentalidad de hombres no comprendían que una mujer pudiera
albergar en su interior tanta fuerza, odio, coraje, frialdad, audacia y
maestría incluso más que el más rudo de los hombres, aunque por supuesto su ego
masculino jamás les permitiría aceptarlo delante de ninguna mujer, ni siquiera
de la suya propia, quizá por eso también sus respectivas mujeres por una razón
o por otra las admirasen en secreto.
-Soy “La Diosa Del Mar” y no recibo órdenes de nadie, ¿Entendido? ¡DE NADIE! –Proclamó voz en grito Iahitza a su hermana llegando a resonar su voz desde su camarote hasta la cubierta del barco razón por la que la tripulación del “Ana María Diosa Del Mar” al completo interrumpieron sus tareas cotidianas para apostar entre la presunta pelea de las dos hermanas como si de un salón de juego se tratara.
Claire fue la primera en iniciar las apuestas -Apuesto 80
euros a que Ana María le da su merecido a nuestra capitana-.
-Lo dudo Yahitza no es de las que se dejan derrotar
fácilmente ni por un sangriento pirata ni por su hermana.
Me juego la paga de un mes a que luchan a espada y la vencedora
es Yahitza –Intervino Lena fervientemente.
-Los veo y subo 80 euros más de mi próxima paga-Añadió Alicia
dejándose llevar por su lado ludópata.
-Lo cual me recuerda que hoy es día de paga- Exclamó Alex
lanzándole a cada una un pequeño saco de ante marrón claro con su
correspondiente paga.
-¿Y tu apuesta a cuanto asciende?-Quiso saber Alicia
maliciosa dirigiéndose a Alex.
-Yo no entro en ese juego, demasiado bien conozco a las
gemelas como para saber que la sangre no llegará al río-Fue la tranquila respuesta
de Alex.
-Te tienes que mojar Alex y decantarte por una y hacer tu
apuesta como hemos hecho todas.
Porque seáis amigas de la infancia eso no te da inmunidad-Se
mal entonó Alicia con ella intentando conseguir su propósito.
-¿No te parece que has dicho demasiadas ys en una sola
frase?, si hay algo de cierto en lo
dicho es que somos amigas de la infancia
y os puedo asegurar que jamás apostaría contra ninguna de las dos-Le contestó
Alex con una sonrisa en los labios a la par que con gran parsimonia sabiendo
que eso desquiciaría a Alicia.
Curiosamente en aquel momento las dos hermanas se disponían a
salir y al ser testigos de cómo sus mujeres intentaban enriquecerse a su costa
se lanzaron una mirada cómplice en tanto Yahitza parecía estar rodeada de un
halo maligno.
Ana María como su gemela que era parecía leer su pensamiento
lo cual demostró al contestarle-Que demonios, al fin y al cabo somos piratas
¿No?-
Ambas gemelas tras prepararse en el camarote de Yahitza
irrumpieron repentinamente en la cubierta del barco luchando la una contra la
otra con un odio cerval alertando así a
la tripulación en pleno, pues pese a sus apuestas ninguna esperaba que luchasen
como furiosas y auténticas piratas cuyo código del honor parecía haber caído en
el olvido así como el parentesco que las unía.
¿O…quizás no?
-Me vengaré por la ofensa recibida-Proclamó Yahitza en tanto
luchaba fervientemente y sin cesar.
-¿Se ha ofendido la “damita”?-Se burló jocosamente Ana María.
-¿Eso es todo lo que sabes hacer? Luchas e insultas como un
hombre-La atacó verbalmente Yahitza a la par que con su espada.
-A mí nadie me llama hombre y sale indemne-La amenazó Ana
María revolviéndose contra ella.
-¡Que sois hermanas!-Intervino asustada Alicia.
-¿Se lo tenías que recordar?-Le inquirió Alex a modo de
pregunta retórica.
-Te matare, maldita hija de puta-La amenazó Yahitza, al
recordar el parentesco que las unía a la par que poniéndola contra las cuerdas.
-Pierdes fuerza por la boca-Se reveló Ana María sin dejar de
luchar y zafándose de ser acorralada en el último instante.
-¿Ves lo que has hecho?, ¿No podías estar calladita por una
vez?-Le reprochó duramente Alex a Alicia.
Un sudor frío y constante brotaba de la bronceada frente de
la rubia marinera a la par que un terror psicológico se apoderaba de ella
llegando a tener la absoluta certeza de ser ella la culpable de que la segunda
de abordo estuviera a punto de perder la vida a manos de su capitana y si se
descubría que ella de un modo u otro había estado incriminada las consecuencias
que eso supondría para ella en el mejor de los casos si tenía la oportunidad
de apelar al buen corazón de Yahitza, lo cual no era muy probable, le otorgaría
una muerte dolorosa, lenta y agónica.
-Ya te puedes preparar porque voy a hacer picadillo de mini
pirata-La amenaza Ana María, tras lo cual da un giro de 180º posteriormente
vuelven a chocar sus espadas.
-Sigue soñando “hermanita”
porque te voy a matar, voy a beber de tu sangre y voy a echar tu cuerpo
a los tiburones hasta que de ti no quede nada-Contestó furiosa a sus amenazas
Iahitza luchando con más fuerza y coraje hasta situarse ambas en la popa del
buque reinando por un momento un pesado silencio que a toda la tripulación se
le antojó como eterno.
En ese momento Alex asomó la cabeza y con una sonrisa de complicidad
a una de sus mejores amigas de la infancia-Felicidades Ana
María, ha sido una excelente lucha, como siempre, me atrevería a decir que la
mejor-.
-Gracias Alex, pero yo soy Iahitza- Le aseguró esta en un
susurro, tras lo cual le guiñó un ojo.
-Entonces…-Creyó adivinar Alex.
-Exacto- Le confirmó Iahitza.
-Anda bonita que me has dejado a la altura del betún-Le
reprochó Ana María a su gemela molesta.
-Lo siento me ha
salido del alma, pero no te preocupes, todo a su debido tiempo-La trató de
tranquilizar Iahitza.
Mediante una voltereta y una sincronización perfectas, ambas
hermanas con sus espadas bien afiladas y desenvainadas reaparecieron ante todas
sus mujeres dejándolas estupefactas, pero no tanto como cuando su capitana las
asaltó amenazándolas con su espada al grito de-Dadme todo lo que llevéis encima
y no quiero trucos, se que hoy es día de paga y tenéis los bolsillos llenos-.
-¡Obedeced si no queréis perder la vida!-Ordenó Ana María con
voz de mandato.
Una vez todas le entregaron sus respectivas sacas de ante con
el dinero, sin atreverse a protestar, Ana María dirigiendo su espada a Claire
le inquirió -¿Qué hay de ese collar tuyo que ganaste en tu último asalto? ,
¿Cómo lo llamaste “un pequeño tesoro”?-.
-El…co…llar-Tartamudeó Claire blanquecina viendo peligrar el
fruto de su último trabajo que tampoco le había costado conseguir y del que se
sentía más orgullosa que de ningún otro.
-La bolsa o la vida, como se suele decir vulgarmente-Se jactó
Ana María de su debilidad al tiempo que la apremiaba con una gran seguridad en
sí misma y una chulería innata en ella.
A posteriori las
hermanas Grande Guerrero le entregaron el botín a Alex para que lo contara
todo, tras lo cual Iahitza decidió confesar-Muy bien chicas, una vez
hecha la puesta en escena y de haberos asaltado tal y como vosotras
pensáis hacer en cierto modo con nosotras debo confesaros que no soy Ana María
sino Iahitza vuestra capitana y la auténtica Diosa Del Mar.
La verdadera Ana María es la profesional que me ha
suplantado-.
Ana María por su parte se limitó a hacer una reverencia a la
antigua usanza en tanto se quedaban todas boquiabiertas y en cuanto a Alicia se
cayó desplomada en el suelo.
-Divídelo en tres partes iguales y prepárate a repartir el
botín-Ordenó alegremente Iahitza a su
mejor amiga.
-¡A la orden mi capitana!-Exclamó Alex de igual modo.
-En cuanto al collar será integro para mí, ya que yo soy la
capitana y fue ganado en horas laborales-Anunció Iahitza firmemente.
Ya repartido el botín las gemelas en un momento que se retiraron
dejando sola a Alex, esta se vio rodeada por el resto de sus compañeras que sin
compasión comenzaron a asaltarla a preguntas.
-Entonces…tú fuiste su cómplice en todo momento ¿Cómo has
podido?- Exclamó Lena indignada.
-Sí, así es, aunque debo reconocer que incluso yo con el
cambio de vestuario llegué a perderme y a no saber quién era quién-Confesó
tranquila a la par que descaradamente Alex.
-Oye Alex y siendo tu su amiga de la infancia sabrás quien
las a enseñado a luchar de ese modo ¿Verdad?-Le inquirió Claire sumamente
intrigada.
-Pues sí, fue un hombre-Fue la clara y a la par enigmática
respuesta de Alex.
Alicia una vez recuperada se levantó y se acercó al grupo de
mujeres que rodeaba a Alex, en tanto se acariciaba su maltrecha y dolorida nuca
a la par que repetía sumamente
extrañada-¿Un hombre?-.
-Eso he dicho-Asintió Alex.
-¿Y ellas lo sabían?-Le inquirió curiosa a la par que
ignorante Claire.
-¿Cómo que si lo sabían? Y tanto, de hecho lo adoran, como
yo, y desde niñas le pidieron que les enseñaran a utilizar la espada y a ser
tan diestras con ella como él-Comenzó a descubrirles poco a poco Alex.
-Y es…-La animó a seguir la pelirroja de ojos azules de gata
realmente intrigada y cada vez más metida en el relato de su compañera y amiga.
-Su hermano Imán, por supuesto-Concluyó Alex, tras lo cual
gritó tras ver como Claire se arrojaba por la borda-¡Mujer al agua!-.
Acto seguido Ana María hizo acto de aparición y echó el lazo por la borda agarrando a Claire por un
tobillo, aunque no pudo evitar que parte de su cuerpo recibiera un buen
remojón, en tanto Alex le susurraba divertida- Y eso que aún no les he contado
que las tácticas de guerra las aportaba Jerome-.
Iahitza que para entonces ya estaba reunida con sus mujeres
al oír un golpe seco detrás de ella se giró bruscamente y entre risas le
preguntó a Alex-¿Cómo es que Alicia se ha vuelto a desmayar?-.
Alex se encogió de hombros en tanto no dejaba de reír.
-Podías haberte dado un poco más de prisa, por tu culpa me he
puesto hecha una sopa-Le reprochó Claire a Ana María cuando volvió a estar a
bordo.
Ana María atónita ante tal desfachatez pues nadie la había
empujado a que saltara la retó con descaro-¿Probamos otra vez a ver qué pasa?-.
Claire que no era estúpida y no le apetecía quedarse en el
agua y más de media hora en remojo antes de que alguien decidiera dejar de
observarla para ayudarla como pasó dos años antes en circunstancias semejantes
optó por callarse.
En la actualidad a
fecha 6-7-5015 al observar Claire un brillo desafiante en la mirada de Ana María
recordó que entonces había sido su capitana quien la había mirado de forma
felina y desafiante y ahora al observar
de nuevo a Ana María comprendió el comentario que Alex le hizo en ese momento
cuando le dijo-Has tenido mucha suerte-.
Todas sabían que Yahitza, jamás dejaría en la estacada a
ninguna de sus mujeres aunque tuviera que jugarse la vida para ello, pero nadie
olvidaba que en el fondo su capitana era un ser felino y vengativo lleno de
desconfianza y maldad razón por la cual se había ganado con creces su título de
“Diosa Del Mar”
Claire intentando disimular el miedo que su capitana en ese
momento le profería dirigiéndose a ella le inquirió-Me preguntaba cuando
piensas devolverme mi collar ya que parece que tu hermana y tu habéis terminado
ya con esta pantomima-.
-Clarita…-Comenzó advirtiéndole felina a la par que burlona su capitana.
-Claire-La corrigió esta severa.
-¡Qué más da!, creo que no lo entiendes, soy una pirata y me
he quedado con tu tesoro que bien mirado me pertenece ya que lo ganaste en
horas laborales- Le recordó Yahitza intransigente.
Ante tales argumentos y el respeto que le imponía su capitana
Claire se quedó blanca como el papel.
-¿Quién demonios te ha enseñado a echar el lazo de semejante
manera?-Quiso saber Yahitza, la cual se encontraba de pie junto a su hermana
desde hacía largo rato.
-¿De verdad quieres saberlo?-Le inquirió Ana María orgullosa.
Yahitza, dirigiendo primero su mirada a Alicia que para variar
seguía inconsciente y luego a Claire que aún bajo el sofocante sol de principios
de julio seguía ofuscada y empapada hasta la cintura no pudo evitar recordar la
espontánea hazaña de esta última por lo que le contestó a su hermana entre
risas-Si lo digo temo que me quedaré sin mujeres-.
-¡Mujer al agua!-Gritó nuevamente Alex
-¿De quién se trata esta vez Alex?-Se interesó Yahitza.
-De nuestra segunda de abordo-Le informó esta aguantando la
risa.
-Como sigamos así no vamos a ganar para salvavidas-Bromeó
Yahitza, pero al ver como su hermana se alejaba nadando en lontananza echó a correr
por la cubierta de babor y al llegar al final se hizo bocina con las manos y
comenzó a gritarle-Pero Ana María ¿Dónde vas?-.
-A recuperar a Julián-Le contestó ella mientras se alejaba
nadando.
-Pero cómo vas a abandonar el barco insensata que eres mi
segunda de abordo-
Le gritó nuevamente Yahitza recordándola esta vez sus
deberes.
-Tu deberías entenderlo mejor que nadie hermana-Intervino Ana
María apelando a su corazón sin dejar nunca de nadar.
-Y digo yo ¿No llegaría antes en el galeón?- Opinó sabiamente
Alex.
-Es inútil decirle nada, como se le meta algo en la
cabeza…-Exclamó resignada Iahitza , tras
lo cual cambió su actitud despreocupada por otra mucho más severa a la par que
estricta, para a continuación comenzar a dar órdenes-Hasta que mi hermana
vuelva, Alex será mi segunda de a bordo y no pienso permitir ninguna
insubordinación-.
-A la orden mi capitana-Le contestó Alex tras cuadrarse.
Irina tu además de ocupar la función que ya tenías ocuparas
el puesto de Alex- Prosiguió Yahitza en cuanto la vio.
-Lys tu tráeme un cubo de agua inmediatamente-Concluyó
Yahitza por el momento.
-¡A la orden mi capitana!-Contestaron al unísono el arma de doble filo del “Ana María Diosa Del Mar” o como a ellas mismas les gustaba denominarse “unas artistas del crimen”.
Lys e Irina eran dos siamesas cuyos ondulados y largos
cabellos color trigo, junto a sus grandes ojos tan limpios y azules dignos del
cielo más puro y claro, así como sus aniñadas caras y sus finas caderas les
conferían el aspecto de dos ángeles recién caídos del cielo, ocultando en todo
momento su gran habilidad con las armas blancas, en tanto vestían un vestido de
gala y la maestría sobre todo para
cometer el crimen perfecto y salir impunes de la escena del crimen sin que a ellas le salpicase en otras
palabras Irina y Lis serían capaces de cometer el asesinato más atroz en una
embajada, disfrutar del baile, la cena y
jamás nadie abría sospechado de dos criaturas tan encantadoras a las que han estado viendo en todo momento.
La única diferencia que las separaba es que de las dos Irina
era la más cruel.
Yahitza, tomó entre sus manos el cubo de madera y le arrojó su
contenido de golpe a la cara de Alicia, tras lo cual le aseveró-Se acabó la
hora de la siesta.
En ese momento Alicia atónita abrió los ojos sin saber muy
bien donde se encontraba.
Yahitza, una vez se hubo deshecho del cubo, desenvainó su
espada y apuntando con la afilada punta de su espada en la garganta de la ahora
incauta Alicia prosiguió-Confiesa marinera de agua dulce quien eres en realidad
y qué demonios estás haciendo a bordo de mi galeón pirata y más vale que digas
la verdad por que como ves a mi me cuesta muy poco hacerte perder la cabeza,
por así decirlo-.
-¿Dónde está Ana María?-Quiso saber la insensata muerta de
miedo.
-Aquí quien hace las preguntas soy yo, así que ya puedes
empezar a contar todo lo que quiero saber y mucho cuidado con mentirme si no
quieres que te separe la cabeza del resto del cuerpo-Le aseveró Yahitza de tal
modo que sus amigas y compañeras de aventuras sintieron miedo de sus amenazas.
-Soy…soy…-Comenzó dubitativa Alicia
-Es para hoy-La
apremiaba severa Yahitza, en tanto le acercaba más la espada a la garganta.
-Soy rica.
Mi padre es el propietario del Banco Oliver S.A. y si me
tratáis bien os pagará mucho dinero por mi rescate-Le confesó finalmente Alicia
con las piernas temblando.
-Se nos ha enrolado una pija-Exclamó asombrada la capitana,
tras lo cual burlándose de la susodicha le dijo-En cuanto lleguemos a puerto te
vas derechita a seguir asaltando a los “honrados” trabajadores del banco de “papá” y si quieres unas vacaciones gratis ¿Por qué
no te vas al yate de “papá” con el
mayordomo sirviéndote cócteles molotov?-.
-Porque mi padre es un soso que hace seis meses dio orden de
que en la mesa de Black Jack se jugase
con dinero falso y a Henry solo le está permitido darme zumos y bebidas sin
alcohol, en cambio vosotras tenéis tesoros de verdad y bebéis bebidas con mucho
alcohol- Protestó Alicia, tras lo cual
admiró al menos la imagen que ella tenía de la piratería.
-Lo que hay que oír; pija, ludópata y alcohólica, sino tiene
desperdicio la nena- Se burló nuevamente Yahitza de Alicia, tras lo cual se
puso muy seria y la amenazó severamente- Escúchame bien reina de tu casa, en
cuanto desembárquemos quiero que te vayas y desaparezcas de este barco y de mi
vista para siempre ¿Entendido?-.
Alicia desenvainó su espada y se enfrentó a ella-Si nos
amotinamos podemos vencerla somos muchas y ella solo una-.
-¿Eso es un motín?-Le inquirió con expresión divertida Yahitza
-Si así es-Le aseguró Alicia, tras lo cual prosiguió
dirigiéndose a Claire-
Claire, tú podrías recuperar tu collar que tanto te ha
costado conseguir-.
-Habla por ti, en un abrir y cerrar de ojos puedo conseguir
otro mejor y solo por puro placer, pero esta vez me aseguraré de que entra en
mis horas libres para no perderlo de nuevo-Le aseguró ella con desdén.
-Alex ¿Tu qué me dices? a ti te ha quitado tu rango-Prosiguió
Alicia buscando aliadas.
-Sí, para ascenderme-Añadió esta en tanto el resto de la tripulación
la ignoraba descaradamente.
-Vaya estás sola y ahora ¿Qué vas a hacer?-La increpó Yahitza
-Sé cómo manejar la espada, he visto cien películas de Errol
Flynn- Le aseguró esta mientras movía su espada en círculos.
Yahitza chocó su espada contra la de su adversaria
desarmandola, tras lo cual le dijo por último-Vaya parece que cien películas de
un absurdo y ridículo tipo con bigotillo no han sido suficientes para que
aprendieras el noble arte de la esgrima-Dicho esto fijó su vista en dos de sus
mujeres más fuertes a las que les ordenó-Claire, Elena prended a la damita y
tirarla por la borda.
Ana María agazapada tras una estatua modernista frente a las
dependencias policiales portuarias de reciente inauguración le preguntó a su
hermana cuando la vio colocarse junto a ella-¿Qué demonios hacéis aquí?
Os hacía camino de casa-.
-Tanto tiempo fuera del mar te ha debido hacer perder la
chaveta. Nuestro sitio está aquí contigo ayudándote en tu misión-Fue la
respuesta de Yahitza habida de emociones fuertes y de acción.
-Gracias hermana no me esperaba menos de ti-Repuso Ana María
con gran satisfacción.
-Ya estoy aquí chicas,
Alex se encargará de mantener a raya a la tripulación y dará la orden de asalto
si las cosas se ponen feas-Les informó Lena colocándose a la izquierda de Ana
María.
-¿Ha sucedido algo importante en mi ausencia-Quiso saber la
segunda de a bordo del “Ana María Diosa Del Mar” .
-Un intento de motín por parte de Alicia hasta que dí orden
de que la arrojaran por la borda-Le resumió brevemente Iahitza.
-Tratándose de ti me extraña que no la hayas arrojado a los
tiburones-Le dijo su hermana preciándose de conocerla muy bien.
-Me ofendes sabes que siempre he sido fiel defensora de los
animales y no lo querría envenenar, además con lo pija que es en caso de que
hubiera tiburones en Mallorca y la devorarán no me imagino a ninguno mirando a
su posible víctima y diciéndole “Prepárate maja por qué vas a ser pasto de los
tiburones ósea, te lo juro por Snoopy de verdad”-Bromeó Yahitza intentando
hacer reír a su hermana.
-Sí y como parece que la nena pertenece a ese selecto club de
“Alcohólicos No Anónimos y Muy Orgullosos de Serlo” luego se iría el tiburón
haciendo eses y cantando “Costas las de “levanteeee playas las de Lloret”-.
Añadió Lena muy perspicaz.
-¿Os queréis callar? Que nos van a descubrir-Las reprendió
Ana María entre risas.
-Creí que ibas a decir que pertenecía al “club de los jóvenes
castores”-Añadió Yahitza sin poder reprimirse.
-No quiero oír ni una palabra más u os mando derechitas a
casa-Proclamó Ana María viéndose rodeada
por las dos mujeres y poniéndose más seria.
Yahitza tomándose la nueva misión más en serio con el rostro
y la voz grave le preguntó a su hermana-¿Cuándo entramos en acción?-.
-Cuando ese centinela desaparezca de la puerta-Fue la sabía
respuesta de Ana María.
Julian Duncan era el hijo menor del gran empresario y famoso
hombre de negocios Roberto Duncan y aunque él había adquirido la misma
habilidad que su padre para los negocios un 21 de octubre decidió ingresar en
la academia de policía a raíz de que el destino el 11 de de marzo de aquel
mismo año le asestó un duro golpe al ser testigo, junto a su hermano mayor
Roberto de cómo su madre poco a poco se dormía de una angina de pecho
complicada con una fuerte neumonía sin que nadie pudiera hacer nada por
arrancarla de las garras de la muerte.
Aquella mañana tras el fallecimiento de la dulce madre de
ambos, Roberto salió de la habitación del hospital y se juró no llorar y
pagarle a la vida con la misma moneda, en tanto Julian más sensible lloraba desconsoladamente sobre el cuerpo de
su madre.
Aunque el joven Julian se graduó en la academia de policía
con los más altos honores y su conducta como agente era intachable desde el día
que ingreso en el cuerpo de policía de Palma de Mallorca y conoció al amargado
y estresado capitán que le había tocado
en suerte, supo que solo por ser hijo de quien era estaba en su punto de mira
esperando que cometiera el más mínimo error para abrirle un expediente y
expulsarlo del cuerpo de policía de Palma de Mallorca, por eso cuando aquella
mañana se subió de nuevo al coche patrulla de camino al muelle donde se
encontraban las temidas piratas y recibió la orden de que no saliera del coche
apartándolo así del caso supo que tras dos años de servicio había llegado el
temido y fatídico día para él y el feliz día para su capitán.
Una vez en el departamento con la ayuda de algunos compañeros, el agente Duncan se hacía con una copia de los archivos que se guardaban en el ordenador central del caso “Diosa del Mar” compañeros que estaban al tanto de lo que podría suceder y le brindaron todo su apoyo.
-Que se personen todos los agentes que hayan salido esta mañana a la misión “Diosa del Mar” en mi despacho inmediatamente-Vociferó malhumorado el capitán Rosales desde la puerta de su despacho, tras lo cual se oyó un sonoro portazo tras de sí.
-“Tan solo 20 minutos como mucho después de que nosotros
llegáramos lo sabía”-Pensó Julian para sí y mientras sus compañeros lo
cubrían colocándose delante de él, tomó
la precaución de hacer una llamada de teléfono desde la comisaría a su hermano-
Rob,¿Puedes pasar a por mí? que esto me parece que se va a poner feo, pero que
muy feo-.
-Claro en seguida estoy ahí-Dicho esto Roberto Duncan cambió
de marcha con una sonrisa malévola, pasó de tercera a primera, bruscamente le
dio un giro al volante de 360º y pisó el acelerador hasta llegar a 350 km/h en
su nuevo deportivo aerodinámico y exclusivo modelo Galena creado por y para él.
-¿Dónde demonios está agente Duncan? Mueva su tierno culo
hasta aquí inmediatamente-Le ordenó el Capitán Rosales al joven agente cada vez
más exasperado ante lo que se le antojaba como una interminable espera.
Aún así Julian decidió tomárselo con calma pues dado que
sabía lo que le esperaba no pensaba ponérselo nada fácil.
Una vez ambos hombres se quedaron a solas en el despacho del
capitán Rosales, tras echar éste al resto de agentes para poderse explayar a
sus anchas con Julian comenzó vociferándole- Agente Duncan no solo es usted un
inepto y un incompetente sino que es además una vergüenza para el cuerpo en
general y para esta comisaría en particular no solo dejando escapar a dos
criminales de las más buscadas sino que a aprovechado su uniforme para darse el
lote con una de ellas comprometiendo así
el buen nombre de esta comisaría por lo que le voy a abrir un expediente
que se le va a caer el pelo-.
Julian tras escuchar con fingida y absoluta serenidad
aquellas injurias de igual modo le inquirió- ¿Ha terminado ya?-.
-Si- Fue la breve y atónita respuesta de su superior ante
tanta calma.
Fue entonces cuando el joven Julian montó en cólera y exteriorizó toda la rabia que llevaba dentro- Todo eso son calumnias e injurias y usted lo sabe para empezar usted fue el primero de dejarme fuera del caso “Diosa del Mar” por lo cual aunque las hubiera tenido sentadas a mi lado no las podía haber detenido, como segundo punto creo que cierto capitán cuando se ha visto delante de esas dos piratas se ha cagado en los pantalones y para terminar no es de su incumbencia con quien me acuesto o me levanto pero no por eso me voy a quedar con las ganas de decir que es usted tan ignorante que esas hermanas jamás se verían atraídas por un uniforme de policía…-
-…Los tipos como usted me enferman ¿Y sabe por que? –Lo
interrumpió su capitán muy irónico a la par que confiado.
-Si, por que con nosotros a su alrededor debería comportarse
como un profesional cosa que no es y así queda como el incompetente que
realmente es.
Por mi puede abrirme todos los expedientes que quiera y
metérselo por donde le quepan que yo por mi parte pienso presentar una demanda
por acoso psicológico y ahora me voy porque aquí empieza a oler a
podrido-Prosiguió Julian cada vez más encolerizado, tras lo cual el Capitán
Rosales le exigió más encolerizado si cabe-Entregue la placa y la pistola
Agente Duncan-.
-Todo un honor-Repuso este tras lo cual le arrojó ambos
objetos a la cara y sin decir ni una palabra más salió de allí.
Una vez en el exterior Julian respiró aire puro y se sintió
como si se hubiera quitado un gran peso de encima.
-Gracias por venir a recogerme Rob-Le dijo sinceramente su
hermano en tanto entraba en el coche con aspecto cansado.
-No hay problema hermano, me pillaba de camino-Le aseguró
Roberto con gran orgullo y confianza en si mismo.
-Cuando dices que te pillaba de camino es que venías a 500
km/h tras girar en lo más prohibido ¿No?-Le indagó Julian con absoluta
seguridad.
-No hombre solo he venido a 350 km/hora , ese honor lo he
dejado para estrenarlo contigo, es decir si
no te arrugas-Le retó Roberto, tras lo cual quiso saber curioso-¿Qué es
eso que se iba a poner tan feo hermanito?-.
-Le he dicho al incompetente de mi ex capitán lo inútil que
es y lo que pienso de él y finalmente le arrojé a la cara mi placa y mi arma-Le
resumió Julian en un instante.
-Me sorprendes Julian, eso es lo que se espera de mi no de
ti, me siento orgulloso-Se sorprendió gratamente Roberto.
-¿Bueno, a que esperas para pisar a fondo el acelerador?-Lo
incitó su hermano mostrando su lado más atrevido harto de tanta prudencia y
obediencia.
CAPÍTULO TRES
-¡Que se nos escapa!-Exclamó Ana María al ver entrar a su
idílico amor en un extraño vehículo marca
Galena, tras lo cual las tres mujeres tomaron un taxi por asalto que
circulaba por la zona ignorante a todo cuanto sucedía a su alrededor.
Una vez en su interior Ana María le pidió con cierta
urgencia-Siga a ese coche-.
El taxista un hombre sencillo y de mediana edad se quedó tan
atónito al ver como las famosas, intrépidas y audaces piratas se habían subido
tan fácilmente a su taxi que cuando pudo reaccionar finalmente exclamó-Cuando
cuente esto en la peña no se lo van a creer.
Y yo que creía que estas cosas solo sucedían en las películas
y en las novelas-
-Pues si pisa a fondo el acelerador aún puede ser más
emocionante-Le propuso Ana María impaciente en tanto adelantaba el cuerpo hacia
delante para hacerse oír mejor.
-Lo que tu digas belleza-Fue la simpática contestación de
Sebastián, en tanto hacia lo solicitado, tras lo cual quiso saber el buen
hombre-¿Podrían decirme a quien perseguimos señoritas?-.
-A un antiguo y verdadero amor de mi hermana-Le explicitó
algo sarcástica Iahitza.
-Sin coñas Iahitza que nos conocemos-La previno mirándola con
desconfianza Ana María.
Lena con suma amabilidad intentó poner paz entre las hermanas
diciendo- Vamos chicas no os sulfuréis-.
-¡Cállate Lena!-Le ordenaron las gemelas al unísono en tanto
se giraban hacia ella y la miraban como dos fieras a punto de devorar a su
presa.
Sin poder aguantar más la tentación, Sebastián, mientras
conducía al límite cogió con la mano derecha la radio para comunicar con uno de
sus compañeros
-Manué, Manué aquí er Sebastián nunca te imaginarias a quien
llevo en mi taxi-.
-¿Al duque de Sevilla?-Se burló Manuel de su compañero andaluz.
-Mejor son la Ana María, La Lena y la Iahitza y vamo en una
persecusión de un coshe mu moderno por un asunto de amorío-Le informó este con
mucho misterio.
-Deja el Valdepeñas Sebastián que eso va a ser tu ruina-Le
aconsejaba Manuel.
Las tres mujeres al escuchar la conversación se echaron a
reír a carcajadas.
Cuando llegaron a su destino, el coche se paró ante una
magnifica verja dorada a través de la cual se podían contemplar los jardines
más bellos e idílicos pertenecientes a aquella gran mansión.
-Si cuando estén en Palma de Mallorca necesitan los servicios
de un taxista pregunten por “Sebastián el de la peña”-Se ofreció este en tanto
le entregaba su tarjeta a Lena.
-Así lo haremos “Sebas” ¿Verdad chicas?-Le prometió Lena muy
contenta con los servicios prestados.
-¿Cuánto te debemos Sebastián?-Quiso saber impaciente por
pagarle y re encontrarse con su viejo amor cuanto antes.
Al ver el lujo y la magneficiencia que mostraba tanto el
jardín como la mansión a la que pertenecía, Iahitza exclamó asombrada- Me
parece estar en casa-.
En tanto Sebastian hacía un gesto de negación rotunda con la
mano a la par que le contestaba-No, no señorita faltaría más ha sido un placer
traerlas, pero si me pudiera hacer una foto con ustedes y me la pudieran
firmar…-.
-Eso está hecho-Dicho esto se hicieron los tres la típica
foto con el taxi de fondo con una maquina de revelado automático tras lo
cual las tres la firmaron personalmente
“Con Cariño Para Sebastián y Su Familia.
-Cuando le cuente esto a María y a los niños no se lo van a
creer-Se alejó diciendo Sebastián como loco de contento.
-¡Me habéis seguido!-Se sorprendió gratamente Julian un joven de 31 años, ojos color azul cielo,
pelo negro y corto, delgado, de porte elegante y de 1´70 de estatura
dirigiéndose a Ana María cuando ambos se quedaron en la suite del ático de
este.
-A duras penas, ese coche corre a la velocidad de la luz,
parece sacado del mismo infierno-Repuso Ana María con cierta timidez algo
impropio de ella.
-Casi aciertas lo ha fabricado mi hermano Roberto-Le contestó
Julian.
-Puede decirse que mi hermana mayor tampoco es un
ángel-Bromeó Ana María.
-Harían una buena pareja ¿No crees?- Le inquirió Julian con
intenciones de hacer de celestino.
-No se tu pero a mi si me sorprende mi hermana intentando hacer
de casamentera me mata- Exclamó Ana María tras lo cual volvió a romper a reír.
-Pero no estamos aquí para buscarle una cita a nuestros
hermanos así que ¿Por qué no nos dejamos de tantos rodeos y comenzamos a hablar
de nosotros?-Le propuso Julian con dulzura en tanto le cogía las manos.
-Sí, será lo mejor-Asintió ella en tanto intentaba zafarse de
él.
Él sorprendido a la par que apenado por aquella inesperada
reacción quiso saber-¿Sucede algo?, ¿A caso hay otro?-
-Demasiado tiempo Julian, y me temo que si que aunque siempre
he tratado de engañarme a mi misma siempre ha habido otro es una locura, pero
así es- Le declaró Ana María.
-No lo sientas nadie manda en el corazón, además me hayas
querido mucho o poco, en el tiempo que hemos estado juntos, te aseguro que he
sido el hombre más feliz del mundo-Le declaró Julian humilde a la par que
sincero.
-¿De dónde has sacado este coche? ¿Del mismísimo infierno?-
Quiso saber Iahitza en tanto examinaba
con detenimiento el “Galena”.
-Pues casi, por que ha salido hoy mismo de mi taller,
fabricado por mí y nunca me he tenido por un ángel, la verdad- Le confesó
Roberto orgulloso de su rebeldía a la par que presumía de poseer un gran
ingenio.
-¿Qué combustible utilizas, Roberto?- Quiso saber interesada
Iahitza.
-Mis amigos me llaman Rob, en cuanto al combustible que
utilizo es agua- Le explicó Roberto sonriente a su nueva amiga.
-¿Agua?- Repitió Iahitza extrañada.
-Sí, eso he dicho, de todos modos ten en cuenta que estamos
en el año 5015 y lo que era pura ciencia
ficción hace un siglo es una realidad latente hoy día-
Prosiguió animado Roberto.
-Es cierto pero para que corra así le habrás tenido que
colocar el motor de un cohete espacial o algo así-Le rebatió ella pensativa.
-Vaya veo que no eres ninguna ignorante y que sabes de lo que
hablas-Exclamó Roberto gratamente sorprendido.
-Aunque te suene a propaganda para amas de casa ¿No has
pensado en que la cal del agua podría estropear el motor del coche?-Quiso saber
Iahitza a modo de una simpática pregunta.
-Así es mi querida amiga, pero está todo pensado por este
auto original de diseño aerodinámico solo funciona con agua de pozo y por si
eso fuera poco tenemos junto al depósito del
agua un aparatito muy majo que sirve para filtrar la cal del agua o
cualquier tipo de impurezas-Le explicó él bromeando a la par que imitando a la
cursi y masculina voz radiofónica de moda, mientras Iahitza al escuchar su
perfecta imitación de esta creía morirse de la risa.
-Chico, tu eres un genio-Lo alabó ella cuando por fin pudo
parar de reír.
-Antes de nacer mi hermano pequeño Julian, mi madre y yo
utilizábamos la buhardilla para realizar todo tipo de experimentos.
Mi madre si era una científica de verdad, de hecho, había
conseguido convertir la buhardilla en un laboratorio.
Todos los días, hasta que nació Julian, subíamos y me enseñaba a realizar pequeños inventos…y
esa es mi historia-Rememoró con dulzura Rob sin poder reprimir que dos grandes
lágrimas le cayeran por el rostro.
-¿Sabes Rob? Tú y yo somos muy parecidos-Le confesó Iahitza
con una bonita sonrisa en su rostro.
-¿Sabes Iahitza?, me has gustado desde el primer momento
quizá por que cuando has visto el coche no has hecho como la mayoría de las
mujeres que conozco que directamente se fijan más en el modelo del coche y en
su estética, que en el coche en sí y
sobre todo no has hecho algo que me enferma; hacer como que me escuchan cuando les hablo cuando se nota que ni si
quiera están prestando atención a lo que digo, tu no, tu desde el primer momento
te has interesado en la conversación y has participado en ella-Le confió
Roberto no mostrándose el tipo duro y rebelde en que se había propuesto
convertirse tras la muerte de su madre sino en el hombre tranquilo y noble que
realmente era, pero cuando se comenzó a dar cuenta de que se estaba ablandando
le preguntó intentando cambiar el tema-¿Qué crees que estarán haciendo nuestros
respectivos hermanos?-.
-Tratándose de Ana María cualquier cosa, aunque sea lo que
sea es inútil que le preguntes más tarde a tu hermano, dudo que recuerde
algo…-Fue la respuesta despreocupada de
Iahitza, tras lo cual quiso saber-Necesito preguntarte algo acerca del
combustible o se que acabaré por explotar-.
-Dispara-Respondió
Roberto dándole su consentimiento.
-Si te pones así…pero que conste que por esta vez pensaba
dialogar pacíficamente-Dicho esto Iahitza rápida como el rayo desenfundó una
pistola de arzón como las que usaban los piratas de antaño y lo apuntó
directamente al corazón.
Roberto al verse apuntado y sorprendido que no asustado por
aquella hermosa mujer a la que apenas conocía se echó a reír en tanto le decía-
Mujer que era metafóricamente hablando-.
-Haberlo dicho antes, yo creía que preferías morir y llevarte
tu secreto a la tumba antes que revelárselo a nadie-.
-Bueno digamos que Julian y tu sois las únicas personas que
no me importa que estén al tanto de mis descubrimientos, ¿Qué es eso que tanto
te intriga?-
Le aseguró Rob a Iahitza.
-Si antes de probar con agua probaste con un combustible
normal- Le preguntó por fin Iahitza.
-Sí, desde luego, pero como mucho iba a 300 km/h- Le explicó
Rob a Iahitza.
-Sí, vamos lo que vulgarmente se suele llamar “ir pisando
huevos”- Rió Iahitza divertida.
Jerome se encontraba dando un paseo a solas, cabizbajo e
inmerso en sus pensamientos cuando las alegres e incesantes risas de una de sus
hermanas que enseguida reconoció lo sacaron de su ensimismamiento y sin gustarle la imagen que estaba
presenciando con paso firme se acercó a ella y le advirtió en tono severo-
Iahitza, la compañía de Roberto es una mala compañía-.
-Valga la redundancia-Se burló Iahitza de su hermano, tras lo
cual añadió a la par que echaba la cabeza hacia tras y levantaba las manos en
un gesto cómico- Habló san Jerónimo de todos los santos-.
-No fastidies Jerome que tu y yo nos conocimos en el aula de
castigo en el último curso de secundaria- Le recordó Roberto sonriente y
desenfadadamente.
-¿Y qué hicieron este par de angelitos para que se cometiera
semejante injusticia con ellos?-Quiso saber ella bromista.
-Lo mío fue por restauración de un viejo edificio o lo que la
antipática de la señorita Esperanza se empeñó en llamar “Destrucción de la
propiedad escolar” en cuanto a tu
hermano lo pillaron haciendo una hoguera en clase con una mesa y aunque nunca cumplió
sus castigos, ese día decidió pasarse
por el aula de castigo a ver que se cocía en esa famosa aula con la que siempre
nos amenazaban a los más gamberros y en un descuido de la “mis” me dijo “Tu
sígueme” lo hice y desde entonces no nos
hemos separado-Le explicó Rob a Iahitza detalladamente haciendo alarde de una
extraordinaria memoria.
-¿Y cuál era ese aula tan temible?, ¿El cuarto oscuro de los
ratones?-Le inquirió Iahitza irónica.
-No, la clase de matemáticas-Le aclaró Rob a su joven y nueva
amiga.
-Acojonante-Repuso esta al respecto.
-Escucha señorita te recuerdo que soy tu hermano mayor y
cuando te digo las cosas son por tu bien-Le reprendió Jerome aún conociéndola y
sabiendo que si había terceras personas de por medio y la trataba como a una
niña la estaría ofendiendo sin saber que esta vez sería él quien recibiese una importante lección que
nunca olvidaría.
-Aquí tu amigo el peligroso está acusado de hacer una pintada
en la valla de la escuela y mi hermano “El Brujo” de crear la ilusión de que
iba a incendiar la clase, en cambio yo he comenzado el día junto a Ana María
matando a la tripulación del “Tritón” al completo, hemos asaltado a todas mis
mujeres y para terminar nos hemos subido a un taxi que iba a 80 km/h en el cual
veníamos a toda velocidad siguiendo el Galena de Rob, así que deja de tratarme
como si fuera una amapola que se va a deshojar a la menor caricia, por que creo
que os he demostrado con creces a todos que soy capaz de cuidar perfectamente
de mi misma sin la menor ayuda de ningún hombre-Le narró Iahitza con ojos de fuego
y en tono de reproche.
-La verdad que uno con una mujer así a su lado se siente hasta más seguro- Añadió
Rob intentando aguantar la risa a la par que relajando la tensión que había
entre los dos hermanos.
-Ana María ¿Volvemos al barco?-Le propuso Iahitza a su gemela
malhumorada.
-Volved Lena y tú, yo tengo que quedarme aquí hablando con
Jerome que yo ya me las ingeniaré para volver-Le contestó Ana María.
-Toma tu conduces-Le dijo Rob a Iahitza en tanto le tiraba
las llaves de su “Galena”
-¿Hablas en serio?-Quiso saber ella emocionada.
-Desde luego-Asintió él, tras lo cual antes de partir
dirigiéndose a Ana María interesado
quiso saber-¿Cómo está mi hermano?-.
-Estoy bien, pero algo mareado-Repuso este saliendo por la
puerta principal de la mansión, tras lo cual dubitativo quiso saber- ¿Pero
quién es toda esta gente que no conozco?-.
-El indio es un viejo amigo del instituto, la que está en
frente suya por raro que parezca es una de sus hermanas que además es
pirata…-Le explicaba Rob a Julian.
-¿Hermanos?, ¿Pirata? Hay que mareo si hasta empiezo a ver
doble- Se lamentó el pobre Julian interrumpiendo a su hermano.
-Tranquilo hermano no ves doble es que son gemelas, aunque
creo que no sería una mala idea que fueras a tu cuarto a descansar un rato- Lo
tranquilizó su hermano.
Iban en el “Galena” a 500 km/h camino del “Ana María Diosa Del Mar” cuando Yahitza con mirada maliciosa le inquirió a Roberto- ¿Crees que es este el mejor momento para decirte que no se conducir?-.
En el momento que Iahitza cambiaba de marcha para girar a la
izquierda, Roberto le contestó-Ya lo creo, no sabes esa confesión lo que me
sube la adrenalina-.
CAPÍTULO CUATRO
-¿Qué demonios has hecho Ana María?-Comenzó acusándola
Jerome.
-¿Qué pasa, es que no le ha gustado al “brujo” el trato recibido?- La inquirió sarcástica
Ana María con una pregunta retórica.
Ni que decir tiene que Ana María solo llamaba a su hermano
por el mote que de niño le pusieron en el colegio cuando empezó a utilizar la
magia para vengarse de todos aquellos que se burlaban de él o lo trataban mal
por ser de raza comanche cuando se enfadaba con él aunque dicho sea de paso así
también lo llamaban quienes más lo respetaban.
-¿No lo encuentra digno de su idiosincrasia?-Prosiguió
ensañándose Ana María con él.
-¿En qué has convertido a nuestra hermana maldita pirata?
Ella siempre ha tenido mucho carácter, pero era incapaz de matar una mosca, ni
mucho menos de llevar a cabo las actividades delictivas que habéis llevado a
cabo al parecer conjuntamente en el día de hoy, como tampoco me ha gustado la
furia y el fuego que he visto en su mirada, mientras me lo contaba- Le siguió
acusando sin más contemplaciones y lleno de ira Jerome.
La voz de Ana María se volvió tan fría como la muerte y en ella se desató una cólera que ni la furia de los 7 mares unida al fuego del mismísimo infierno tenía a su lado parangón-¿Iahitza? ¿”La Diosa Del Mar”? Vamos hermanito abre los ojos de una vez que nuestra hermana no es el ser inocente que pretendes creer, en cuanto a su reacción contigo será porque estamos hartas de que un mequetrefe como tú nos esté ridiculizando siempre que descubre que estamos con un chico que nos gusta.
Solo por tener 8 años
más que nosotras y tener más poderes ya te crees con derecho a ser juez y verdugo nuestro y ese es un derecho
que jamás tendrás.
Te lo advierto, conmigo no valen los piropos fáciles, yo no
soy Luna y ahora prepárate por que te reto a un duelo a muerte-.
-Quizá me haya extralimitado en mis funciones como hermano
mayor pero es porque os quiero y me preocupo por vosotras.
Si me he equivocado es porque soy humano y como tal acepto
mis errores-Se disculpó con completa humildad Jerome, tras lo cual de igual
modo añadió en tanto bajaba con una mano la espada de su hermana-…En cuanto a
tu reto no necesitas ninguna espada para atravesarme el corazón, de eso ya te
encargas tu solita con tu indiferencia-.
Ella considerablemente más relajada haciéndose la ofendida
quiso saber-¿Qué quieres decir?-.
-Vamos Ana María que si tienes algo es que no eres
precisamente tonta-Le rebatió Jerome.
-Ni un pelo de tonta, pero quiero oírtelo decir de tus
propios labios-Fue la propuesta de su hermana.
-Que te quiero Ana María.
De hecho tú fuiste la razón principal cuando te vi por
primera vez en el vientre de nuestra madre de que decidiera quedarme en vuestra
familia y creo que eso es algo que siempre has sabido-.
Le explicó Jerome rememorando los recuerdos más felices de su
infancia y luchando inútilmente contra los que no lo eran tanto ya que estaban
unidos estrechamente.
-Yo siempre creí que te habías quedado por que habías
encontrado una familia que te quería y
en lo que a nosotros se refiere desde que nací, enseguida me dí cuenta que
había una comunicación muy especial entre nosotros, pero yo siempre lo
interpreté que iba por el camino de la magia y la brujería, nunca más
allá…claro que así se explican muchas cosas-.Le corrigió en cierto modo Ana
María medio dolida,pues a pesar de lo evidente que era la adopción de Jerome,
para ellos siempre había sido uno más y él parecía sentirse feliz y a gusto en
su casa con la familia que entre todos habían formado pero ahora…
-Oye conozco los pensamientos que invaden ahora mismo tu
cabeza y te aseguro que nada ha cambiado, es solo…-Comenzó tranquilizándola
Jerome al tiempo que dulcemente le acariciaba los brazos.
-¿Si?-Le inquirió ella esperando una respuesta.
-Que ahora eres una mujer y te veo con otros ojos y también
me gustaría saber si me ves tú a mi del mismo modo-Concluyó Jerome con la misma
dulzura inicial con la que había empezado.
-Será mejor que te sientes-Le recomendó Ana María del mismo
modo.
-¿Qué quieres decir?-Quiso saber Jerome temiéndose lo peor.
-¿Tu te acuerdas de Amanda una niña de 13 años y finos
cabellos dorados?- Le contestó Ana María con otra pregunta.
Jerome decidió seguir su consejo por lo que se sentó en una
gran piedra azul ornamental, tras lo cual ella se aposentó a su lado y clavó la
espada en la tierra, entre sus piernas para acto seguido comenzar con su
relato-Como recordarás Iahitza y yo cumplíamos aquel día 7 años y tras abrir
los regalos durante la fiesta, mientras bailaban nuestros hermanos y todos
nuestros amigos, yo me di cuenta de que faltabas tu así que ni corta ni
perezosa salí en tu busca cuando…
Tú que entonces contabas 13 años aprovechando que la fiesta
se encontraba en todo su apogeo y
creyendo que nadie te echaría en falta te escabulliste para dar un romántico
paseo por el embarcadero con la joven más popular del colegio.
-Dime Jerome como es vivir en un sitio tan…rústico como
este-Quiso saber Amanda acostumbrada a vivir en la ciudad rodeada de grandes
lujos y todo tipo de gente que la sirviera a todas horas.
-Me encanta vivir en pleno corazón de la montaña y respirar
aire puro, si te refieres a eso-Le contestaste tu feliz dejando hablar a tu
espíritu comanche.
-Suena tan…idílico-Añadió despectiva Amanda.
Al contemplar aquella escena escondida tras un seto verde yo
rabiosa a la par que dolida lancé el siguiente conjuro-Que la niña de los
cabellos de oro se vea atraída hacia el agua y que sea su propio reflejo quien
la atrape en una ciénaga de barro y lodo y que al limpiarlas sus mejillas sean
rojas como una manzana a causa de un brote de varicela, que la lengua se le
hinche como si le hubiesen picado 10 avispas y sus labios gordos se llenen de
heridas-.
Recuerdo como en ese momento, Amanda se asomó al agua limpia
y clara del lago a contemplar su espléndida imagen cuando su propio reflejo la atrapó tirando de ella
una y otra vez como de un hilo invisible y poderoso se tratara hasta caer
finalmente al lago y comenzar a sumergirse.
Tu, como todo un caballero, al ver el apuro en el que se
encontraba tu chica le tendiste una mano y tiraste fuertemente de ella hasta
sacarla del agua y una vez lo conseguiste, ella histérica comenzó a
gritarte-Suéltame maldito indio salvaje, nunca debí acceder a venir contigo
hasta estos sitios tan inhóspitos y siniestros a los que me has traído-.
-¿Qué?-Inquiriste tu incrédulo sin dar crédito a tus oídos.
Justo en ese momento sin saber de dónde ni como por arte de magia salió un enjambre de avispas que se cegaron con su boca, dos de las cuales le picaron en la lengua y una planta acuática le causó una alergia en los labios en tanto ella con su lengua de trapo intentaba despotricar echándote a ti la culpa de lo que había pasado-Zucio meztizo te voy a aruinar la vida voy a hace que tu vida zocial ce quede en pañalez-.
-Calla de una vez eres una niñata pija e insegura que no sabe
lo que quiere-Le ordenaste tras lo cual le lanzaste el siguiente conjuro-A tu
casa volando como un pájaro regresaras y de allí hasta los 21 años con
desconfianza e inseguridad jamás saldrás-.
-Maldito y sucio embustero, me dijiste que por nada del mundo
te perderías mi séptimo cumpleaños y ahora te encuentro con una rubia
superficial que desprecia nuestra casa y a nuestra familia.
A partir de ahora aléjate de mi sucio mentiroso, porque para
mí has muerto- Te proferí yo dolida.
-Durante aquel mes y medio que se me hizo eterno, aprendí lo
difícil que era recuperar de nuevo tu confianza,…
-¿Qué tal tu día Ani?-Te volví a preguntar tras sentarme en
la mesa frente a ti a la hora de comer sin obtener de tu parte respuesta alguna
como venía ya sucediendo en los últimos 15 días, tras lo cual entregándote uno
de los últimos regalos que te compré te dije- Pese a ir en contra de mis
principios me he gastado mi paga íntegra en hacerte los más caros y bonitos
regalos y aunque sé que no has abierto ninguno de los regalos anteriores que te
he hecho pues en su lugar solo he conseguido de ti tu indiferencia y tu
desprecio, tengo la esperanza de que hoy eso cambie y es que tu sabes que yo
haría cualquier cosa con tal de conseguir tu perdón-.
Pese a aquella declaración que te hice con el corazón en un
puño, tú me giraste la cara y le preguntaste a Mamá-Mamá ya he terminado de
comer ¿Me puedo ir a mi cuarto a jugar con mis muñecas?-
-Me gustaría que antes de irte hablases con tu hermano
cariño-Te pidió mamá con dulzura.
-Imán ¿Te importa si hablamos más tarde?-Le pediste con la
mejor de tus sonrisas a Imán.
-Ana creo que mamá se refiere a nuestro hermano Jerome-Te
dijo él a la par que te hacía un gesto
con la cabeza para que hablases conmigo.
Tú te burlaste de su consejo diciéndole- ¿Nuestro hermano
Jerome? pareces hablando un sacerdote Imán-Tras lo cual te marchaste a tu
habitación como si nada pasara.
Hay algo que no sabes y es que casualmente pasaba yo por allí
cuando mamá entró en tu habitación para hablar contigo yo llegué justo en el
momento que ella paciente a la par que dulce quería saber-¿Por qué no perdonas
a tu hermano cariño?-.
-No se lo merece-Le contestaste tu rotunda.
-¿No crees que estás siendo muy dura con él?, Jerome siempre
ha sido tu hermano favorito y siempre habéis estado muy unidos, ¿No crees que
ya es hora de dejar de castigarlo? El pobre lo está pasando fatal y a mí me
duele veros así- Te insistía mamá dolida.
-Déjame sola no quiero hablar más de eso-Le pediste tu muy
enfadada.
Pero lo que más me dolió de todo fue una noche
que todos se fueron a dormir y cuando parecía que nosotros nos íbamos a
quedar viendo una de las películas que más nos gustaban a solas….
-Ya faltan solo 5 minutos para la película que querías ver
Ana-Te decía Imán sonriente.
-Sí, ¿Tu también la ves a ver?-Le inquiriste tu feliz.
-No, cariño yo me voy a la cama a dormir, buenas noches-Te
contestó él en tanto se ponía en pie dispuesto a retirarse.
-Si te acuestas yo también me voy a la cama, no me gusta ver
la tele sola-Le pediste tu sonriendo, tras lo cual cogiste tu osito de peluche
del que nunca te separabas y te fuiste a dormir.
Desde el día siguiente era raro el mediodía que no me
encerraba en mi cuarto a llorar en silencio-Le narró Jerome amplia y
detalladamente con todo el dolor de su corazón.
-¿Y crees que yo no lo estaba pasando mal?-Le inquirió Ana
María a su hermano.
-Entonces, ¿Por qué todo aquello?-Quiso saber él extrañado.
-Porque quería hacerte sufrir todo lo que tú me habías hecho
sufrir a mí.
¿Es que no lo entiendes? Yo era la niña más feliz del mundo
el día que me prometiste que por nada del mundo faltarías a mi séptimo
cumpleaños, por que tu eras mi hermano favorito y luego veo que rompes tu
promesa por irte con una zorra que se había acostado con todos los guaperas del
último curso.
Me partiste el corazón-Le explicó ella rememorando aquella
dolorosa escena tan lejana en el tiempo y tan cercana en su memoria.
-Y tu cuando me dijiste que yo para ti había muerto me
rompiste el alma en mil pedazos, entonces me di cuenta que para mi tú eras más
importante que cualquier mujer porque tú y yo estábamos predestinados a estar
juntos-Reflexionó Jerome.
-Y yo era demasiado pequeña para entender aquel extraño
sentimiento que afloraba en mi interior-Fue la poética respuesta de Ana María.
-¿Celos tal vez? –Quiso saber él con una sonrisa llena de
esperanza.
-Es posible-Murmuró en un susurro Ana María haciéndose la
interesante.
-Y entonces es cuando comenzaste a salir con Julian hasta
ahora-Concluyó él.
-Si, así es-Asintió ella.
-Solo quiero saber si ahora sientes lo mismo por mi-Insistió
una vez más Jerome.
-Sí, desde luego, tu
veras como lo arreglamos, pero yo no estoy quiero renunciar a mi hermano
favorito, no estoy dispuesta a ello-Le declaró Ana María en tanto se fundía en
un fuerte abrazo con él, tras lo cual hizo un breve inciso y dulcemente
añadió-Quizá tantos años después no tenga importancia, pero ¿Recuerdas aquel
pequeño osito de peluche blanco del que
nunca me separaba?-.
Jerome asintió con la
cabeza sin dejar de abrazarla, tras lo cual ella le aseguró-Pues era uno de tus
regalos de aquellos que supuestamente nunca abrí-.
-¿En serio?-Le inquirió él con la felicidad inundando sus
severos rasgos comanches.
-Desde luego, tener aquel osito cerca de mi era algo
simbólico era como tenerte siempre cerca de mi corazón-Le declaró abiertamente Ana
María.
A pesar de lo feliz que estaba Jerome ante tal declaración,
de repente una duda le asaltó la cabeza y celoso quiso saber-Si todo eso es
cierto ¿Qué hacías ahora con Julian? Creo que ahora tengo derecho a saberlo-.
-Romper con él –Fue la breve respuesta de ella.
-Dime que jamás lo quisiste-Le solicitó él celoso recordando
tiempos pasados
-No puedo hacer eso Jerome, si lo hiciera, estaríamos
empezando una bonita relación con mentiras y no quiero que nunca halla secretos
entre nosotros.
Claro que lo quise, pero aunque parezca irónico por muy bien
que el siempre me tratara y por mucho
que me quisiera lo nuestro jamás funcionó porque mientras a ti te quería como
hombre a él solo le quería y le quiero con el cariño propio que hay entre dos
hermanos-Le aclaró ella dulcemente en tanto le rodeaba el cuello con los
brazos, tras lo cual se besaron apasionadamente en los labios.
Ana María tras sentir a través de sus bravos y apasionados
besos su fuego comanche exclamó- Guau, como sois los comanches-.
Él sin dejar de abrazarla, echó la cabeza hacia atrás a la
par que reía feliz por los acontecimientos recientemente acaecidos.
Ella durante un rato lo contempló dichosa, tras lo cual le
propuso un poco preocupada-Oye cariño, ¿Te importa que mantengamos esta nueva relación
nuestra en secreto hasta que descubramos cómo contárselo a nuestra familia?
-Me parece bien, aunque va a ser complicado amarte como
hombre sin perderte como hermana-Aceptó Jerome más sereno a la par que
convencido
-En cuanto a no renunciar a nuestra relación de hermanos se
me ocurre que todas las dudas y problemas que nos surjan como pareja solucionarlas como hermanos ¿Qué te
parece?-Le propuso ella pensativa.
-Tu idea es un poco complicada, pero podemos intentar
llevarla a cabo, de hecho creo que ya lo estamos haciendo…-Fue su respuesta,
tras lo cual preocupado le hizo saber-A mi quien más me preocupan son papá y
mamá, la verdad, ellos me dieron una familia y un hogar cuando yo llevaba casi
un año intentando escapar de un siniestro lugar que pretendían hacer pasar por
un “hogar infantil” donde a excepción de
dos o tres niños que tuvieron las suerte de ser enseguida adoptados, todos sin
excepción; es decir la directora y los posibles padres de acogida me repudiaban
por mi raza y yo a ellos por la suya y su despreciable forma de tratarme, pero
mamá con su dulzura y paciencia desde el primer momento y poco a poco me hizo
cambiar de opinión, en cuanto a papá pensé en un primer momento que no me
aceptaba por lo serio que estaba , aunque agradecía que me respetara.
Yo me empeñé en ponerle las cosas difíciles a mamá y le dije
que por las noches quería acampar en el jardín y dormir allí.
Ella, se limitó a asentir y a darme su aprobación junto con
una buena manta para que no pasara frío.
Una vez instalado en mi nueva “habitación” y a medida que iba pasando la noche recibí la
visita de papá pidiéndome perdón por no haberme dado la bienvenida que merecía
pero según dijo estaba preocupado por Imán ya que a él nadie le había
consultado si quería tener un nuevo hermano.
Imán estaba escondido detrás de papá, cuando de pronto asomó
la cabeza y cargado con un saco y una manta que abultaban más que él me
preguntó si podía pasar la noche conmigo a lo que yo asentí.
Lo que más me llamó aquella noche la atención fue el interés
que aquel niño blanco demostraba tener en las costumbres de mi pueblo y la
verdad me encantaba que aquel niño y yo fuéramos a ser hermanos-.
-En realidad los dos lo tenemos igual de difícil. Esto no es
como cuando de niños hacíamos una travesura y mamá nos cubría-Lo intentó
tranquilizar ella.
-¡Menuda travesura! Por primera vez en mi vida, Ani, estoy
asustado, no quiero volver a perder a mi familia y a encontrarme solo en la
vida-Le confesó Jerome sin poder evitar que dos grandes lágrimas le bañaran su
hermoso rostro.
Acto seguido Ana María sin perder más tiempo, lo estrechó con
suma dulzura entre sus brazos y lo tranquilizó susurrándole del mismo modo al
oído- No temas cariño, te prometo que pase lo que pase, a partir de ahora no
volverás a perder a tu familia ni volverás a estar solo-.
-Se me hace tan raro que me llames cariño…-Exclamó él con
dulzura, tras lo cual del mismo modo le rogó con los ojos empañados en lágrimas
necesitado de amor y afecto- Ani, prométeme que a partir de ahora se acabó lo de
“un amor en cada puerto” –
-Si eso te deja más tranquilo, te lo prometo pero yo nunca he tenido un amor en cada puerto, esa es nuestra querida Diosa del Mar, yo no podría ya que es a ti a quien siempre he querido de verdad-Le declaró ella sinceramente a la par que completamente enamorada en tanto entrelazaba sus largos cabellos azabaches entre sus finos dedos.
Acto seguido él, radiante viendo el futuro que se le
presentaba con ella a su lado la tomó de la cintura alzándola del suelo al
tiempo que echaba la cabeza hacía atrás y reía feliz.
En aquel momento, un Ferrari rojo se detenía ante la puerta
de la mansión de Julian del cual bajó una elegante mujer de cabellos dorados,
ojos tan azules como el mismo cielo que muy decidida se acercó a nosotros en
tanto humildemente nos solicitaba-Perdón necesito ayuda mi coche no va y…-
De repente su bronceado rostro al vernos más de cerca se
tornó blanco en tanto gritaba histérica-Son “el brujo” y la loca de su hermana-
-Vaya Mandy veo que aún nos recuerdas-Exclamó entre risas
Jerome en tanto volvía a dejar en el suelo a su amada.
-No me llamo Mandy, mi nombre es Amanda-Le recordó ella a él
como hiciera en el pasado tantas veces con las gemelas.
-¿Me recuerdas Mandy? La última vez no tuvimos ocasión de
hablar ¿Te gustó el hechizo que te hice? Ya sabes heridas en los labios, la
lengua hinchada por las avispas…-Le
recordó malintencionadamente Ana María en tanto se acurrucaba sensualmente en
el pecho de Jerome.
-Fuiste tú-Comenzó diciendo ella y al ver lo cada vez más provocativa
que se ponía Ana María escandalizada comenzó a gritar-Sois hermanos, eso es un
cesto, eso es un cesto-.
-¿Que dice ésta loca de un cesto?-exclamó Jerome entre risas
a la par que cada vez más encantado con la actitud que Ana María tenía para con
él.
-Creo que aquí la pija ignorante quiere decir que al ser
hermanos y estar juntos estamos cometiendo incesto-Le aclaró ella divertida
-Por si no te has dado cuenta no somos de la misma raza-Le
aclaró Jerome a Amanda.
-Para nada-Añadió con recochineo Ana María.
Amanda al ver el fuego que había en los ojos de los dos
amantes cuando hablaban con ella y sobre todo cuando se acariciaban salió
huyendo de allí como alma que lleva al diablo en tanto hacía aspavientos con
los brazos.
Las risas de ambos entre mezcladas con algún que otro beso
dieron lugar a que ella exclamase animada-“Después de perdidos al río”-, tras
lo cual echó a correr hacia este seguida de Jerome donde tuvieron una tórrida
aventura.
-¡Ana María y Jerome a la vista!-Gritó desde su puesto de
vigía Alex.
-Alex, reina, tú como siempre dando alegrías-Refunfuñó entre
bromas Yahitza.
-Ni que hubiera
gritado mujer al agua-Bromeo a modo de protesta y entre risas Alex.
-Sinceramente lo hubiese preferido-Le dijo Iahitza mientras
detenidamente seguía con la mirada y el semblante serio los juegos que se
traían Jerome y Ana María por el solitario muelle de camino al galeón.
-Oh, oh, Yahitza ya vuelve a estar poseída por esa mirada
felina-Le comentaba Lena a Claire, tras lo cual dirigiéndose a su capitana le
explicó- Como decirte esto sin que te enfades, te tenemos miedo Yahitza, todas
nosotras últimamente no sabemos lo que ha pasado, pero te vuelves un ser salvaje e inhóspito-.
-Si, incluso algunas de nosotras hemos comentado que en
ciertas ocasiones tienes una mirada tan felina que no pareces ni humana-Añadió
Claire con su siempre voz seductora para concluir.
-Esto es un motín, muy bien pues en guardia os tendréis que
enfrentar conmigo, solo espero que hayáis hecho testamento por qué no pienso
dejar títere con cabeza-Amenazó Yahitza a todas y cada una de las allí
presentes con una mirada felina y una sonrisa malévola, tras lo cual desenvainó
su espada con gran pericia y a la velocidad de la luz a la par que con irónica
sugerencia les proponía-Vamos chicas, animaos, ¿A quién le apetece morir
primero?-.
-¿Es que no puedo faltar ni un minuto?, En cuanto me voy un
momento fuera mira la que se monta, ¡Ni más ni menos que un motín a bordo!-
Protestaba indignada Ana María observando desde el muelle toda aquella reyerta.
-Dejala, Ani, que disfrute del que posiblemente sea su primer
y último motín en mucho tiempo, al fin y al cabo sus mujeres están
perfectamente cualificadas para luchar y defenderse de nuestra hermana ¿O a
caso no tienes confianza en ellas?-La detuvo permisivo Jerome a la par que
acariciaba sus brazos sucesivamente de arriba a bajo
-Este no es el mejor momento Jerome-Trató de pararlo ella
poseída por un gran placer e intentando distraerse para no sucumbir a sus
encantos lo cual ya había hecho en parte, tras lo cual le comentó a su amado- Supongo que tienes razón y que
tendrán el cuidado suficiente para que mientras que dure su pequeña campaña no
se vaya el galeón de la abuela a pique-.
-Así me gusta Ani, que ante todo te preocupes de la seguridad
de tus compañeras-Bromeaba Jerome.
-Tú no has visto a Yahitza luchar ¿Verdad?, todo lo que
encuentra a su alrededor es arrasado y hecho un solar-Se defendió molesta Ana
María.
-Lo dicho-Insistió Jerome, tras lo cual hizo una breve pausa
y añadió mientras observaba como luchaba la mayor de las gemelas- Con lo bien
que se lo está pasando la pobre y la mala noticia que le voy a tener que dar en
breve-.
-¡Pero abrase visto caradura! ¿y yo que?¿O a caso te crees
que yo no le voy a dar una mala noticia?-Exclamó indignada Ana María.
-Si, pero a ti te perdonara antes por ser su gemela, yo en
cambio soy la terrible figura del hermano mayor-Expresó Jerome en un gesto
cómico.
-Vete a hacer el indio a la pradera Jerome- Le dijo su
hermana como cada vez que se hartaba de sus patochadas.
Las mujeres de Yahitza comenzaron atacándola por parejas.
La primera corrió hacia ella blandiendo su espada en una mano
a la par que lanzaban un grito de guerra furioso y al unísono dispuestas a
derrotarla, dicha pareja la conformaban Sonia y Rebeca dos de sus mejores
mujeres que no se atrevían a demostrar su verdadero potencial con ella por
miedo a represalias, en tanto Iahitza sin moverse de donde se encontraba tumbó
un barril mediano y casi vacío de agua que había a su derecha lo echó a rodar
con el pie derecho y las arrolló a la primera dejándolas fuera de juego como
dos fichas de dominó, en tanto gritaban las insensatas-Ahahah-.
-Vamos chicas, ¿De verdad me lo vais a
poner tan fácil? se que sabéis hacerlo
mejor, demostradme que he contratado de verdad a las mejores y más bravas
piratas y no aún grupo de niños llorones de teta-Les increpaba furiosa Iahitza, tras lo cual derrotó a la segunda
pareja de piratas que siguiendo una táctica distinta a sus compañeras cruzando
sus respectivas espadas a la altura del pecho a la par que con mirada atenta y
sigilosa vigilaban los movimientos de Yahitza.
Esta movió un trozo de cuerda ante sus ojos haciéndolo chasquear en dos ocasiones a consecuencia perdieron cada una su espada y a posteriori se acercó con una triple voltereta cogió sus armas al vuelo.
Las cruzó velozmente ante sus ojos y por
último dejó a Lis inconsciente tras arrojarla de una patada contra la vela del
palo mayor y a su angelical siamesa
Irina dado que lo
tenía en frente y a muy corta distancia no pudo resistir la tentación de
romperle una botella de ron en la cabeza que había sobre un tonel a su lado.
-Hagámoslo más interesante ahora todas las que quedáis contra
mi-Propuso Yahitza animada por la
descarga de adrenalina que para ella suponía verse en vuelta en tal reyerta.
Ninguna de ellas quería demostrar su valía con la espada,
pero después de ver el estado tan lamentable en que habían quedado sus
compañeras no tuvieron más remedio que desenvainar sus espadas y defenderse de
verdad.
-Que somos tus amigas Iahitza- Le recordó Lena en tanto las
espadas brillaban al alzarse al cielo resplandeciendo del color oro del sol y
del chasquido que Iahitza formó al chocar su espada contra la de sus compañeras
saltaron chispas de fuego.
Estas se quedaron tan atónitas que finalmente exclamaron-¡Qué
demonios...!-.
Yahitza, lanzó hacia al sol su espada, esta hizo una triple
voltereta y se envainó limpiamente en su cinto de plata labrado a mano.
Con todas desarmadas y reunidas a la capitana, no le costó mucho
echarles el lazo en tanto les prometió- Tranquilas tan solo os pasaré por la
quilla-.
CAPÍTULO CINCO
Quien conociera de niñas a las gemelas sabía que de Ana María
se podía decir que era una niña traviesa y al igual que su padre y sus hermanos
reírse con sus ocurrencias o al igual que su madre y su gemela adivinar en que
desembocaría todo aquello, no así de Yahitza, que parecía tener una doble
personalidad. Era como otro ser que vivía en su interior, sentía al mismo
tiempo que ella, pero emociones muy distintas como podía ser estar furiosa con
alguien e interiormente sentir una gran sonrisa de complacencia o llorar de
pena y al mismo tiempo sentir una gran paz interior que no dejaba traspasar el
dolor y los problemas, aunque era plenamente consciente de lo que ocurría a su
alrededor.
“¿Quien era pues Yahitza?” Es una pregunta que se hacía
todo el mundo que la conocía tarde o temprano, aunque ninguno estaba al tanto
de esta descripción mental que ella tenía de sí misma y ahora al disfrutar de
verdad de verse metida en solitario en el fragor de la batalla era como si
aquel misterioso ser y ella sintiesen de la misma forma, por primera vez en su
vida se podía decir que Yahitza se sentía VIVA.
-Con ayuda divina arriba voy a subir a estas traviesas
chiquillas para pasarlas por la quilla-Conjuró espontáneamente Yahitza, tras lo
cual quedaron todas colgadas de la quilla boca abajo.
-No está mal para ser mi primer y propio conjuro-Se felicitó Yahitza, tras lo cual rompió a reír al antojársele como un grupo de bacalaos
metidos en salazón y puestos a secar al sol.
Cuando por fin Ana
María volvió a subir a bordo del “Ana
María Diosa Del Mar” al verlo tan desértico extrañada agudizó el oído ya que le
pareció oír a lo lejos a sus bravas compañeras pidiéndole ayuda
-Socorro Ana María, socorrooo que tu hermana se ha vuelto
loca…-Gritaban estas indefensas.
Ana María sin más demora, se colocó en jarras frente a su
hermana y exigente quiso saber-¿Qué demonios has hecho Yahitza?-.
Ante la pregunta de su gemela Yahitza, con una sonrisa de
picardía a la par que con gran orgullo señaló con el dedo índice hacia el
cielo.
Cuando Jerome y Ana María dirigieron sus miradas hacia el lugar indicado y vieron a toda la tripulación amarrada por los pies y colgando cabeza abajo, en tanto trataban de zafarse en vano, él sin esperarse aquello rompió a reír en sonoras carcajadas, en tanto Ana María ignorante a la par que indignada le exigía saber a su hermana-, Pero ¿Qué demonios ha pasado aquí?-.
-Me regalaron los oídos y yo a cambio me quise divertir un
rato a su costa y si a eso le añadimos que me tenía que montar un numerito para
llamar su atención para que ninguna pudiera ver como mi hermano “mayor” Jerome
cogía por la cintura a nuestra hermana mientras ambos llegabais con los ojos
llenos de estrellas…
-He tu como que tu hermano, Jerome también es mi hermano ¿Sabes?- le inquirió Ana María furiosa.
-Pues quién lo diría bonita. Deberíais andar con más cuidado
al menos hasta que papá y mamá lo sepan-Le reprochó irónicamente Yahitza.
Jerome una vez pudo parar de reír intentó llevar aquella
conversación que se le antojó como borrascosa a mejor puerto en tanto le
preguntaba a la mayor de las gemelas-Las has subido a todas ahí arriba con
ayuda mágica ¿Verdad?-.
-¿Cómo si no?-Le contestó ella con una pregunta retórica.
-Pues de la misma forma las vas a bajar-Le solicitó Jerome al
ver la cara de pocos amigos de Ana María.
-¿No puedo acabar el trabajo?-Le inquirió ella zalamera.
-No, no puedes-Le contestó su hermano paciente.
-Si no les va a pasar nada, solo se van a dar un buen
chapuzón-Insistía ella tratando de convencerles por todos los medios.
Jerome que se encontraba junto a sus dos hermanas, él mejor
que nadie podía observar la hecatombe que estaba a punto de pasar si no iba con
cuidado en su misión por lo que paciente le aconsejó a Yahitza-Será mejor que
inviertas el hechizo hermana-.
-Con ayuda divina el lazo desharé…para soltar a estas
traviesas chiquillas y al agua caerán desde la quilla-Conjuró ella con mirada
maléfica en tanto iba avanzando en su hechizo, tras lo cual se apresuró a
añadir en tanto intentaba ocultar una pequeña risita de satisfacción- A mi no
se me puede reprochar nada como es el primer hechizo propio que hago…-.
-El segundo-La corrigió Ana María malhumorada, en tanto la tripulación del “Ana María Diosa Del Mar” se daba el chapuzón prometido.
-Muy hábil Yahitza, muy hábil- La alabó su hermano, tras lo
cual hizo una breve pausa y en tanto le
tendía la mano con su acostumbrada amabilidad exclamó- Y ahora a casa-.
Acostumbrados a utilizar la magia desde niños Yahitza le contestó a su hermano-Vosotros volved por el método tradicional que mis mujeres y yo volveremos a bordo del “Ana María Diosa Del Mar”-.
-Tengo poder suficiente para poder regresar todas a bordo del
galeón de la abuela en un abrir y cerrar de ojos-Se ofreció solícito Jerome.
-No gracias, prefiero que volvamos como siempre mecidas por
las olas sintiendo el rugir del mar bajo nuestros pies y a merced de una fuerte
y despiadada tormenta-Fue la alegre contestación de Yahitza.
-En ese caso te entretendríais más de la cuenta hermana y el
lunes empiezas a estudiar arte dramático en la escuela de Imán, además mañana
es el día del padre y le prometimos a papá estar todos allí-Le recordaba
dulcemente Jerome, en tanto ella le daba la espalda dirigiéndose directamente
al puente de mando.
Una vez a bordo la tripulación del “Ana María Diosa Del Mar” al completo y aún empapadas hasta los huesos se cuadraban ante su capitana que severamente las reprendía-Jamás creí que pudiera decir esto de ninguna de vosotras, pero me avergüenzo.
Habéis luchado contra mí sin aguantar ni media hora, de hecho
algunas solo os habéis mantenido en pie unos segundos-.
-Teníamos miedo de enfrentarnos a ti-Se atrevió Claire a
confesar.
-¿Disculpa?, Nosotras jamás hemos tenido miedo de nada, ni de
nadie, hemos luchado contra auténticos sicarios y jamás he oído salir la
palabra “miedo” de la boca de ninguna de mis mujeres, ni antes ni después de un
abordaje o un enfrentamiento- La interrumpió Yahitza recordándoles a todas las
innumerables y sangrientas batallas vividas contra mugrientos y salvajes
piratas.
-Sí, pero de todos modos no es lo mismo enfrentarnos a cien
de esos sangrientos piratas que luchar contra ti que entre otras cosas juegas
sucio- Razonó Lena.
-¿Y si llegan a ser unos piratas que nos intentan abordar en
mi lugar que les decimos? “Oye o nos abordas limpiamente o ya os podéis ir a
vuestra cueva porque a nosotras el juego sucio no nos gusta”-Le preguntó su
capitana irónicamente harta de tanta tontería, tras lo cual hizo una breve
pausa y añadió sintiendo en las venas el calor de la batalla-Quiero que a
partir de ahora seáis más combativas, como yo si es preciso, pero necesito que
deis lo mejor de vosotras pues en breve zarparemos al mar Caribe y los piratas
de allí no son los peleles con los que estamos acostumbradas a luchar o al
menos esa es la fama que tienen.
De cualquier modo me gustaría que como siempre nos pillase
bien preparadas para que no tengamos que lamentar ninguna baja y como no
aprovechar la fama de esos desgraciados para no dejar títere con cabeza, pues
si lo consiguiéramos nuestra fama de
temerarias e invencible se multiplicaría por el infinito y entonces si
seríamos intocables-
-Quisiera romper una lanza a favor de Yahitza-Comenzó
diciendo Alex muy seriamente, tras lo cual se colocó al lado de su capitana y
mirando al resto de sus compañeras prosiguió-Coincido con vosotras en que al
luchar contra nosotras nuestra capitana parecía estar poseída por el mismo
diablo y reconozco que a mí también me ha hecho pasar auténtico miedo, pero Yahitza jamás ha olvidado a quien se enfrentaba la prueba es que todas seguimos
vivas y con un buen chapuzón eso sí, pero todas conocéis también como yo a
nuestra capitana para saber que digo la verdad y que ella jamás pondría
nuestras vidas en peligro-.
-Ahora bajad todas a cambiaros antes de que cojáis una
pulmonía. En 15 minutos os quiero de vuelta.
Tu quédate aquí Alex que quiero hablar contigo-.
-Tú dirás-Fue la respuesta de la siempre atenta Alex.
-Tú que eres objetiva de verdad, mientras luchaba contra
vosotras ¿Qué viste en mi?-Quiso saber Yahitza interesada.
-La verdad, en tus ojos vi sed de venganza y la necesidad de
matar y en tu lucha deseos de libertad-Le contestó Alex objetiva a la par que
consternada.
Jerome se quedó
mirando a Ana María como pidiéndole su aprobación y esta asintió con la
cabeza al tiempo que le decía-¡Hazlo!-.
De repente se produjo un pequeño temblor en el galeón que lo
hizo temblar.
-¿Qué sucede?-Gritó alarmada Iahitza pensando que había un
maremoto.
-Hola cariño llegáis a tiempo para comer-La saludó su padre
desde el otro lado del lago.
-Papá ¿Qué haces ahí?-Le preguntó Iahitza a César negándose a
aceptar como había llegado hasta allí.
-Estoy dando un paseo mientras vuestra madre acaba de hacer
la comida-Le contestó su padre alegremente.
-Serás capullo…-Insultó Yahitza a Jerome en tanto iba hacia
él.
-Menudo día llevo, si es que hay días que es mejor no
levantarse-Exclamó cómicamente Jerome pensando en todos los enfrentamientos que
había tenido ese día con la mayor de las gemelas.
-Déjalo en paz Yahitza, aunque sea un hombre es tu hermano no
el enemigo-Le aseveró Ana María voz en grito en tanto desenvainaba su espada.
-Tu cállate vendida, que ya estoy harta de que vayas por ahí creyéndote “La Diosa Del Mar” aquí la única “Diosa Del Mar” que hay soy yo que te quede claro ¿Estamos?-La cortó llena de ira Yahitza en tanto hacia lo propio.
-Si bonita eso es algo que todas sabemos ya que parece
que nunca te cansas de repetirlo.
Sé que a veces Jerome se pasa de protector, pero es normal,
es nuestro hermano mayor y nosotras tenemos que aprender a perdonarlo-La
intentó hacer razonar Ana María exasperada.
-¿Como hiciste tu cuando se perdió nuestro séptimo
cumpleaños?-Le inquirió su gemela hurgando en la herida.
-Eso es un golpe bajo incluso para ti hermana-La increpó
Jerome enfadado.
-Déjala Jerome está tan metida en su papel de “Diosa Del Mar” que se ha olvidado de ser humana y de que pase lo que pase su familia es la única que siempre estará a su lado-Le dijo ella a Jerome con auténtico desdén.
Jerome viendo que iban a comenzar a luchar atrajo hacia si a
Ana María y mediante un halo de magia se transportaron a tierra firme.
Una vez llegaron a su destino, con la vista Jerome le pidió a
su hermana que lo siguiera discretamente a las cuadras para hablar
tranquilamente.
Ella así lo interpreto y no tardó en seguirlo.
Luna se hallaba practicando nuevas técnicas de vuelo, cuando
vio a lo lejos a su hermano indio y emocionada ya que hacía tiempo que no lo
veía exclamó-¡Jerome!-.
A posteriori echó a correr tras él y cuando por fin llegó a las cuadras entró
clandestinamente y se ocultó tras una bala de paja para darle una sorpresa a su
hermano cuando de repente…
Ana María entró en la cuadra buscando despistada a su hermano
con la mirada cuando este al verla la llamó-Ana María aquí-.
Ella echó a correr hacia él y cuando llegó se refugió en sus
brazos.
-Gracias por defenderme antes, pero no quiero que te
enfrentes a Yahitza no estás preparada para ello, además no olvides que sois
hermanas-Le pidió él en tanto la arropaba entre sus brazos.
-Si yo no lo olvido, pero me parece que ella no me perdona
que tu y yo seamos algo más que hermanos-Le contestó ella pesarosa.
-Yo soy tan culpable como tu-La intentó conformar él y acto
seguido se besaron larga, apasionada y dulcemente en los labios.
-A…la-Exclamó atónita al presenciar aquella escena la joven
Luna, tras lo cual salió corriendo a hurtadillas de allí camino de su casa
buscando a su madre.
Una vez en la cocina Luna le dijo a su madre-Mamá he visto a
Ana María y a Jerome besándose en los labios-.
-Cariño, tu hermana y Jerome están predestinados a estar
juntos-Le contestó su madre con dulzura.
-¿Desde cuándo lo sabes?-Quiso saber sorprendida Luna.
-Desde que adoptamos a Jerome y por primera vez puso su mano
sobre mi vientre, lo que no sabía es cuando empezaría su historia.
No le cuentes nada de esto a nadie y déjalo que sean ellos
quien lo cuenten cuando noten que están preparados-Le respondió su madre sin
perder un ápice de su dulzura y de tranquilidad.
-Estoy hecha un lío, ¿No se supone que todos somos
hermanos?-Quiso saber confusa Luna.
-Y como a tales os hemos criado, pero en estos casos puede
suceder que dos hermanos que no llevan la misma sangre se enamoren y si eso
pasa nosotros no somos quien para separarlos, no se puede luchar contra el
corazón cariño- Le explicaba con paciencia su madre.
-Ah vale-asintió finalmente Luna despreocupada tras lo cual
se fue hacia el comedor en el momento en que su padre entraba en casa.
-Hola princesa, ¿Sabes donde están tus hermanos?-Quiso saber
su padre interesado.
-Por ahí andan-Fue la breve respuesta de Luna que por primera
vez en su vida había decidido hacerle caso a su madre.
César encaminó sus pasos hacia la cocina donde al llegar y
ver allí a su mujer con los últimos preparativos de la comida le dio un dulce
beso en la mejilla, tras lo cual le confesó-¿Sabes Tara? me siento feliz al
tener a todos nuestros hijos reunidos de nuevo en casa-.
-También yo mi amor-Le aseguró su dulce esposa, tras lo cual
le robó un beso costumbre que tenían desde que eran novios y que dicho sea de
paso a él le encantaba.
A posteriori César comenzó a poner la mesa con la ayuda de su
hija Luna.
Una vez todos sentados en la mesa ocupando los mismos sitios
que en antaño César radiante comenzó a preguntarles a sus hijos-Bueno que me
contáis ¿Hay algo de nuevo en vuestras vidas?-.
Yahitza a la que aún le duraba el enfado comenzó diciendo-A
mi todo me iba bien hasta que mi hermano el indio me puso en evidencia delante
de Roberto y utilizando sus poderes me trajo a traición hasta aquí cuando le
dije claramente que vendría en el galeón por mi cuenta-.
-Deja ya de atacar a Jerome Yahitza, si él te trajo es porque
yo se lo pedí- Le trató de parar los pies su gemela.
-¡¡¡Traidora!!!-Le increpó Yahitza a su gemela.
-Ya estamos como en los viejos tiempos-Le decía César a Tara,
tras lo cual con la paciencia que lo caracterizaba comenzó diciéndole a su
hijo-Para empezar Jerome tu hermana tiene ya 34 años y sabe muy bien como
defenderse sobre todo de los hombres así que deja ya de ser tan sobre protector
con ella cuando esté con un hombre-hizo una pausa y dirigiéndose ahora a la
mayor de las gemelas le explicó-Yahitza y tu entiende que Jerome es tu hermano
mayor y es normal que intente protegerte de todo mal-.
Yahitza rebelde le contestó a su padre-También Imán es mi
hermano mayor, de hecho los dos tienen la misma edad y no es una mosca cojonera
como Jerome-.
-Lo que te han llamado hermano-Le dijo entre risas Imán a su
hermano
-Déjala papá ella es la “Diosa Del Mar” y no recibe órdenes de nadie ¿Verdad hermanita?-La provocó Ana María con cierto rin tintín.
-Ya estoy harta de ti Ana María, no te pienso pasar ni una
más-La amenazó Iahitza en tanto intentaba desenvainar su espada.
Por primera vez Jerome con el rostro serió intentó poner
orden voz en grito- Ya está bien las
dos, estoy harto de que me uséis como escusa para enfrentaros la una a la
otra-hizo una breve pausa y dirigiéndose más calmado a su madre en tanto se
levantaba de la mesa y cogía su plato le pidió-Mamá con tu permiso me voy a
comer fuera-.
-Claro cariño-Asintió su madre.
-Espera Jerome, me voy contigo, no quiero ser yo quien pague
ahora los platos rotos-Le pidió Imán a su hermano en tanto cogía su plato y se
iba tras de él.
-Lo dicho que hemos vuelto a los viejos tiempos-Le decía
César resignado a su esposa.
-A mi no me dejéis a solas con estas dos-Les decía Luna a sus
hermanos en tanto iba tras ellos.
-No me voy a batir en duelo contigo, no merece la
pena-Rechazó Ana María con desprecio a la par que con indiferencia a su gemela
y acto seguido se reunió con sus hermanos en el jardín.
-Eh tu espera-Le exigió Yahitza a Ana María en tanto hacia lo
propio.
-Todos juntos de nuevo bajo el mismo techo y otra vez nos han
dejado solos-
Le comentaba César a su esposa.
-Pues ya sabes lo que toca-Le dijo esta.
Ni cinco minutos tardaron en estar todos reunidos de nuevo y comiendo
en el jardín.
Jerome atónito miro a un lado y a otro y cuando se vio
rodeado de nuevo por toda su familia se echó a reír al tiempo que decía-Será
posible…-.
Tras la comida unos se fueron a echar la siesta y otros
seguían de tertulia mientras que Jerome y Ana María paseaban tranquila y relajadamente por el
embarcadero.
-No vuelvas a hacerme eso-Le dijo Ana María a Jerome dolida.
-¿A que te refieres?-Quiso saber él algo despistado.
-A gritarme cuando trato de defenderte o tendré que darle la
razón a Iahitza en lo de que eres un capullo y créeme es lo último que me
gustaría-Fue la contestación de ella.
En ese momento Jerome le confesó en tanto le acariciaba los
brazos-Perdóname Ani, creo que no llevo tan bien como pensaba el tener nuestra
relación en secreto, a veces pienso que te avergüenzas de ella y no quieres que
nadie lo sepa y entonces me enfado y hago tonterías como las de antes cuando no
me arrepiento de que seamos hermanos.
Ya lo se somos hermanos y eso es algo que no podemos cambiar
y complicado de entender incluso para nosotros pero necesito hacerlo público de
una vez si no quiero volverme loco-.
-También yo lo
necesito, pero me gustaría que antes de eso hablásemos tranquilamente del tema
entre nosotros para que a la hora de hacerlo oficial pueda quedar todo claro y
evitar las pegas y dudas que vienen con el típico “no lo sé” o “con el tiempo ya se verá”.-Aceptó ella más
calmada y alegre,
-¿Qué te parece si empezamos por prometer que estaremos
eternamente juntos?-Le sugirió él.
-Me parece perfecto-Le aseguró ella en tanto se echaba en sus
brazos olvidándose de que no estaban totalmente solos.
-Ya que tenemos claro que vamos a estar juntos para siempre
necesitaremos una casa propia en la que vivir ya que somos familia numerosa y
viviendo con nuestros padres no tendremos mucha intimidad sobre todo con la
cotilla de nuestra hermanita Luna-Reflexionó Jerome en tanto la abrazaba y tras
pensarlo un poco le dijo-Voy a construir una cabaña de madera para los dos ¿Qué
te parece?-.
-Me encantará estrenarla a solas contigo, de hecho ahora
mismo pienso que si paso más tiempo con mi novio que con mi hermano favorito no
me va a importar, aunque no por ello voy a renunciar a él-Le declaró ella
encantada con aquella idea tan romántica que había tenido su amado.
-Eres encantadora Ani, de verdad que si-Le aseguraba él feliz
de tenerla entre sus brazos y de que ella estuviese de acuerdo con él y a
posteriori –le preguntó-¿Algo más?-.
-Sí, hay una duda que no para de rondarme por la cabeza, me
dijiste que antes de nacer ya estabas enamorado de mi ¿Como sabes que cuando
pusiste la mano en el vientre de mamá era yo y no Iahitza la que puso su mano
sobre la tuya?- Quiso saber ella curiosa
-Acabas de contestar a tu propia pregunta princesa-Le aseguró
él enigmático.
-No entiendo- Exclamó ella dudosa.
-Yo nunca dije que tu mano y la mía se juntasen ¿Verdad?-Fue
la misteriosa respuesta de él.
-Entonces…-Comenzó a decir ella emocionada.
-Exacto, tú y yo entonces ya sabíamos que estábamos
predestinados a estar juntos-Concluyó Jerome.
-¿Y cuándo dices que lo vamos a hacer público?-fue la
respuesta de ella.
-¿Que tal mañana?-Le sugirió él espontáneamente.
-¿Por qué esperar tanto?- Le contestó ella impaciente.
-Déjales respirar princesa, sobre todo a Yahitza que está muy
estresada, ten en cuenta que ella lo ha descubierto de pronto y no sabe cómo
reaccionar ante tal noticia, además aunque yo siempre haya sido tu hermano
favorito ella y tu siempre habéis estado muy unidas y si incluso te has dado
junto a ella a la piratería y ahora con este repentino cambio siente que la vas
abandonar sino lo has hecho ya.
En mi opinión deberías ir a hablar con ella cuanto antes,
pero prométeme que la sangre no llegará al río que os temo-Le explicó
ampliamente Jerome.
-Umm al río, que recuerdos-Exclamó ella con sumo placer.
-No me provoques Ani que no soy de piedra y ya habrá tiempo
para eso, ahora hazme caso y ves a hablar con nuestra hermana-Le aconsejaba
paciente Jerome.
-Como gustes-Asintió finalmente ella dándose por vencida pues
conocía lo suficientemente bien a Jerome para saber que si tomaba una decisión
la llevaría a cabo con todas sus consecuencias.
Yahitza se hallaba en su habitación tumbada en la cama
leyendo un libro cuando de repente su gemela asomó la cabeza y le hizo saber-
Antes de que desenvaines tu espada me gustaría entrar ha hablar pacíficamente
contigo-.
-Pasa-La invitó su hermana más relajada en tanto dejaba el
libro a un lado.
-Yahitza quiero que sepas que aunque la relación que hay
ahora entre Jerome y yo sea distinta lo que hay entre nosotras no tiene por que
cambiar, de hecho yo pienso seguir siendo tu gemela y tu segunda de abordo…a
menos que decidas ascenderme a capitana-Le explicó tranquilamente ella.
Yahitza, rió al tiempo que le aseguraba-Me parece todo estupendo hermanita, pero no cuentes con mi puesto en el “Diosa Del Mar”-.
-¿Así de fácil?, ¿Ya está todo arreglado?-Le inquirió
asombrada Ana María a su hermana.
-Yo no soy Julian-Le contestó Yahitza.
-¿Y qué pinta ahora Julian en todo esto?-Quiso saber Ana
María intrigada.
-Que hay que estar o ciego o ser muy ignorante para no ver lo
evidente-Le explico ella a su gemela.
-Necesito una siesta con urgencia, porque no entiendo
nada-Opinó Ana María tras lo cual se fue de camino a su cuarto, en tanto Yahitza
volvía a retomar su lectura.
Cuando por fin Ana María llegó a su habitación para su
sorpresa allí la esperaba Jerome tumbado en la cama.
-¿Qué haces tú aquí?-Le preguntó Ana María a Jerome a modo de
susurro en tanto cerraba la puerta.
-Sabía que tarde o temprano pasarías por aquí y aquí te
estaba esperando y a menos que me mandes a hacer el indio a la pradera aquí me
quedo-Le informó él de igual modo.
-¿Te ha visto alguien entrar?-Quiso saber ella curiosa.
-Cállate y ven a dormir-Le pidió Jerome consciente de que aquel
comentario no había sido hecho con ninguna malicia.
Ella sin hacerse más de rogar, echo a correr a la cama para
reunirse con él y a posteriori se quedó dormida y acurrucada entre sus brazos.
-Que silencio y que paz, ¿Seguirán nuestros hijos vivos?- Le
comentó César a su esposa.
-Es la hora de la siesta cariño ¿Qué esperabas?-Repuso
bromista Tara.
-Me encanta el jaleo y la animación que hay en casa cuando
están aquí todos nuestros hijos, pero ¿Es que siempre
tiene que haber alguna pelea entre alguno de ellos?-Expresaba él sufrido marido
de Tara, Cesar y padre de todos sus hijos.
-Estoy de acuerdo contigo cielo, pero son cinco y cuando hay
tantos es raro que no haya alguno que esté discutiendo, además no hay de qué
preocuparse sabes que la sangre nunca ha llegado al río-Lo tranquilizaba Tara.
-Me siento tan feliz de que seas mi esposa y de tenerte
siempre a mi lado que me parece que nunca hago demasiado para corresponderte
como mereces-Le declaraba él en tanto le apartaba un mechón de pelo de su
moreno y a la par suave rostro.
-Ya lo hiciste en su día, de hecho si ahora estoy aquí es
gracias a ti, ¿No recuerdas?-Le rememoró su esposa eternamente agradecida.
CAPÍTULO SEIS
Eran las primeras vacaciones de Navidad que el matrimonio
formado por César y Tara con su hijo de 8 años las celebraban con Jack y Terry
unos amigos de la universidad que ese año habían decidido pasar en Valencia.
Jack en el físico se parecía mucho a César: era moreno de
ojos verdes, 1´83, pelo negro. Ondulado y cortado a media melena, porte
elegante, pero a diferencia de César tenía la mirada propia de un ser
traicionero, era ambicioso y codiciaba los elementos ajenos que hacían felices
a los demás y en este caso siempre había sido y sería Tara, la joven esposa de César y la relación
que el matrimonio mantenía sin importarle si quiera que tuviesen un hijo de 8
años ni que en la actualidad ella se encontrase en avanzado estado de gestación.
Mientras que César tenía la mirada limpia y pura y lo único
que codiciaba era mantener la paz y felicidad que tenía desde que de niños
conoció a Tara, la cual en la actualidad iba en aumento con su hijo Imán de 8
años, vivo retrato de él en todos los aspectos y el próximo nacimiento no muy lejano
de sus dos gemelas.
Terry en contra de lo que se pudiera pensar dada su amistad
con Jack era un chico noble, sincero y alguien en quien siempre se podía
confiar.
A pesar del éxito que tenía entre el sector femenino dado que
era delgado, alto, moreno y con los ojos azules no había nada que deseara más
que tener una relación como la de sus amigos de la cual sobre todo en la
actualidad sentía una gran envidia, una gran envidia sana.
Eran ya las 8 de la noche cuando Tara se encontraba con el
pequeño Imán en el salón, acabando de arreglar la chimenea y de ponerlo todo a
punto para la inminente llegada de Papá Noel
cuando de repente sonó el timbre.
-Ya voy yo a abrir-Le anunció Imán a su madre procurando
cuidar en todo lo posible de ella.
Desde el momento que su padre tuvo una conversación de hombre
a hombre con él tras saber por su esposa
que estaba nuevamente embarazada en la cual le explicó-Imán en mi ausencia tu
serás siempre el hombre de la casa y cuando yo no esté cuidarás siempre de tu
madre ya que dentro de 9 meses tendrá un bebé y ahora nos necesita para
cuidarla más que nunca-.
Ni que decir tiene que tan pendiente estuvo el pequeño Imán
de su madre que el primero en enterarse de que no era un bebé sino dos niñas
gemelas a la par que la dulce Tara, fue él y fue entonces él quien se sentó en
el salón a hablar con su padre diciéndole-Prepárate papá porque lo que mamá va
a tener no es otro hermanito sino dos niñas gemelas que por lo que parece van a
ser muy guerreras-.
César riendo le contestó a su hijo-La que nos ha caído hijo y
además por partida doble-.
-Espera Imán que aún
no sabemos quién es-Trató de frenarlo su madre ya que desde que se quedara en
estado y viera lo dulce y encantador que era su hijo temía que algún día le
pasara algo.
Imán tras abrir la puerta y ver a Jack que traía un pesado
regalo en las manos y a Terry con una botella de vino del mejor volvió su
mirada de nuevo a Jack y sin molestarse en disimular dirigiéndose a su madre le
dijo-Mamá este hombre no me gusta nada-.
-Que rico-Añadió Jack en tanto le revolvía el pelo algo que
Imán detestaba que le hicieran.
-Hola Imán ¿Cómo te va la vida colega?-Lo saludó Terry
alegremente.
-Todo bien, me alegro de que estas navidades las pases con
nosotros-Le hizo saber el pequeño
-¿Ya lo tienes todo preparado para la llegada de Papá Noel?-Quiso saber Terry
interesado.
-Sí, mamá y yo
acabamos de colgar ahora los calcetines en la chimenea-Le contestó orgulloso
del trabajo realizado.
-Disculpa Tara no recordaba que estabas en estado sino habría
traído otra cosa-Se excusó Terry al ver el estado en el que se encontraba su
amiga.
-No pasa nada Terry, de todos modos yo siempre como con
agua-Le hizo saber Tara.
-¿Y César donde está?-Le inquirió intrigado Terry al ver que
no estaba con ella ya que sabía que los dos eran inseparables.
-Aquí estoy Terry-Dijo César asomando la cabeza por la puerta
de la cocina llevando un delantal y un gorro de cocinero.
-Ya veo que hoy te ha tocado a ti preparar la cena.-Le
comentó su amigo, tras lo cual le preguntó ¿Dónde dejo el vino?-.
-Ponlo en el frigorífico, para que esté fresco para más
tarde-Le contestó César en tanto le daba los últimos toques a la cena antes de
servirla.
Al mismo tiempo Jack
siguió a la salita de estar a Tara donde le dio su regalo en tanto le
decía- Tara este es mi regalo de Navidad para ti, hace 3 meses que lo acabé y
aunque le han salido muchos compradores lo he guardado especialmente para ti-.
Tara tomó aquel pesado regalo en sus manos y cuando lo
desenvolvió para su sorpresa era un busto de bronce de Jack, tras lo cual
exclamó- Vaya es muy… original-.
-Así me recordaras siempre-Le dijo él con su voz más
seductora a la par que le intentaba coger la mano.
-Cuando yo digo que este tío no me gusta…-Exclamó Imán a modo
de susurro en tanto le ponía la zancadilla a Jack tras lo cual este tropezó
cayendo de bruces en el suelo.
-Escúchame bien pequeño monstruo…-Comenzó amenazándole Jack
al pequeño Imán en tanto lo cogía del cuello del jersey aprovechando que Tara
estaba de espaldas a ellos dirigiéndose a la chimenea para colocar el famoso
busto.
-No, gilipollas, eres tu quien me va a escuchar a mi, puede
que tenga 7 años pero no soy tonto y te aseguro que como vuelvas a intentar
seducir a mi madre
Te vas a arrepentir de haber nacido-.
En ese momento un rayo furtivo entró por la ventana matando a
Tara en el acto.
Imán asustado voz en grito llamó a su padre- Papá, papá es
mamá-.
César temiendo lo peor salió corriendo a socorrer a su esposa
y al verla tirada en el suelo la cogió en sus brazos cuidadosamente.
Al pasar por el lado
de Jack, este acarició fugazmente el vientre de Tara
En ese momento unos ojos felinos se abrieron en la
oscuridad y Jack se desplomó en el suelo y dejó de respirar.
César ajeno a todo lo que no fuese su mujer se encaminó hacia
su dormitorio y allí se encerró con el cuerpo sin vida de su mujer tras
depositarla en la cama con sumo cuidado.
Imán que pasaba por allí cuando su madre haciendo alarde de
una memoria extraordinaria le narraba a su padre la historia de su pasado la
interrumpió comentándole- Maldito cabrón…, siempre he pensado que alguien vengó
tu muerte y ojala supiera quién es para agradecérselo eternamente-.
Yahitza que llegó justo en el momento que su hermano hacia
este comentario le dijo con una sonrisa maligna-De nada hermano, fue un placer-.
-¿Fuiste tú Yahitza?-Le inquirió el curioso, aunque nada
extrañado.
-Desde luego, ¿A caso lo dudabais?-Le contestó ella con otra
pregunta, tras lo cual Imán, su padre y
su madre la rodearon y la comenzaron a abrazar y a besar.
-Yo también os quiero pero dejarme respirar un poco o me vais
a ahogar- Les pidió ella feliz recordando todas las veces que en antaño había
pasado por esa misma situación.
Jerome y Ana María ajenos a todo llegaron al salón cogidos de
la mano cuando al presenciar aquella escena él le comentó a ella-Vaya hombre
para una vez que nos decidimos a hacerlo público y lo tenemos que volver a
retrasar-.
-¿Otra vez?-Le inquirió ella con cara de desesperación pues
no veía el momento de deshacerse de la carga de que su relación dejase de ser
un secreto para poder actuar con total libertad.
-No sé lo que habrá pasado, pero está claro que este momento
es el de Iahitza y no es justo que se lo chafemos-La trató de hacer razonar
Jerome.
-Está bien, lo dejaremos para mañana…-Aceptó resignada que no
conforme Ana María.
-Por qué no continuas con tu historia mamá, me fascinan esas
historias vuestras del pasado-Le propuso Yahitza tras lo cual ella prosiguió en
tanto sus 5 hijos se sentaban arremolinados a su alrededor.
-César abre-Le pidió Terry al ver tan consternado a su amigo
por la muerte de su adorable mujer temiendo que fuese a hacer alguna locura.
-Shshshsh está durmiendo-Musitó él.
-Está muerta César ya no se puede hacer nada-Le intentó
aclarar Terry.
-No, solo tiene los ojos cerrados por que está muy cansada,
la pobrecilla ha hecho tantas cosas hoy que necesita descansar-Dijo él entre
desvaríos.
-Ábreme César-le pidió nuevamente Terry a su amigo.
-No, que me queréis separar de ella y eso jamás lo
permitiré-Se negó con la voz desgarrada él.
-No eres consciente de la realidad César, por doloroso que resulte debes aceptar
que está muerta y cuanto antes lo aceptes mejor será para ti.
He llamado a un médico para que te trate no tardará en
llegar, pero tienes que abrirnos para poder entrar-Insistía Terry en hacerlo
reaccionar.
-Ni hablar me queréis separar de mi mujer y eso jamás lo
consentiré-Seguía repitiendo él.
-Déjame a mi tío Terry-Le solicitó el joven Imán con una
madurez pese a su corta edad que a este le asombró sobremanera
-Imán…-Comenzó a decirle Terry.
-Déjame tío, a mi me abrirá-Le insistió hasta convencerlo
Imán y a posteriori se colocó detrás de la puerta al tiempo que le pedía a su
padre-Papá ábreme que quiero estar con mamá y contigo-.
-¿Eres tu Imán?-Le inquirió su padre algo más sosegado y
repuesto al oír la voz de su hijo.
-Si papá-Le contestó este con asombrosa serenidad.
A posteriori su padre se abrió con gran cautela y tiró del
pequeño brazo de su hijo haciéndolo entrar rápidamente, tras lo cual volvió a
echar el cerrojo.
Aunque en el momento en que Imán se disponía a entrar Terry
lo habría tenido muy fácil para empujar la puerta y entrar fue él quien al ver
fugazmente a Tara muerta y tumbada en la cama y la viva imagen de la
desesperación reflejada en la cara de César cuando él reaccionó pensando que
como dijeran ellos en sus votos matrimoniales “ni la muerte los podía separar “
lo que era una verdadera locura es que ha aquel matrimonio tuviera que romper
su promesa ya que entonces todos estarían perdidos: Tara muerta, César perdería
la razón e Imán la inocencia y la humanidad por lo que le habló nuevamente a su
amigo retomando aquella conversación desde aquella nueva perspectiva-Imán
tienes razón nadie os podrá separar jamás-.
-¿Entonces reconoces que ella no esta muerta, que solo está
cansada?-Le inquirió persistente César a su amigo.
-No, César, se que está muerta y creo que tu en el fondo
también lo sabes pero lo he estado meditando y creo que os puedo ayudar-Le
aseguró Terry totalmente convencido.
-¿Cómo?-Quiso saber César más calmado desde el otro lado de
la puerta.
-Por lo pronto coge a tu mujer y a tu hijo e iros de aquí
antes de que empiece a aparecer la gente, puedes coger mi coche que es más
rápido que el tuyo.
Cuando lleguéis a vuestro destino avisadme y sin más demora
partiré hacia allí con ayuda ¿De acuerdo?-Le propuso Terry volviendo a ser el
buen amigo que siempre había sido.
En ese momento César asomó la cabeza con timidez y con los
ojos nublados por las lágrimas en tanto
le preguntaba-¿De verdad no me engañas?-.
-De verdad, pero ahora haz que lo te he dicho e iros no
podemos perder ni un segundo más se lo debemos a Tara y a esas niñas que aún no
han nacido- Le aseguraba él.
César sin más dilación
volvió a tomar a su mujer con sumo cuidado entre sus brazos en tanto le
decía-Vamos cariño, nos vamos de aquí-
Tras lo cual Terry se sacó las llaves de su deportivo del
bolsillo y a la par que se las entregaba a Imán les ofreció-Tomad coged mi
coche que es más rápido que el vuestro-.
En el momento que ellos salían de allí llegaba el doctor un hombre de mediana edad,
gordito, bajito y canoso que con su afabilidad
acostumbrada le anunció a Terry-Soy el médico ¿Dónde están los
pacientes?-.
-Yo soy quien le ha llamado, pero me equivoqué, perdone las
molestias doctor –Rectificó Terry y a modo de disculpa le dio un generoso fajo
de billetes en tanto le decía-Le ruego acepte este dinero para comprarle algo
bonito a su mujer y sus hijos por haberlo molestado una noche tan señalada y
feliz Navidad -.
El bueno del doctor sin dar crédito a lo que le estaba
ocurriendo tardo un poco en reaccionar y cuando por fin lo hizo le contestó a
este-No es necesario pero muchas
gracias, no sabía cómo decirle a mi mujer y mis hijos que este año no tendrían
regalo de Navidad y usted acaba de salvar mis navidades, feliz navidad-.
Una vez volvió a quedarse a solas Terry cogió una gran maleta de viaje de sus
amigos donde se apresuró a guardar tantas cosas como pudo y una vez llena cogió
la mochila del colegio de su sobrino Imán donde guardó cartillas del médico y
de escolaridad de Imán, pasaportes, documento nacional de identidad de toda la
familia, cartillas y documentos bancarios, las escrituras de todas sus
posesiones e incluso todas las fotos y ecografías que encontró encima de la
cama de matrimonio para a posteriori cargarlo todo en el maletero del coche de
César y emprender rumbo a cumplir su
promesa la cual comenzó con una llamada desde el teléfono al coche de César-
¿Priscila? Si soy yo Terry, preciso urgentemente de tu ayuda-.
-¿Sabes que fechas son?-Se oyó una voz femenina al otro lado
del teléfono.
-Sí y también que hace una noche de perros, pero créeme si no
fuera una urgencia no te molestaría, además te gratificaré generosamente, ya me
conoces- Le insistía él sin darse fácilmente por vencido.
-Hazme un breve resumen de la situación-Le pidió ella
finalmente.
-Hará una media hora una amiga mía a muerto fulminada por un
rayo su marido y su hijo van con ella en mi nuevo coche hacia las afueras te
mando por fax una foto de la casa para que la puedas localizar-Le resumió él.
Ella a la par que recibía el fax le preguntó-¿Son gente
sana?-
-Completamente-Fue la respuesta de él.
-¿Y cuanto tiempo dices que lleva ella muerta?-Quiso saber
ella temiendo lo peor.
-Media hora-Le repitió él.
-Voy volando para allá, no podemos perder ni un minuto más-Le
informó ella a modo de despedida
Aquella noche llovía pesadamente cuando César y su familia
iban ya a mitad de camino en el gran bólido de Terry a toda velocidad aun
dentro del límite permitido en tanto él le informaba a su esposa-Ya no nos
falta mucho para llegar cariño, tan sólo una hora que en este coche será como
media.
Por fin podremos estrenar la casa que he construido con mis
propias manos para todos nosotros, incluso habrá sitio para las gemelas ya que
en el piso de Valencia íbamos a estar
muy apretados, además es una casa en el campo como siempre hemos soñado donde
no nos molestará nadie-
-Papá ¿Por qué no ponemos un poco de música relajante?-Le
sugirió el pequeño a su padre.
-Cariño, tenemos que darnos prisa en llegar ya que las
carreteras ahora están muy peligrosas y no sería nada extraño que llegasen a
cortar alguna, además no creo que el tío Terry tenga ese tipo de música en el
coche-Le explicaba César a su pequeño, el cual vencido por el sueño y el
cansancio se arrebujó en el asiento trasero y se quedó profundamente dormido.
Cuando por fin llegaron a su destino, había una mujer madura
morena de unos 40 años en la puerta de su casa calada hasta los huesos.
César asombrado por aquella visita inesperada se acercó a
ella tras lo cual le dijo-¿Quién es usted y que busca en nuestra casa?-
-Imagino que es usted el amigo de Terry que necesita ayuda
con su esposa ¿Estoy en lo cierto?-Comenzó diciendo ella.
-Si, supongo que en cierto modo así es-Le contestó César
dubitativo.
Sin más preámbulos ella prosiguió contándole el motivo de su
visita-Soy una vampiresa y vengo a devolverle la vida a su esposa ¿Dónde está?-
-En el coche con nuestro hijo, no quería sacarla hasta abrir
la casa para evitar que se mojen-Le hizo
saber César en tanto abría la puerta de su nuevo hogar.
A posteriori volvió a tomar a su dulce esposa entre sus
brazos y se encaminó con ella hasta su casa en tanto despertaba a su hijo-Imán
despierta, vamos Imán despierta que ya estamos en casa-.
-¿Ya hemos llegado?-Preguntó el pequeño con voz aun
somnolienta.
-Si, cariño-Le oyó decir a su madre.
-¿Mamá?-Le inquirió él extrañado ya que conocía el verdadero
estado en el que se encontraba su madre.
Una vez llegaron a casa Priscila le pidió a César -Túmbala en
la cama y déjame que la reconozca- y al ver que estaba embarazada puso sus
manos sobre el vientre de Tara y añadió-Con el tiempo que ha pasado desde el
momento de su muerte, esta mujer era para que estuviera completamente muerta
pero las hijas que lleva en su vientre sobre todo una de ellas no lo permitirá
y la protegerá de cualquier peligro que la aceche-.
-¿Y usted que sugiere?-Quiso saber interesado César.
-Para estar eternamente juntos y devolverla a la vida yo lo vampirizaré
a usted primero y luego usted hará lo mismo con ella.
El motivo de vampirizarlo a usted y no ha ella es que es
mejor que sea usted quien chupe de su sangre porque eso les mantendrá más
unidos ¿Preparado?- Le informó Priscila.
-Preparado-Asintió él mostrando parte de su cuello a la par
que cerraba los ojos, mostrando así una confianza ciega en aquella desconocida
que le prometía recuperar a su esposa y cumplir su promesa de estar juntos
eternamente, en tanto Imán no se separaba de la vera de su madre a la par que
la cogía de la mano.
Ya convertido en vampiro Priscila le previno-Ahora sin más
demora debes darle 3 mordiscos seguidos a tu esposa, pero nunca más o morirá
desangrada-.
Con mucho tacto César se inclinó sobre su mujer e hizo lo
propio, tras lo cual esperó sentado a su
lado a que ella reaccionara.
Ni dos minutos más tarde ella bostezó sutilmente y poco a
poco abrió los ojos para sorpresa de su marido y de su hijo que no tenían
demasiada fe en que aquel “truco” funcionase.
-¿Qué sucede? Solo recuerdo un busto de Jack que el mismo me
dio un rayo entrando por la ventana y luego todo negro-.Quiso saber Tara
somnolienta en tanto se tocaba la mordedura que su esposo le acababa de hacer
César le resumió brevemente-Por culpa del capullo de Jack has
estado unas horas muerta, pero gracias a
esta amiga de Terry ahora somos vampiros y estaremos juntos eternamente-.
-Le debo la vida ¿Cómo
podría pagárselo?-Le dijo agradecido César.
-Solo ocúpense de que la gemela que tiene poderes los
desarrolle al máximo- Le hizo prometer ella.
-Se lo prometemos- Le aseguró César.
-Papá yo también quiero ser un vampiro-Le pidió Imán a su
padre.
-Cuando seas mayor ya te vampirizaremos, de momento crecerás
como mortal al menos hasta que tengas 40 años-Le prometió su padre.
-Papá ya tengo casi los 40 y sigo siendo un triste mortal, de
hecho la única de todos que es vampiresa es Luna, no es justo al final voy a
parecer yo vuestro padre- Le recordó travieso a la par que divertido Imán.
-Eso y nosotras que-Intervinieron al unísono las gemelas.
-O si no yo que solo soy un indio comanche y un poderoso
brujo y guerrero- Añadió Jerome sin resignarse a no echar leña al fuego.
-Ahí es nada-Opinó Ana María entre risas.
César, miró a los ojos a su esposa, en tanto telepáticamente le
confesaba-Esta si es la época que yo echaba de menos-.
CAPÍTULO SIETE
Y por fin llegó el domingo.
Aprovechando que era el día del padre los 5 hijos del
matrimonio formado por Tara y César quedaron en reunirse a las 9:00 de la
mañana delante del dormitorio de sus
padres, una vez hecho lo cual entraron
en tropel a la par que gritaban al unísono-Feliz día del padre- y a posteriori
se revolcaron en la cama entre sus padres.
-¿Pero qué es esto?, Creí que había un terremoto-Exclamó
sobresaltado César que aún no se había despertado del todo.
-Que ya no sois niños-Les aseveró su madre entre risas.
-Imán ¿Te importaría apartar tu píe de mi nariz?-Le inquirió
Luna a su hermano mayor.
-Ese píe no es mío es de Jerome-Mintió travieso Imán.
-Eso no es cierto, los pies de Jerome están delante de mi
cara-Rectificó su madre metiendo cizaña.
-¿Y a mi quien me está tapando el ojo con su mano?-Quiso
saber riendo César.
-¿Yahitza, qué duda cabe?-Contestaron todos.
-¿Y yo por que, si puede saberse?-Le inquirió riendo Yahitza
a toda su familia.
-Quizá porque tú eres la más pirata de todas-Intervino Jerome
sin poder parar de reír.
Tara intentando reponerse para poner orden al fin consiguió decir-Muy
bien cada uno a su cuarto a vestirse y en 5 minutos os quiero ver a todos en el salón-.
Tan rápido como entraron los cinco hermanos salieron cada uno
a hacer lo que su madre les había pedido y 10 minutos más tarde se hallaban
todos esperando impacientemente a Jerome y Ana María los cuales entraron juntos
y cogidos de la mano.
-¿Qué significa esto?-Quiso saber asombrado César.
-Ani y yo tenemos una noticia que daros: ella y yo estamos
juntos y nos queremos-Les anunció Jerome con el rostro serio.
-¿Para eso tanto misterio?-Les preguntó Imán riendo.
-¿Ya lo sabíais?-Le preguntó Jerome atónito.
-Yo desde hace unos 20 años-Fue la respuesta de Imán.
-Yo os pillé ayer en las cuadras en pleno beso-Le aclaró Luna
a su hermano.
-Yo desde siempre he sabido que estabais predestinados-Les
reveló Tara.
-Yo también-Concluyó finalmente Yahitza.
-¿Que pasa es que yo soy el único que no se ha enterado de
nada?-Exclamó medio dolido César-
Ana María indignada
les preguntó-¿Queréis decir que todos lo sabíais y nosotros nos hemos estado
forzando en ser discretos a la espera de que llegara el momento más oportuno
para anunciaros nuestra relación?-
-Menuda discreción hermana, que ayer os pillé infraganti saliendo la mar de acarameladitos de tu
habitación-Le pinchaba Imán a Ana María.
Yahitza rompió una lanza a favor de sus hermanos
diciendo-Vamos papá no es tan malo al fin y al cabo Jerome y Ana María no
llevan la misma sangre y al ser los dos tus hijos no tendrás problemas con tus
suegros porque seréis padres y suegros a la vez-.
-Lo acabas de arreglar hermanita-Le dijo bromeando a modo de
susurro Imán a Iahitza.
Tara en tanto se sentaba en su regazo trato de convencerlo
diciendo-Vamos cariño, Yahitza tiene razón no tendremos que vérnoslas con los
temidos suegros por que seremos nosotros
y al ser nuestros hijos que los hemos criado desde pequeños los
conocemos demasiado bien para evitarnos la eterna duda de si serán buenos el
uno para el otro y si serán felices
porque sabemos a ciencia cierta que si lo son-.
Ante su silencio Tara insistió diciéndole-Vamos cariño, ¿No
ves que ellos son felices estando juntos?-
César desde su sillón consternado exclamaba-Menudo día del
padre me estáis dando-hizo una pausa tras lo cual dirigiéndose a Jerome le dijo
irónico –Y ahora querréis que os ponga una cama de matrimonio para que podáis
dormir juntos-.
-No, papá como le he dicho a Ani voy a construir una casa de
madera con mis propias manos para que vivamos los dos juntos, mientras que
vivamos bajo este techo haremos la misma vida que hemos hecho de solteros pero
sin ocultar más tiempo nuestro amor-Le explicó
formalmente Jerome a su padre.
-Eso te honra hijo mío-Le dijo César dándole una palmadita en
el hombro a Jerome dándole su aprobación.
Él al entenderlo así y no verse rechazado como hijo le dijo
emocionado a su padre-Gracias papá eso supone mucho para mí-.
César más relajado propuso-Bueno ya que parece que está todo
arreglado, ¿Que os parece si salimos a desayunar al café celta del casco
antiguo para celebrarlo?-.
-Siiiiii-Gritaron todos emocionados al unísono.
Eran ya las 10:00 de la mañana cuando por fin se encontraba
la familia al completo ocupando casi en su totalidad el pequeño café donde
siempre acudían a celebrar todos los eventos familiares y este era el más
importante que les había sucedido en mucho tiempo.
El pequeño café celta estaba situado en la parte más
emblemática del casco antiguo de la ciudad databa de finales del siglo xv y
estaba lleno de historia y una gran aura de magia y misterio.
-¿Qué te apetece desayunar princesa?-Le preguntó Jerome a su
dulce amada en tanto la miraba fijamente a los ojos a la par que con la
felicidad reflejada en su rostro.
-Sorpréndeme-Le propuso ella de igual modo.
Acto seguido Jerome le robó a su chica un dulce beso en los
labios y al creer leer en su mente lo que ella pensaba se justificó diciendo-Tu
me pediste que te sorprendiera-Dicho lo cual mientras ella esperaba sentada en
la mesa con toda la familia, él se acercó a la barra a pedir.
-La verdad jamás pensé que vería tan bellísima a Ana María ni
que los rasgos tan duros de Jerome pudieran cambiar tanto, si no parece ni el
mismo-
Confesó feliz César, tras lo cual hizo una pausa y añadió-Yo
con lo único que no estoy de acuerdo es con lo de tener que ser suegro de
ninguno-.
-Papá…-Protestó Ana María
-Eso es, el padre de ambos para mí los dos sois mis hijos y
eso jamás cambiará os pongáis como os pongáis-Le cortó César rotundo a la par
que muy orgulloso de sus hijos.
-Gracias papá eres el mejor-Le agradeció la pequeña de las gemelas
con una sonrisa de oreja a oreja.
-Si algún día nos casamos…-Comenzó diciendo Ana María
-¿Cómo que si nos casamos? Claro que nos casaremos ¿O a caso
lo dudabas?- La interrumpió Jerome, al tiempo que con uno de sus
fuertes brazos rodeaba su cintura y la atraía hacia sí.
-Ya sé que nos casaremos, pero era por no adelantar
acontecimientos-Se justificó ella en tanto le acariciaba dulcemente su hermoso
rostro.
-Ya me dirás como no vamos a adelantar acontecimientos si
todos saben que estamos predestinados-Le “reprochaba” él sin soltarla ni un
momento.
Justo entonces apareció el camarero, un hombre de mediana
edad, trayendo el pedido de aquella mesa en tanto les anunciaba-el joven indio
les invita
-Bueno capitana ¿Que tal anoche? No sabes lo que te perdiste
por no querer bajar a tierra ¿Verdad Ana María?-Les inquirió Nerea a una y
otra.
La joven de 23 años, iba a las mismas clases que Yahitza desde
que ambas se conocieran en cuarto curso hasta acabar el instituto y durante
aquel tiempo se hicieron amigas inseparables
compartiendo así sueños, secretos e ilusiones, hasta que un día el padre
de Nerea decidió que su hija debía estudiar en la universidad pese a los
constantes ruegos de su hija de querer hacerse a la mar.
Durante varios años las amigas no volvieron a verse más,
aunque no por ello se olvidaron la una de la otra, de tal modo que un 20 de
junio de hacía ya 7 años Iahitza se
acercó con su atuendo de pirata al invernadero donde sabía según sus fuentes
que posiblemente hallaría allí a su amiga la bióloga especializada en plantas
exóticas tanto marinas como terrestres.
No había cambiado nada desde la última vez que se vieron: Su
larga y castaña melena lisa seguía manteniendo sus reflejos cobrizos, sus vivos
ojos castaños seguían brillando detrás de sus modernas gafas de vista cansada,
sus cuatro o cinco kilos de más en su 1´63 para nada afeaban su bonita y
graciosa figura.
Aprovechando que ese día estaban solas Yahitza, se hizo notar
proponiéndole –Vengo a reclutarte para servir en el “Ana María Diosa Del Mar”,
el galeón es seguro, la paga buena y la aventura está servida, que me dices
¿Aún te interesa?-.
Dado que Nerea provenía de una larga estirpe de grandes
marineros llevaba el oficio en la sangre por lo que exclamó al tiempo que se
quitaba las gafas con un brillo maligno en sus ojos- Por supuesto que acepto,
ahora le voy a demostrar a mi padre que valgo tanto como el más bravo de los
marinos y no como el memo de mi hermano-.
-…Mujer ten en cuenta que a tu hermano no le gusta el mar
como a ti- Lo defendió Yahitza recordando claramente, como cierto día fue
testigo de cómo su padre lo obligaba a que fuese marinero.
- Y no que por ser chica parece que sea una fina y delicada
figurita de porcelana que haya que guardar en una urna de cristal y tratarla con mucho mimo para que no se
rompa-Prosiguió Nerea hecha una furia, dicho lo cual ambas amigas se dirigieron
al “Ana María Diosa Del Mar”.
-Mujer ten en cuenta que son gemelas así que nuestra capitana
seguro que tan bien habrá pasado un fin de semana inolvidable-Defendió Eva a Yahitza , aunque esta última tuvo más la sensación de que más que defenderla lo
que realmente estaba haciendo era “echar
leña al fuego” .
La morena de 1,58 cm cuya corta y lisa melena, al igual que
sus ojos era tan negra y brillante como una tranquila noche de verano, de
esbelta figura y gran experiencia pese a sus cortos 20 años de edad cuyo
trabajo a desarrollar era el de una excelente mecánica la cual fue descubierta
de forma casual por Lena, la contramaestre del “Ana María Diosa Del Mar”
tras lo cual la reclutó utilizando su cargo ya que a su juicio no les
vendría mal una mecánica como aquella y además le veía muy buenas dotes como
marinera.
-Son incontables la veces que he oído alusiones a tu famoso
fin de semana ¿Sería mucha molestia que me explicaras que has hecho?-Le
inquirió Ana María a Iahitza intrigada.
-Claro, ¿Pero te importaría si vamos a mi camarote y te lo
cuento allí? Necesito descansar con
urgencia-.
-Por mí como si lo quieres contar subida a la vela del palo
mayor, pero EMPIEZA de una vez si no
quieres que me de algo-La presionó Ana María
-No es justo, ¿Por qué siempre nos tenemos que perder los
detalles más jugosos?...-Protestó fastidiada Alex.
-En línea generales…-Intentó Irina chafar el suspense a su capitana
en forma de venganza.
-Shshshsh- La calló Yahitza al tiempo que le dedicaba una
mirada tan felina que la hizo estremecer.
CAPITULO 7
Una vez en el lujoso camarote de Yahitza, tras cerrar la
puerta del mismo y mientras esta se ponía cómoda en su cama comenzó su
narración- Todo empezó la noche del viernes por un conjuro fallido-.
-Al grano Iahitza que nos conocemos-la apremiaba Ana María.
-El viernes pasado me casé con Andros y estoy esperando un
hijo suyo-Le resumió su gemela brevemente.
En ese momento la puerta del camarote se abría en tanto el
resto de la tripulación exclamaba al unísono sorprendida- ¡Comooooo!- Tras lo
cual a causa del efecto dominó empezaron a caer una sobre otra obstruyendo así
la entrada.
Ana María al observar semejante espectáculo rompió a reír en
sonoras carcajadas al tiempo que decía-Que bueno toda la tripulación buscando
una lentilla-
-Volved todas a ocupar
vuestros puestos-Ordenó con voz de mandato Iahitza.
-De acuerdo expláyate, pero no olvides contarme los detalles
más jugosos-
Intervino Ana María
volviendo a cerrar la puerta y dando por consiguiente al resto de la
tripulación con la puerta en las narices.
Yahitza como si nada hubiera pasado prosiguió con su
relato-Mi pretensión era conjurar un amuleto griego muy poderoso y en lugar de
eso, aparecí en una pequeña isla griega llamada Santorini.
Cuando “llegué” era la tarde noche, el variado colorido de
las casas contrastaba notablemente con la ropa oscura de sus gentes y en el
aire se respiraba un aroma floral a fiesta popular y a paz que alegraba el
espíritu y en medio de todo aquel paraíso destacaba él.
Ambos nos quedamos de píe a tan solo 10 pasos el uno del otro
observándonos durante algún tiempo con complacencia y gran deleite para mi: Su
cuerpo perfecto estaba tostado por el sol marino, sus profundos ojos negros
poseían una gran viveza que lo hacían destacar en su rostro griego de dulces
rasgos, aparentaba tener unos 37 años y medía aproximadamente 1 80cm de
estatura, su vestimenta de pirata así como su larga melena negra le conferían
un aire tremendamente salvaje y sexi.
Aún permanecimos un rato más así hasta que finalmente él se
decidió a romper el silencio diciendo….
-Jamás podría olvidar esa melena, ni la profundidad de tus
ojos-Dicho lo cual reafirmó su declaración con una bonita y dulce sonrisa en
los labios.
-¿Nos… conocemos?- Quise saber yo curiosa aún encontrando en
él algo tremendamente familiar.
-Mírame bien a la cara.
Fue hace un año, en unas circunstancias muy distintas, tú me
salvaste la vida en dos ocasiones…y algo más-Me relató él intentando hacerme
recordar
-¡Atención naufrago a estribor!- Informó Claire dando la voz
desde su puesto de vigía.
-¿Qué hacemos capitana?-Quiso saber Lena en tanto observaba a
un joven medio ahogado agarrado a una vieja plancha de madera.
Iahitza mediante su catalejo, le echó un vistazo al joven el
cual parecía encontrarse en unas condiciones muy deplorables, tras lo cual miró
hacía tierra firme donde vio sobre un majestuoso corcel negro al Conde Ripalda
acompañado de su fiel sequito, en tanto proclamaba-Subidlo a bordo,
intentaremos salvarle la vida e incluso puede que saquemos algo de provecho de
esto, aunque solo sea por joder a ese cabrón de Francisco, además está claro
que los enemigos de nuestros enemigos son nuestros amigos-.
-Eva, Inés coged un coy y traer al naufrago a bordo-Ordenó
Iahitza.
-Tu Ana María iza la bandera pirata toda entera-Le ordenó
Iahitza a su gemela y segunda de abordo ya que anteriormente le había prometido
que le cedería a ella el honor de ser quien desafiara a aquel maldito cacique
en la primera ocasión que se les presentara.
-¡A la orden mi capitana!-Exclamó efusiva Ana María en tanto
se cuadraba, tras lo cual se apresuró a
cumplir la orden recibida.
Una vez el joven y desvalido desconocido estuvo a bordo fue
depositado por Eva e Inés sobre la
cubierta de proa, tras lo cual Yahitza, utilizando sus conocimientos médicos impartidos años atrás por su hermano
Jerome comenzó haciéndole el boca a boca.
-Lucía ayúdame a bajarlo hasta mi camarote que voy a tratar
de reanimarlo- Le pidió su capitana a la médico oficial del galeón.
Dicho y hecho Lucía sin hacerse de rogar cumplía con la orden
recibida.
Una vez el joven naufrago estuvo tumbado boca arriba Lucía se
quedó a una distancia prudencial de este mirándolo con la boca abierta y ante
la mirada severa de su capitana se justificó diciendo- Yo…traeré toallas
limpias-.
-Y yo una jarra con agua caliente-Añadió Gloria, otra joven
de 20 años de las mismas características que Lucía e íntima amiga suya, para
justificar su repentina aparición allí.
Yahitza furiosa voz en grito les ordenó-Este chico lo que
necesita es revivir no parir y vosotras ya estáis sobrando aquí así que ya subid a cubierta ahora mismo a
ocupad vuestros puestos ¡ANDANDO!-.
Al mismo tiempo que las dos amigas resentidas acataban la
orden recibida, el joven de corto pelo negro cuyas vestiduras hechas harapos
denotaban que lo había pasado francamente mal entre abría por primera vez sus
ojos negros y al hacerlo vio ante sí una mujer de larga y rizada melena negra,
oscuros grandes y castaños ojos, tan alta como él y pese a la severidad de los
rasgos de su tez morena, a su juicio, poseía la sonrisa más bella y dulce del
mundo.
Era ni más ni menos que Iahitza.
-He muerto y estoy en el cielo ¿Verdad?, porque tengo la
certeza de estar viendo un ángel-Fueron las primeras palabras de él casi en un
susurro y con la boca seca.
Iahitza al tiempo que lo ayudaba a incorporarse con una
sonrisa cada vez más amplia le daba de beber buena agua fresca en tanto le
aseguraba-No siento decepcionarte, pero por ahora sigues en la tierra entre los
vivos-.
Él tras acabar de beber le declaraba- En ese caso un
ángel se ha caído del cielo por que si
hay algo de lo que no me cabe la más mínima duda es de que eres un ángel con
cuerpo de diosa y voz de sirena-.
-Deliras-Le aseguraba ella aunque tremendamente alagada, tras
lo cual hizo una breve pausa en tanto lo ayudaba a recostarse de nuevo tras lo
cual añadió
-Quieto ahí Casanova que aún tienes que reponerte-.
Él, tras admirar como su belleza natural destacaba con su
uniforme pirata bromeando le preguntó-¿Es la versión femenina del uniforme
pirata?-
-La versión femenina lleva una falda pero para mí el pantalón
me resulta mucho más cómodo-Le respondió Iahitza y al observar que ya había
recuperado su voz con total normalidad añadió-Muy bien, Quizá puedas decirme
mientras te curo como has llegado hasta tan lamentable estado-.
-No te discuto que
esté en un estado de lo más lamentable, incluso penoso diría yo, pero al estar
en tus manos me siento en el séptimo cielo, de hecho ahora si puedo decir que he sido tocado por
un ángel-Le hizo saber él con la mejor de sus sonrisas.
-¿Qué tal si empezamos por tu nombre?-Intentó llevar Yahitza
la conversación por otros derroteros.
-¿Has oído hablar de un pirata llamado Joey Wallace?- Comenzó
preguntándole él con la mejor de sus sonrisas.
-Vagamente -Se sincero ella.
-Pero si soy muy famoso-Exclamó él en forma de protesta, tras
lo cual resignado prosiguió-Bueno como te decía yo soy el famoso y temido, o al
menos eso creía hasta que te conocí, por lo de famoso lo digo…-.
-…Y temido por los
maridos de las jóvenes burguesas que caían rendidas a tus pies, Casanova-Lo
interrumpió ella tomándole el pelo, tras lo cual se disculpó con un sencillo-
Perdona sigue-.
-En un descuido de lo más tonto el pasado miércoles los
hombres del Conde Ripalda me apresaron y encarcelaron en la más recóndita y
húmeda celda del castillo de Bellver –Le resumió él.
-Define un descuido tonto-Le solicitó ella.
-Me hallaba yo después de dos años en casa de mis padres,
tienen una pequeña casa en la montaña con dos o tres reses de ganado.
Mi madre, desde que yo era niño hace yogures y cuajadas y a
petición mía al segundo día de estar allí iba a hacer unos yogures y yo me
ofrecí a ordeñar a la vaca.
Me encontraba en plena faena cuando los esbirros de Francisco
me prendieron…
El insigne Conde al tener ante él a su nueva e inesperada
presa, tras una sonora carcajada les dijo a dos de sus mejores hombres
pertenecientes a su guardia personal – Llevad a su excelentísima majestad a sus
aposentos y dadle el trato que se merece-.
Acto seguido el joven pirata era encerrado en la más oscura,
húmeda y recóndita mazmorra del castillo de Bellver maniatado a la pared de la prisión con unos
gruesos y negros grilletes.
Justo en el momento en que iba a ser azotado apareció en el
umbral de la puerta el Conde Ripalda
gritando con voz de mandato-¡No, alto! Ese honor es mío, dejadnos a solas-.
Una vez ambos hombres se quedaron a solas el conde comenzó
diciendo muy socarrón-Vaya Joey, parece que después de 8 años de larga espera y
saqueando mis naves por fin nos vemos las caras-.
-Que audaz señor conde-Se burló Joey de su raptor.
-Espero que estés cómodo y todo sea de tu agrado-Prosiguió
irónicamente el conde.
-Pues no creas conde espalda, el servicio de habitaciones
deja mucho que desear-Le comunicó Joey burlón.
-Ripalda, es Ripalda, Conde Ripalda-Lo corrigió él hecho un
energúmeno como cuando alguien le gastaba una de aquellas bromas con su
aristocrático nombre.
-Pues como te iba diciendo Conde espalda…-Prosiguió Joey
sacándole de sus casillas.
-Ripalda es Ripalda-Lo volvió a corregir el conde.
-Pues lo que yo decía Ripalda-Dijo Joy aguantando la risa.
-Por última vez no es Ripalda es Espalda Conde Francisco
Espalda-Renegó nuevamente el conde tan fuera de sus casillas que no sabía lo
que decía.
Francisco era un hombre corpulento de unos 45 ò 50 años
aproximadamente, aunque rubio, su pelo cortado perfectamente a navaja era en su
mayor parte canoso, medía 1´80 de altura y gracias a las bromas persistentes de
Joy sus pequeños ojos azules estaban más sanguinolentos que de costumbre.
En cuanto a su carácter cabe decir que era un hombre
irreflexivo, iracundo, autoritario, tirano, despectivo y despiadado, en pocas
palabras Francisco Ripalda es lo que se suele denominar “el perfecto cacique”.
El conde enrojecido por la cólera tomó impulso con el dorso
de su mano para a posteriori golpear fuertemente la mejilla izquierda del osado
pirata-Maldito niñato insolente…, ahora me vas a decir donde está “El Rey del
Mar” si no quieres que le pase nada malo a tu familia-.
-Allá tu si quieres firmar tu sentencia de muerte, pero luego
no me vengas llorando que nos conocemos Paquito- Lo provocó con indiferencia y
absoluta osadía él.
Aunque Joey sabía que con su comportamiento era él quien
estaba sellando su sentencia de muerte, no era ningún necio y sabía que tarde o
temprano el conde acabaría con su vida por lo que no pensaba ponérselo nada fácil
y ya que tenía que morir había
elegido que fuese riéndose de él y
llevándose su secreto a la tumba.
Francisco harto de ser el objeto de sus burlas de aquel
ladronzuelo insolente e indisciplinado pese a su desventajosa situación le
ordenó voz en grito en tanto con toda la fuerza de que era capaz un hombre de
su peso y complexión con un sofisticado y candente látigo de siete brazos que
mantuvo desde un principio en sus manos comenzó a azotarle cada vez con más
fuerza a la par que le decía –Ya basta de tonterías, ¿Dónde está el “Rey del
Mar”? contesta perro, ¿Dónde está el “Rey del Mar”?-.
-Lo tenéis ante vos “majestad” – Le contestó Joey con mucho
rintintin pesé a los continuos y dolorosos latigazos.
-Tras 13 latigazos más descargados sobre la espalda del joven
Joey con una fuerza bestial por parte
del despiadado conde le inquirió presa de una gran cólera-¿Has tenido ya
suficiente?¿Me dirás ahora donde escondes el “King Of The Sea”?-.
Con la espalda sangrante y con sus últimas fuerzas Joey
Wallace volvió a desafiar a su verdugo –No sé si lo habré mencionado ya, pero
la cesta de frutas deja mucho que desear, está llena de manzanas podridas-.
Poseído por una furia desmedida, Francisco, volvió a fustigar
cuatro veces más al joven pirata por su osadía.
Joey sacando fuerzas de flaqueza le dijo con un hilo de
voz-Con el respeto que me merecéis…-tras lo cual hizo un gesto muy
significativo con el dedo índice de cada mano y acto seguido las fuerzas de su
castigado y maltrecho cuerpo lo abandonaron y desfalleció
Iahitza tomó sus manos por las muñecas y fue al colocarle las
palmas hacia arriba cuando mejor pudo ver en sus muñecas la marca de los
grilletes, tras lo cual con el semblante serio lo miró a la cara y le
pidió-Quítate lo que te queda de camisa y date la vuelta-.
Mientras él se deshacía de sus harapos ella quiso
saber-¿Cuánto tiempo estuviste encerrado allí y como escapaste?-.
-Unos cuantos días creo, al final perdí la noción del tiempo,
en cuanto a cómo escapé fue haciéndome pasar por muerto lo cual no fue nada
difícil pues casi fue real, tras lo cual me arrastré con mucho esfuerzo por
unas oscuras galerías pero no logro recordar como salí de allí ni donde conducían y aún menos como fui a
parar al mar, supongo que estaba demasiado débil para ser consciente de todos
los detalles-Le contó ampliamente él cuanto recordaba.
Una vez se sentó semi desnudo de espaldas a Yahitza, esta
colocó sus manos suavemente sobre su espalda al tiempo que le preguntaba-¿Te
duele?-
-No te preocupes por eso, he recibido tantos golpes que la
espalda se me ha hecho dura y ya ni la siento, solo siento tus manos de
terciopelo acariciando mi piel-Le aseguró él.
-Gracias por el cumplido y ahora túmbate boca abajo en la
cama que voy a curarte, te advierto que te dolerá bastante pero merecerá la
pena-Le advirtió ella con dulzura.
-Adelante-Le dijo él.
En ese momento, ella, colocó sus manos sobre su espalda a 3
centímetros de distancia y comienza a conjurar-Convoco a los 4 elementos: Agua,
tierra, fuego y aire así como a las poderosas fuerzas del universo para sanar
las heridas internas y externas de este joven pirata y devolvérselas junto con
todo el daño causado multiplicado por el infinito al brazo ejecutor que en su
día las causó-.
Un grito ensordecedor y desgarrador salió de la garganta de
Joey por espacio de un minuto, mientras Iahitza
en trance llevaba a cabo tan poderoso conjuro.
Transcurrido este tiempo, Joey se pone en pie y se mira en un
gran espejo ovalado que hay ante él y admirado exclama-¡Es increíble no me ha
quedado ni rastro, eres una fenómeno-.
-Será mejor que te sientes si no te quieres caer-Le aconseja
sabiamente ella.
-Pero si nunca me he encontrado mejor que ahora si…-Replica
él alegremente alborotado.
Iahitza antes de que sea demasiado tarde y se desplome en el
suelo, lo coge por los hombros y le ayuda a tomar asiento.
-Que mareo, gracias, pero no entiendo-Exclamó él atónito.
-Te has quedado débil, suele pasar cuando hay heridas
internas graves que deben cicatrizar muy deprisa como es tu caso-Le explica
ella detenidamente.
Joey al ver con qué atención y preocupación se observa ella
las manos inquieto le pregunta-¿Te sucede algo?-.
-He perdido la fuerza en las manos momentáneamente.
La primera vez que se hace un conjuro muy poderoso siempre
hay efectos secundarios, dicho de otro modo es como correr una maratón sin
haber entrenado antes vas con tan poco fondo que llegas ahogado y al día
siguiente tienes la madre de todas las agujetas- Le explicó amablemente ella.
Él toma sus manos y las masajea al tiempo que le confiesa-Eres
el tipo de mujer que no me importaría presentarle a mis padres-.
Yahitza, al tiempo que intentaba retirar sus manos le
aseguraba-No sabes lo que dices Joey-.
-Déjame, soy el mejor masajista a este lado del continente,
es lo menos que puedo hacer, después de haberme salvado la vida me siento en
deuda contigo- le pidió él con suma dulzura.
-No tienes porque, ha sido un verdadero placer-Le asegura
ella con la mejor de sus sonrisas.
-Por mucho que lo niegues Yahitza, eres un sueño de
mujer-Insiste él consiguiéndola ruborizar.
-Ni siquiera sabes quién soy-Repuso ella.
-Lo que tu digas “Diosa Del Mar” y por cierto no eres tan
fiera como te pintan-Fue la respuesta de él en tanto le guiñaba un ojo.
-Será porque me has conocido
solo en mi faceta de mujer en lugar de la de pirata-Le descubrió ella.
A posteriori él añadió-Puedes llamarme Andros si lo
prefieres, de todos modos por el de Joey no me conoces y así resulta bastante absurdo llamarme por
mi nombre de guerra ¿No crees?-.
-Andros, me gusta es
un nombre con mucha fuerza y muy griego-Opinó Iahitza en tanto se sentaba en el
gran lecho junto a él tras lo cual le dijo-Como tu médica te recomiendo mucho
descanso así como una dieta sana y equilibrada para que te repongas pronto-.
Andros tumbado ahora sobre el grande y amplio lecho quiso
saber en tanto la miraba a la cara-¿Qué pasara ahora conmigo?-.
-Mi hermana y yo somos muy supersticiosas en lo que a subir a
hombres a bordo se refiere, así que en cuanto estés completamente recuperado te
dejaremos en el puerto más cercano para que puedas seguir tu camino-Le explicó
sinceramente Yahitza, tras lo cual le aconsejó- Si quieres salvar la vida te
recomiendo que nunca digas que estuviste a bordo del “Ana María Diosa Del Mar”
y te tratamos bien, porque de lo contrario tarde o temprano llegaría a nuestros
oídos y lo mismo que he consentido subirte a bordo y salvarte la vida no
dudaría en arrebatártela mucho antes de que pudieras reaccionar, créeme-.
-Sí, las hermanas Grande Guerrero tenéis fama de ser muy
intransigentes con los hombres-Asintió pensativo Andros.
Yahitza se quitó un medallón redondo de un material parecido
a la madera pero mucho más ligero que
simboliza los 4 elementos para a continuación prenderlo de su cuello en tanto
le explicaba-No te quites nunca este amuleto,
Él te protegerá de todo tipo de peligros y si alguna vez me
necesitas solo tienes que susurrar mi nombre y allí estaré.
Este medallón tiene una particularidad y es que si alguien
intenta robártelo no solo no lo conseguirá sino que además sufrirá las consecuencias, de hecho tu eres el único
que puede hacerlo-Dicho esto cogió ropa limpia de su armario y en tanto se la
entregaba le sugirió-Esconde el medallón bajo la camisa, si mi hermana descubre
lo que he hecho no habrá conjuro lo suficiente poderoso que nos pueda salvar de
su ira-.
-¿Y no correré el peligro de perderlo en una batalla?-Quiso
saber curioso Andros.
-Olvide decirte que otra de las particularidades que tiene el
medallón es que cuando se moja o detecta
un gran movimiento, se adhiere a la piel como un tatuaje, ah sí y si alguna vez
se te cruzan los cables y quieres aprovecharte de la invulnerabilidad que el
medallón te proporcionar con el único objetivo de hacer daño sin más no solo te
abandonará y volverá a mi sino que además
los peligros de los que fuiste librado hasta entonces volverán
furiosamente a ti todos juntos y multiplicados por el infinito hasta causarte
una muerte lenta, dolorosa y agónica-Le explicó ella pausada y detalladamente.
-¿Por qué haces esto por mi Yahitza?-Quiso saber el joven
Andros con dulzura.
-“Si me haces esa pregunta es porque estás ciego y para eso
aún no tengo ningún conjuro que valga”-pensó Yahitza pero en su lugar le
contestó- Tienes suerte, me has caído simpático-.
-Tengo mis dudas, ¿Quiénes la verdadera Ana María Diosa Del
Mar tu hermana o tu?-.
-Yo, por supuesto, aunque ahora mismo a ti no te lo
parezca-Fue la respuesta de Yahitza.
-No creo que a Ana María eso le haga mucha gracia-Le comentó
Andros a ella intentando evitar que un pesado e incómodo silencio se hiciera
entre ellos.
Yahitza, se encogió de hombros a la par que añadía al
respecto-Aquí la que manda soy yo y las demás mientras trabajen para mi están
obligadas a acatar mis órdenes-.
En ese momento, Ana María furiosa porque intuía que algo
fuera de lo común estaba pasando a sus espaldas abrió bruscamente la puerta del
camarote de su hermana y de forma aún más brusca si cabe le exigió a su gemela
pese a que su rango era inferior al de esta- Ya está bien de charla Yahitza,
sube a cubierta a cumplir con tus funciones-.
-Tras la riña recibida, Andros, se apresuró a defender a su
salvadora-Yahitza no merece tal bronca, yo soy el único culpable que se las ha
ingeniado para retenerla el mayor tiempo posible-.
-Eso no la exime a ella de culpa-Contestó aireada Ana
María.
Una vez ambas hermanas estuvieron en cubierta, Ana María montando en cólera quiso saber- ¿Cuándo
estará listo ese pirata de pacotilla para abandonar la nave?-.
-Como médico y como capitana te diré que al menos 15 días
para reponerse de un tumor maligno que le acabo de extirpar y que habría
acabado con su vida en 36 horas-Le explicó su hermana con solemne serenidad.
Ana María al escuchar aquella información se quedó pálida como la luna y a modo de
disculpa humildemente se interesó por el estado del paciente-Lo siento, no lo
sabía ¿Se lo has dicho ya? ¿Cómo se encuentra?-.
-Se encuentra débil, aunque todo parece indicar que se
recuperará bien, en cuanto a si lo sabe, prefiero que permanezca ignorante al
respecto, en su lugar le he dicho que tenía heridas internas causadas por el
látigo y es preferible que lo siga creyendo así ya que de sospechar la verdad, se obsesionaría y eso solo haría dificultar su recuperación-Le explicó Yahitza
como médica naturalista de a bordo.
-Tú sabes que en casos así el tumor no desaparece si no que
debe ir a parar a alguien-Le recordó Ana María basándose en las enseñanzas de
su hermano Jerome.
-Lo sé y ahora paquito también-Le asegura ella malévola.
-¿Quieeen?- Le interroga Ana María extrañada.
-Así es como llama nuestro nuevo amigo a nuestro
“querido” Conde-Le contestó Yahitza a su
gemela.
Las sonoras risas de Ana María se oyeron en todo el galeón y
cuando por fin pudo parar de reír le dijo- Esta bien da la orden de que
preparen un camarote digno del intrépido y temido Joey Wallace-.
-Yo soy la Diosa del
Mar y no admito ordenes de nadie- Le aseveró Iahitza a su hermana y ya que se
alejaba se dio la vuelta pensativa y le inquirió -Espera un momento ¿Le
conoces?-.
-¿Bromeas? Es la pesadilla constante de “paquito” así como de muchos piratas, lo asombroso es
que tú nunca hayas oído hablar de él-Le narraba Ana María a su hermana con
auténtica admiración.
-Pues hasta hace un rato no parecía caerte muy bien-Le
increpó con desdén Yahitza.
-Me defraudó el saber que lo habían cogido-Le explicó
brevemente la segunda de a bordo a su capitana.
-Nunca seas juez ni verdugo de un compañero y menos de uno al
que admiras-Le aconsejó muy seria Yahitza.
-A la que sí parece que le gusta Joey especialmente es a ti y
no tengas la osadía de negármelo, por que se te nota a la legua-La descubrió
Ana María.
-Soy la Diosa Del Mar y no tengo que rendirle cuentas a nadie
de lo que haga con mi vida personal-Se limitó a exclamar Yahitza, tras lo
cual desapareció por donde momentos
antes había aparecido.
-¿Qué ha sucedido ahí fuera?-Quiso saber él intrigado.
-Nada que no fuera de prever teniendo un hombre a
bordo-Contestó sería Yahitza, tras lo cual se sentó en su trono dorado y comenzó
a escribir un documento para a posteriori ordenar- Quiero ver en ya a todo el
mundo en la cubierta de popa, eso también te incluye a ti Joey-.
Una vez estuvo todo el mundo reunido en el lugar acordado,
Iahitza comenzó a decir- Prestad todas atención, porque acabo de escribir unas
leyes que en lo sucesivo serán nuestras propias leyes y las únicas que debemos
acatar- Dicho esto hizo un inciso y comenzó a leer:
1ª Ley : No traicionar
nunca a una compañera o compañero
2ª Ley: No ser nunca
juez ni verdugo de otros piratas.
3ª Ley: Respetar el
código de honor de los piratas
4ª Ley: No dejar nunca
a una compañera en la estacada.
5ª Ley: Las traidoras
o traidores que se amotinen a bordo serán maniatados y pasados por la quilla
para ser pasto de los tiburones.
6ª Ley: Tras la captura de un botín la capitana entregará una
parte del botín a sus mujeres más medía en caso de lesión grave o mutilación.
7ª Ley: Los enemigos capturados tras recibir su merecido
serán pasados por la quilla una y otra vez hasta ser devorados por el temible
tiburón tigre, más conocido por “El Gran Tigre”
dado sus 15 metros de longitud y su fama real de indestructible.
8ª Ley: El/la pirata, bucanero, filibustero o civil que ose
dañar al “Gran Tigre” será severamente castigado con la pena de muerte.
9ª Ley: En caso de tener que sacarle información a un
prisionero/a si este/a se negase a colaborar será colgado y maniatado en un
mástil de madera que abran sido colocados en la playa aprovechando la marea
baja, bajo la amenaza detallada de todo lo que le sucederá si se niega a colaborar.
Por su puesto el desdichado/a, recibirá esta amenaza mientras
observa con estupor como sube cada vez
más la marea.
10ª Ley: Si pese a todo el preso/a decide llevarse con él su
secreto a la tumba su deseo será respetado cumpliéndose así mismo la amenaza.
11ª Ley: Si pese a confesar el/la preso/a hubiera cometido un
grave delito y la capitana lo creyese oportuno se le dejaría morir igualmente.
12ª Ley: Quien ose atentar contra la vida de las hermanas
Grande Guerrero así como de sus aliadas y/o aliados tendrá los días contados y
sufrirá la más lenta, cruel y sanguinaria de las muertes.
13ª Ley: El/la pirata que capture en su tiempo libre uno o
varios tesoros tendrá pleno derecho sobre él y si en la captura han intervenido
varias personas será repartido a partes iguales o en su defecto como el dueño o
dueña lo considere oportuno.
14ª Ley: En caso de que en algún momento alguna compañera o
compañero decida abandonar la piratería por otro tipo de vida tendrá total
inmunidad por parte de sus compañeras o compañeros.
15ª Ley: En caso de necesidad una ex pirata podrá recibir la
ayuda de sus ex compañeros si la capitana lo creyese oportuno y en caso de que
quisiera re incorporarse de nuevo a las ordenes de su antigua capitana y su
tripulación, pasará primero por un periodo de prueba para comprobar que sigue siendo digna de tal
honor y no ha sido corrompida por las
leyes “legales” y les estén tendiendo una trampa.
Si las pasas será readmitida por su capitana y sus compañeras
aunque con un cargo inferior al que ostentaba antes de abandonar y se le dará
una fiesta de bienvenida en su honor, en caso contrario, será arrojada al mar
donde será pasto de los tiburones.
Estas leyes estaban firmadas por Yahitza Grande Guerrero
Capitana del “Ana María Diosa Del Mar”,
Ana María Grande Guerrero segunda de a bordo del “Ana María Diosa Del Mar” y
finalmente por Joey Wallace Capitán del “King Of The Sea”
CAPITLO 8
-Andros-Exclamé yo a voz de pronto vivamente emocionada.
Él en tanto me estrechaba en sus brazos me reprochaba
dulcemente-Si, si mucho Andros, pero si no te llego a llamar habría corrido
otro año más sin verte y así sucesivamente, estoy seguro-.
-Lo siento, sé que no es excusa, pero tengo un nombre con
mucho peso-Traté de disculparme yo sinceramente.
-¿Es que a caso la Diosa Del Mar no tiene vida personal?-Me
inquirió él con dulzura.
-Eso me temo-Me limité a añadir yo con profundo pesar.
-Pues eso va a cambiar princesa-Me declaró alegremente él.
-¿Me lo prometes?-Quiso saber la diosa del mar alegremente alborozada.
-Desde luego-Asintió él, tras lo cual intrigado quiso
saber-¿Por qué no me dijiste que estabas enamorada de mi?-.
-Porque eso debías averiguarlo por ti mismo y tuviste más de 15 días para
hacerlo pero nada tú no parecías enterarte de nada-Fue mi respuesta a modo de
dulce reproche.
-Pues si no me lo llega a decir mi madre ni me entero. Estaba
tan ocupado en que no se me notara que estaba loco por ti por si te lo tomabas
a mal que no me di cuenta de que era correspondido-Me confesaba él
abiertamente.
-Siento decirte que se te notaba mucho-Le hice saber yo, en
tanto paseábamos por las cálidas y blancas calles de Santorini cogidos por la
cintura-Y a posteriori le confesé-De no haber estado enamorada de ti habrías
estado a bordo el tiempo justo para ver si me servías para destruir a “paquito”
y luego te habría dado un coy para que te buscaras la vida-.
Él muy orgulloso me aseguró-Aunque no fue una misión fácil
cumplí mi promesa y no le hablé a nadie de que había estado a bordo del “Diosa
Del Mar”
y de lo bien que me habíais tratado todas aunque de no ser por ti dos de
tus mujeres literalmente me habrían puesto a parir-.
Acto seguido ambos nos echamos a reír a carcajadas.
-¿Dónde me llevas Andros?-Quise saber yo de repente.
-A la playa-Me contestó brevemente él.
-¿A la playa?-Repetí yo con un bonito rubor en mi rostro
preludio de lo que a continuación vendría.
-Sí, ya está todo dispuesto para que nos casemos, tú solo
tienes que aceptar-
Me informaba él con un bonito rubor que embellecía aún más su
hermoso rostro.
-Sí, quiero-Asentí yo en tanto me perdía en el profundo mar
de su mirada.
Una vez llegamos a la playa, para mi sorpresa, nos esperaba
allí su familia y Jerome el cual se acercó a mí y me entregó una gran caja
cuadrada en tanto me decía-Toma esto es para ti cambiante en el vestidor que yo
haré lo propio quien acabe antes esperara al otro-.
Yo impaciente como siempre, me metí en el vestidor y al abrir aquella caja me quedé boquiabierta al ver un maravilloso vestido blanco vaporoso y largo con finos brocados dorados alrededor del pecho y rodeando los bordes de la falda con unos zapatos a juego y una corona de flores para el pelo.
Ni quince minutos tarde en estar lista y llegar a la orilla
de la playa cogida del brazo de Jerome ataviado con sus mejores galas de
comanche por un camino de maderas que terminaba justo a la orilla del mar donde
ataviado con el más elegante uniforme de pirata me esperaba Andros.
-¡Estás preciosa!-Me susurró Andros al oído maravillado al
verme de aquella guisa y a su lado.
-También tu-Le contesté yo de igual modo.
En el cielo caía la puesta de sol y al mismo tiempo que el sol rojizo quedaba
frente a la luna fue cuando un sacerdote pagano recitó sus primeras palabras
oficiando aquella improvisada ceremonia-Convoco a los 4 elementos agua, fuego,
tierra y aire para que Yahitza y Andros al igual que la luna y el sol como dos
amantes enamorados vivan juntos y felices eternamente-.
Acto seguido nos intercambiamos los anillos y nos besamos dulce,
larga y apasionadamente en los labios al tiempo que nuestros 4 invitados nos
aclamaban con alegre algarabía al ya mítico grito de- ¡Vivan los novios!-.
El banquete lo celebramos en un pequeño mesón propiedad del
padre de Andros llamado “La Cueva del Pirata” donde predominan
esencialmente platos típicos griegos y
que esa noche fue reservado exclusivamente para nosotros.
Aunque eran contados
los invitados ya que fue una boda intima las emocionadas felicitaciones por
parte de estos no parecían tener fin.
-Por los novios que estén siempre juntos y sean eternamente
felices-Era el brindis de mi ahora suegro.
-Y por que tengan una vida plena-Añadía entre otros la dulce
madre de Andros.
-Salve Diosa Del Mar-Me aclamaba mí recién estrenado marido
seguido de nuestros invitados.
A lo que yo le contesté-Salve Rey Del Mar-También seguido de nuestros invitados
tras lo cual antes de que a alguien se le ocurriera un nuevo brindis todos
pidieron a coro-Que se besen, que se besen-
A continuación como no podíamos defraudarlos y nunca fuimos
ángeles nos besamos larga y apasionadamente en los labios hasta olvidarnos de
que no estábamos solos, lo único que nos devolvió a la realidad fue un
carraspeo de alguien que trataba de llamar nuestra atención.
Una vez nos separamos le sugerí casi en un susurro-Será mejor
que el carmín te lo quites tu solo porque sino yo no respondo-.
-¿Eso es una promesa?-Me inquiría él ilusionado.
-No te quepa la menor duda-Asentí yo muy sugerente.
Más tarde, bajo el incomparable marco de una noche estrellada
mientras todos bailaban en la playa alrededor de una hoguera, él me propuso –Se
que lo normal sería que nos quedásemos hasta el final, pero ¿Qué te parece si
aprovechamos que están todos entretenidos
y nos fugamos? Tengo el “King Of The Sea”
esperando tus ordenes a la vuelta de la esquina-.
-Me parece estupendo, pero me gustaría que el recuerdo de
nuestra primera noche de bodas fuese en el
“Ana María Diosa del Mar”-Le contesté yo en tanto le acariciaba su bello
rostro.
-Así será princesa-Me aseguraba él, tras lo cual me robó un
beso.
Yo saqué de mi bolsillo un conjuro muy útil que mi abuela
materna solía utilizar a menudo con mi abuelo y poniéndolo delante de nosotros
leímos los dos a un tiempo-Al tiempo y al espacio voy a desafiar para llegar al
momento y al lugar donde mi cuerpo y mi mente desean estar-.
No tardamos más de un momento en estar en el camarote de mi
galeón pirata donde dimos rienda suelta a una desmedida y salvaje pasión que a
pasos agigantados nos desbordaba como un caballo desbocado hasta hacernos
perder la razón.
A la mañana siguiente nuestros cuerpos desnudos y unidos en
un fuerte abrazo fueron descubiertos por los primeros rayos de sol que
traviesos se colaban por la ventana.
-Iahitza-. Me llamó él casi en un susurro en tanto apartaba
uno de mis tirabuzones negros de la cara.
-¿Si, mi amor?-Le contesté yo.
-¿Eres real?-Quiso saber él con suma dulzura.
-Tanto como tu-Fue mi respuesta, tras lo cual le di un dulce
a la par que sexi beso en la mejilla.
-Hay algo que me intriga desde ayer-Me comunicó él con su
suave voz de terciopelo.
-¿Qué es?-Le pregunté yo en tanto me refugiaba en su torso
desnudo.
-¿Qué hacías tú cuando yo te llamé?-Me inquirió él
acariciándome mi suave, negra, rizada y despeinada melena larga.
-Invocarte-Le dije yo en tanto lo miraba a la cara.
-¿Cómo?-Exclamó él extrañado.
-Sí, verás yo me hallaba invocando un poderoso amuleto griego
y de repente aparecí frente a ti. En un principio pensé que había fallado pero
una bruja tan poderosa como yo nunca falla, así que si unimos que yo te
invocaba en el momento justo que tú me llamabas, tenemos el más poderoso de los
conjuros-Le expliqué yo ampliamente.
-Si el del amor-Concluyó él, tras lo cual mis labios lo
besaron larga y apasionadamente en tanto su cuerpo lleno de deseo dulce y
sensual volvió a poseerme despertando en mí un placer sin límites que me hizo
vibrar de amor y pasión, tras lo cual ambos caímos exhaustos.
Transcurridas dos horas él muy seguro de sus palabras
auguró-Ahora que estamos casados supongo que puedo presumir de que mi mujer es
“La Diosa Del Mar”-.
-Te advierto que tengo muchos enemigos-Lo previne yo con una
sonrisa.
-Yo también y a mí tampoco me han atrapado nunca-Me aseguraba
él.
-¿Disculpa?-Le inquirí yo recordando las condiciones tan
deplorables en las que nos habíamos conocido un año antes.
-Vale, pero solo fue una vez y aunque casi pierdo la vida
desde el momento que abrí los ojos y te vi ante mí, supe que todo el calvario
por el que había pasado había merecido
la pena-Me aseguró mi marido con total certeza.
-Yo hubiese preferido en otras condiciones, pero bueno-Opiné
yo con dulzura.
-Princesa de no ser por ti, ese mismo día sin estar
embarazado y siendo imposible dada mi condición de hombre tus mujeres me
habrían hecho parir de hecho ya estaban en ello-Me confesó él rememorando
ciertos recuerdos del pasado.
Yo en ese momento rompí a reír en sonoras carcajadas en tanto
él recostado en la cama me contemplaba feliz con la mejor de sus sonrisas
viendo lo relajada y despreocupada que estaba ya que a todas luces se notaba
que en ese momento predominaba la Yahitza mujer por encima de la “Diosa Del
Mar”.
Cuando por fin pude parar de reír, él me propuso-¿Qué te
parecería dar un romántico paseo por la playa de Santorini en la que nos
casamos?-
-Mmm-Exclamé yo encantada con aquella idea.
Ambos nos miramos a los ojos y como dos chiquillos en plena
travesura que se han leído el pensamiento nos vestimos a toda prisa para partir
enseguida.
Andros haciendo alarde
de una memoria extraordinaria recitó en voz alta- Al tiempo y al espacio voy a desafiar para
llegar al momento y al lugar donde mi cuerpo y mi mente desean estar-.
-Andros espera-Le solicité yo viendo como se esfumaba con una
sonrisa, cuando en ese momento vi el colgante que le había regalado un año
antes sobre la cama me temí lo peor así que con mi espada en una mano y en la
otra el colgante me apresuré a recitar el conjuro que me llevaría hasta él
Llegué justo a tiempo de ver cómo era asesinado por el sucio
pirata Black Shark sin que yo pudiese hacer
nada por evitarlo.
Las lágrimas nublaban mis ojos en tanto corría presurosa los
cien metros de distancia que me separaba de él, tras lo cual lo cogí en mis brazos en tanto le preguntaba
entre lágrimas-¿Por qué te lo has quitado?, ¿Por qué? El te habría ayudado- .
-Tú lo necesitas más que yo princesa, ahora ya no estás
sola-Me contestó él moribundo.
Yo viendo como lo
perdía, intenté prender aquel colgante a su cuello, pero él lo rechazó al
tiempo que me aseguraba-No, yo ya no tengo remedio… póntelo tu que ahora tienes
que velar por vosotros dos-.
-No hables así Andros, te pondrás bien, ya lo verás-Le
prometía yo con los ojos empañados en lágrimas.
Pero a Andros se le cerraban los ojos inexorablemente se le
cerraban los ojos y yo viendo como lo
perdía apoyé mi cara sobre su maltrecho corazón y lloré sintiendo como la
sangre se escapaba a borbotones de su pecho, en tanto el notaba mis cálidas
lágrimas como lo mojaban y ahondaban en su corazón.
Él, siendo consciente de lo poco que le quedaba de vida dedicó
su último aliento para declararle a ella-Te quie…ro prin…ce..sa, te quie…-.
Y entonces sus ojos se cerraron para siempre.
Mis lágrimas después de varias horas llorando sobre su pecho
dejaron de brotar para siempre.
Algo pasó en aquel momento, me vi junto a él en otro sitio
muy distinto al que estábamos y de repente él comenzó a acariciarme la cabeza
en tanto me decía -No temas mi amor,
estoy bien-
-¿Cómo?-Quise saber yo sin dar crédito a mis oídos.
-No eres la única bruja a la que conozco, también mi madre lo
es y de niño conociendo mis aspiraciones piratescas me lanzó un conjuro por si
alguna vez me pasaba algo por el estilo que llegase directamente “al otro lado”
-.
Yo, a pesar de mi aturdimiento recordé uno de los conjuros
que figuraban en el libro de recetas que me había regalado la abuela en mi 13
cumpleaños que rezaba así –“al otro lado entrarás y a la vida eterna
pasarás”-aunque he de confesar que aún no había averiguado a que se refería.
Él, al verme tan aturdida, prosiguió explicándome-“El Otro
Lado” que es donde ahora nos encontramos es una vida paralela a la “real” donde
todos tenemos una segunda oportunidad y cada uno obtiene lo que merece, por
ejemplo: Yo estaré aquí siempre vivo y con mi familia, mientras que alguien
como Black Shark cuando muera pagará todo el daño que ha hecho en otra vida que
nada tiene que ver con la de la buena gente.
Una bruja como tu puede viajar y estar aquí pero nunca más de
24 horas de lo contrario quedarías aquí atrapada y morirías, al igual que yo
que no puedo regresar mas de 24h seguidas si no quiero morir y que mi cuerpo
quede reducido a cenizas.
Ahora prométeme que solo te centraras en cuidar de nuestro
hijo-.
-¿Cómo demonios…?-Comencé yo a decir.
-Yo también tengo algo de brujo, ¿Recuerdas?-.le aseguraba
él.
-Ósea que eres la medio viuda de Joey Wallace y además estás
embarazada-
Resumió Ana María una vez que su hermana concluyó su relato.
-Así es-Asintió brevemente Yahitza.
-Opino que deberías hacerle caso a Joey o Andros y dedicarte
solo a tu pequeño-Le hizo saber su hermana gemela.
-Los cuerpos de estos piratas bajo el mar perecerán y por más
que la busquen la paz eterna jamás
hallaran-Hizo este conjuro Ana María llena de ira.
Tras lo cual se relajó e hizo otro conjuro cerrando los ojos
mirando las brillantes estrellas del cielo azul en tanto levitaba- Con mi amado
y mi hijo al igual que con mi familia como inmortales viviremos siempre en la
tierra juntos-.
Y en este caso Yahitza logró un conjuro efectivo de verdad ya
que logró revivir a su marido y juntos
criaron a Andros junior.
Transcurrieron 13 años cuando a punto estaban de irse, Ana
maría y Jerome cuando pasaron delante de ellos para despedirse y en ese momento
les decía Luna- ¿Si vosotros estáis predestinados por qué no puedo estarlo yo con
el joven Andros?-.
Tanta rabia tenia Ana María acumulada que le dijo a su
hermana menor-Da la casualidad que Jerome sólo se ha criado con nosotros para
tener una mejor vida de la que le esperaba y para llegado el momento casarnos.
Mientras, tú eres una loba en celo así que escóndete en tú
cueva y déjanos en paz.
El joven Andros murmullaba- muy bien tía esa ha estado bien-
-Andros y tú ves al king off the sea que tenemos un plan para
ti-Le ordenaba Jerome.
-Sucios indios-Exclamó Luna resentida.
Cabe decir que Luna voló por los aires de una torta que le
dio Ana María, en tanto le decía- Si, indios y a mucha honra pero tú eres la
única sucia de la familia que te quede claro-
-Sobre todo ahora-apuntaba Jerome delante de todos.
César rompió el silencio diciendo-Eso quiere decir ...-
-Si,que a todos nos toca rompernos la cabeza pensando en
nombre de niña poderosa-.
-Déjate de bobadas, ¿Qué te parece si le llamamos Dalia?-le
propuso ella
-Es parte de la naturaleza representa elegancia y dignidad,
me gusta-Añadió Jerome
-Vamos al King off The Sea y allí os cuento mi plan-.Les
proponía Ana María a Jerome y al joven Andros y llegaron allí por arte de
magia.
-Venga tía, dispara-le apremiaba su sobrino.
-Como quieras pero yo venía en son de paz ahora-.Bromeaba
ella.
Tu sencillamente síguele el rollo a tu tío Jerome y deja caer
mi nombre como quien no quiere la cosa y si después del asalto se entera que
estoy embarazada de tú tío Jerome, mejor. Así antes se queda calva jajaja-Le
daba instrucciones Ana María a los dos.
Una vez treparon por el balcón de la casa de Mandi la cual
dormía profundamente, la despertaron revolviendo entre sus joyas, su dinero y
sus cuadros, dejando la casa vacía.
-Hola Jerome ¿viniste a llamar mi atención?, ósea-Le inquería
la ya madura Amanda.
-Sólo vine en pos de mi mujer y madre de mi hija-.Le
informaba él.
-Se perpetúa “la rosa de los vientos” ese barco para
ella-.propuso Andros divertido ya que sabía que ese barco al tener mil hechizos
y naciendo una bruja blanca sería más poderosa y llevaría a sus padres de
cabeza como le pasó a él de bebé.
-¿Y este chico tan guapo quién es?-preguntaba Amanda
embelesada por la belleza del joven.
-Se mira pero no se toca- .Le decía él dándole un tortazo en
la mano. Tras lo cual hizo una breve pausa y le dijo – Que tu pareces una momia
y yo aún estoy a tiempo de que me pasen cosas tan buenas como a mis padres o a
mi tía Ana María con Jerome que se han casado y de primeras tendrán una nena y
ahora nos vamos-.
Una vez en la calle, Jerome le dijo a su sobrino-cada vez que
veamos a alguien en precarias condiciones le damos un billete-.
Andros muy serio asintió con la cabeza y siguió caminando
junto a su tío en silencio.
-¿Que pasa por tu cabeza, sobrino?-.Le preguntaba Jerome
-No sé si sirvo para tanto sarcasmo, robo y jugarme la vida por 4 piedras estoy hecho un
lio tío-Le confesaba su sobrino a corazón abierto.
-Mira la piratería es muy arriesgada, es cierto, pero cuando
ganas es más que en un trabajo legal y los meses de riqueza compensan los de
pérdidas, eso sí los hay.
Solo tienes que temer a los filibusteros que son los ladrones
del mar y la ley en general todos esos te robaran todo.
De todos modos haz lo que tu corazón te dicte-.Le aseguraba
Jerome.
Él viendo como su tío lo quería ayudar le dio un abrazo al
tiempo que le decía -Tío te quiero y voy a probar la piratería antes de
retirarme-.
-Que tonto soy, tu tía Ana María y yo hemos decidido por
unanimidad que te quedes todo lo robado en el día de hoy, todo menos el
mapa-.Le transmitía este mensaje Jerome de parte suya y de su esposa.
-Ah no os preocupéis, el mapa al verlo robado yo me lo sé con los ojos cerrados, incluso
percibí el camino que lleva a isla Cristina y lo he ido memorizando por el
camino hasta aquí-. Le aseguraba Andros.
-Muy bien Andros, pero has cometido un error de
principiante-Le reprendía Ana María a bordo de “La Rosa de los Vientos”.
-¿Y bien?-Le inquirió él.
-Le has contado al enemigo información esencial-Le aseguraba
ella.
-pero vosotros no sois mis enemigos solo mis tíos -Le
recordaba Andros.
-¿Que te juegas?-Comenzó provocándole Ana María.
-Parte del tesoro que encuentre-Le decía eufórico él.
-Te veo muy seguro por lo tanto, que sea el cofre del tesoro
completo. Le proponía Ana María
-Buena idea, excepto alguna piedra o tiara para vuestra hija
como una dote cuando nazca de mi parte-Le narraba Andros a su tía Ana María.
-Vamos en “La rosa de
los vientos” así que llegaremos antes
que él que además es él novato-Apuntaba Ana María furiosa por no poder ejercer
la piratería por estar embarazada.
-Estooo...el “Kin of The Sea” ha recibido algunos cambios- Le
comunicaba Jerome a sú esposa
Ana María miraba con cara de desconfianza a su marido, tras
lo cual lo más relajada que pudo le dijo lo
que pensaba-Tu quieres retirarme de la piratería ¿verdad?, pues no lo
haré-.
-Pero Ani puedes perder a la niña-Le decía Jerome con
lágrimas en los ojos.
-No seas moñas Jerome, no va a tener siempre 3 días. Llegará
el día que sea la dueña de “La Rosa De Los Vientos” y entonces nosotros nos
retiraremos-.
-Buen plan y ahora a por el novato-Asintió Jerome.
-¿No me han seguido?, que pardillos-Apuntaba el joven Andros
en actitud piratesca
-¿De verdad te creíste que te librarías de nosotros tan fácilmente?, Jerome en esa cueva esta el cofre del tesoro cógelo y tráelo, será para nuestra pequeña-.Asintió hacia su sobrino Ana María con desdén ya que en ese momento era el enemigo y una vez se acabó la aventura regresaron a su casa materna donde tuvieron largas historias que contar y ceremonias que celebrar dada la tradición familiar
FIN
ANA MARÍA GRANDE

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